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Ceremonias de lectura y escritura

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Todo lector tiene sus rituales privados: en las horas y el espacio en que su atención se desentiende del mundo para concentrarse en un libro, el orden que impone a su biblioteca, las visitas a las librerías. Pero en el acto de la escritura también se celebran rituales. ¿O serán meramente manías?

Portada del libro «Porque parece mentira la verdad nunca se sabe», de Daniel Sada
Portada del libro «Porque parece mentira la verdad nunca se sabe», de Daniel Sada

Los lectores que prefieren los libros impresos antes que los electrónicos suelen esgrimir razones sensoriales y afectivas para su predilección: al estar ante la frialdad de una pantalla, se ven privados de disfrutar la textura del papel, por ejemplo, e incluso su olor, y aunque en ambos soportes puedan dejar marcas (subrayados, notas), en las páginas impresas estas marcas les resultan más personales. Como ha señalado el novelista Javier Marías, la experiencia de lectura de un libro a menudo está impregnada del espacio donde tuvo lugar, del estado de ánimo que teníamos, de las circunstancias por las que atravesábamos, y también de las características específicas de cada volumen; al leer en una pantalla, estas características quedan igualadas, de manera que la memoria termina perdiendo asideros y acaso los recuerdos de los libros que ahí leímos terminen por ser indistintos.

Todo lector tiene sus rituales privados: en las horas y el espacio en que su atención se desentiende del mundo para concentrarse en un libro, el orden que impone a su biblioteca, las visitas a las librerías y la conducta que observa en ellas, pero también en la procuración de condiciones óptimas para su actividad gozosa: un café, un cenicero a la mano, tal vez cierta música —o la erradicación de toda interferencia sonora—, el sillón o la cama o el rincón idóneo de un jardín, el tiempo así aprovechado en un trayecto en el transporte público…

Pero en el acto de la escritura también se celebran rituales. ¿O serán meramente manías?

 

En calzones

Dado a acometer empresas titánicas (por el rigor de su prosa, pero también por su esmeradísima ingeniería narrativa), el novelista Daniel Sada contaba cómo había ejecutado la que tal vez sea su novela más imponente, Porque parece mentira la verdad nunca se sabe: fue trazando las líneas que enlazan los destinos de la historia en los pliegos de papel de estraza con que cubrió las paredes del cuarto donde se enclaustró. Pero, además, debía portar un atuendo singular para trabajar: debido al calor, se encerraba en ese cuarto en calzones.

 

Tomar ritmo

Obligado por la precariedad de su situación económica a trabajar a toda prisa, Ray Bradbury recuerda que escribió el primer borrador de Farenheit 451 al ritmo que le exigía una máquina alquilada, a diez centavos la media hora. Gracias al apego disciplinado a este ritual, en nueve días despachó las 25 mil palabras de la mitad de la novela. En Zen en el arte de escribir, el libro donde consta este recuerdo, Bradbury recomienda a los escritores en ciernes incorporar la lectura ritual de poesía como una parte indispensable de su labor.

 

Apariencia y símbolo

Un hábito puede explicarse como un modo particular de arreglárselas con el trabajo, pero para considerarlo como ritual ha de entrañar además un significado, más allá de toda implicación práctica. El poeta T. S. Eliot, por ejemplo, luego de haber publicado La tierra baldía —uno de los grandes poemas del siglo XX— dio en pintarse la cara de verde y en aplicarse lápiz labial a la hora de escribir. Según su biógrafo, Peter Ackroyd, esto “lo hacía sentirse más moderno, más interesante, y más un poeta antes que un empleado bancario”.

 

La salvación

Cuando servía en el ejército portugués en Angola, el que llegaría a ser el novelista António Lobo Antunes formaba parte de un grupo de cuatro soldados que habían sido abandonados a su suerte. Su capitán, ante el asedio incesante del enemigo y en medio del horror, hizo que todas las noches, después de la cena, cada uno les leyera en voz alta a los demás la poesía de Víctor Hugo. Ese ritual, recordaría el autor de Memoria de elefante muchos años después, “nos devolvió una dignidad humana que habíamos perdido”.

 

Ventaja y peligro

El libro Rituales cotidianos: cómo trabajan los artistas, de Mason Currey, examina las medidas prácticas y las excentricidades de cien creadores en cuyos hábitos (a menudo rituales estrictos) acaso puedan rastrearse ciertas explicaciones de su genio. Pero también plantea un problema: si el cumplimiento de las rutinas cotidianas puede asegurar la productividad, ¿no es al mismo tiempo una amenaza para la creatividad, al inhibir el hallazgo de lo inesperado? ¿La concentración en exceso no es un antídoto contra el asombro? m.


“La Iglesia de México ha sido omisa en la guerra que vivimos”: Raúl Vera

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Además de su compromiso en la defensa de derechos humanos a través de instituciones ligadas a la estructura diocesana, Raúl Vera López ha formado parte de organizaciones sociales o de iniciativas políticas que buscan el mismo fin: apoyar a las personas en su búsqueda de la verdad y de la justicia

Conferencia de Raúl Vera en el marco de los festejos por los 20 años del CIFS del ITESO. Foto: Roberto Ornelas
Conferencia de Raúl Vera en el marco de los festejos por los 20 años del CIFS del ITESO. Foto: Roberto Ornelas

México vive una guerra y la Iglesia mexicana la ha ignorado. Pero no Raúl Vera López, actual obispo de la diócesis de Saltillo y uno de los jerarcas más influyentes de México y América Latina. A diferencia de la mayoría de sus colegas, a quienes el Papa Francisco regañó en su visita a México, en febrero de 2016, por sus acuerdos en lo “oscurito” con el poder y por dejarse seducir por los nuevos faraones, Raúl Vera López es un religioso comprometido con su tiempo, con el contexto que le tocó vivir: la guerra en México que ha producido desplazados, asesinatos, desapariciones, fantasmas perdidos en los centenares de “cocinas” en las que el crimen organizado se deshace de los cuerpos extraídos, robados, usados, vejados en el negocio de amasar capital por vías ilegales. De él podría decirse que es un sujeto consciente del tiempo histórico y que ha asumido, en consecuencia, una postura que se ha traducido en acciones políticas encaminadas a acompañar a los más débiles y desamparados.

 

Del 68 a los Dominicos

José Raúl Vera López nació en Acámbaro, Guanajuato, el 21 de junio de 1945. Como muchos otros jóvenes de mediados del siglo XX, migró a la capital del país para cursar estudios superiores. En 1968, en plenos auge y represión del movimiento estudiantil, se graduó como ingeniero químico en la UNAM. Tenía 23 años. Pero lo suyo no era la ciencia, sino la teología. En noviembre de ese mismo año ingresó a la orden de los frailes dominicos de la Provincia de México. Dominicos es el nombre popular de la Orden de los Predicadores, una de las organizaciones religiosas más antiguas e influyentes de la Iglesia católica, fundada hace 800 años (en 1216) por Domingo de Guzmán en Toulouse, Francia. Esta orden tiene fama de formar a grandes teólogos, como Tomás de Aquino, y, al mismo tiempo, de proveer algunos de los grandes perseguidores de la historia, como Tomás de Torquemada, general de la Santa Inquisición.

Tras ingresar a la orden religiosa se fue a Bolonia para estudiar, y recién cumplidos los 31 años se graduó como licenciado en Teología por la Pontificia Universidad de Santo Tomás de Roma, en 1976. Doce años después fue ordenado obispo en Ciudad Altamirano, Guerrero. Fue el primer religioso dominico en dos siglos en alcanzar tal distinción.

Raúl Vera

El 14 de agosto de 1995 (a los 50 años) fue nombrado Obispo Coadjutor de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, para trabajar junto a Samuel Ruiz, a quien El Vaticano y el Gobierno mexicano querían dejar fuera de la diócesis acusándolo de alentar el alzamiento de las comunidades mayas organizadas por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). Tal vez porque se puso del lado del obispo Samuel Ruiz y del lado del “Ya basta” declarado por las comunidades indígenas en rebeldía, y no del lado del Estado, como quería El Vaticano, Vera López fue trasladado de Chiapas a Coahuila. El papa Juan Pablo ii lo designó titular de la diócesis de Saltillo, el 30 de diciembre de 1999, a los 54 años. Su paso por Chiapas fue decisivo en la formación de su mirada política y de su comprensión de un Evangelio y una Iglesia comprometidos con los más desvalidos y violentados.

Sin embargo, desde su primera designación jerárquica, Vera López inició la construcción de instituciones religiosas y laicas al servicio de los de abajo. En Ciudad Altamirano fundó el Centro Social Juan Navarro, para atender a los pobres de la diócesis. Ya como obispo de Saltillo, fundó el Centro Diocesano para los Derechos Humanos Fray Juan de Larios; colaboró en la creación de dos casas del migrante: en Ciudad Acuña, la Casa Emaús, y, en Saltillo, Belén Posada del Migrante. El obispo Vera López es de los pocos (si no el único) que han tendido puentes con la comunidad de la diversidad sexual en México: en 2002 promovió la fundación de la comunidad San Elredo, dedicada al acompañamiento de jóvenes homosexuales o lesbianas.

Además de su compromiso en la defensa de derechos humanos a través de instituciones ligadas a la estructura diocesana, Raúl Vera López ha formado parte de organizaciones sociales o de iniciativas políticas que buscan el mismo fin. En julio de 2006 denunció las violaciones a mujeres por elementos del Ejército en Castaños; entre 2009 y 2010 formó parte de la Campaña Nacional e Internacional Libertad y Justicia para Atenco. Es miembro del Comité Internacional para el Consejo de Paz y presidente del Centro Nacional de Ayuda a las Misiones Indígenas (Cenami), una importante estructura religiosa que ha acompañado a movimientos indígenas y populares de distintas partes del país. Desde su paso por la diócesis de San Cristóbal de las Casas es presidente del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas, el Frayba, una de las organizaciones no gubernamentales más influyentes del país.

Vera López es miembro de tres tribunales civiles: el Tribunal Internacional de Conciencia de los Pueblos en Movimiento, el Tribunal Internacional de Libertad Sindical y el Tribunal Permanente de los Pueblos. Ahora su compromiso político más abierto es la promoción de la llamada Constituyente Ciudadana, que presentó en diciembre de 2014 en Saltillo. Ha recibido al menos trece destacados reconocimientos a su trabajo a favor de los derechos humanos, entre ellos, su candidatura al Premio Nobel de la Paz en 2012.

Raúl Vera Raúl Vera (izquierda) junto con el obispo Samuel Ruiz. Foto: AP

El obispo desordenado

Su compromiso pastoral y político no le impide gozar de sus pasiones, como la música clásica, la pintura, la música popular y el baile. Con menos reticencias de las que podrían imaginarse, el obispo admite que le encantan el baile y la bohemia. “¡Claro! Me encanta la trova, me encanta quien pueda hacer de la poesía la oportunidad de que llegue también a través de la música; uno de los que me gustan es Mario Benedetti”. El gusto por el baile es añejo. “Aprendí a bailar porque mis hermanas me enseñaron lo de mi tiempo. Yo era muy joven y mi hermana mayor era excelente bailadora, y las hermanas de mi mamá también. Bailé foxtrot y bailé el tango; ya de los bailes modernos me quedé en el twist y en el rock”.

Ahora baila a veces. Dice que no lo hace igual que antes porque “a veces hay gente que se escandaliza. Como ahora existen los teléfonos celulares, ya tengo prudencia. Pero hubo un tiempo en que lo hacía”. Por su peculiar forma de vivir su labor pastoral y por sus designaciones eclesiásticas, Raúl Vera López le dijo a Emiliano Ruiz Parra: “Dos papas me ordenaron y me he desordenado solo” (Gatopardo, enero de 2012). En agosto de este año vino a ofrecer una conferencia magistral en el ITESO. Antes concedió esta entrevista a MAGIS.

No hay día en que no salgan en el país hechos de barbarie, nuevos nombres de la geografía del terror: Tierra Blanca, Tlatlaya, Tetelcingo. ¿Por qué cree usted que tenemos esta situación de guerra en el país y a qué atribuye esta espiral de violencia?

Bueno, una primera razón es que la desigualdad es la madre de la violencia. La desigualdad en la que vivimos es pura violencia. El papa Juan Pablo II decía que la pobreza y el hambre eran la primera violencia. El país se viene descomponiendo, al principio paulatinamente, pero se ha ido acelerando porque la desigualdad se ha profundizado. Esa violencia que está viviendo el pueblo no es una violencia porque la desigualdad quién sabe cómo se disparó. La desigualdad es inducida, este modelo económico genera desigualdad, porque es un modelo que deliberadamente concentra la riqueza en pocas manos y excluye a millones de personas. Esto es mundial, y México no es la excepción. Una segunda causa es una violencia estructural que está generando el Estado mexicano con sus famosas reformas estructurales. Prácticamente, las políticas públicas son genocidas. Vamos a ver: el tema del salario mínimo. Una persona que gana el salario mínimo empieza a vivir en pobreza, y si esa persona tiene que compartir su salario con otra, las dos viven en pobreza extrema. ¿Y esto quién lo decide? Lo deciden las cúpulas empresariales, las cúpulas sindicales y el representante del gobierno que integran la Comisión Nacional de Salarios Mínimos. Entonces esto es deliberado. Otra causa: la Reforma Energética le quita al gasto público 40 por ciento de todo lo que hasta ahora el gobierno invertía en servicios a la población: vivienda, medicina, seguridad social, educación, subsidios… ya prácticamente no lo tenemos, es un genocidio. Por eso, todos los gobiernos, desde el señor Carlos Salinas de Gortari, están dentro del Tratado de Libre Comercio, todas estas reformas son para aplicar el modelo económico [neoliberal] en México. Es un genocidio. El señor Salinas, con su equipo de gobierno, [Ernesto] Zedillo, [Vicente] Fox, [Felipe] Calderón y ahora Enrique Peña Nieto, fueron juzgados como gobiernos responsables de crímenes de lesa humanidad por el Tribunal Permanente de los Pueblos en México. Porque, con lo que están haciendo con el campo, metiendo maíz transgénico a cambio del maíz criollo —que ya la propiedad intelectual la tiene Monsanto—, nos están quitando la seguridad alimentaria; la Reforma Energética nos quitó la soberanía nacional… México es cada vez menos de nosotros. La Reforma Educativa, diseñada afuera, nos está quitando la educación gratuita y está dejando a los maestros como freelancers, ya no son trabajadores de la educación, ahora son agentes administrativos de la docencia.

Raúl Vera El obispo Vera acompaña una manifestación para exigir el respeto a los derechos laborales de los trabajadores mineros. Foto: AFP

Entonces, la justificación de la guerra contra las drogas, ¿cómo la identifica dentro de esta violencia?

No, la guerra contra las drogas es una ficción, es la militarización del país. Ahora tenemos la violencia directa que, bajo la excusa de la violencia contra las drogas, se convierte en una estrategia de control de población. Es una estrategia de gobierno: el horror y el terror provocados a la población por medio de estos dizque brotes de violencia que tenemos… ¡No, señor! Son inducidos, es violencia directa y, por supuesto, es control de población.

¿Diría que son estrategias de contrainsurgencia?

Por supuesto que es una estrategia de contrainsurgencia, porque saben, desde que empezaron a aplicar el modelo del Consenso de Washington, que el pueblo va a protestar y ahora los estados tienen que ser policiacos y por eso se han venido preparando, no solamente en México, en todos lados. Una de las partes que tienen ya pensadas es el control de población porque, repito, el pueblo va a protestar. Por ejemplo: los migrantes centroamericanos son insurgentes, se niegan a regalarle su trabajo a las empresas extranjeras, multinacionales, y se salen y se quieren ir a Estados Unidos, aunque ahí les paguen menos que a los legalizados. En los países desarrollados sí hay salarios dignos para los que tienen ciudadanía, para los migrantes hay salarios y seguridad social en menor medida, pero siempre son mejores salarios que en sus países. Entonces, como no se quedan allá, aquí en México se les castiga en nombre de Estados Unidos. ¿Por qué? Después de todo, lo que van a hacer los hermanos centroamericanos y los hermanos mexicanos, también es recuperar el salario no pagado, porque con esos salarios de hambre, en el fondo, se convierte en trata de personas […] Las famosas inversiones de capital se convierten en trata de esclavos. Entonces, por supuesto que la violencia es inducida, también directa contra el pueblo, ¿por qué? Porque lo tienen que tener reprimido y espantado.

En su trabajo pastoral y político se ha acercado a migrantes y madres y familias que tienen desaparecidos, trata de personas, es decir, muchos horrores, víctimas de la violencia. ¿Qué es lo que más le ha impactado en los últimos años?

Bueno, una de las cosas que me impactan es qué vertebración ética y de estadistas tienen los políticos actuales, eso impresiona. Son cínicos, son desvergonzados. ¿Qué no acabamos de conocer que este señor [Enrique Peña Nieto] obtuvo su título de Derecho como un tramposo vil? Y ahí sigue tan fresco. Y luego, ¿cómo es posible que existan en el mundo las personas que manejan las finanzas, la economía, la distribución del ingreso a nivel mundial de esta manera? ¿Son seres humanos? No son seres humanos. Es una sociedad deshumanizada, ellos mismos la van a pagar. Hace poco estaba con una pierna rota, entonces tenía que estar en reposo. Le moví a la televisión y me puse a ver una película futurista en la que los parias de plano vivían en cavernas, arriba vivía la “gente de bien”, pero esos parias salían por la noche en sus motocicletas, a descabezar a la “gente de bien”…

Raúl Vera Raúl Vera preside una misa en solidaridad con los normalistas de Ayotzinapa. Foto: Reuters

Eso, que parece ficción, ya es la realidad del país, ¿no?

¿De dónde vienen los descabezados, el pozolero [sujeto que trata de deshacerse de los cuerpos incinerándolos para no dejar evidencia], y las fosas clandestinas donde se encuentran los restos calcinados, triturados? Vienen de una sociedad enferma. El Papa dijo [en su visita a México] que es cuestión de salud social. El que existan personas que llegan a los penales es por falta de salud social. La gente que está aquí [en una prisión] es porque nunca fue inserta en una formación formal, en una casa donde tuviera padres que la cuidaran, que la guiaran, con una vida digna. Hay un sacerdote italiano, Luigi Ciotti, que creó un movimiento llamado Libera contra las mafias en Italia, y el padre Ciotti dice que el tema del crimen organizado es un tema de salud social. La gente está enferma y es la gente enferma a la que sacan para que corte cabezas, para que haga lo que llaman “la cocina” [deshacerse de cuerpos cortándolos y quemándolos en diésel u otros combustibles]. Yo en las cárceles he platicado con muchachos que se han encargado de eso y dicen que es el horror más grande y “que nosotros no queremos hacerlo”, el trabajo del cocinero, que es desmembrar, porque es la cosa más horrenda. Se necesita no ser hombre, se necesita no ser un ser humano.

Ahora que menciona al movimiento Libera, de Italia, que ofrece un ejemplo de cómo salir de la violencia, ¿por dónde vislumbra que se puede detener esta guerra, esta barbarie que tenemos en México?

No queda otra que organizarnos como una sociedad nueva, en la que se rectifiquen todas las políticas públicas y se acabe con esta atrocidad. El principal responsable de esta violencia es el Estado mexicano, no hay otro. El director general de Amnistía Internacional hace año y medio pasó por Saltillo y provocó una discusión acerca de si había desapariciones forzadas, que si se les podía llamar así, porque en medio estaban personas del crimen organizado, y dijo: “Momento, de la desaparición forzada o de cualquier desaparición, el Estado mexicano es el responsable, aunque sean particulares”. El Estado es el que ha puesto en indefensión a toda la población, y se ausenta tanto por negligencia como por acción. Los responsables por esto en México y a nivel mundial son los políticos que se han dedicado a hacer dinero, los políticos descaradamente entran a la política para hacerse ricos.

Raúl Vera En diciembre de 2015, los restos de Oliver Wenceslao Navarrete fueron encontrados en una fosa clandestina. En la imagen, Raúl Vera reza acompañado por familiares de Oliver y por el poeta y activista Javier Sicilia. Foto: Procesofoto

¿Cómo ve el papel de la Iglesia mexicana? Pareciera que no ha estado a la altura de este contexto de guerra y despojo capitalista que tenemos en el país. ¿Le ha faltado a la Iglesia mexicana asumir compromisos en este contexto?

Un embajador de la República Italiana que estuvo antes en Colombia me dijo, cuando esto empezaba y se ponía cada día peor: “A mí me extraña y me admira el silencio de la Iglesia mexicana. Los obispos colombianos, cuando estuvo la violencia terrible, se organizaron para darle seguimiento e intervinieron para acabar con esa situación. Me extraña mucho la ausencia de los obispos mexicanos”. Yo creo que nos ha faltado muchísimo. Ahora estamos haciendo algo unos obispos, y ahora ya se habla un poco más de esto, pero antes ni siquiera se querían pronunciar.

Ya fueron diez años de omisiones, en un clima de violencia, con desapariciones…

Sí, muy grave.

La mayoría de obispos y la Iglesia mexicana en general dicen defender la vida y salen a las calles a manifestarse contra el aborto, pero no contra los desaparecidos ni contra esta guerra. ¿No le parece una contradicción?

Primero, me parece una falta de sensibilidad tremenda; segundo, falta de una formación de elemental sabiduría del Evangelio, falta de formación para distinguir las cosas en la causalidad social. Nos hemos acostumbrado a una Iglesia demasiado encerrada en los templos, nuestro trabajo es muy administrativo y no somos capaces de ver lo que está pasando. No tenemos idea. A los laicos los hacemos protagónicos dentro de la Iglesia, pero siempre cerca de los altares, siempre dentro de los grupos parroquiales. Hemos hecho de la Iglesia un sistema religioso para nosotros, donde nosotros ocupamos un alto nivel, a nosotros nos da un plus el ser obispos y gracias a la Iglesia somos obispos. La Iglesia, para nosotros, es casi un instrumento personal, pero no un instrumento social, no es el instrumento al servicio del mundo. La insistencia del Papa de que salgamos de las iglesias, salir a la misión, parte de ahí. Estamos encerrados en una Iglesia que es sistema religioso, no es la Iglesia de Jesucristo que camina en medio del mundo, y por eso nos quedamos en los temas del aborto y de los homosexuales.

Raúl Vera Raúl Vera durante una vista a Iguala, Guerrero, para solidarizarse con los familiares de los integrantes de Unidad Popular ejecutados en junio de 2013. Foto: Procesofoto

Durante su visita a México, el Papa regañó fuertemente a la jerarquía católica. ¿Los jerarcas de la Iglesia mexicana han asumido ese regaño y tienen voluntad de cambio?

Bueno, en primer lugar, el Papa habló directamente de nuestros tratos con el poder. Dijo: “A ver, no tienen que hacer tratos en lo oscurito, ni tienen que subirse ni a las carrozas ni a los caballos de los nuevos faraones, y deben ser transparentes”. Esto lo dijo el Papa. Entonces esto es muy importante, el que nosotros entendamos eso: la transparencia en la administración de nuestra vida como pastores. Y el Papa dijo cosas más fuertes: “Ustedes están muy entretenidos en otras cosas” […] “mientras ustedes estén con otro interés, no serán los pastores que Cristo quiere, su interés no será el rebaño de Jesús”. Entonces, las cosas no pueden estar de otra manera en el país. Eso es lógica pura: si aquí hubiera una Iglesia que hiciera lo que tendría que hacer, las cosas no se hubieran puesto así en el país.

Usted dice que el país necesita reconstruirse y refundarse, pero no al lado de los partidos y la clase política tradicional. ¿Cómo refundarlo entonces? ¿Cómo va el proyecto de la Constituyente Ciudadana que usted impulsa?

Ese proyecto es de la sociedad, ese proyecto es del pueblo, propiciando que el pueblo sea sujeto de su propia historia, que el pueblo sea el autor de un nuevo pacto de nación, de un nuevo proyecto social, que vaya reflejado en una Constitución. Pero esa Constitución el pueblo la construye, precisamente para que el pueblo vea la capacidad creativa que tiene, para que el pueblo mismo se aprecie, y para que eso lo proteja a través de una Asamblea Constituyente. Yo tuve una experiencia fabulosa, nuestro plan pastoral así se construyó, con la voz del pueblo, tanto en Saltillo como en Ciudad Altamirano. 

Raul Vera Durante la Segunda Marcha de la Dignidad Nacional Madres buscando a sus Hijas e Hijos, Raúl Vera se detuvo a saludar a las madres que mantenían una huelga de hambre fuera de la Procuraduría General de la República (PGR). Foto: Procesofoto

¿En esa refundación debería barrerse la clase política de los partidos tradicionales?

Hay que rebasarlos. O se ajustan a vivir con el pueblo y se ajustan a lo que el pueblo diga, o no tienen futuro. Y no desde los puestos políticos, sino desde la construcción de un pueblo honesto.

¿Se considera un obispo de izquierda, un clérigo de la Teología de la Liberación?

Mi fuente es el Evangelio: el Evangelio libera. Lo primero que libera es nuestro ego. Eso es lo primero que nos enseña el Evangelio. Si yo quiero entender el Evangelio, me tengo que limpiar esa cara adentro, tengo que quitarme esos intereses, tengo que ir haciendo pérdidas para poder servir a los pobres y servir a las víctimas, tenemos que ser personas de carne y hueso. Yo no quiero estar ni en las izquierdas ni en las derechas, yo quiero estar en la justicia, yo quiero estar en la verdad, quiero estar en el amor sobre todo. Quiero ser, aunque me falte de aquí a la estrella más cercana, un hombre de bien. No lo soy, pero sí quiero serlo. m.

A que no puedes comprar sólo uno

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El concepto de felicidad es utilizado por las marcas como gancho para estimular nuestro consumo. Pero, ¿adquirir diez artículos más de los que ya tenemos nos hace diez veces más felices?

Con el tiempo, la sensación de felicidad que proviene del dinero se vuelve invisible. Foto: Reuters
Con el tiempo, la sensación de felicidad que proviene del dinero se vuelve invisible. Foto: Reuters

La ropa de Alejandro Álvarez se puede contabilizar. De hecho, es fácil ser muy precisos: tres pantalones para el trabajo, dos de mezclilla, cinco camisas, tres playeras, un par de tenis, otro de zapatos presentables y sus chanclitas.

Hace unos tres años no era tan sencillo hacer este inventario. Alejandro vivía lo que él define como “el sueño chilango”: habitaba en una casa en la colonia Narvarte donde resguardaba las pertenencias que fue acumulando durante ocho años, un perro golden retriever, un carro, su bicicleta —por eso de las “emisiones cero”—, la tarjeta del metro, libros (muchos). Pero un día vendió todo, y los objetos más importantes de sus tres décadas de vida se acomodaron en cinco maletas.

Trabajaba desde su casa como vendedor de materiales especializados para la construcción. Como ingreso tenía un sueldo base de 23 mil pesos, más otros 20 mil de comisión, a veces más, a veces menos.

“Me acuerdo de una escena como de película: estaba yo en una capacitación en Nueva York, en un hotel bien pedorro, pero no dejaba de ser Nueva York. Nos habían llevado a comprar ropa, yo tenía treinta y un años y de repente dije: ‘Ya llegué, hasta aquí, ya llegué, esto no se va a poner mejor’”.

Cada error que Alejandro cometía se traducía en pérdida de mucho dinero y eso le calaba, sin contar con que estaba aburrido y, para rematar, otra escena de película: se hizo unos estudios médicos y le dijeron que tenía un soplo cardiaco, noticia que lo aterró.

Economía y consumo Compradores pelean por mercancía durante una edición del llamado Black Friday, en Estados Unidos, jornada en la que muchos establecimientos ofrecen sus productos con precios rebajados. Foto: Flickr / Magnet-Xataka

Ingeniero de profesión, calculador por convicción, estimó que, si le iba bien, se moriría a los 50 años, pero con todo el estrés que cargaba, el sobrepeso y la fumadera, determinó que podría ser mucho más pronto.

“En ese ejercicio de ‘si te quedan tres años de vida qué vas a hacer’, definitivamente no me iba a ir a trabajar”. Una semana después de que le entregaron los estudios, y tras mil paranoias que cruzaron por su cabeza, le llamaron del laboratorio para ofrecerle una sentida disculpa porque habían leído mal el electrocardiograma: en realidad estaba sano.

De cualquier forma, aunque no sin un gran esfuerzo, renunció a su trabajo para embarcarse en un aventurón. Viajó durante 15 meses por dos continentes, siete países, y 40 ciudades, con un presupuesto reducido. Durante todo ese tiempo conservó las mismas cosas que llevó. Bueno, no todas: perdió una cámara de fotos que le robaron y un par de calcetines que fue imposible recuperar tras navegar por unos ríos rápidos chilenos.

Regresó a vivir a la Ciudad de México y trabaja otra vez como vendedor, aunque con un sueldo que no es ni la mitad de lo que ganaba. Pero ya no le importa tanto: tras su viaje, sus prioridades cambiaron radicalmente, y tener cosas no se encuentra en la cima de su escala de valores.

“Me da güeva cargar y gastar dinero que no tengo. Tú tienes las cosas, las posees, pero las cosas también te tienen a ti. Por ejemplo, si tienes una bici, la bici te lleva, pero tú también la tienes que llevar; si te vas quince kilómetros en ella, hay que regresarla”.

 

La paradoja de Easterlin

Hace 42 años, el economista Richard Easterlin lo intuía: el dinero no es la vida, es tan sólo vanidad. Por lo que se puso a investigar si el crecimiento económico se traducía en incremento del bienestar, entendido como felicidad.

Los resultados de su estudio en Estados Unidos llevaron a establecer lo se conoce como la paradoja de Easterlin, según la cual, en el corto plazo, el aumento del ingreso impacta positivamente en la percepción de la felicidad, pero esto no se sostiene a lo largo del tiempo, es decir, la sensación de felicidad que proviene del dinero, tras pasar un umbral, se vuelve invisible.

Economía y consumo Esténcil contra el consumismo en un muro fuera de una tienda de ropa. Foto: Archivo

Entonces, ¿qué nos hace felices?

José de Jesús Salazar Cantú es miembro del Sistema Nacional de Investigadores y profesor del departamento de economía del ITESM, campus Monterrey. Un día lo invitaron a participar en un debate acerca del dinero y el bienestar, y mientras preparaba su participación le llamó la atención un dato: México, aun con todas sus dolencias, como él mismo dice, generalmente se posiciona bien en las encuestas para saber cuáles son los países más felices del mundo.

Se puso a investigar qué es lo que hace sentir felices a los mexicanos y acotó tres variables: ocio, ingreso y salud.

Sus resultados, que se pueden leer en el trabajo “Un modelo económico de felicidad y su evidencia para México”, escrito en coautoría con Laura Arenas Dreger (bit.ly/Modelo_felicidad), muestran que la población mexicana, vista como un todo, basa su felicidad, no en el nivel de ingreso ni en la cantidad de tiempo libre, sino en la percepción de estar sanos.

“El efecto del ingreso sobre la felicidad en México, estadísticamente hablando, no fue significativo. Pareciera que al mexicano ser rico o ser pobre no lo hace tan feliz, o que aumentar su consumo o reducirlo no lo hace tan feliz”, detalla en entrevista telefónica.

Sin embargo, al menos desde la mercadotecnia, hay estrategias para generar necesidades emocionales que se satisfacen comprando un producto que generalmente la gente no necesita, explica Emmilú López, egresada de comunicación del ITESO y especialista en branding. Como la felicidad es un tema tan particular, las marcas estandarizan su definición para después decirte que ese producto es capaz de proporcionar el sentimiento tal y como ellos dijeron que era.

Con Emmilú coincide Abraham Geifman, estratega digital, quien complementa con la explicación de que los productos que no tienen beneficios funcionales son los que más aumentan la felicidad como efecto colateral. Pone el ejemplo de un chocolate, que generalmente es una bomba de calorías; entonces invitan a que te olvides de lo que estás ingiriendo y te enfoques en lo bien que te vas a sentir al primer mordisco.

 

¿Cuánto cuesta una hora con un hijo?

El día que le marqué a Emmilú para entrevistarla acerca de si ganar más dinero y poder comprar más la haría más feliz, había recibido una llamada telefónica que la inquietó tanto que tuvo el impulso de no contárselo a nadie.

Estaba saliendo de la clase de cocina de su hijo, quien actualmente cursa el kínder, cuando el teléfono sonó. La voz del otro lado del auricular le ofreció una gerencia en una empresa con un sueldo muy difícil de ignorar.

Para poder decir que no tuvo que hacer varias cuentas. Si aceptaba el empleo ya no podría ir con su hijo a las clases de cocina ni recoger de la escuela a su hija de ocho años ni tomar con ellos un helado en el parque.

“A lo mejor sí dejaría de preocuparme, les pagaría todas las clases que quisiera, podría comprarles más cosas, pero en realidad yo no quiero comprarles más cosas, prefiero darles mi tiempo”.

Economía y consumo Un programa de televisión de la cadena Discovery documenta las historias de personas que viven con el llamado síndrome de acumulación  y cómo luchan para superarlo. Foto: latam.dicoverymujer.com

No es que haya sacrificado su vida profesional para vivir su rol de madre: simplemente la reajustó. Decidió romper con el modelo de mujer exitosa que le habían impuesto: trabajar en una empresa grande, con un buen sueldo, con gente a su cargo y con muy poco tiempo libre. En varias ocasiones ha padecido ya la cultura organizacional en la que el buen empleado es aquel que siempre está disponible.

Las estadísticas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) indican que, de 2009 en adelante, México ha sido el país miembro de dicha organización con mayor promedio de horas dedicadas al trabajo. En ese sentido, estiman que la probabilidad de que un hogar mexicano se encuentre en pobreza de tiempo es de 94 por ciento.

Ahora, Emmilú fundó un negocio de network marketing donde puede construir su propio modelo de éxito.

“Cuando empecé, hasta mi mamá, y todos, me decían: ‘¡Cómo! Estudiaste una carrera, tienes un currículum bastante bueno, ¿por qué estás haciendo eso?’. Pues lo estoy haciendo porque valoro mi tiempo”.

 

La Teoría del Decrecimiento

Si bien en los últimos años ha habido un incremento en el gasto de inversión, la riqueza en México se genera por el consumo, es decir, el componente más importante del Producto Interno Bruto en el país, y en general, a escala internacional, es el gasto de todos los hogares, explica José de Jesús Salazar Cantú.

Sin embargo, hay una corriente de pensamiento político y económico que plantea otro panorama. Allá por los años setenta, el francés Serge Latouche propuso el modelo del decrecimiento que controla el crecimiento económico a través de una disminución del consumo y la producción, propiciando un respeto por el medio ambiente.

Se habla de una reducción de las jornadas de trabajo, con lo cual se produciría menos. Esto implicaría que cada uno gane menos, pero también bajarían los gastos. Con esto, afirman los partidiarios de este modelo, se incrementaría la calidad de vida.

Economía y consumo

Carlos Taibo, escritor español y profesor de Ciencia Política en la Universidad Autónoma de Madrid, ha enfocado su trabajo en el decrecimiento.

“Lo primero que tengo para decirte es que no nos queda más remedio que buscar otras opciones, porque yo creo que los recursos básicos se van agotando de tal suerte que esta vorágine de consumo en la que estamos inmersos no es sostenible”.

Hay, por lo menos, un dato que concuerda con lo que dice Carlos: por cada diez tacos que nos comemos, hay ingredientes para preparar otros tres, pero éstos se desperdician en alguna parte de la cadena alimentaria, según estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés). Diversos documentos de la FAO afirman que el planeta no alcanza para producir tantos alimentos y constantemente lanzan campañas para evitar la pérdida de comida, que en 50 por ciento a escala mundial es resultado de lo que se tira en las casas.

De hecho, hay una tribu en el mundo llamada freegan, conformada por personas que buscan vivir sin consumir y suelen recuperar comida en buen estado de la basura.

Mago Marruen, en Buenos Aires, vive conforme dicho estilo. Busca el menor intercambio de dinero posible, por lo que practica el trueque. Junto con otra persona es uno de los fundadores de las gratiferias, que son una especie de tianguis que todos los fines de semana se instalan por la ciudad, y a los que la gente va para intercambiar objetos o simplemente llevarse lo que necesite sin pagar nada.

“Las primeras gratiferias fueron en casas. Un día dijimos: ‘Saquémosla a la calle a ver qué repercusión tiene’. La gente llegaba, no entendía bien el concepto, le explicábamos que hay ropa para vestir a cinco humanidades, que no hace falta comprar nada. Nos preguntaban si nos podían donar cosas. La cuestión es que terminamos con muchos más objetos de los que habíamos llevado”.

Economía y consumo Bajo el lema “Trae lo que quieras (o nada) y llévate lo que quieras (o nada)”, la Gratiferia es una actividad en la que todo es gratis. En la imagen, una mujer ofrece sus pertenencias. Foto: elplanc.net

Para llevar una vida dándose sus lujos, afirma Marruen, necesita el equivalente a aproximadamente 170 pesos mexicanos al día. Habita en una casa heredada que comparte con 15 personas más, con quienes forma una comunidad.

En su mente no existe el concepto de basura, porque todo lo recircula. Como es vegano, los deshechos de su comida vuelven a la tierra, y al cocinar sin grasas no necesita jabones para lavar los platos.

Además de las gratiferias, cuenta acerca de algunos de los proyectos que existen en Buenos Aires para poder vivir sin gastar dinero. Por ejemplo, Árboles Ciudad, una página de internet donde hay un mapa para localizar los árboles frutales de la ciudad de los que se permite tomar comida: las personas pueden agregar fácilmente una nueva ubicación y las búsquedas se hacen por tipo de fruta o por colonia (arbolesciudad.com.ar).

O la Compu-Fábrica, que es un espacio donde recuperan partes de computadoras que funcionan y ayudan a los usuarios a armarse un equipo con eso o a reparar el que ya tienen. Y hasta hace un año funcionaba la Fabricicleta, un taller de armado y reparación de bicicletas totalmente gratis.

 

Alejarse del consumo

Algo que tienen en común Alejandro Álvarez, Emmilú López, Carlos Taibo y Mago Marruen es que razonan su consumo. A los cuatro les pregunté, sin un afán de ponerlos en una postura de superioridad moral, qué recomendaban para evitar las compras compulsivas.

Alejandro fue muy práctico. Consideró que muchas veces no tenemos ni idea de la cantidad de cosas que tenemos. Sugirió hacer un inventario de todas nuestras posesiones; tal vez al verlo reflejado en un papel nos demos cuenta de qué necesitamos realmente y qué no.

Economía y consumo Freegan Pony es el primer y único restaurante de Europa que sirve comida recuperada de la basura. El lugar recoge los desechos y le da comida gratis a los pobres. Los chefs cambian el menú cada día, no por la temporada, sino por lo que han encontrado (o no) esa misma mañana. Foto: freeganpony.com

“Leo mucho las fichas técnicas, y me di cuenta de que casi todo sirve. El concepto de marca, de ‘esto es mejor que aquello’, es una ilusión muy bien construida, pero una ilusión”.

Emmilú propuso hacer un alto en el concepto de felicidad que nos venden las marcas, y para ello invitó al autoconocimiento: tener muy claro qué es lo que nos gusta y sobre eso tomar decisiones conscientes, y, recalcó, hay que estar conscientes todo el tiempo.

Por su parte, Carlos Taibo consideró que hay que trabajar en romper con la relación que existe entre consumo y bienestar, además de recuperar la vida social sin olvidarnos del respeto de los derechos de las demás especies del planeta.

“Hay que respetar una esfera inviolable del individuo y su plena libertad, pero las respuestas tienen que tener un carácter colectivo, ya que los problemas principales que debemos encarar son también colectivos”.

Lo que Mago Marruen busca es que sus acciones hagan el menos daño posible, a quien sea, el otro, un animal, el medio ambiente. Visualiza su forma de tomar decisiones como un camino al que se entra de a poco, pero la cuestión es plantarse el objetivo de aminorar nuestra huella negativa en el planeta.

Como él dice: que nuestro paso por este mundo haga el menor daño posible. m.

Sé lo que compraste el diciembre pasado

La revista Merca2.0, especializada en mercadotecnia, publicidad y medios, publicó un artículo sobre qué fue lo que más compraron los mexicanos en diciembre de 2015:

1. Ropa y calzado

2. Artículos para regalar

3. Alimentos y bebidas para las celebraciones

4. Libros, revistas y música

5. Juguetes

6. Celulares

7. Electrónicos

8. Equipo de cómputo

9. Tablets

10. Línea blanca

¿Cómo lo pagaron?

49 por ciento de los entrevistados dijo pagar los gastos con su sueldo.

22 por ciento de los entrevistados dijo pagar los gastos con el aguinaldo.

11 por ciento de los entrevistados dijo pagar los gastos con tarjetas de crédito a meses sin intereses.

35 por ciento de las entrevistadas de entre 25 y 34 años consideró que gastó más de lo debido.

30 por ciento de los entrevistados de entre 24 y 34 años consideró que gastó más de lo debido.

Nadie es Banksy

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Es una de las presencias más activas y provocadoras del arte urbano, aunque su identidad permanece en el misterio. Un enigma tan fascinante como la crítica implacable que su obra —lo mismo cuando aparece inesperadamente en un muro que si es expuesta en las más prestigiadas galerías— hace del presente en el que vivimos.

La noticia más reciente que tuvimos del afamado artista urbano originario de Bristol, Inglaterra, se dio en agosto de este 2016, cuando comenzó a correr un nuevo rumor acerca de su identidad secreta. ¿Banksy en realidad es Robert 3D Del Naja, líder de la banda de trip hop Massive Attack? La teoría nació cuando el bloguero Craig Williams aventuró la idea luego de notar un extraño patrón: cada vez que Massive Attack se presenta en una ciudad, las calles de ésta amanecen con una nueva pieza atribuida a Banksy. Según explica Williams, el rumor de que Banksy podría formar parte de algún grupo musical proviene de Italia y existe desde hace un par de años, sólo que nadie había investigado a fondo para descubrir cuál banda estaría detrás del artista. “Esó picó mi interés, pues me parecía la manera más razonable de poder hacer su obra: esconderse detrás de un grupo mientras está de gira”, nos cuenta vía correo electrónico. No olvidemos que 3d tiene un pasado como grafitero y proviene del colectivo de Bristol The Wild Bunch, así que todo tiene sentido.

“Entonces empecé a cuadrar las fechas de sus obras —lo que no fue nada fácil—, utilizando periódicos de la zona, blogs o menciones en la radio para tratar de ponerles fecha. Luego busqué fechas de grupos que pasaron por allí, y cuando Massive Attack me salió una, dos, siete, nueve veces, pensé: aquí hay algo súper, pero súper interesante y nuevo para meter en las teorías que ya existen”.

Banksy

El descubrimiento de Williams —en parte teoría conspiratoria— plantea que el artista de Bristol no sería un ente único, sino una cuadrilla entera que estaría elaborando el concepto Banksy. La entrada en su blog donde desmenuza su teoría tiene fecha del 29 de agosto y arranca con el tour norteamericano de la banda en 2010, cuando tocó en San Francisco. En abril de ese año aparecieron diversos murales de Banksy, entre ellos uno de los más famosos y reconocidos, el llamado This’ll Look Nice When It’s Framed. Pintada en un edificio en el cruce de Valencia y la calle 20, en el barrio de Mission District, esta pieza muestra a un joven en blanco y negro que sostiene el bote de pintura con el que acaba de escribir la frase en rojo y mira desafiante al espectador. Por esas mismas fechas — 25 y 27 de abril—, Massive Attack tuvo presentaciones en la ciudad.

Antes del post sobre Banksy, el blog de Williams había tenido poco éxito. Actualmente recibe visitas de gente de más de 165 países. La revista Electronic Sound y después el diario Bristol Post hablaron en sus páginas del descubrimiento y la noticia explotó en todo el mundo.

No ha sido la única ocasión en que la identidad de Banksy ha estado en debate, ni la última. Desde la primera vez que un medio —el británico Daily Mail— aseguró haber descubierto que el elusivo artista era Robin Banks, “un exprofesor de una escuela pública que creció en los suburbios clasemedieros”, los descubrimientos han brotado continuamente. Sólo una semana después del post de Craig Williams, un video en el que una mujer supuestamente logra captar el rostro de Banksy se viralizó y puso de nuevo al mundo a conjeturar al respecto. En este video,1 la mujer ubica a un grafitero en acción que está terminando un mural y, al acercarse, se da cuenta de que está firmado por Banksy. Tras una corta persecución logra alcanzarlo y capturar su rostro, parcial y borroso.

Banksy

En la descripción del video —el único que ha subido a YouTube—, Mia S, la chica en cuestión, escribe: “Anoche, ya tarde, iba caminando a mi casa del trabajo y vi a un artista urbano haciendo una pieza en Hosier Lane. Me regresé y saqué mi teléfono al tiempo que él terminaba. ¡No puedo creer que acabo de conocer a Banksy!”. Pero la autenticidad del video fue discutida inmediatamente: la edad del artista ha sido calculada en unos cincuenta años y el “Banksy” que aparece en pantalla parece ser demasiado joven. Estamos hablando de un personaje que ha estado presente en el medio desde finales de los años noventa y que alcanzó la fama desde comienzos de los dosmiles.

Lo que tiene la teoría de Craig Williams es que parece sensata: hizo una labor de entrecruzamiento de pistas y datos para llegar a su conclusión. A diferencia del video, que tiene mucho en su contra, parece ser el intento más serio por develar quién se esconde en el concepto Banksy. Porque, a 19 años de haber irrumpido en el panorama del street art y el arte de galería a escala mundial, la incógnita persiste. Nadie conoce su identidad secreta —o quienes la conocen han guardado el secreto celosamente—. Días después de que saliera a la luz la teoría de Williams, el mismo Robert Del Naja salió a desmentirla con la sentencia: “Todos somos Banksy”.

Banksy

Todos somos Banksy

Un grupo de grafiteros vandaliza un tren, sólo que el tren es Thomas, el trenecito del famoso programa de televisión para niños Thomas y sus amigos.        

Un equipo de policías motorizados escolta una camioneta de valores. Sólo que lo que transporta es una dona gigante que va amarrada sobre el toldo de la van.

Unos patrulleros son capturados en video a punto de darle una paliza a... una piñata multicolor en forma de burro.

Un niño, dibujado con bolitas y palitos, empuja con una vara un neumático en llamas.

Las anteriores son descripciones de algunas de las piezas que han hecho famoso a Banksy. Son claras y directas, con mensajes acerca de la forma de vida capitalista, el abuso policiaco, el comportamiento de los políticos, el totalitarismo, la falta de opciones para la niñez y la juventud, la religión, el consumismo y los mecanismos mercantiles del arte. A veces en forma de esténciles, aerosol y pósters —técnicas tradicionales del grafiti—, y otras en óleos, técnica pictórica que posibilita el salto del grafiti tradicional al street art, que es más amplio en su técnica y su elaboración. Algunas realizadas en la calle y otras sobre lienzos. Existen varias formas de llamar a Banksy, muchas creadas por él mismo: “vándalo de calidad”, “gángster cultural” o “especialista en pintura de exteriores”.

Banksy

Desde 2002, cuando su nombre comienza a resonar, lo que se sabe de él en términos biográficos es lo siguiente (y comenzaremos con el aspecto técnico de su trabajo, pues eso nos lleva a su biografía):

Técnicamente, ha dicho, “uso lo que se necesite. A veces eso significa simplemente dibujarle bigotes a la chica de un anuncio; otras, sudar por días con un dibujo intrincado. La eficiencia es la clave”. Comenzó en 1994 como parte del colectivo de Bristol conocido como DeadBreadz Crew o dbz. En ese punto, su trabajo era más tradicional, cercano al grafiti old school, aquel originado en las calles de los boroughs o barrios neoyorquinos. El punto de inflexión se dio hacia 1990, cuando añadió esténciles a sus herramientas de trabajo. Existe una anécdota suya que habla de las razones por las que hizo ese cambio:

“Una noche me la pasé tratando de pintar la frase LATE NIGHT en grandes letras plateadas en forma de burbuja en el costado de un tren de pasajeros. La Policía de Transporte Británica se apareció y acabé hecho pedazos por atravesar corriendo un arbusto espinoso. Mis amigos llegaron al carro y desaparecieron, así que me la pasé escondido durante una hora bajo un camión de basura que chorreaba aceite de motor sobre mí. Mientras yacía ahí, escuchando a los policías en las vías, me di cuenta de que debía acortar mi tiempo de pintura o de plano retirarme de esto. Estaba mirando al número de la placa pintado en esténcil en el fondo de un tanque de combustible cuando me di cuenta de que yo podía copiar ese estilo y hacer cada letra de tres pies de altura”.

Banksy

Es un momento que Banksy considera una epifanía y que dio forma al movimiento que cambió el curso del grafiti a escala mundial. Porque el street art fue un giro de 180 grados. Esos primeros esfuerzos son los conocidos con la etiqueta de neografiti, que engloba al esténcil, al poster art, al grafiti vectorial, a las calcomanías, a la instalación, al arte postal, al diseño de juguetes, a los mosaicos y casi cualquier material o forma que se adapte a la pieza. Algunos nombres relevantes de este movimiento son Shepard Fairey, Space Invader, Dave Kinsey, Buff Monster, Os Gemeos y Kaws, más los muchos otros que se han ido sumando a lo largo de esta travesía. Y, en ese momento, se sumaba Banksy.

Su estilo ha sido comparado con el de Blek Le Rat, grafitero francés considerado el padre del grafiti en esténcil, así como con el del también francés Jef Aérosol. Sus mensajes cargados de sátira política son uno de los rasgos más característicos de su obra. En su página de internet, hasta hace algunos años se podía encontrar una lista de 12 pasos para crear un esténcil, la cual, más que un simple how-to, era toda una declaración de principios, una especie de manifiesto. Algunos decían: “Sal de tu casa antes de que encuentres algo allí que verdaderamente valga la pena”, “La inteligencia no entretiene tanto como la estupidez descarada, el fracaso y la humillación pública”.

Banksy

También lo caracteriza la originalidad, indispensable para sobrevivir y hacerse de un nombre en el medio. Además de sus esténciles en los que aparecen Lenin con spikes, Winston Churchill con mohawk verde, el Che Guevara con gafas oscuras y signos de dinero en los cristales, Cristo crucificado cargando las bolsas del súper o la reina Isabel II con cara de chimpancé —obras maestras de la caricaturización, existen piezas suyas que nacen de entender el entorno: a partir de unas flores que crecen de una grieta en un muro, Banksy dibuja con aerosol la silueta de un tipo vomitando (la forma del vómito son precisamente las flores); o aquellas que se circunscriben al concepto acuñado por él mismo, Brandalism, que tanto escandalizó en su momento a los ambientalistas y a los protectores de animales, pues se trata de mensajes comerciales sobre superficies vivas: ganado y animales. A este género pertenecen Moo York (una vaca con un grafiti en wild style), el cerdito con la frase “Fuck pigs”, o el elefante pintado como patrón de tapiz que estuvo exhibido durante Barely Legal, su primera exposición en Estados Unidos.

En eso radica la diferencia entre Banksy y alguien como Mr. Brainwash, ese extraño personaje —mitad Warhol, un cuarto de Banksy y un cuarto de Shepard Fairey— que se crea a sí mismo, que huele perfectamente el olor de los billetes en el negocio del street art y que logra inventar un pastiche engendrado por sus aventuras al lado de los grandes artistas urbanos del mundo, al grado de que Exit Through the Gift Shop (Banksy, 2014), la película que originalmente trataría sobre el artista de Bristol, termina centrándose en este personaje.

Banksy Dismaland Dismaland fue un parque de diversiones creado por Banksy y ubicado en el complejo Weston-super-mare en Somerset, Inglaterra. Se trata de un parque temático “inadecuado para niños”. El nombre juega con la palabra inglesa dismal, que significa “deprimente”. Foto: banksy.co.uk

Mr. Brainwash, francés, de nombre real Thierry Guetta, quien documenta las correrías de diversos artistas callejeros, y quien debe de ser la única persona en el mundo que guarde videos, ésos sí auténticos, del verdadero Banksy, es en el fondo la personificación de la hipercomercialización del arte callejero y de la decadencia que ese fenómeno natural trae consigo. No es difícil aventurar la influencia que Banksy ha ejercido en Mr. Brainwash, cuya presentación en sociedad fue un gran acontecimiento: la exposición Life is Beautiful, de 2008. Pues los grandes acontecimientos son marca también de Banksy. Sólo hay que mencionar Dismaland, la grandilocuente y retadora acción que montó en 2015 y para la cual logró reunir a 58 artistas (Damien Hirst entre ellos) que crearon una versión apocalíptica de Disneyland.

Estas acciones, así como sus estatuas, son una manera de cambiar el ambiente. Dice Banksy: “El grafiti es una forma de retribución. El mero hecho de hacer un tag es retribución. Si no eres el dueño de una línea de trenes, entonces vas y los pintas [...] puedes poseer la mitad de la ciudad al escribir tu nombre en ella”. Y él posee ya varios lugares: frente a la torre Eiffel y frente al Big Ben puso alguna vez la frase “This is not a photo opportunity”, para desalentar y confundir al turista. En el caso de sus estatuas —como la cabina telefónica “asesinada”— utiliza la siguiente fórmula: BOGOF (Buy One, Get One Free), o sea que realiza dos, una la vende y otra se la “regala” a la municipalidad. Otros de sus trabajos son grafitis en las trampas para aprisionar las llantas de los autos mal estacionados, o en los monumentos. Pinta adustos bobbys (policías británicos) orinando las paredes, helicópteros con moñitos para regalo, o escribe la leyenda “Designated picnic area” en un contenedor de basura. O su ya clásico afiche con la frase “Designated grafiti area”, que pegaba en los muros, pero también en las espaldas de los empleados de la municipalidad.

 

Robar un Banksy

Banksy

En el documental de 2005 How to Sell a Banksy, vemos los esfuerzos de Chris Thompson por colocar en el mercado una porción de una pieza de Banksy que él mismo se ha robado —la famosa Wrong War, que estuvo durante tres años en el puente de Shoreditch, al este de Londres— luego de percatarse del valor que llega a alcanzar un Banksy original en el mercado. Almacenado —es un decir: más bien aventado y abandonado en lo alto de un clóset— en la casa de la madre del director, el dibujo de tres policías con happy faces termina alcanzando un valor de 25 mil dólares, luego de un proceso para restaurarlo, que en el filme se divide en ocho etapas: Restauración, Presentación, Valuación, Promoción, Autenticación, Desesperación, Motivación y Exhibición. Y es que ése ha sido el destino de las piezas de Banksy: verse codiciadas por los cazafortunas que saben que una de sus obras puede sacarlos de pobres. O hacerlos más ricos.

En 2014, la compañía Sincura Group montó una exposición de ocho piezas originales de Banksy para subastarlas. El título no podía ser más revelador: Stealing Banksy consistía en piezas arrancadas de las paredes donde fueron realizadas. Aunque Sincura asegura no traficar obras de arte robadas, el hecho es que para poder poner en circulación las obras de Banksy, primero tuvieron que ser removidas. Old-skool, por ejemplo, es una pieza que desapareció de su spot original en 2008 y que, para la subasta, se calculaba que alcanzaría un precio de 350 mil libras. En un comunicado en su sitio web, Banksy aclaró: “Esta exposición no tiene nada que ver conmigo y pienso que es asqueroso que haya gente a la que se le permita exponer arte sobre muros sin obtener permiso”. ¿Es ironía? Es difícil dilucidarlo, por la naturaleza de su trabajo y la del grafiti y el arte urbano en sí mismos, que se basan en la invasión, la intervención y la sorpresa. Son golpes inesperados para la sociedad, los transeúntes y, sobre todo, para las autoridades.

 Banksy La obra de Banksy ha trascendido las calles y llegado a las galerías y subastas de arte. Un guardia de seguridad resguarda la pieza titulada “Donkey Documents”, en el Chelsea Harbor Design Center, en 2015. Foto: AFP

Crimen blanco

Si uno se atiene a los textos incluidos en el libro de Banksy You Are an Acceptable Level of Threat (Carpet Bombing Culture, 2014) parecería irónica su reacción ante el robo de su obra. Uno de ellos reza: “El crimen contra la propiedad no es un crimen”. En otra parte del libro se puede leer: “Los más grandes crímenes en el mundo no los comete la gente que rompe las reglas, sino aquella que las sigue”. Pero si nos basáramos únicamente en lo anterior, estaríamos sacando conclusiones precipitadas. Porque la segunda frase continúa así: “Son quienes siguen las reglas, los que lanzan bombas y masacran villas”. Banksy existe dentro de un contexto del que no se le puede sacar —como artista, personaje, ente o concepto—. Tomemos como ejemplo las acciones que pusieron los reflectores sobre su figura: cuando, contrario a lo que suelen hacer los contrabandistas de arte, implantó las suyas en museos. En el Museo de Historia Natural de Londres colocó una caja de plástico transparente con una rata disecada y vestida para grafitear (con gafas, mochila y una lata de spray). El Museo de Arte Moderno de Nueva York “expuso” un pastiche suyo de las famosas latas de sopa de Warhol, hasta que fue removido. En una expo sobre la realeza montó una pieza de la reina de Inglaterra... con bigotes.

Crear un Banksy es una tarea relativamente barata. Con el proceso de trabajo del artista se crean piezas que pueden alcanzar precios exorbitantes, situación que se presta, naturalmente, al engaño y la falsificación. Para eso es que existe Pest Control, la única compañía autorizada para autentificar las piezas atribuidas a Banksy. “Por favor, note que, debido a que muchas piezas de Banksy son creadas en un avanzado estado de intoxicación, el proceso puede ser tardado y desafiante. Pest Control sólo trata con obras de arte legítimas y no está envuelta en ningún tipo de actividad ilegal”, advierten en su sitio web. Sólo una pieza no original ha sido autentificada por el artista, y sólo por razones altruistas. Para Banksy, “el arte del grafiti vive una vida dura, con trabajadores municipales queriendo removerlo, chavos queriéndole pintar bigotes y gerentes de finanzas queriendo cortarlo para lanzarlo al fuego. Con la idea de mantener el arte callejero en donde pertenece, yo animaría a la gente a no comprar nada a nadie a menos de que haya sido creado originalmente para su venta”.

 

Regresen nuestro Banksy

Banksy

La popularidad de Banksy no está en disputa. Quizá sólo lo supere en este aspecto el estadunidense Shepard Fairey, creador del reconocido concepto de OBEY, ahora ampliamente comercializado y distribuido. Pero el nombre del artista de Bristol comenzó a aparecer en sitios de internet y libros especializados entre los años 2002 y 2004; su fama se vio reforzada por la edición de sus libros Existencilism y Banging Your Head Against a Brick Wall, así como por las exposiciones de su trabajo que se llevaron a cabo en esos años. Y esa popularidad se expandió inicialmente entre la comunidad grafitera, que se asombraba con sus piezas y su originalidad, pero después también entre el público que se fue acostumbrando a recibir noticias de su trabajo o que, de plano, se encontraba con un Banksy en alguna ciudad del mundo.

En 2013, residentes de Bristol descubrieron que en una subasta en Miami se ofrecía la pieza Slave Labour en un estimado de entre 500 mil y 700 mil dólares. La obra presentaba a un niño manufacturando banderas del Union Jack, la bandera del Reino Unido, y era una protesta en contra de las maquiladoras —o sweatshops— en las que se fabricó la memorabilia para la celebración del Jubileo de Diamante de la reina Isabel II y de los Juegos Olímpicos de Londres en 2012. Las protestas no se hicieron esperar y la gente salió a la calle con pancartas con la frase “Regresen nuestro Banksy”. La casa de subastas terminó retirando la pieza de la puja, aunque sin dar razones. No es poca cosa, pues cuando la gente de a pie —aquella que está expuesta al trabajo del artista y para la que éste está pensado— llega a luchar por él, se está superando la barrera del nicho y del ghetto grafitero. La validación proviene del gremio artístico, pero también del gran público. Banksy continúa allí. ¿Algún día sabremos quién se esconde detrás del personaje, o seguirá siendo uno de los grandes secretos del arte urbano contemporáneo? m.

Banksy

Bob Dylan: trovador de tiempos modernos

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Figura principal del elenco artístico del siglo XX y voz de una época coloreada con el intenso anhelo de libertad, paz y justicia, Bob Dylan es, ante todo, un poeta. Como tal lo distingue el Premio Nobel de Literatura, en una decisión audaz que ha levantado polémica. No obstante, lo que parece indiscutible es que sin las canciones de Dylan el mundo sería muy distinto

El nombre original de Dylan es Robert Allen Zimmerman. Foto: bobdylanarchive.com
El nombre original de Dylan es Robert Allen Zimmerman. Foto: bobdylanarchive.com

Anunciado este año con un retraso que incrementó la expectación que siempre levanta, el Premio Nobel de Literatura sorprendió y dividió el mundo literario al ser otorgado (aparentemente) a una persona ajena al mundo de los libros. Bob Dylan, cuyo nombre había aparecido en las listas de apuestas desde hacía al menos un decenio, fue merecedor del máximo galardón de las letras internacionales “por haber creado nuevas expresiones poéticas dentro de la gran tradición de la canción estadunidense”, según afirmó Sara Danius, vocera del Nobel, al leer el acta del fallo (fallido, arguyen los detractores).

Para el poseedor de una vitrina que alberga trece premios Grammy, un Oscar (estatuilla que a veces coloca sobre un amplificador en el escenario), el Premio Príncipe de Asturias en Artes (2007), el Premio Pulitzer (en 2008, por su influencia en la cultura estadunidense y por sus letras poéticas), la Medalla Nacional de las Artes (2009) y la Medalla Presidencial de la Libertad (2012), que se entregan en su país, así como la bicentenaria distinción de la Legión de Honor en Francia, en 2013, el Nobel “es como ponerle una medalla al Everest”, ha dicho el compositor y escritor Leonard Cohen.

Más que el premio a la periodista Svetlana Aleksiévich en 2015, el Nobel a Dylan provocó un cisma en la opinión pública interesada por la literatura. Que si el próximo año podría ser entonces para un futbolista, o que si el novelista Haruki Murakami habría de buscar una candidatura en los Grammy… Otros tantos se han pronunciado a favor: “Si lo de Bob Dylan no es literatura, ¿qué es literatura?”, dijo el escritor Richard Ford a la prensa al recibir el Premio Princesa de Asturias. ¿Qué hay en el artista que atrajo la mirada de la Academia Sueca y de tantos melómanos, lectores, biógrafos e investigadores?

Bob DylanJoan Baez y Bob Dylan durante una marcha por la defensa de los derechos civiles en agosto de 1963. Foto: EFE

“You c’n listen to m’story,

 listen to m’song”

Dylan, en Hard Times in New York Town

Un par de sucesos ocurridos a mediados de los sesenta marcó la carrera de Dylan: uno voluntario y el otro accidental. En 1965, el músico dio el salto al rock eléctrico; en 1966 sufrió un accidente en motocicleta.

Dylan decidió “electrizarse” y cambiar al rock cuando ya era una figura consolidada del folk, género musical acústico (a veces sólo guitarra y voz) y vinculado a la canción de protesta. Es famoso el grito de “¡Judas!” que le lanzó un asistente al concierto en Newport, en 1965, cuando Dylan hizo público su crossover, como se llama ahora a ese género de decisiones artísticas. Debería ser más famosa la respuesta que el cantante dio: “I don’t believe you, you’re a liar”, dijo hacia el público, y “Play it fucking loud” para sus músicos antes de tocar “Like a Rolling Stone”, que a la postre se convertiría en su canción más famosa. Su actitud reafirmó una poética centrada en la satisfacción propia, sin miras a la crítica. “El arte es escapar de lo que creen que eres o de lo que esperan de ti”, como afirmó el escritor catalán Enrique Vila-Matas en su novela Aire de Dylan, cuyo protagonista se asemeja asombrosamente al cantautor del título.

La decisión de mudarse al rock sería un indicio de las múltiples mutaciones que haría en adelante, sin preocuparse del éxito que le reportaran. Ahora es habitual ver a artistas “reinventarse”, pero en 1965 las cosas no eran así. Los intérpretes de música popular parecían unidireccionales, sólo envejecían, no había grandes cambios en su carrera aparte de los estragos del tiempo.

Bob DylanImagen de una manifestación contra la guerra de Vietnam en 1968. Foto: AP

Tan pronto como Dylan entró en esa nueva etapa, hubo de alejarse de la vida pública debido al accidente en motocicleta que sufrió por los caminos de Woodstock, Nueva York, donde vivía. Acaso harto de la fama y con el pretexto de su convalecencia, entre el accidente de 1966 y 1974 hizo escasas presentaciones: un breve concierto en 1968 en Nueva York y tres más en 1969 (uno con Johnny Cash), además de su participación en el Concierto para Bangladesh, organizado en 1971 por George Harrison y Ravi Shankar y que fue el primer gran evento con fines altruistas.

Esa reclusión no mermó la creatividad de Dylan; al contrario, fue uno de sus lapsos más fructíferos: lanzó seis producciones de estudio. En ellas retornó a la instrumentación más acústica (John Wesley Harding, 1967), mutó drásticamente de voz (Nashville Skyline, 1969), hizo la banda sonora de una película (Pat Garrett & Billy the Kid, 1973), versionó clásicos (Self Portrait, 1970)… en suma, se reinventó (véase New Morning, 1973). Culminó esa etapa alejado de los escenarios con el disco Dylan (1973), que, curiosamente, no contiene ninguna composición suya —su álbum debut, titulado Bob Dylan (1962), sólo incluía dos temas suyos, el resto era de otros autores: ¿por qué bautizar los discos con menos composiciones suyas con su propio nombre?

 

“¿Qué hay en un nombre?”

Julieta, en Romeo y Julieta

Robert Allen Zimmerman (Minnesota, mayo de 1941) creció en una familia judía, en una sociedad cerrada en la que su mayor conexión con “el mundo” era a través de la radio, donde conoció el recién creado rock’n’roll. Comenzó a tocar la guitarra y montó grupos escolares. Bob Dylan nació a finales de los años cincuenta: adoptó su nombre de batalla por uno de los poetas que leía en esos días, el irlandés Dylan Thomas (más por la sonoridad del nombre que por su afinidad). En busca de hacerse una carrera en la música, dejó la escuela y se mudó a Nueva York, donde compartió canciones propias y ajenas en cafés y bares del mítico vecindario Greenwich Village. Además, su llegada a la Gran Manzana le dio la oportunidad de buscar a Woody Guthrie, uno de sus grandes ídolos: logró conocerlo en un hospital, siete años antes de su muerte. Dylan no tardó en firmar contrato para lanzar su primer disco en 1962, mismo año en el que cambió legalmente su nombre a Robert Dylan.

Bob DylanDylan, 1963. Foto: AP

The Freewheelin’ Bob Dylan (1963), The Times They Are a-Changin’ (1964) y Another Side of Bob Dylan (1964), lo afianzaron, en gran parte, por el hecho de que encuadraban dentro de la canción de protesta. La juventud estadunidense, protohippie, vivía la oposición a la guerra en Vietnam y tenía en la música un óptimo medio de expresión para sus deseos de paz. Himnos como “The Times they are a-Changin’” y“Blowing in the Wind” le granjearon a Dylan el mote de “la voz de una generación”; menos famosas, canciones como “The Lonesome Death of Hattie Carroll” o “Masters of War” daban cuenta de sus opiniones antirracistas y antibélicas.

De esa época también datan canciones que se remiten al amor (“Girl From the North Country”, “Don’t Think Twice, it’s All Right”, “It Ain’t me, Babe”), una temática que no ha abandonado. Se podría asegurar que hay una canción de Bob Dylan para cada posible situación amorosa.

El mencionado cambio a la música eléctrica, de 1965, comenzó con Bringing it All Back Home (mitad eléctrico, mitad acústico) y Highway 61 Revisited, lanzados aquel año y seguidos en su discografía por Blonde on Blonde, ya de 1966. Más que un “artista comprometido”, Dylan dejó en claro que era un artista. “Like A Rolling Stone”, “Ballad of a Thin Man”, “Just Like a Woman”… sus “grandes éxitos” surgidos de estos discos, son de lo más representativo de su legado.

Sus composiciones pronto fueron retomadas por otros cantantes que hicieron de ellas clásicos aún mayores. El ejemplo inmediato es “All Along the Watchtower”, cuyos primeros acordes en la versión de Jimi Hendrix sintetizan el sonido de los sesenta. Sobrepasaría estas páginas la lista completa de intérpretes que han cantado las canciones de Bob Dylan: de Nina Simone a Cat Power, pasando por Kronos Quartet, José Feliciano o Miley Cyrus.

Pero del propio Bob Dylan, él mismo dijo: “Mi nombre no tiene ninguna importancia: hace mucho tiempo que intento liberarme del mito que Bob Dylan supone”. El nombre, reflejo de la identidad, es recurrente en su obra: “Gonna forget about myself for a while” (“voy a olvidarme de mí por un rato”) o “I’ve been trying to get as far away from myself as I can” (“he tratado de alejarme de mí mismo tanto como puedo”) se escucha en sus canciones. Parece que el compositor estuviera en una lucha constante consigo mismo, o, como lo resume en otros versos: “I fought with my twin, that enemy within” (“luché con mi gemelo, ese enemigo interno”) y “Oh, my name it is nothing” (“oh, mi nombre no es nada”). Quizá por ello buscó reinventarse: recurrió a hacer de sí mismo un personaje, un tanto hermético, con decisiones musicales en ocasiones contrastantes e inesperadas. El aislamiento luego de su accidente en moto no fue casual: el hartazgo no era gratuito. La fama lo acosaba al extremo en que “periodistas” revisaban su basura… aunque de eso hablaremos en la sección de libros.

Bob Dylan1985. Foto: AFP

Ya de vuelta a los escenarios con Planet Waves (1974), disco bien recibido a secas, la “reconsagración” vendría con Blood on the Tracks, del año siguiente: uno de los álbumes que, junto a Blonde on Blonde, se recomiendan para comenzar a “leer” la obra del Nobel de Literatura 2016. Blood… parecía provenir de su época más creativa, más arriesgada y exitosa (aquella de Blonde…): poderosamente emocional, con una capacidad compositora renovada, pero, sobre todo, con temas que de inmediato se convirtieron en clásicos de su repertorio (“Tangled Up in Blue”, “Simple Twist of Fate”, “Shelter from the Storm”).

 

Del cristianismo a los villancicos y otros fracasos

El gospel no iba a quedar relegado en la exploración sonora de Dylan por la música tradicional estadunidense. Este género, cercano a los cantos religiosos de los cristianos del sur del país, fue adaptado muy a su estilo: en 1979 publicó Slow Train Coming, el primer disco de su época de born-again Christian (cristiano renacido), en la que se valió de una instrumentación típica del rock —si bien el gospel en ocasiones sólo utiliza el órgano y los coros—.

A este disco siguieron Saved (1980) y Shot of Love (1981). Tan sorpresivo como ese lapsus cristiano (habiendo nacido judío) fue el lanzamiento de Christmas in the Heart (octubre de 2009), una colección de villancicos que sorprendió hasta a los fans más duros del cantante. Su etapa cristiana no duró más de seis años, de 1978 a 1984: por su asistencia a eventos religiosos, se asume que regresó al judaísmo, aunque ha sido evasivo al hablar de sus creencias religiosas.

Para muchas figuras del rock, los años ochenta fueron años de decadencia o altibajos, y Dylan no fue la excepción. Acostumbrado a un ritmo más veloz de producción, pasaron dos años para Infidels (título lúdico para un disco ya no vinculado a la religión), dos más para Empire Burlesque. Continuó una serie de cuatro discos musicalmente poco memorables, para acabar con dos placas con un repertorio tradicional, de 1992 y 1993.

Bob Dylan1987. Foto: EFE

Born-again musician

Más interesante que su “renacimiento” como cristiano fue su renacer como creativo. Antes de publicar Time out of Mind (1997), su exitoso regreso a las listas de los más vendidos, Dylan arrancó la gira con la que sigue dando conciertos hasta ahora: Never
Ending Tour.
A sus 75 años de edad, el músico tiene en promedio, desde 1988, cien presentaciones en vivo al año. Aquel año fueron 73, una cifra “normal” para cualquier grupo. Sin interrupción, desde 1989 no ha bajado de 80 conciertos al año (en 1998 dio 144). Para el 23 de noviembre, habrán sido 77 presentaciones en 2016. En ese largo periplo por el mundo, Dylan ha llegado tres veces a Jalisco: la primera en 1991, al Instituto Cultural Cabañas, con dos fechas, y dos fechas más en el Auditorio Telmex (2008 y 2012). De 1991 recuerdan los que asistieron, que cantó “perfectamente borracho” (Diego Petersen dixit, en “Dylan entre nosotros”, en El Informador, 17 de octubre de 2016). El cantante dejó de beber pocos años después (1994).

Aun con sus numerosos compromisos por el mundo (de Argentina a China), el músico reserva tiempo para componer en el camino y encerrarse con frecuencia en el estudio. Luego del ya mencionado Time out of Mind, ha lanzado los nada despreciables Love and Theft (2001), Modern Times (2006), Together Through Life (2009) y Tempest (2012), discos en los que demuestra su evolución musical y vocal.

En 2015 reviró a los muchos críticos que juzgaron su manera de cantar como “acabada”: Shadows in the Night y su secuela, Fallen Angels, de 2016, constituyen un homenaje a la tradición estadunidense. En estos álbumes, Dylan recreó estándares del jazz cantado, del tiempo en que el jazz y el (entonces llamado) pop convivían en la radio sin problema alguno. Para conmemorar esa enorme influencia en sus composiciones, Dylan presentó una voz limpia, nítida como tenía años sin mostrar, también en las versiones en vivo.

Bob Dylan2001. Foto: EFE

“Come writers and critics who

prophesize with your pen”

Dylan, “The Times they are a-Changin’”

En la librería neoyorquina Strand dimensioné el caudal de tinta que ha corrido en torno al bardo. La librería es enorme (su eslogan es: “18 miles of books”; 29 kilómetros de libros) y en una mesa de exhibición me topé con el volumen 2 de un libro dedicado a Dylan. Quise ver el volumen 1; pregunté a uno de los empleados, que me guió hasta el sótano. “Aquí estaría”, me indicó. Me agobió lo que encontré: del piso al techo, el librero estaba atiborrado de títulos, todos ellos sobre Dylan. La que se presume como la librería más grande, con una sección dedicada a quien podría presumirse como el icono más grande del rock. La bibliografía sobre Bob Dylan incluye biografías en el formato clásico, claro, pero también tesis universitarias, comentarios políticos a su obra, interpretaciones poéticas de sus canciones, ensayos que analizan su obra y la influencia judía, diccionarios y hasta enciclopedias.

No había pasado un decenio de su debut cuando surgió en el idioma inglés el neologismo dylanologist, de la pluma de AJ Weberman, un periodista y escritor de teorías de conspiración que se asumió como tal. Si bien la fascinación por la obra de Dylan es algo común en los autores que lo han explorado, lo de Weberman sobrepasó el límite de lo enfermizo, al grado de “stalkear” a su objeto de estudio. Además de traicionarlo al grabar conversaciones telefónicas, esculcó la basura del músico. Quizá por ello Dylan decidió alejarse también de los medios de comunicación y tomó una postura muy estricta al momento de aceptar entrevistas.

A comienzos de este año se concretó la venta del archivo personal de Dylan a la Universidad de Tulsa, en Oklahoma, donde también descansa el archivo histórico de Woody Guthrie, muy admirado por Dylan. Por una cantidad estimada en veinte millones de dólares (según TheNew York Times), el archivo incluyó más de seis mil artículos, entre cuadernos, manuscritos de canciones, poemas, grabaciones originales, pinturas (el músico también pinta), fotografías y correspondencia. Estará disponible para consulta sólo para investigadores que acrediten haber estudiado previamente la obra de Dylan: aunque también planean montar exposiciones con parte del material (bobdylanarchive.com).

Bob Dylan2011. Foto: EFE

“’Cause i’m a poet, don’t know it?”

Syd Barrett, “Bob Dylan Blues”

El acta de la Academia Sueca no hace referencia a los dos libros de prosa de Dylan: el experimento beat titulado Tarántula, “novela” escrita en los sesenta, con un estilo tendiente más a la prosa poética; o el entrañable volumen de Crónicas, un libro de memorias y anécdotas contadas sin tapujos que fue registrado como uno de los mejores libros de 2004, el año de su publicación. Al darle el Nobel, los académicos suecos se remitieron sólo a su poesía lírica, a las canciones.

No es nueva la valoración literaria de su obra: Andrew Motion, poeta laureado del Reino Unido, publicó la antología de poesía Here to Eternity (2001). La sorpresa para los puristas fue la inclusión de “I and I”, texto de Bob Dylan que vio la luz en Infidels. En la curaduría de Motion, el nombre Dylan figura al lado de Shakespeare, Mandelstam, Brecht y muchos otros. Antes, Ball Gordon nominó a Dylan al Nobel por primera vez, en 1996.

Despojados de la música, en sus textos confluyen la influencia popular con el típico cancionero estadunidense y sus subgéneros; y la poesía de vanguardia con su influencia beat; la poesía culta (Dylan Thomas, Arthur Rimbaud) y la Biblia. De los beat, resalta la amistad que tuvo con Allen Ginsberg, quien incluso hizo un cameo en el video de “Subterranean Homesick Blues”, canción de 1965 (doblemente pionera: por un lado, es el primer video musical que no muestra a los músicos tocando; por otro, la canción misma es un periplo verbal de difícil interpretación, una especie de protorrap). “Desolation Row”, una de las canciones más largas entre las más clásicas de Dylan, plantea un diálogo directo con la “Canción de amor de J. Alfred Prufrock”, de T.S. Elliot, uno de los grandes poemas del siglo XX: en ambos textos reina un aire de cotidianidad, visto con ojos de poeta. El reto mayor para los negacionistas del Nobel sería acercarse a los textos en busca del valor literario, quizás olvidarse de la instrumentación. Juzgar el peso poético de la obra de Dylan por su manera de cantar es como rebajar el valor del Decamerón porque no nos gustan las dos columnas de la edición de Porrúa. Para ello está The Lyrics: 1961-2012, el volumen que compendia sus letras.

Bob Dylan

Dylan ha escrito también breves cuentos versificados, encapsulados en canciones y con una narrativa sintetizada. “Hurricane”, otra de sus canciones más extensas, es un relato sobre el boxeador Rubin Carter y su conflicto con la ley; “Neighborhood Bully”, una alegoría del Estado de Israel; la desastrosa historia de amor en “Tangled up in Blue”; “The Ballad of Frankie Lee and Judas Priest”, una historia con moraleja, u otras baladas (como “Ballad of Hollis Brown” y “Ballad of a Thin Man”) son ejemplos de que, a la par del dominio verbal en la rima y las figuras retóricas, Dylan utiliza sin dificultad la narración.

La condecoración debería abrir el debate acerca de… ¿las nuevas formas que adopta la literatura? La épica nació cantada, incluso las novelas del ciclo artúrico estaban “escritas” en verso, mismos que se recitaban en plena Edad Media. La reflexión debería ser sobre las fronteras que se han establecido entre los géneros y formatos del arte. Eso sí, la deuda (como escribió el crítico Christopher Domínguez Michael, “El equívoco sueco”, en El Universal, 19 de octubre de 2016) es premiar con el Nobel a algún crítico: allí están George Steiner y Harold Bloom. Pero antes de ellos, no sorprendería que en veinte o treinta años el Nobel lo recibiera un guionista de cine o de series, o un escritor de cómics (ya hay quienes señalan a Alan Moore, autor de V de Vendetta,Jerusalem y Watchmen, como un posible nominado en un futuro cercano). m.

La fe desde la mirada jesuita, eje del nuevo filme de Scorsese

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El Papa Francisco y el director de cine Martin Scorsese se reunieron en Roma para conversar sobre «Silencio», la nueva película del estadunidense, que narra los difíciles años de los evangelizadores jesuitas en el Japón del Siglo XVII

Scorsese - Ignacio

Japón, Siglo XVII. El Padre Ferreira ha renunciado a su fe para salvar la vida de varios de sus hermanos en un país cuyas autoridades ven a los evangelizadores jesuitas como una amenaza al status quo y los está matando. ¿Traicionó Ferreira a su iglesia y a la Compañía de Jesús o practicó el cristianismo en su estado más puro?

Esta pregunta sobre los complejos entresijos de la fe es el motor que mueve la trama de Silencio (Silence) la nueva película de Martin Scorsese (Nueva York, 1942), uno de los grandes maestros en la historia del cine, quien ha declarado en varias ocasiones que este proyecto había sido una de sus obsesiones desde que en 1989 quedó fascinado con el libro homónimo escrito por el japonés Shusaku Endo, un católico converso.

Basado en hechos reales y salpicado con elementos de ficción, el filme fue el pretexto ideal para que el Papa Francisco –quien entre sus motivaciones para convertirse en jesuita estaba la de ser misionero en Japón– recibiera al realizador estadunidense en una audiencia privada celebrada en el Palacio Apostólico del Vaticano.

Según informa la oficina de prensa de la Santa Sede, el Sumo Pontífice y el director de títulos como Buenos Muchachos, El Lobo de Wall Street, Taxi Driver o La última tentación de Cristo, conversaron durante 15 minutos sobre el libro y la película, piezas que narran la persecución sufrida en tierras niponas por un grupo de jesuitas portugueses que en Silencio son interpretados por Liam Neeson (Padre Cristóvão Ferreira), Adam Driver (Padre Francisco Garrpe) y Andrew Garfield (Padre Sebastião Rodrigues).

En la reunión, Scorsese le regaló al Papa dos cuadros relacionados con la cinta y el libro –entre ellos una imagen de la Virgen de Nagasaki–, mientras que los acompañantes del ganador del Oscar por Infiltrados (su esposa Hellen Morris, sus dos hijas y Gastón Pavlovich, productor mexicano del largometraje), recibieron sendos rosarios de manos de Francisco.

Silencio fue proyectada en el Pontificio Instituto Oriental de Roma la noche del 29 de noviembre, ante la presencia de unos 300 jesuitas y el propio director.

 

Una evangelización nada pacífica

La expansión del cristianismo en aquellas tierras le debe mucho al jesuita Francisco Javier, quien a pesar de la férrea oposición del clero local llegó a convertir a miles de japoneses, desde que desembarcó en el archipiélago en 1549.

Las represalias no tardaron en llegar y los ahogamientos y crucifixiones de evangelizadores se multiplicaron, a pesar de lo cual los jesuitas continuaron con su labor de manera clandestina, ya que el cristianismo estaba prohibido.

-“Ferreira está perdido para nosotros; denunció a Dios en público y renunció a su fe”.

-“Eso no es posible. El Padre Ferreira arriesgó su vida para propagar nuestra fe por todo Japón”.

Este es uno de los diálogos que se pueden ver en el tráiler del filme que ya circula en las redes sociales; en él se observa cómo la curia jesuita en el Reino de Portugal decide enviar a Rodrigues y a Garrpe para buscar a su mentor desaparecido, Ferreira, e investigar los actos violentos desatados contra los católicos.

Silencio trata de esa necesidad de creer que lucha contra la voz de la experiencia”, afirma Scorsese en una entrevista con The New York Times Magazine

Fue tal el involucramiento de director y actores con este proyecto que el mismo Scorsese se puso a reunir parte del dinero para producirlo, los protagonistas redujeron su salario al mínimo e incluso Garfield (Spider-Man, La red social), realizó los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús, y pasó siete días en un retiro de silencio en San Beuno, un centro espiritual jesuita en Gales.

Además, Scorsese y compañía recibieron la asesoría de varios jesuitas para imprimirle el mayor realismo a los rituales religiosos y a la manera de entender la fe de esta orden religiosa, entre ellos James Martin, SJ, editor de la revista America, Alberto Núñez, SJ, Jerry Martinson, SJ y Emilio Zanetti, SJ.

“El guion consigue reflejar muy bien esa atmósfera de thriller en el contexto de un período de la historia japonesa que ha venido a llamarse sakoku o nación cerrada, cuando la cristiandad del país del sol naciente, reducida a un rebaño disperso, vivía en el silencio”, afirma Núñez en un texto donde comparte su análisis sobre el filme y su experiencia como asesor de Scorsese.

“La fe de los sencillos brilló allí con fuerza, irradiando una extraña belleza, casi sobrenatural”.

A lo largo de cuatro siglos, cientos de jesuitas han desembarcado en Japón, entre ellos Pedro Arrupe, SJ y Adolfo Nicolás, SJ, quienes fueron Superiores generales de la Compañía de Jesús.

Se espera que Silencio, filmada en Taiwan bajo la dirección fotográfica del mexicano Rodrigo Prieto, se estrene en México en los primeros meses de 2017.

XV Bienal de Venecia: batallas ganadas que merecían ser contadas

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La Bienal es la puerta por la que cada quién pasará e irá tan lejos como sus inclinaciones y curiosidad le indiquen. Queda como incógnita hacia dónde se cargará la balanza en la próxima edición: ¿seguirán los proyectos incluyentes o volverán a brillar las estrellas?

Bienal de VeneciaLas Bienales de Venecia siempre han sido un fiel reflejo de su época. Si en ediciones pasadas se mostraba el derroche y esplendor de los arquitectos del star system, la decimoquinta edición, Reportando desde el frente, ha mostrado más trabajo colaborativo que firmas de autor, más soluciones a problemas sociales que formas caprichosas. Los tiempos no están para menos. La Bienal “más latinoamericana”, curada por el arquitecto chileno Alejandro Aravena, pionero en el trabajo participativo, invitó a mostrar “historias exitosas, batallas ganadas que merecían ser contadas”.

El resultado ha sido una exposición rica en contenidos que ha dado visibilidad al trabajo que se realiza desde las trincheras en todo el mundo, sin extrañar los avances tecnológicos, las formas imposibles, el impacto visual, ¡el espectáculo!

Entre los mejores proyectos que se presentaron este año, y que además recibieron la máxima distinción, el León de Oro, destacaron el Pabellón de España, porque mostró novedosas estrategias de adaptación y reciclaje, con las cuales la arquitectura española ha hecho frente a sus recientes desafíos económicos, y el del arquitecto paraguayo Solano Benítez, por la imponente estructura de ladrillo con la que muestra la vigencia y el gran potencial de este material básico.

Entre los pabellones bien balanceados entre forma y fondo destaca México con Despliegues y ensambles, una selección de 31 muestras de las mejores prácticas en nuestro país. Entre ellas, el proyecto de la arquitecta Valeria Prieto, quien, en colaboración con estudiantes de la universidad y la población de Aguas Blancas, Michoacán, logró la preservación de su arquitectura vernácula; la emblemática Cooperativa Palo Alto Santa Fe, un grupo de vecinos que han resistido heroicamente a los combates de la especulación; y, sobre todo, un buen compendio de los diferentes Manuales del Constructor, herramienta protagonista del quehacer de la construcción en México. Por último, el documental De sus manos,  proyecto colaborativo de egresados del ITESO —Jorge y Francisco Rivera, Salvador Macías, Margarita Peredo, Luis Aldrete, Alejandro Guerrero y Francisco Gutiérrez— con artesanos de la construcción, obra que registra el trabajo y el aporte de los maestros de obra y de los albañiles en los procesos de construcción.

Bienal de Venecia Las fotos que ilustran este texto son cortesía de Arabella González

Ahora toca, catálogo en mano, profundizar en el material que interpele al interés personal, ya que la Bienal es la puerta por la que cada quién pasará e irá tan lejos como sus inclinaciones y curiosidad le indiquen. Queda como incógnita hacia dónde se cargará la balanza en la próxima edición: ¿seguirán los proyectos incluyentes o volverán a brillar las estrellas?

La bienal se ha convertido en una cita obligada para cualquier arquitecta o arquitecto que guste del patrimonio o la arquitectura contemporánea, la crítica o el debate, las publicaciones o las conferencias. Además, a esto se suman las más de 20 actividades colaterales (oficiales y no oficiales) por toda la ciudad, que aprovechan el tirón del peregrinaje arquitectónico en una ciudad que, por lo demás, no necesita nada para seducir: Venecia es en sí misma un espectáculo. m.

Bienal de Venecia

Del guiño al homenaje, pasando por la colaboración

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Para el cinéfilo es gratificante reconocer lo que ve, pues entiende: puede establecer un puente entre la cinta y la cita, y le ofrece la posibilidad de enriquecer la apreciación y la interpretación con sus experiencias previas

Imagen de la película «Bastardos sin gloria».
Imagen de la película «Bastardos sin gloria».

El Factor o Número Bacon sugiere los grados (o número de relaciones) que llevan de Kevin Bacon a cualquier otro actor. Esta lúdica ociosidad invita a pensar en las conexiones que el cine puede establecer, en su interior y también hacia el exterior. ¿Cómo se llega de Ingmar Bergman a Woody Allen? ¿Del pintor Francisco de Goya a Guillermo del Toro? ¿A cuántos grados de distancia están?

La conexión más directa es trabajar con los mismos colaboradores. Sin embargo, para el cinéfilo es acaso más gratificante reconocer lo que ve, pues entiende: puede establecer un puente entre la cinta y la cita (¿alimenta la vanidad de saberse conocedor?) y le ofrece la posibilidad de enriquecer la apreciación y la interpretación con sus experiencias previas. La ampliación del campo semántico se concreta entre otras razones cuando se reencuentra una paleta de colores, una forma de manipular la cámara, de emular algún procedimiento técnico, un estilo narrativo, desarrollados previamente.

Pero qué pasa si se ignoran estos nexos. A veces es inevitable permanecer en la ignorancia, pero siempre existe la posibilidad de leer o ver entrevistas hechas a los realizadores. Asimismo, es recomendable la procuración de libros especializados o críticas, que ahí pueden cumplir una de sus misiones más encomiables (aunque no falta el presuntuoso que busca el lucimiento con su conocimiento). Más allá de la evaluación, el buen crítico y el buen académico han de contribuir al establecimiento de conexiones iluminadoras y permitir el sondeo de homenajes, guiños, influencias y rutas.

 

Guiños

Al final de Bastardos sin gloria (2009), esa fantasía de época del fantasioso Quentin Tarantino, el jefe de los vengadores judíos hace un grabado en el rostro de un nazi. Concluye afirmando que es una obra maestra. ¿Por su boca habla Quentin, calificando su propia película? Al final de Batman: El caballero de la noche asciende (2012), en el entierro de Bruce Wayne, se lee un fragmento de Historia de dos ciudades, de Charles Dickens. La lectura es emotiva —y lo es más en la novela— e invita a una reinterpretación de la película por medio de la obra literaria.

 

Colaboraciones

Sidney Lumet buscó al cinefotógrafo Carlo Di Palma después de ver su labor en Desierto rojo (1964), de Michelangelo Antonioni. El estadounidense quería utilizar el color dramáticamente, como el italiano. Di Palma trabajó en The Appointment (1969), de Lumet. Posteriormente fue un colaborador de cabecera de Woody Allen. Éste tuvo un periodo bergmaniano, y en algunas cintas convocó al cinefotógrafo del sueco, Sven Nykvist. Éste fue el responsable de la luz de la última cinta de Tarkovski. Así, fotografía mediante, puede trazarse un puente de Antonioni a Tarkovski.

 

Homenaje

En Los intocables (1987), Brian De Palma propone una escena en la estación de tren de Chicago. Un policía espera a los mafiosos. En el momento en que éstos aparecen, se cruza una mujer que empuja una pesada carriola. Ésta cae dramáticamente... como la carriola que desciende por la escalera de Odesa en la celebérrima escena de El acorazado Potemkin (1925), de S. M. Eisenstein. En el mismo pasaje emula una escena memorable de Psycho (1960), de Alfred Hitchcock. De Palma rinde así homenaje a dos grandes maestros. Al británico volverá a homenajearlo en numerosas ocasiones.

 

Intertextualidad/Influencia

¿Cuántas veces hemos visto una película dentro de la película o a un personaje leyendo una novela, es decir, un texto dentro del texto? En el cine de Pedro Almodóvar, por ejemplo, se pueden rastrear algunos hitos del cine. Como en La piel que habito, que va más allá de la influencia de Los ojos sin rostro (1960), de Goerges Franju, y de un doctor que reconstruye un rostro, y en Todo sobre mi madre, que incluso emula el título de la célebre cinta de Joseph L. Mankiewicz, All About Eve. Mediante la intertextualidad (literal o escenificada) y la influencia, el cine da sentido al cine.

 

Momentos musicales

Al italiano Nanni Moretti le gusta abrir espacios en sus películas para compartir con el espectador canciones que reservan gran emotividad. Es el caso de la ganadora de la Palma de Oro, La habitación del hijo (2001). En ésta, un padre encara la muerte inesperada de su joven hijo. Entonces va a una tienda de discos y escuchamos a Brian Eno entonando “By This River”. En El caimán (2006) una pareja se separa mientras la banda sonora reproduce “The Blower’s Daughter”, de Damian Rice, que formaba parte del soundtrack de Closer (2004). Las músicas tienden puentes. Y duelen por duplicado.

 

Para saber más

::Sobre la escena de Los intocables, de De Palma.

::Sobre La piel que habito, de Almodóvar.

::Seis grados Kevin Bacon a Barbra Streisand.

:: Clip con escena de El acorazado Potemkin y Los intocables.

:: Sobre la textualidad en el audiovisual.

::Homenajes de Pixar (no tiene desperdicio).


Cuestión de conciencia

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La experiencia subjetiva es la más difícil de explicar, porque los humanos tenemos diferentes grados de conciencia en diferentes momentos de la vida. ¿Cómo podemos entonces explicar distintos índices de conciencia?

«Watson», la potente creación de IBM.
«Watson», la potente creación de IBM.

Algo que nos ayuda a establecer una relación entre la materia y lo no material es la conciencia. Si estás entendiendo estas palabras, eres consciente. Sin embargo, aun cuando podemos percibir que la conciencia existe, estudiarla ha sido un verdadero reto para los científicos, pues no se puede ver, tocar o contar, y si no se puede contar, entonces explicarla en aras del avance de la ciencia tiene alto grado de complejidad.

El reconocido filósofo David Chalmers, de la Universidad de Nueva York, menciona dos características que es necesario explicar cuando nos referimos a la conciencia. La primera es que ésta es procesamiento de información y también es experiencia subjetiva; ambas simultáneas. Al entender la primera característica hemos avanzado significativamente, pues ya procesamos información de manera exitosa en sistemas artificiales, como lo son las computadoras. Tenemos, por ejemplo, softwares tan complejos, como los llamados redes neuronales, que analizan inmensas cantidades de datos: como Watson, de IBM, que juegan ajedrez e incluso son capaces de manejar un automóvil.

Sin embargo, la segunda característica que menciona Chalmers, la de la experiencia subjetiva, es la más difícil de explicar. Sabemos, por ejemplo, que los humanos tenemos un grado de conciencia superior al de los animales, procesamos más información y parece que tenemos percepciones más complejas. Los humanos tenemos diferentes grados de conciencia en diferentes momentos de la vida, por ejemplo, en un sueño profundo. ¿Cómo podemos entonces explicar distintos índices de conciencia?

En 2004, Giulio Tononi, un reconocido neurocientífico de la Universidad de Wisconsin, publicó la Teoría de la Integración de la Información (TII), con la que logró dar una solución matemática a esta última pregunta y, por supuesto, causó sensación en el mundo de la ciencia. Tonino cuantificó el procesamiento de información y la experiencia subjetiva y lo agrupó en un índice de conciencia al que llamó ɸ (phi). Tonino ha descrito exitosamente diferentes índices de conciencia: por ejemplo, cuando una persona está en sueño profundo y el índice de percepción subjetiva disminuye, o cuando ɸ aumenta porque la misma persona está en estado de vigilia. De igual forma, la TII está logrando describir el índice de conciencia de personas sedadas con anestésicos o en estados de coma. ɸ está demostrando ser una gran herramienta para el estudio y la aplicación de la medicina.

La TII se vuelve aún más interesante cuando se suma a la física cuántica. Max Tegmark, profesor del Instituto Tecnológico de Massachusetts, publicó el año pasado la explicación de cómo la conciencia es una propiedad emergente de las partículas, así como el electromagnetismo o la viscosidad. Tegmark afirma que la conciencia surge como resultado del flujo de información y la compara con las ondas que, en diferentes estados de la materia, se expresan de maneras distintas. Finalmente, explica que para que de un flujo de información surja la experiencia subjetiva y se logre la conciencia como la conocemos, éste debe cumplir con una serie de propiedades: capacidad de almacenamiento y procesamiento, independencia intrínseca e integración de sus partes.

Quedan muchas dudas que resolver: por ejemplo, cuál es el índice máximo de conciencia al que se puede llegar: ¿un humano en vigilia es la máxima expresión de ɸ?, o, ¿hay más? ¿Es posible que las máquinas, si cumplen con las propiedades que menciona Tegmark, se vuelvan conscientes? Y es emocionante saber que la neurociencia y la física se han aliado para explicar el tema nodal de la existencia de una vez por todas. m.

 

Para saber más

::The Conscious Mind: In Search of the Fundamental Theory, de David Chalmers, Oxford University Press, Nueva York, 1996.

::“Consciousness as a State of Matter”, de Max Tegmark, en Chaos, Solitons & Fractals, vol. 76, julio de 2015, pp. 238-270.

:: “An Information Integration Theory of Consciousness”, de Giulio Tononi, en BMC Neuroscience, núm. 5, 2004, p. 42.

:: David Chalmers en una plática TED acerca las teorías de la conciencia desde la física cuántica.

Desconectar la tristeza para conectar con el mundo

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Desde la “gracia”, lo gratis, la vida deja de ser lucha y adquiere dimensiones de fruta que se aprende a saborear. Dar lo recibido es conectar, ¿qué quieres regalar al mundo?

Imagen de Ignacio de Loyola.
Imagen de Ignacio de Loyola.

En la vida ordinaria hay ocasiones en que sentimos que no vale la pena continuar con la misma trayectoria iniciada: la situación laboral no parece mejorar, hemos invertido años de estudio para lograr acceder a un puesto de trabajo y en él hemos desarrollado habilidades que nos parecen insuficientes. Nuestra brújula interior nos dice que tal vez sea necesario volver a orientarnos.

Antes de buscar un nuevo horizonte, los invito a que meditemos juntos una parte del testamento de Ignacio de Loyola, que, en mi opinión, nos puede preparar para ver nuevas coordenadas: “Toma Señor y recibe”, expresa Íñigo, “toda mi libertad, mi memoria y mi entendimiento”. Abracemos esta primera frase y experimentemos cómo nuestro ser interior descansa al encontrar un lugar donde reposar esa trayectoria que nos pesa. El ser que somos puede descargar las cualidades valiosas que paradójicamente a veces nos abruman. El cuerpo que somos puede respirar sin ataduras. Todo ha sido entregado.

La experiencia de dar todo lo que se es, sentirse vacío de eso que se tiene, nos llena de nueva claridad. La luz que se sentía opacada en nuestro interior comienza a brillar nuevamente. La memoria cargada de recuerdos tóxicos se expande al tiempo que se vacía. La libertad condicionada a un rumbo determinado se encuentra otra vez abierta ante la posibilidad de elegir. El entendimiento se descubre como hoja en blanco lista para escribir en ella nuevas ideas.

Ignacio continúa en esa entrega gozosa: toma “toda mi voluntad, todo mi haber y mi poseer, tú me lo diste, a ti Señor lo torno, todo es tuyo, dispón a tu voluntad, dame tu amor y tu gracia, que eso me basta”. Al entregar todo —a la vez que reconoce que nada es propio—, la persona que somos toma conciencia de que la vida es algo que nos ha sido dado por Otro. No somos producto de la casualidad, sino creación de algo más grande que nosotros. El “Señor” al que Ignacio apela, es, ante todo, un dador. Dar es la palabra que nos recrea; dar, como acto de vaciamiento, nos rehabilita la existencia. 

Reconocer que nos ha sido dado el cosmos nos permite regresar la mirada a eso que no veíamos: el mundo como oportunidad. La tristeza que nos nublaba la vista se extingue. Entregar todo eso que somos y nuevamente lanzarnos al amor nos hace adoptar nuevos colores. Desde la “gracia”, lo gratis, la vida deja de ser lucha y adquiere dimensiones de fruta que se aprende a saborear. Dar lo recibido es conectar, ¿qué quieres regalar al mundo? m.

Dale otra oportunidad al networking

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Como los negocios son entre personas, tienen su lado emocional: la gente se relaciona —o hace networking— con la gente que conoce y en la que confía. Nadie se va a preocupar por estar buscándote para ver si eres bueno.

Las redes de colaboración son benéficas para toda empresa.
Las redes de colaboración son benéficas para toda empresa.

Hacer contactos (o, como se dice ahora, hacer networking) es fundamentalmente una cuestión de inteligencia emocional. Hablar con extraños llega a ser intimidante, y muchos de nosotros nos sentimos incómodos tratando de ser simpáticos con una bola de desconocidos; nos da la impresión de que les estamos rogando. Por eso, lo primero que hay que hacer para conectar de manera exitosa es controlar nuestras emociones: sí, vamos a estar un poquito vulnerables y, sí, vamos en busca de un beneficio, pero eso no menoscaba nuestra dignidad. Hay que verlo así: todos estamos aquí para ayudarnos y lo vamos a hacer intercambiando lo que cada uno puede y quiere ofrecer.

Es cierto que hay eventos de networking que no funcionan, pero eso no invalida el concepto. Los emprendedores prosperan en gran medida porque saben aprovechar las oportunidades que se les presentan, y casi todas vienen acompañadas de una persona: aquella que las ofrece. ¿Cómo hacen los emprendedores para toparse con estos sujetos? Los conocieron. En una comida, un evento de negocios, a la salida de una conferencia, a través de un amigo en común... En resumen: hay que salir para que te vean. Como los negocios son entre personas, tienen su lado emocional: la gente se relaciona con la gente que conoce y en la que confía. Nadie se va a preocupar por estar buscándote para ver si eres bueno. También es cierto que no les caerás bien a todos, pero créeme: si sobreviviste a la preparatoria, podrás con esto. Aquí van algunos consejos al respecto:

 

Para los que se aburren con las conversaciones casuales

Sé honesto, auténtico. Cuando el interés es fingido, se nota, y la gente se cierra. En vez de simular, concéntrate en aprender de la persona. No juzgues de antemano, escucha; la curiosidad es la mejor manera de vencer la apatía. Si la conversación es agradable, la gente se abre, y entonces suceden las coincidencias afortunadas: resulta que esta persona conoce a alguien que te interesa, o sabe la solución al problema que te tiene preocupado... Pero no te va a decir nada si eres un pesado.

Para los que hablan demasiado

Ten tu pitch preparado, incluida la versión más corta posible, para que cuando te pregunten “¿Y tú qué haces?”, no te sueltes hablando sin parar durante diez minutos o, al contrario, balbucees sin saber qué decir. Básicamente se trata de explicar a qué te dedicas y cuál es el beneficio o el valor que ofreces en unas pocas líneas. Recuerda que debes sonar interesante: practica. Si atrapas la atención, te preguntarán más y podrás seguir expresándote sin que alguien sienta que te has impuesto en la conversación.

¿Tarjetas de presentación o redes sociales?

Las tarjetas sirven sólo si primero hubo un contacto en persona. La tarjeta de un desconocido es un enigma que, si alguien está dispuesto a resolverlo, lo primero que hará será buscar en internet la trayectoria y la reputación del susodicho. Sí, hay que estar presentables en nuestras redes o páginas web, pero éstas no van a generar tráfico por sí solas. No hay escape: tanto nuestra persona física como nuestros avatares deben ir adonde está la gente, socializar y participar en las conversaciones.

Quid pro quo, Clarice

Pasará tarde o temprano: si compartes contactos, recibirás contactos; mismo caso con los consejos o tips. Si te acuerdas de la gente, la gente se acordará de ti. Si has hecho algo desinteresadamente por alguien que estimas, ya sabes cómo funciona. El networking no consiste en gente aprovechándose de otra gente, o manipulándola. Se trata de que todos vamos “detrás de la chuleta”, y si nos ayudamos a avanzar, a todos nos irá mejor. ¿Quién gana con tener un montón de emprendedores emproblemados?

Para los que han visto mucha televisión

La vida no es como Shark Tank. Ningún inversionista te va a dar dinero cuando lleva cinco minutos de conocerte. Hacer networking sirve también para que las personas sepan de ti y de lo que haces, que te vayan ubicando aunque no requieran algo de ti inmediatamente. ¿Por qué? Sencillo: si el día de mañana aparece una oportunidad de negocio o de inversión en el área en la que tú estás, pensarán en ti antes que en nadie, porque eres a quien conocen. De nuevo: nadie va a arriesgar su dinero con un completo desconocido. m.

 

Para saber más

:: TEDxCreative Coast: “Cómo tener una buena conversación”, por Celeste Headlee.

:: TEDxEdmonton: “Cómo hacer mejor small talk, por Malcolm Azania.

Conexiones en línea más allá de las redes sociales

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Ésta es una manera de conectarnos más allá de las redes sociales: viviendo experiencias cercanas para, al final, decidir si queremos seguirnos la pista.

AirBnB permite hacer conexiones para conseguir hospedaje en vacaciones.
AirBnB permite hacer conexiones para conseguir hospedaje en vacaciones.

En una de las casas productoras de vino de un festival nos atendió una sommèliere independiente, quien nos convenció de probar una botella de una calificación altísima. Nos la vendió tan bien que en un principio pensamos que era la productora; pero cuando terminamos la cata, se acercó para presentarnos estadísticas sorprendentes de sus viajes y catas realizados, y la forma de contactarla: “Si me buscan, aparezco en Google”.

Ésta es una manera de conectarnos más allá de las redes sociales: viviendo experiencias cercanas para, al final, decidir si queremos seguirnos la pista. El festival del que hablo une a productores, consumidores y expertos del vino.

Una dinámica similar se fermenta en otros eventos grandes, como las ferias de libros, donde los beneficiados no necesariamente son los que venden el producto final, sino quienes giran alrededor de la industria.

Conforme asistes a eventos recurrentes, los aprovechas mejor. En el festival del vino cada año nos dan una libreta para hacer anotaciones de las catas. El primer año no le hicimos caso porque nos emborrachamos. El segundo, la volvimos a ignorar, pues ya teníamos una app para llevar el control. En ocasiones, desconectarse de la vida en línea es más sabroso: de poco sirven las opiniones de los expertos y las sugerencias patrocinadas, cuando se te olvida el password para entrar a tu cuenta, se te acaba la pila o ya no te apetece compartirlo todo en las redes sociales. Un pedazo de papel puede llegar a retener más los colores, como cuando se te mancha de vino y sus garabatos pueden marcar de manera más fiel la efusividad del recorrido vivido, con la certeza de que al día siguiente, con los apuntes retorcidos pero el sistema digestivo recompuesto, podremos extender nuestro registro al campo virtual.

Mapas

Comparte el estatus de tu viaje en Uber con quien quieras. Esta persona tendrá la posibilidad de ver en un plano un carrito animado que representa tu ubicación. Otro viejo conocido es Google Maps, y lo que ahora no puedo dejar de recomendar es su opción para descargar por áreas. Funciona de forma excelente cuando estás de vacaciones y no quieres desfalcar tus datos. No te muestra toda la información, y eso es una maravilla, pues si marcas tus puntos de interés y lo utilizas como una especie de brújula, puedes toparte con gratas sorpresas al callejonear.

::Comparte tu tiempo estimado de llegada en Uber.

::Cómo descargar áreas y navegar sin conexión.

 

La realidad aumentada

Además de disfrutar de la arquitectura tan característica de la Casa Batlló de Gaudí, en Barcelona, este lugar te ofrece viajar al pasado para conectarte con la atmósfera que se vivió en su tiempo, por medio de un dispositivo. Podemos apreciar los muebles, interactuar con maquetas en movimiento y jugar con animaciones fantásticas que recalcan las figuras orgánicas y naturales, todo lo cual hace de esta visita una experiencia muy entrañable.

::Video guía de la Casa Batlló de Gaudí en Barcelona.

 

Elegimos con quiénes nos conectamos

“¿Qué estará haciendo estos días Diana Martín?”, se preguntó una pareja de coleccionistas de la artista, así que buscaron en línea: “Diana Martín”. Y les apareció la dibujante, porque ellos suelen buscar arte todo el tiempo. En términos globales, la Diana Martín deportista es mucho más popular que la dibujante, por lo que podríamos pensar que acapararía los primeros lugares. Pero no para esta pareja. Los hábitos de búsqueda definen la burbuja con la que nos conectamos, y a Google le gusta esto.

::Tendencias de búsqueda en Google.

 

Tengo un amigo en el mundo, con el que me puedo quedar

AirBnB te permite conectarte de forma especial con la persona que te va a rentar su casa en tus vacaciones. Se produce una sensación parecida a la de quedarse con un amigo. A diferencia de lo que sucede en los hoteles tradicionales, quien te atiende no solamente está preocupado por obtener dinero o una calificación como anfitrión, sino que busca la integridad de su espacio. Sabes que si hay algún problema puedes localizarlo por medio de la plataforma, incluso con mensajes para los que no se necesita conexión a internet, como los SMS.

::Notificaciones por mensaje de texto SMS.

 

Video en tiempo real

La interacción en un video en tiempo real con los espectadores produce un sentimiento muy especial de conexión. Es posible comentar e interactuar en momentos específicos del video, además de disfrutar de su repetición por demanda. Otra de las maravillas en apariencia inservibles de las transmisiones en vivo son los contadores regresivos para la Navidad o para las próximas elecciones presidenciales. m.

::Mapa de videos en vivo en Facebook

Conectar la ciudad por dentro

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Crear espacios públicos, recuperar la memoria de la ciudad, voltear hacia las zonas abandonadas, incorporar nuevas tecnologías y tener en cuenta a todos los sectores que conviven en una ciudad, nos ayudará a tener una urbe mejor conectada, funcional, segura y menos desigual

Aspecto general de Comuna 13, en Medellín, Colombia.
Aspecto general de Comuna 13, en Medellín, Colombia.

Concentrarse en movilidad urbana a la hora de pensar en la palabra conexión es limitar los alcances de este concepto. De ahí el fracaso de muchas políticas públicas orientadas al transporte público y al vehículo personal, así como de las enfocadas en la movilidad no motorizada. No sólo fallan al intentar conectar dos o más zonas de la ciudad entre sí, también pueden acrecentar el número de barreras existentes (ejemplos de límites en una urbe: un río, una gran avenida, la rivalidad entre dos barrios).

La planeación caprichosa que divide zonas de forma arbitraria, la colocación de torres monstruosas para el paso de un tren ligero, la creación de una vía rápida, la privatización de un parque, el pésimo diseño de una ciclovía, el volver peatonales zonas viales como mera ocurrencia, la segregación urbana, son acciones que contribuyen a la división interna de una ciudad.

Por el contrario: crear espacios públicos, recuperar la memoria de la ciudad, voltear hacia las zonas abandonadas, salvaguardar las áreas naturales que quedan, incorporar nuevas tecnologías, promover la mixtura de usos de suelo, pero también de clases sociales; descentralizar los espacios culturales y deportivos y tener en cuenta a todos los sectores que conviven en una ciudad, nos ayudará a tener una urbe mejor conectada, funcional, segura y menos desigual.

 

Comuna 13

Sectores de Medellín, Colombia, estaban aislados por sus condiciones topográficas. Colocaron un teleférico (Metro-cable) que los conecta con la ciudad central. Además, en el distrito conocido como Comuna 13 —por el que ni los vehículos pueden subir—, reemplazaron 350 escalones de concreto por escaleras eléctricas, lo que ayudó a mejorar la relación entre los doce mil habitantes de esta comuna y a que el barrio sea más seguro.

::Escaleras gigantes en Medellín.

 

Madrid-Río

Madrid Río

El río Manzanares en Madrid, España, quedó olvidado y casi enterrado debido a la construcción de la autopista M-30 que, además, dejó aislados algunos monumentos ―uno de ellos data de la época de José Bonaparte―. En 2003 se comenzó con el proyecto Madrid-Río. El tránsito vehicular se redirigió, se recuperó el afluente. Reconectó las zonas divididas por la autopista y a Madrid mismo con la naturaleza y con su pasado. Tiene un sistema de puentes y un millón 200 mil metros cuadrados de áreas verdes.

 

Songdo: la ciudad inteligente

Songdo

Si Madrid se conectó con su pasado, la ciudad de Songdo, en Corea del Sur, pretende ser un puente con el futuro. Se construyó desde cero y busca ser la más inteligente del mundo y también la más sustentable. Tiene un sistema de áreas verdes que sirven como punto de unión entre los rascacielos. Cuenta con azoteas verdes, captación de lluvia y la basura va a unos ductos que la llevan a tiraderos subterráneos donde ésta se separa para distintos fines. También tiene un sistema de telepresencia para que la gente pueda estar conectada todo el tiempo.

 

Green Calgary

Green Calgary

Calgary, Canadá, es una ciudad petrolera; sin embargo, es considerada la más limpia del mundo. El tratamiento de sus aguas residuales es muy bueno y sus ríos son de los más limpios que existen. El gobierno está en constante comunicación con sus habitantes y aconseja sobre cómo hacer composta, reciclar, o consumir menos energía. Además, se fomenta la participación del ciudadano para aportar ideas relacionadas con estos mismos temas. Comunidad y gobierno están conectados para mantener y mejorar sus lazos con el ambiente.

 

Seoul Skygarden

Seúl Skygarden

Algunos proyectos comienzan como una locura. Una autopista construida en los años setenta está, en estos momentos, siendo transformada en un gran parque lineal. Conectará con los distintos espacios públicos existentes en la ciudad de Seúl, Corea del Sur, y reducirá las distancias caminables de 25 a 11 minutos. Son 938 metros que se modificarán con más de 150 especies de árboles y plantas que serán albergados en la antigua autopista. Lo que antes era un símbolo de desunión será, en 2017, un punto medular para la comunicación vial de una ciudad.

 

El ADN de Los Supercívicos

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Movido por el afán de poner en evidencia a quienes buscan salirse con la suya al margen de la ley, este grupo ha encontrado cómo valerse a lo grande de las redes sociales para sacudir conciencias y mostrar que, en el caos cotidiano, es indispensable seguir alzando la voz

Arturo Hernández y Álex Marín y Kall toman las calles para obligar a la gente a reflexionar. Foto: uol.com.br
Arturo Hernández y Álex Marín y Kall toman las calles para obligar a la gente a reflexionar. Foto: uol.com.br

Los Supercívicos sacuden la internet con cada cápsula lanzada desde un ordenador. Son ágiles en el mundo digital, lo habitan y usan como pocos en México, aunque vienen de otro universo, del análogo: aparecieron hace más de una década en un video grabado con una vieja y enorme handycam, y no con un teléfono inteligente; se les vio por primera vez en la televisión abierta y no en las redes sociales. Pero el objetivo es el mismo que en 2005: evidenciar a los abusivos, los gandallas, los corruptos, lo “¿por qué no? Esto es México. Nomás tantito”.

Después de años de traspiés, pausas y censura en la televisión, Los Supercívicos descubrieron y tomaron las redes sociales. Hoy tienen más de un millón de seguidores en Facebook y una aplicación móvil colaborativa. Aunque ellos sostienen que no, en YouTube les va bien, pocos proyectos logran cientos de miles de reproducciones de sus videos. Este año consiguieron más de un millón de pesos por medio de un fondeo colectivo organizado desde internet. Arturo Hernández, creador del proyecto, narra la historia en entrevista.

Los Supercívicos Los Supercívicos con el partido Joder a México, en Culiacán, Sinaloa, que se dedica a “felicitar” a los ciudadanos que se roban un pedazo de la calle para cobrar estacionamiento.

¿Cómo iniciaron Los Supercívicos?

Yo inicié en el año 2005, venía de vivir un ratote largo en “el gabacho”; viví como nueve años ahí en Florida, justo en Miami, por eso entiendo perfectamente a estos güeyes, a los que nos dieron la estocada, el latino de allá, el que ya se siente acomodado. Es el más republicano y, a veces, el más fascista de todos.

Vengo de vivir allá un largo tiempo. Cuando regreso a México me encuentro con la “Ley del Gandalla”, donde todo mundo hace lo que quiere, pero domina el más gandalla, el que tiene los huevos tibios más grandes. Bien que mal, en Estados Unidos una de las cosas que funcionan es la autoridad. No te estaciones en una rampa para personas con discapacidad, porque son 800 dólares [de multa] y, si lo vuelves a hacer, te quitan la licencia de por vida.

Justo sobre ese tema de las rampas: yo tenía un vecino que siempre se estacionaba arriba de la banqueta, utilizaba la rampa y la bloqueaba. Esto era en el Parque Tlacoquemécatl, en la colonia Del Valle [Ciudad de México]. Un día le digo: “Carnal, no te estaciones ahí”. Era un chavo. En ese momento, yo tendría 34 años y él 30. “No vayas a necesitar el día de mañana esta rampa. Es terrible que te estaciones en una rampa”. Me dijo: “¿Tú qué? ¿Eres policía o qué?”. Respondí: “Nadie, soy un güey que te está diciendo que está mal lo que estás haciendo”. “¿Qué vas a hacer o qué?”, me dijo. Y ese “qué vas a hacer” me retumbó en la cabeza.

Los Supercívicos Arturo Hernández, también conocido como el Comandante Hernández

En ese momento, yo estaba muy permeado por todo el tema de Banksy. Me encanta Banksy. Y yo creo que por estar viendo tantas cosas del arte de Banksy decidí hacer esta acción, un poco de guerrilla poética. Me fui a Lumen y compré pintura vegetal. Después fui a Satélite [colonia del Estado de México ubicada al norte de la zona metropolitana], a una tienda de ingenieros civiles, y compré unas rueditas que van haciendo líneas rectas. Después venía la acción. Sabía que este güey se iba a trabajar a las nueve o nueve y media. Llegué desde la siete y media de la mañana y lo que hice fue echar la pintura vegetal, pinté su carro como si hubiera pasado una silla de ruedas por encima, una supersilla, unas líneas como de 30 metros de largo.

Recuerdo que iban pasando unos chavos de una escuela que, al ver la acción, me preguntaron: “¿Qué estás haciendo?”. Eran unos chavitos de secundaria del Colegio Avante, y me dicen: “Está poca madre, te ayudamos”. Los chavos se involucraban y se cagaban de la risa, hablaban y decían: “Está perfecto, se me hace muy buena dinámica”. Gente que pasaba por ahí veía y entendía el concepto y decía: “Muy bien, sí, para que entiendan”.

Pintamos las líneas, se van los chavos y espero a que llegue el güey; me escondo en unos matorrales, aparece, empieza a ver esas líneas, no entendía, empieza a tocar la pintura, y salgo yo con mi handycam—era de esas grandotas—; este güey me ve y me dice: “Tú fuiste, a huevo que tú fuiste, voy a parar una patrulla para que te lleve detenido porque éstos son daños a la propiedad privada”. “Perfecto, háblale a la patrulla, yo también le voy a decir que estás arriba de una rampa. Entonces, al final, que un juez decida quién está más mal. Pero te voy a decir una cosa: no le hice daño a tu coche”. Agarré una botellita de agua que tenía por ahí y empecé a borrarle las líneas y no pasaba nada, no tenía rayones ni nada. Me acuerdo que ahí le digo: “Esto sale con agua, pero el cochambre mental de bloquear una rampa, ¿cómo te lo quitas?, ahí sí tienes que ‘resetear’ tu mente porque estás mal”. Hubo mentadas de madre, pero le dio miedo, no aguantó y se fue. Ése fue el primer video de Los Supercívicos.

Los Supercívicos En esta acción, Los Salvavidas llaman la atención de la gente que usa el celular mientras maneja.

Me quedé pensando y dije: “Aquí hay un ADN de un contenido, esto lo puedo llevar a todo: acoso sexual, corrupción, con los que tiran basura; prácticamente, atacar a los gandallas”. No se llamaba Los Supercívicos, era muy radical, se llamaba MECO: Movimiento Ejemplar Contra Ojetes. Después me doy cuenta y dije: “No puedo yo ser tan grosero y tan violento”. La verdad, he trabajado mucho el formato. En ese momento era mucho más radical, era: “Si tú me pegas, güey, te pongo el madrazo; estoy aquí para generar conciencia cívica, pero tampoco soy ningún dejado”. Con el tiempo ha evolucionado mucho eso y no entro en ningún tipo de violencia.

Me doy cuenta de que hay un ADN y decido apostarle a un piloto. No tenía trabajo en ese momento, tenía mis ahorritos, y decido invertirle al piloto con mis propios recursos. Entonces me fui a Iztapalapa y me compré un Valiant Duster 1969, una carcacha que me costó 5 mil pesos de ese tiempo. Al mismo que me lo vendió, que era un hojalatero, le dije: “¿Le puedes hacer tipo alas de gaviota, le puedes poner un periscopio con PVC?”. Hicimos un coche de Batman con los recursos que tenía, pero el éxito fue que le pusimos unas bocinas muy grandes en la cajuela. Me fui con un amigo que era locutor, Abel Membrillo, y le dije: “Ven, vamos a subirnos a la Autoconciencia” —así se llamaba, después cambiamos el nombre a Masiosare—. Nos fuimos de patrulleros por las calles a mover coches estacionados en doble fila. Todo lo que estuviera mal en el rollo vial, el Masiosare lo resolvía. Era increíble ver la respuesta de la gente al verse exhibida y expuesta. Siempre con humor, les metíamos cancioncitas. Me acuerdo que nos tocó una vez una señora que tiró un kleenex y Abel le soltó la de: “Cerda, no me llames cerda”.

Los Supercívicos Piscina pública para muñecas Barbie, instalada en un bache de las calles de la Ciudad de México.

Hicimos el piloto y quedó una buena pieza. Yo empecé a soltarlo por todos lados y nos lo compró Televisión Azteca. Tuve respuesta de todos lados: MTV me contestó; Televisa me contestó; y Azteca me contestó, me compró el formato y ya después vino el viacrucis de la censura. La verdad es que esa primera edición de Los Supercívicos, que salió en 2006, nadie la vio. ¿Por qué? Porque como no quise entrarle al juego… ellos me empezaban a censurar. Como no entré en su censura, el programa, que estaba programado para que lo pasaran a las ocho de la noche, salió a la una de la mañana. Entonces nunca nadie vio la primera edición.

Además de Abel Membrillo, ¿con quién más empezaste? ¿Quiénes son Los Supercívicos originales?

En ese primer Supercívicos, en el piloto estaban Abel Membrillo, Beto y Lalo —que hacen muchas cosas en Televisa— y Teo, el baterista de Los Liquits. Pero muchos de ellos ya no pudieron entrarle al programa. Beto y Lalo porque estaban en Televisa y Abel porque estaba en Radio Activo. Entonces me di a la tarea de buscar. En el primer programa salía Andrés Almeida, y estaba Laura D’Ita, que es una actriz amiga mía. 

Después de que salen de Azteca, ¿qué hacen?

La verdad es que tiré la toalla, me pegó muy duro. Platicándolo hace poco con Andrés, pensamos que nos adelantamos al tiempo. No estaba lista la televisión mexicana para un programa de esa naturaleza. El chiste es que te metes igual con el ciudadano que con el delegado, con el Jefe de Gobierno o con el camión de Coca-Cola. O sea, a mí me vale madres, y ése es el problema, que las televisoras te dicen: “No, cómo vas a decir eso; no, córtale, Coca-Cola es nuestro cliente”. Pero, bueno, no entendieron y nos adelantamos. Me tocó de todo: empecé a hacer conducción en Discovery Channel, E Entertainment; hacía chambas de conductor, dirigía comerciales, escribía; en ese momento aprendí a editar. Seguía aprendiendo y tratando de buscarle por todos lados.

Los Supercívicos Arturo Comandante Hernández (der.) y Alex Marín y Kall, Esewey, muestran las colillas de cigarro que recogieron en una playa de Quintana Roo.

Pasan siete años, me ofrecen nuevamente hacer televisión y entramos a MVS. Es ahí donde nos piden hacer un formato de comedia política y hacemos Houston, tenemos un programa. El problema es que quien me lo pidió no estaba en contacto con los ejecutivos. Empezamos a hacer el formato de comedia política y ya, cuando está saliendo al aire, lo empiezan a ver los ejecutivos de MVS y dicen: “¿Qué pasó? ¿Por qué están diciendo eso del Presidente?”. “Es comedia política. Mañana, no sé si sea el Presidente, pueden ser el arzobispo, los gobernadores. Es contra todos y contra ninguno, simplemente se trata de agarrar el periódico, ver cuáles son las noticias más relevantes y sobre eso hacemos un chiste”. “Pues no se pueden meter así con el Presidente”. “Es comedia, así me estás quitando el 30 por ciento del formato”. Dos semanas después: “No se pueden meter con el secretario de Gobernación porque estamos a punto de agarrar la señal ésta… (banda de 2.5 GHZ)”. En ese momento estaba todavía Carmen Aristegui. Así nos fueron censurando hasta que nos corrieron. En menos de cuatro meses, Houston, tenemos un programa—que le iba muy bien, que estaba muy bien hecho—, en menos de cuatro meses nos sacaron.

Pero tuve la fortuna de que el formato de Houston, tenemos un programa tenía muchas secciones. Una vez al día teníamos la sección de Los Supercívicos. Salíamos a las calles y hacíamos lo que estamos haciendo, estas cápsulas, y las metíamos a YouTube. La primera vez que subimos la primera cápsula, me habla la productora en la noche y me dice: “¿Ya viste cuánto lleva el de las bicicletas? Treinta mil vistas y puros likes, likes, likes”. La gente ya nos empezaba a decir que quería más Supercívicos y que nos olvidáramos de Houston tenemos un programa. De hecho, empezamos a crecer tanto con Los Supercívicos que por eso nos corrieron; empezó el “Hola, somos Milenio; hola, somos Reforma; hola, somos la bbc; hola, somos el Washington Post”. En menos de dos meses empezamos a tener estas entrevistas de alto calibre. Yo creo que los de mvs dijeron: “O los cortamos ahorita o al rato va a ser más difícil”. Entonces, un día ya no nos dejaron entrar, no nos dejaron entrar por los materiales, se quedó mucho material de Los Supercívicos. A la mala.

Ya después vino El Incorrecto, un programa que había en Cadena Tres, con Eduardo Videgaray y El Estaca [José Ramón San Cristóbal.] Eran fans de Houston… y me dijeron: “¿Te avientas a hacer tu sección una vez a la semana?”. En el convenio que yo hice, les dije: “Sí, le entro a hacer televisión. Tú estás pagando las cápsulas —cada cápsula cuesta unos 35 mil pesos—, los derechos de televisión son tuyos, pero déjame meter mis cosas en internet”. Y así fue como fuimos construyendo, primero, el canal de Los Supercívicos en YouTube, y después nos dimos cuenta de que somos facebookeros, a la gente le gusta ver nuestro formato por Facebook. En 2014 hacemos El Incorrecto y acabó en 2015 porque se murió el programa, porque cambió el nombre de la televisora.

¿Ahí tuvieron problemas de censura?

No, ahí no. Me acuerdo que en algún momento sí critiqué muy cabrón a Peña Nieto en una cápsula de policías, sí me metía muy duro, y Eduardo Videgaray me dijo: “Oye, ¿te molesta si tu cápsula en internet sale así, pero aquí no me gustaría, le dejo ciertas cosas y le quito ciertas cositas”. Fue muy sano, ni siquiera fue censura, son de estas cosas de “yo le quitaría esto, no aporta”, “aquí siento que no”, y está perfecto, porque yo a veces me pierdo y es bueno que lo veas desde otro ángulo.

Los Supercívicos En esta parodia de Jaime Maussan, Los Supercívicos investigan el fenómeno V.A.N.I. (Vehículos Averiados No Identificados), para evidenciar a automovilistas que abren el cofre de los coches para simular autos descompuesto y entorpecer la vialidad.

Entre el final de El Incorrecto y la campaña de fondeo, ¿cómo financiaron el proyecto?

Ahí hay un hueco. ¿Sabes qué me sirvió muchísimo? Había subido ya muchos videos a YouTube que salían en El Incorrecto, pero no salían en Facebook. Tenía yo 30 videos; una vez a la semana empecé a subir mis videos que estaban en YouTube a Facebook y resultó que son dos públicos completamente diferentes. Entonces empiezo a crecer mi canal de Facebook. Por ejemplo, en YouTube tenemos 230 mil, 240 mil suscriptores, pero en Facebook tenemos un millón 100 mil likes. Encontré que cada quien tiene la red social a la que hay que apostarle. Nadie domina todas. Por ejemplo, a Chumel Torres le va muy bien en YouTube y Twitter, pero le va muy mal en Facebook. A nosotros nos va mal en YouTube, empezamos a generar [seguidores] en Twitter, pero nos va muy bien en Facebook. Entonces empecé a “refritear” videos. Seguían cayendo entrevistas. Seguía haciéndose ruido, hasta que cayó el tema de Fondeadora.

Se me acercaron ellos. Lalo Suárez, un chavo que trabaja en Fondeadora, me dijo: “Veo que estás subiendo videos viejos, ¿por qué no le pides dinero a la gente? Creo que ya tienes una comunidad grande”. Al principio como que lo dudaba, hasta que vi que ya no podía hacer nada más. También empecé a hacer muchas videodenuncias. Salieron muchas videodenuncias y muchas muy poderosas, que tienen mucho más vistas que los videos que hago con comedia.

Gracias a Fondeadora conseguimos un millón de pesos para tres cosas: uno, seguir haciendo cápsulas, que las estoy haciendo una vez a la semana; dos, para hacer cápsulas fuera de la Ciudad de México, que lo estoy cumpliendo, ya fuimos a Monterrey, ya fuimos a Chihuahua, iré a Culiacán; y tres, la aplicación, para el inicio, para empezar a armarla, que ya está.

Los Supercívicos Tal y como ocurrió en Volver al futuro, el Rucomandante Hernández llega del año 2054 para evitar que Esewey se convierta en viene-viene por no ahorrar.

¿El fondeo le dio oxígeno al proyecto?

Sí, yo aprendí mucho del crowdfunding, de creer en la gente. Lo veo también como el rating real, porque una cosa es que la gente vea tus contenidos y que te diga “dedito arriba”, y otra cosa es que se vaya al Oxxo y deposite 250 pesos. La gente se dio cuenta de que no teníamos recursos, y después vino una campaña para estar recordándoselo con humor y con creatividad. Hicimos un doblaje de los Warriors invitando a toda la gente a donar.

Ahora te incluyen en la barra de Radio Fórmula…

Nos busca Radio Fórmula, se ve muy inteligente. Mientras algunos canales de televisión aún no han entendido cómo funciona el medio, pues éstos se vieron muy bien y dijeron: “Pues vamos a jalar a la gente que está haciendo cosas por internet, invitarlos a hacer radio”. Nos empezaron ya a criticar, a decir “Supercívicos vendidos”. Mientras me dejen decir las cosas, donde sea; a mí no me importa que sea Televisa, Televisión Azteca. Radio Fórmula es una plataforma, mientras a más gente le llegue, mejor; siempre y cuando no haya censura. Tenemos esta oportunidad, va a ser un aliado para todo lo que estamos haciendo Los Supercívicos, porque muchas veces las cápsulas se quedan cortas. Sí hacemos las cápsulas con humor, con ironía, pero hay tantas cosas de las que pudieras hablar más. Eso es lo que va a tener el programa de radio: empezar a profundizar y llevar más allá el formato de Los Supercívicos. m.

Los Supercívicos El Comandante Hernández, caracterizado como Jesucristo, ayuda a los Lázaros para que se levanten de los asientos reservados del Metro de la Ciudad de México.

¿Un futuro urbano? La conferencia Hábitat III y los foros alternativos

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Celebrada en Quito, Ecuador, en octubre pasado, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Vivienda y Desarrollo Urbano Sostenible, conocida como Hábitat III, centra la visión “oficial” del futuro en el desarrollo de las ciudades. Pero hay una diversidad de voces que plantean una perspectiva distinta, centrada en la búsqueda colectiva del bien común, del respeto a la naturaleza y de los derechos de todos los habitantes del planeta a vivir en condiciones dignas  

Vista aérea de la zona metropolitana de la Ciudad de México. Foto: Pablo Lápez Luz
Vista aérea de la zona metropolitana de la Ciudad de México. Foto: Pablo Lápez Luz

En 1976, ante la problemática habitacional derivada de la creciente migración del campo a la ciudad que trajo consigo la expansión de los centros urbanos, así como la precarización de las condiciones de vida de sus habitantes, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) convocó a la Conferencia sobre Asentamientos Humanos en Vancouver, y concluyó que había que garantizar un refugio adecuado para todos y que las cuestiones referentes a la urbanización se convertían en un asunto mundial de primer orden. Se creó el Comité de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (UNCHS, por sus siglas en inglés) y, a partir de entonces, el  término hábitat, proveniente de las ciencias sociales, fue adoptado por los especialistas del desarrollo urbano y la planeación estratégica para definir un objeto de estudio amplio, complejo e interdependiente.

Veinte años después se llevó a cabo, en Estambul, Hábitat II. Esta segunda conferencia mundial habría de concluir con una Agenda Hábitat que postulaba cómo, para conseguir que todos tuvieran vivienda adecuada, era necesario contar con asentamientos humanos sustentables que funcionaran como guía del desarrollo en el mundo urbanizado; definía, así, las ciudades como la maquinaria del mundo global y la urbanización como una oportunidad, y planteaba la participación de los actores locales como fundamental en este proceso.

Dos décadas más tarde, muchos de los propósitos no fueron alcanzados y muchos de los problemas se han agudizado. Por primera vez en la historia de la humanidad, la población es mayoritariamente urbana y, al parecer, la tendencia se mantendrá en ese sentido; sin embargo, la oportunidad que parecía representar la sociedad urbana se ha topado con una crisis de justicia, inequidad y marginación que pone a millones de personas en condiciones de vida indignas.

Hábitat III Videoconferencia con Joan Clos, secretario general de Hábitat III, durante una de las sesiones plenarias. Foto: iisd.ca

El mundo unido ante el dilema del hábitat

Con el paso del tiempo, el UNCSH se transformó en el programa ONU-Hábitat, que nació con el mandato de promover pueblos y ciudades social y ambientalmente sostenibles, a fin de conseguir vivienda adecuada para todos. Ante el reto de hacer realidad la idea de que estamos en una nueva etapa de esperanza y de que la prosperidad urbana es posible, del 17 al 20 de octubre de 2016 se celebró, en la capital ecuatoriana, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Vivienda y Desarrollo Urbano Sostenible, conocida como Hábitat III (HIII). Este evento, en el que participaron delegaciones oficiales de 198 países y al que asistieron más de 30 mil personas de todas partes del mundo, también motivó la realización de diversos foros por grupos sociales, instituciones académicas y representantes de los pueblos originarios. Estos foros alternativos buscaban posicionar sus demandas y propuestas ante la inminente adopción de la Nueva Agenda Urbana que, con aparente consenso global y marcada por un optimismo más bien sospechoso ante la difícil situación por la que atraviesan miles de millones de seres humanos, emergería de Hábitat III.

En coordinación con el gobierno de Ecuador, la ONU organizó para Hábitat III foros, encuentros, mesas, plenarias, exposiciones y diversas actividades que se desarrollaron en el centro de Quito, principalmente en la Casa de la Cultura Ecuatoriana, la Asamblea Nacional y el Parque Ejido, con la participación de representantes de las agencias y los programas de la misma Organización, así como de autoridades nacionales, regionales y locales de los países miembros, organizaciones de la sociedad civil, instituciones académicas y de investigación, agencias consultoras y despachos privados.

 

Diversidad de voces y futuros

En el marco de Hábitat III, que la ONU organizó en colaboración con el gobierno de Ecuador, la Coalición Internacional por el Hábitat (HIC, por sus siglas en inglés) celebró sus 40 años de existencia en una asamblea general con delegados de más de 40 países de América, Europa, África y Asia. Se realizó un homenaje al primer presidente de HIC, Han Van Putten, con la presencia de importantes actores de la gestión y la producción social del hábitat, así como de expresidentes de esa red, como Enrique Ortiz, de México; Kirthee Shah, de la India; Davider Lamba, de Kenia; y Jordi Borja, presidente del Observatorio de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de Barcelona, entre muchos otros. En un interesante debate se confirmó la postura de la red, que demanda “un hábitat para las personas, no para el capital,” y pugna por un mercado habitacional que respete los derechos humanos, la producción social de vivienda y otras alternativas populares.

Desde la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), sede Ecuador, se promovió el foro Hacia un Hábitat 3 Alternativo, con reconocidos intelectuales e investigadores como Jordi Borja, Fernando Carrión, Marcelo Corti y Saskia Sassen, así como muchos otros estudiantes y especialistas en el hábitat, las ciencias sociales y la antropología.

Hábitat III Aspecto general de las sesiones de trabajo de integrantes de organizaciones sociales en la Plataforma Global por el Derecho a la Ciudad. Foto: Carlos Estrada

Por su parte, la Universidad Central del Ecuador (UCE) lanzó un programa que, con  el lema “El espacio de todas las voces”, combinaba los temas académicos con acciones estudiantiles y de grupos sociales en torno a la gestión, la planeación y la producción de vivienda, movilidad y espacio público. Entre los participantes había investigadores y académicos latinoamericanos como Alicia Ziccardi o Ana Sugranyes, así como el reconocido geógrafo posmarxista David Harvey.

La Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), según el concepto “Agenda global, acciones locales”, desarrolló en su campus diversas actividades organizadas por docentes y estudiantes, que daban visibilidad a los proyectos y cátedras promovidos desde esta universidad jesuita, integrante de la Asociación de Universidades Confiadas a la Compañía de Jesús en América Latina (Ausjal), relacionándolos desde un aspecto teórico y práctico con el debate acerca de los fines e implicaciones de la urbanización.

Buena parte de los cuestionamientos a la Nueva Agenda Urbana de HIII se concentró en el Foro Social Popular Resistencia Hábitat 3, donde diversas organizaciones sociales, campesinas, populares y estudiantiles manifestaron una postura clara de denuncia y resistencia frente al neoliberalismo, el despojo capitalista y el extractivismo. En este foro tuvieron lugar la Quinta Sesión del Tribunal Internacional de Desalojos, en Guayaquil, así como más de 100 eventos de diversa índole en Quito. Con el lema “Todas las voces en resistencia”, RH3 tuvo una amplia participación de grupos, colectivos, académicos y docentes que trabajan en diversos proyectos comunitarios con la población marginada de comunidades rurales y urbanas, tanto en Ecuador como alrededor del mundo.

 

El anfitrión, crisol de contradicciones

Como suele suceder cuando se realizan eventos de dimensión internacional en una ciudad capital, la vida de Quito se transformó con la llegada de los visitantes extranjeros. Las cifras más conservadoras hablaban de 20 mil personas que habrían estado en la ciudad durante los trabajos de hiii, pero quienes se basan en los registros y acreditaciones en línea en el sitio oficial de la conferencia consideraban que habría hasta 40 mil visitantes. La ciudad sufrió una transformación repentina, más cosmética que integral, pues, a decir de algunos habitantes, los elementos de mobiliario y acupuntura urbana son de reciente instalación; lo mismo sucede con ciclopistas que aparecieron de pronto en las calles y avenidas correspondientes a las rutas del aeropuerto a las zonas hoteleras de la ciudad, cuyo propósito era dar una mejor imagen a los visitantes extranjeros.

Ecuador es un país que comparte las problemáticas y las costumbres latinoamericanas, y así como ha superado diversos obstáculos en su historia reciente, se ha enfrentado a contradicciones históricas. Su pueblo es conocido por tener los arrestos para echar del poder, entre 1997 y 2005, a tres jefes de gobierno (Abdalá Bucaram, Jamil Mahuad y Lucio Gutiérrez), y su territorio por ser la puerta a la selva amazónica, cuna ancestral de culturas milenarias y hábitat de una rica biodiversidad.

Desde la dolarización de la economía en 2000 y el surgimiento del movimiento de origen indígena que llevo a la presidencia a Rafael Correa, el país se alejó de Estados Unidos y se acercó a China. Los efectos de este giro político, económico y diplomático son tema actual de la agenda política y social ecuatoriana; representantes de organizaciones sociales, pueblos y comunidades ecuatorianas denuncian que compañías mineras y petroleras chinas cuentan con el apoyo del gobierno nacional para apoderarse de territorios con riqueza mineral en la que se asientan pueblos originarios —algunos de ellos de los considerados como “no contactados”—, y donde los proyectos extractivistas están causando daños y afectaciones al entorno natural, lo que genera conflictos socioambientales y pone en riesgo la seguridad y el acceso a la justicia. El tema del yacimiento petrolero del Yasuní, en la Amazonía, es actual y preocupante: fuerzas militares han ocupado por la fuerza territorios del pueblo shuar, que resiste por medios legales y de incidencia pública, pero que también se muestra en pie de lucha y dispuesto a poner un límite al Estado, como lo atestiguó el líder shuar Domingo Ankuash en su participación en Resistencia Hábitat 3 :“La filosofía indígena no es acumulativa como la occidental, no robamos territorios, no invadimos, no matamos, recibimos solidaria y recíprocamente a los que han llegado, pero ellos ahora nos roban y matan, haciendo leyes contra los más débiles y los más pobres del Ecuador.” Hace poco se difundió mundialmente la noticia del operativo militar del gobierno ecuatoriano para tomar posesión de territorios del pueblo shuar, con la detención arbitraria —según afirma la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador— del líder Agustín Wachapá.

Hábitat III Asentamiento irregular en la zona conurbada de Lima, Perú. Foto: wm-urban-habitat.org 

Una nueva agenda para un modelo existente

El lunes 17 de octubre de 2016 se celebró la inauguración oficial de HIII, con la presencia del presidente de Ecuador, Rafael Correa, como anfitrión. Participaron también Joan Clos, secretario ejecutivo de la Agencia de la Organización de Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos, conocida como ONU-Hábitat, y Ban Ki Moon, secretario general saliente de la ONU.

En el discurso inaugural, Clos definió los temas medulares de la conferencia y de la Nueva Agenda Urbana (NAU): un nuevo modelo de desarrollo urbano que promueva la equidad, la prosperidad social y la sustentabilidad ambiental, con la urbanización como estrategia de desarrollo y transformación social. Felicitó por la culminación de tres años de debates y discusiones “muy productivas” y declaró que el mundo pasa por una nueva etapa de prosperidad y esperanza al tener a las ciudades como motores de la nueva economía.

El proceso para la gestión y la producción de la Nueva Agenda Urbana se desarrolló en varias etapas, que incluyeron reuniones de los tres comités preparatorios efectuadas desde 2014, siete reuniones temáticas (“Ciudades intermedias”, en Cuenca, Ecuador; “Energía sustentable y ciudades”, en Abu Dhabi; “Financiamiento del desarrollo urbano”, en Ciudad de México; “Espacios públicos”, en Barcelona; “Asentamientos informales”, en Pretoria; “Compromiso civil”, en Tel Aviv; y “Áreas metropolitanas”, en Montreal) y cuatro reuniones regionales (Asia-Pacífico, África, Europa y América Latina y el Caribe), hasta la definición de diez “ejes de trabajo” integrados por expertos que desarrollaron las recomendaciones por debatir en hiii y las “conclusiones finales” o borrador de la NAU, con el consenso de los delegados de los estados. Sin embargo, tanto voces de académicos como de las organizaciones sociales critican que la participación haya sido limitada a las agencias, secretarías o ministerios nacionales, que conciliaron y negociaron el  borrador final que llegó a Quito. Asimismo, denuncian que, con una limitada consulta pública y una mínima inclusión de la participación popular, la Nueva Agenda Urbana es un documento lejano de la gente, que no incluye voluntades y aspiraciones populares, sino intereses económicos y políticos.

 

Redes de esperanza y alternativas

Al participar en la inauguración de Hacia un Hábitat 3 Alternativo, en Flacso Ecuador, Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, denunció la poca injerencia que los gobiernos de las ciudades tenían en la definición de la Nueva Agenda Urbana, cuando serán los principales encargados de poner en práctica las políticas que ésta comprende. Señaló que es absurdo que se relegue a la ciudadanía, a las organizaciones y a los movimientos populares, de los debates oficiales y que se esté discutiendo el futuro de las ciudades sin que cuente la opinión de éstas. También recomendó a los ciudadanos, activistas y organizaciones sociales independientes no bajar la guardia y seguir incidiendo en redes para las transformaciones sociales de sus ciudades. Por su parte, Manuela Carmena, alcaldesa de Madrid, coincidió en la necesidad del protagonismo de los movimientos sociales y los gobiernos locales frente a las crisis democrática y parlamentaria por las que atraviesan las sociedades urbanas, y recomendó la inclusión de los jóvenes universitarios en la resolución de las problemáticas del hábitat. “La universidad es la calle”, concluyó.

En el auditorio Ché Guevara de la UCE, lleno de estudiantes, prensa y visitantes extranjeros, el geógrafo inglés David Harvey explicó su crítica del capitalismo y denunció que el mundo está gobernado por accionistas y que el futuro del capital no sería debatido en hiii, a pesar de que las ciudades sean construidas conforme con principios comerciales y el valor especulativo se imponga a un excesivo valor de uso y extracción de plusvalía; advirtió contra el peligro de que el endeudamiento paralice a la población, o, peor aún, se convierta en un antivalor que termine alienándola y conduciéndola a habitar en una “ciudad endeudada”. En el mercado San Roque, un día antes, Harvey había hablado acerca de las contradicciones que hay en el hecho de que desaparezcan los mercados populares y, con ellos, la seguridad alimentaria de las personas.

Tanto en los trabajos previos de la Coalición Internacional por el Hábitat, como en los foros de Resistencia Hábitat 3 y en UCE Hábitat, se debatieron temas cercanos a las personas, pero en relación con las decisiones que se toman en las altas esferas del poder: la defensa de los territorios, la resistencia de los pueblos originarios frente al extractivismo, los derechos de las mujeres, la soberanía alimentaria, el empoderamiento comunitario y el derecho a la ciudad, entre otros. Con la participación de estudiantes y académicos, autoridades locales, líderes sociales, investigadores y profesionales, se pudo confirmar que la visión única de las instituciones y agencias internacionales requiere la hibridación con las diversas alternativas que van surgiendo desde abajo y que poco a poco resultan útiles y efectivas para solucionar las problemáticas urbanas y rurales que enfrentan nuestras sociedades contemporáneas.

Hábitat III La policía contiene una manifestación de activistas y grupos de la sociedad civil que se reunieron en Quito durante una asamblea paralela a Hábitat III. Foto: eldiario.ec

Las palabras y las ideas

hiii se proponía lograr el consenso en torno a la Nueva Agenda Urbana. Al parecer lo logró, y, al menos en el ámbito de los estados nacionales y las agencias internacionales, ahora está en la etapa de instrumentación, cuyas líneas conceptuales describen forma y fondo de la agenda mundial: estructuras de gobernanza, inclusión social, desarrollo espacial, prosperidad urbana y sustentabilidad ambiental.

Las reflexiones críticas y los cuestionamientos a los aspectos estructurales y a la aplicabilidad de los asuntos tratados en hiii fueron los componentes principales del foro Hacia un Hábitat 3 Alternativo, que tuvo un carácter claramente académico y contó con la presencia de teóricos y profesionales renombrados de la sociología urbana y otras corrientes del pensamiento latinoamericano, representantes de organizaciones de la sociedad civil, colectivos, grupos y movimientos sociales, así como autoridades locales y parlamentarias de Latinoamérica y España y estudiantes y público en general que llenó la mayoría de los eventos —lo que posicionó el hashtag #Hábitat3Alternativo como trending topic, por encima del correspondiente a la inauguración oficial, #H3, durante la mañana del 17 de octubre de 2016—. Mientras que Joan Clos mencionaba en su discurso que se debería apostar al desarrollo urbano sustentable, en Hacia un Hábitat 3 Alternativo, Jordi Borja afirmaba, categórico y casi simultáneamente, que hiii era una ficción.

La PUCE abrió sus puertas a una diversidad de actividades que exploraban el asunto del hábitat desde el quehacer de su comunidad. Destacó la instalación en los jardines titulada “Bahía, a seis meses del terremoto, así estamos…”, en la que estudiantes de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Artes que visitaron aquel lugar de la costa ecuatoriana daban testimonio de las condiciones precarias en que siguen viviendo las familias damnificadas por el sismo de 7.8 grados en la escala de Richter ocurrido en abril de 2016. La exposición fotográfica y la presentación del Taller Crianza de Paisajes Vivos mostraron un agudo entendimiento del elemento socioambiental en los proyectos que desarrollan estudiantes de arquitectura en territorios periurbanos de la ciudad de Quito: al considerar a todos los elementos como seres y tener como eje el estudio de las fiestas y celebraciones comunitarias, la metodología empleada propone nuevos modelos de gestión y de interacción para el mejoramiento del hábitat. En tanto, en el pabellón de la embajada de Francia se expusieron los proyectos relacionados con el hábitat impulsados por la Agencia Francesa para el Desarrollo en Ecuador y otros países de América Latina.

Hábitat III Miembros de organizaciones civiles, ciudadanos y pueblos originarios se manifiestan en las calles de Quito, Ecuador. Foto: Dounia Sadaui

La unión de las naciones por un mejor mundo… ¿urbano?

A algunas organizaciones sociales les pareció preocupante la declaración oficial de ONU-Hábitat por su definición unidireccional del inevitable futuro urbano del planeta, como lo advierte su eslogan oficial, “Un mejor futuro urbano”. En un comunicado, días antes de la inauguración de HIII, la Asociación Internacional de Habitantes (IAI, por sus siglas en inglés) anunció que no participaría en los trabajos oficiales, y denunció que Joan Clos había afirmado que los problemas futuros de la humanidad serían urbanos, lo cual implicaba que ONU-Hábitat ayudaría a “consumar en las próximas décadas la desposesión de las comunidades campesinas e indígenas del mundo”.

En efecto, es la primera vez que la mayoría de la población mundial habita en ciudades, y eso representa grandes retos y oportunidades para las sociedades urbanas. Pero también significa que poco menos de la mitad de la población mundial aún vive en el campo, y esa agenda también debería preocupar a todos los habitantes del planeta, pues está estrechamente relacionada con la producción de suministros para la supervivencia y el desarrollo de la civilización —sus sociedades urbanas incluidas—: alimentos (vegetales y animales) y materias primas (animales, vegetales, minerales y fósiles), así como los mal llamados “recursos naturales”,1 como el agua, el suelo y las diversas formas de energía (eólica, geotérmica o hidráulica, por mencionar las más importantes).

Frente a los postulados oficiales de las agendas internacionales multilaterales, cada vez son más quienes expresan firmemente su creencia de que otro modelo es posible, y las alternativas frente al modelo capitalista tienen diversos orígenes, alcances y campos de acción. Se ha visto en las últimas décadas, en las protestas en Seattle (1999) y Davos (2001) contra las políticas económicas neoliberales promovidas por estados nacionales y agencias de las Naciones Unidas, como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, hasta el Foro Social Mundial en Porto Alegre (2001), el movimiento 15-M, o “de los indignados”, en España, y el Ocuppy Wall Street, en Estados Unidos (2011), entre otros encuentros y foros que han ido moldeando la militancia social en torno a la lucha por los derechos humanos, en general, y por las distintas causas sociales específicas. Como mencionaba Ada Colau, hay un contrasentido entre las grandes declaraciones de las grandes cumbres y la realidad cotidiana. La lucha por el hábitat es un asunto que continúa en las agendas, tanto por las dimensiones de la población afectada, como por lo actual de las problemáticas y su vinculación directa con el desarrollo de las sociedades urbanas.

Hábitat III Participación en una actividad interactiva relacionada con la construcción de ciudades en el pabellón de Chile en Hábitat III. Foto: vientosdelosandes.com

Lo urbano y lo rural son asuntos complejos cuya resolución requiere estrategias amplias e incluyentes, y la historia nos dice que los movimientos sociales han sido protagonistas de los grandes cambios de nuestra civilización; de ahí la importancia de su participación en los problemas de índole mundial, ya que, al actuar desde los ámbitos locales y motivados por la participación colectiva —aunque ésta no sea del todo aceptada inicialmente por el poder en turno—, consolidan con tenacidad y esperanza las alternativas al modelo civilizatorio vigente, y con sus acciones pueden dar testimonio de que otro mundo es posible.

De cara a las propuestas de la Nueva Agenda Urbana se alzan las voces que buscan una agenda mundial que no sólo funcione en un sentido y para unos cuantos. La resolución final de Hacia un Hábitat 3 Alternativo, el Manifiesto de Quito, lo plantea con claridad: “¿quiénes hacen las ciudades?”. Ante una crisis planetaria como la que atravesamos, quizá sea necesario dejar atrás el miedo pasivo al futuro2 y pasar a una etapa de esperanza activa. Tanto HIII como los foros alternativos hablan de esperanza, pero difieren en la forma de entenderla: para unos es oportunidad mercantil, mientras que para otros es la posibilidad de experimentar con nuevas formas de organización social. Tal parece que no se logrará desvanecer esa “ciudad dual” de la que habla Fernando Carrión, si no se logra escuchar para incluir y poner en práctica las alternativas populares, interactuando en pro de la hibridación de un nuevo modelo que ya no será sólo de gobernanza, prosperidad o desarrollo, sino de producción social3 y gestión participativa del hábitat: un modelo que ponga especial atención en el respeto de los bienes comunes,4 de la naturaleza y de los derechos de todas y todos. m.

1. Desde el punto de vista de la economía política, al denominar “recurso” a un elemento natural como el agua, se le inserta en la cadena productiva, convirtiéndolo en una materia prima o mercancía intercambiable en el mercado capitalista y alejándolo, en el significado social, de su condición inicial de bien común inconmensurable, invaluable e inapropiable.

2. M. Cohen, “De Hábitat II a la Pachamama: mucho por hacer y pocas expectativas para Hábitat III”, en Ciudades para cambiar la vida. Una respuesta a Hábitat III, de Jordi Borja, Fernando Carrión y Marcelo Corti (eds.), Flacso, Quito, 2016, pp. 61-84.

3. María Mercedes Di Virgilio y María Carla Rodríguez, Producción social del hábitat, Café de las Ciudades, Buenos Aires, 2013.

4. Bien común según Promotio Iustitiae núm. 121, enero de 2016, Secretariado para la Justicia Social y la Ecología, Curia General de la Compañía de Jesús; Sumak kawsay, buen vivir (noción quechua).


Donald Trump y el ataque multifrontal a las instituciones

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Antetitulos: 

Lo que pudo parecer un disparate se ha vuelto un peligro gravísimo. El nuevo habitante de la Casa Blanca aún seguirá asombrando a un mundo que no supo medir los riesgos: una amenaza imponente que fue modelándose no sólo con el discurso reaccionario, vengativo y agresivo del candidato republicano, sino sobre todo con el hecho de que levantara tal entusiasmo entre sus votantes. ¿Y qué puede hacerse? Como afirma el autor de este repaso a las implicaciones del triunfo de Trump, “ahora más que nunca es indispensable tratar de reconquistar la realidad”

Donald Trump durante su campaña presidencial. Foto: Reuters
Donald Trump durante su campaña presidencial. Foto: Reuters

La cruda

Una vez terminada la campaña presidencial más estridente, anti-convencional y obscena de la historia, se siente en Estados Unidos una atmósfera de cruda política y cultural, como si hubiéramos pasado por una tremenda borrachera de 18 meses y dejado regados demasiados momentos vergonzosos, humillantes y tristes que quisiéramos olvidar. Nada parece más difícil que hacer borrón y cuenta nueva después de este estruendoso aquelarre. Por otro lado, los ganadores disfrutan de un estado de éxtasis y euforia. Pero, más allá de las percepciones, lo que queda es un país dividido, podríamos decir, roto: rojo intenso (republicano) en el interior, en las zonas rurales, en los suburbios, en el sur profundo e incluso en el llamado Cinturón del Óxido (los viejos corredores industriales que solían votar por los demócratas); y azul (demócrata) en las grandes ciudades y los bastiones progresivos de las costas. Hillary Clinton perdió el voto electoral a pesar de haber obtenido casi tres millones de sufragios más que Trump en el voto popular. Esa debilidad obligaría a un presidente consciente a moderar sus políticas debido al estrecho margen del electorado que lo escogió. Él, en cambio, ha afirmado en numerosas ocasiones, con su usual capacidad para engañarse a sí mismo, que su triunfo fue arrollador y sin precedente.

Ahora el gran dilema es cómo encarar cuatro u ocho años de un liderazgo que va más allá de lo controvertido para deslizarse a lo grotesco y lo francamente peligroso en casi todas las áreas. Algunos de los opositores del individuo que gusta de poner su nombre en inmensas letras doradas en todo lo que puede poseer han optado por “darle una oportunidad”, mientras otros se niegan a “normalizarlo” y a aceptar lo inevitable. Esto es irrelevante: la presidencia de Trump ya esta teniendo lugar y es mejor hacerse a la idea de las posibles consecuencias que implicará para el país y el mundo el liderazgo de un hombre sin experiencia política ni curiosidad, pero con una enorme ambición, un ego desproporcionado y una visión muy clara de entregar el gobierno a hombres (y un par de mujeres) exitosos (multimillonarios) que ven el mundo, primero que nada, en términos de ganancias financieras y beneficios económicos. Esto es un giro reaccionario y represivo que muy probablemente dará lugar a un gobierno muy distinto al de los regímenes estadounidenses derechistas como los de Nixon, Reagan y los dos Bush, pues es el resultado de la acumulación de desencanto conservador, de la despolitización ciudadana y del embrutecimiento civil de las últimas décadas.

Donald Trump 

Conspiraciones

Trump lanzó su campaña presidencial asegurando que sería un presidente emprendedor, un hombre de negocios en la Casa Blanca que renegociaría los acuerdos internacionales para hacer del país un verdadero ganador, un antipolítico que desmantelaría el actual sistema corrupto bipartidista y limpiaría el “pantano” que es Washington, así como un líder del “mundo libre” sin pelos en la lengua que castigaría de manera implacable a los enemigos de la nación. Esta retórica, cargada de insultos y promesas populistas, lo llevó al poder. Aún es muy pronto para saber si podrá cumplir o si logrará ser todas esas cosas. Lo que sí se sabe es que Trump es un hombre impaciente al que los detalles de la política parecen aburrirle. Es un sujeto incapaz de concentrarse en asuntos que no tengan una alta dosis de drama. De ahí su necesidad de lanzar tuits con todo tipo de disparates y provocaciones a cualquier hora para encender las redes, imponer la agenda de conversación mediática y mantener ocupados a los noticieros del mundo. También sabemos que es un hombre superficial fascinado por lo estridente: por eso adora las conspiraciones, los misterios que hacen de la cotidianidad algo mágico, perverso y repleto de secretos oscuros. No debería ser necesario señalar que las conspiraciones existen y son una realidad en todos los dominios, pero hay una ambigua aunque importante línea divisoria entre asuntos como Watergate y el cuento de que el alunizaje fue filmado en un estudio de cine. Hoy se ha perdido la dimensión de lo conspiratorio y para muchos es igual hablar de extraterrestres cautivos en el Área 51, que de los manejos de los neoconservadores para falsificar pruebas de que Saddam Hussein tenía armas nucleares.

Durante años Trump estuvo obsesionado con el acta de nacimiento de Barack Obama; de hecho, se convirtió en el líder de facto del movimiento Birther, que aseguraba que el presidente era ilegítimo porque había nacido en Kenia. Esto era una mentira ridícula y fácil de exponer, pero Trump se mantuvo firme en su escepticismo y aseguró que tenía información escandalosa que revelaría en un momento preciso. Sin embargo, cuando la presión aumentó, declaró que Obama había nacido en Hawái y, en vez de reconocer su error, dijo que él había puesto el asunto en claro. En su campaña, Trump propagó otras teorías conspiratorias a las que los medios dieron mayor o menor relevancia, desde la acusación de que el padre de Ted Cruz había estado involucrado en el asesinato de Kennedy, hasta la afirmación de que Obama y Hillary Clinton habían creado el Estado Islámico, pasando por la certeza de que la elección estaría arreglada si él perdía (pero sería justa si ganaba). Cuando ya había sido elegido, afirmó, sin prueba alguna, que dos millones de inmigrantes ilegales habían votado por Hillary.

Donald Trump Edgar Maddison Welch se rinde ante la policía el 4 de diciembre de 2016, después de abrir fuego en un restaurante porque creía que desde ahí Hillary Clinton operaba una red de pornografía infantil. Leyó la información en una noticia falsa de internet. Foto: AP

La nación se ha dividido en cientos o miles de comunidades de fe, grupos que comparten visiones, odios, y que defienden creencias que rara vez pueden o intentan demostrar. Las conspiraciones son la fundación de su cosmogonía y una en particular parece sintetizar la visión delirante del mundo de algunos fanáticos de Trump: el pizzagate. Esta absurda conspiración comenzó con la filtración que hizo Wikileaks de correos electrónicos de la campaña de Clinton. En foros de internet y sitios como 4Chan y Reddit, algunos cibernautas entusiastas interpretaron que en los correos de John Podesta, el jefe de campaña de Clinton, donde se hablaba de pizzas de queso, Cheese Pizza (CP), en realidad se referían a pornografía infantil, Child Porn (CP). A partir de ahí fueron creando una desquiciada narrativa en la que Hillary, Podesta y otros demócratas tenían una red de tráfico de niños basada en la pizzería Comet Ping Pong, de Washington, D. C., y que usaban a esos niños en orgías y rituales satánicos. La historia era absurda, muy probablemente engendrada por trolls con un retorcido sentido del humor, pero muchos la creyeron: la prueba más contundente fue cuando Edgar Welch, un hombre de Carolina del Norte, se montó en su pick-up, armado con su rifle automático, y manejó hasta la pizzería para investigar el caso por sí mismo. Una vez ahí, Welch disparó su arma, aterrorizando a clientes y personal para intimidar a los presuntos traficantes de menores y exigirles que le mostraran los calabozos donde estaban presos los niños esclavos sexuales. Afortunadamente nadie salió herido y el improvisado justiciero fue arrestado.

Es imposible imaginar una sociedad moderna, ya sea abierta y democrática, o bien tiránica y paranoide, en la que no existan teorías conspiratorias que expliquen imaginativamente o con chifladuras, el funcionamiento del mundo. Estas versiones alternativas de la realidad se deben a la desconfianza que generan las autoridades y son tan inevitables como la gripe común. Sin embargo, cuando el propio presidente predica teorías conspiratorias, los fundamentos de la credibilidad del Estado se tambalean. Trump personalmente no fue responsable del pizzagate; pero, la marejada de fervor, miedo y desconfianza antielitista sobre la que se deslizó su campaña ha creado una atmósfera enrarecida en la que la incredulidad hacia los medios masivos se ha convertido en una ingenuidad pasmosa con respecto a las conspiraciones. Ahora bien, el conspiranoico en jefe se ha rodeado de generales belicosos, millonarios apolíticos y fanáticos que ven el mundo como él. Esta pavorosa combinación y la ausencia de adultos racionales pueden empujar al mundo a la catástrofe.

Donald Trump

La prensa acorralada

Durante su campaña, Trump se dedicó a señalar a la prensa como el enemigo, como un rival aún más peligroso que “la retorcida Hillary”, y prometió que se vengaría de sus acusaciones y ataques. Aseguró que cambiaría las leyes relacionadas con la difamación e incluso la Primera Enmienda de la Constitución estadounidense, que garantiza la libertad de expresión, para poder demandar a los medios y así “ganar mucho dinero”. Trump está obsesionado con la celebridad y con los medios de comunicación. Por décadas parecía dedicado a aparecer en programas televisivos y radiofónicos y en las portadas de las revistas. Para este hombre, nada podría ser más frustrante que ser ignorado. Toda su campaña fue, en gran medida, un ejercicio de megalomanía extrema, un esfuerzo descomunal por volverse la persona más famosa del universo. Ganar la presidencia fue para él como triunfar en un reality show. De hecho, en El Aprendiz,él ya jugaba a ser el amo del universo, imponiendo pruebas, premiando y castigando con su gesto estoico de patriarca. Pero aquí la victoria electoral es tan sólo el primer paso; por lo que ha convertido en espectáculo su proceso de selección del gabinete y sus esfuerzos por aprovechar su nuevo empleo para multiplicar su fortuna. Es de esperar que su presidencia sea una sucesión de shows en los que él tendrá el papel central.

Así, este rentista glorificado, acostumbrado a rodearse de subordinados obedientes y lambiscones, no ha sabido cómo recibir los cuestionamientos de la prensa, aun de una prensa domesticada a golpes de celebridad y tuitazos a todas horas. Poco después de su triunfo en las urnas, invitó a varios miembros célebres de los medios estadounidenses a su torre, a una reunión off the record. Los periodistas se sintieron adulados, por lo que aceptaron sin cuestionar las reglas, pensando que se trataría de una oportunidad de elogiar al presidente electo y reacomodarse después de una campaña particularmente agresiva. Sin embargo, Trump los recibió para propinarles una regañiza, para señalarles lo injustos que habían sido con él, para acusarlos por sus prejuicios y sus mentiras. Trump supo jugar con el ego y las expectativas de estos miembros distinguidos de la prensa, para ponerlos en “su lugar” y amedrentarlos. Poco después acudió al edificio del New York Times y operó de una manera por completo diferente. Ahí se portó obsequioso y conciliador, afirmó que ese diario era una joya de la nación, al parecer olvidando que hasta entonces había dicho en su campaña que el diario era un desastre y que estaba al borde de la bancarrota; también pareció olvidar las demandas y amenazas de demandas en contra de esa institución y varios de sus periodistas. Ese juego esquizofrénico, del todo divorciado de la coherencia elemental, tiene a los medios en un estado de confusión sin precedentes.

Marcha de Mujeres contra Donald Trump Aspecto general de la Marcha de las Mujeres, realizada en Washington el 21 de enero de este año, un día después de la toma de protesta de Donald Trump como presidente de Estados Unidos. Foto: Reuters

Alt-Right

Desde el inicio de su campaña, Trump llamó la atención de los grupos de extrema derecha con su denuncia de los mexicanos como criminales y los musulmanes como terroristas. Éste era el tipo de mensaje que esperaban los militantes de las numerosas organizaciones nativistas, racistas y neofascistas estadounidenses, las cuales, en esta era de redes sociales y ciberbullying, han sido agrupadas con el concepto Alt-Right  (derecha alternativa), en el que caben desde el Ku Klux Klan hasta organizaciones neorreaccionarias y nazis convencionales. Es muy pronto para saber si Trump es un fascista auténtico, pero su certificación o pedigrí como nazi es irrelevante y tan sólo concierne a sus seguidores en ese espectro político. Hemos de asumir que Trump hará o tratará de hacer lo que prometió en su campaña: levantar un muro en la frontera con México, prohibir la entrada a los musulmanes, expulsar a los indocumentados, prohibir la quema de la bandera, aniquilar terroristas con sus familias, volver al uso de la tortura (“mucho peor que antes”) y lanzar una nueva carrera armamentista, de la que ha hablado más recientemente.

Como evidencia de que seguirá ese camino basta ver la clase de gente de la que se ha rodeado y los nombramientos de su gabinete, algunos de los cuales parecen casi caricaturescos. He aquí algunos ejemplos: Rex Tillerson, exdirector de Exxon, con numerosos intereses petroleros en el mundo, será el secretario de Estado; Jeff Sessions, senador de Alabama con una larga trayectoria de acusaciones de racismo y el peor enemigo de la reforma migratoria, será su fiscal general; la multimillonaria Betsy DeVos, quien en esencia quiere desmantelar el sistema de educación pública, será la secretaria de Educación; Ben Carson, exneurocirujano y precandidato republicano a la presidencia, quien ha declarado que la homosexualidad es una elección, además de que está en contra de la ayuda del Estado para los necesitados y es antimusulmán, será el secretario de Vivienda; Scott Pruitt, quien era el fiscal general de Oklahoma y tiene fuertes vínculos con la industria petrolera, fue elegido para dirigir la Agencia de Protección Ambiental, a la que ha demandado en varias ocasiones y que ha prometido desmantelar; Rick Perry, exgobernador de Texas, ha sido nombrado secretario de Energía, una de las tres secretarías que anunció que deseaba eliminar durante su campaña como precandidato presidencial; Andrew Pudzer, director de un par de cadenas de comida chatarra, que se ha manifestado en contra de las leyes de protección a los trabajadores y se opone a cualquier aumento del salario mínimo, será el secretario del Trabajo; el general Michael Flynn, quien cree que el miedo a los musulmanes es racional y quien se ha reunido con líderes de los partidos nazis europeos (su hijo precisamente fue uno de los presuntos responsables de propagar la leyenda del pizzagate y por ello tuvo que ser retirado del equipo de Trump), será el asesor de Seguridad Nacional; Steven Mnuchin, uno de los multimillonarios de Goldman Sachs que se beneficiaron de la crisis de 2007, será el próximo secretario del Tesoro, a pesar de numerosas acusaciones de discriminación racial en su contra y su nula experiencia gubernamental; Stephen Bannon, el exdirector general del sitio de extrema derecha Breitbart.com, será el estratega en jefe de Trump; David Friedman, el abogado de bancarrotas de Trump y comentarista de publicaciones sionistas, que está a favor de la colonización de Cisjordania y se opone a cualquier creación de un Estado palestino, será nombrado embajador de Estados Unidos en Israel.

Gabinete de Donald Trump Gabinete de Donald Trump. Foto: Reuters

Todos sus elegidos son conservadores con visiones extremistas y antigubernamentales, muchos donaron fuertes sumas a su campaña, carecen de experiencia y buena parte está vinculada con Wall Street y el sector financiero. Trump no parece entender la paradoja que hay en el hecho de que durante toda la campaña haya atacado a Hillary Clinton por tener una relación demasiado estrecha con ese sector. El equipo de transición de Trump está repleto de cabilderos que se van a encargar de que la corte de Washington siga siendo relevante y de tal manera se siga preservando lo que él denominó el “pantano”.

Para el gabinete de Trump, así como para la gente del Alt-Right en general, las luchas sociales y la defensa de los derechos humanos, así como los de las minorías, son un estorbo para el progreso y para el engrandecimiento de América. Así, lo que viene en los próximos cuatro años será sin duda una serie de programas para desmantelar las conquistas sociales, laborales y ambientales de los últimos 40 años. Los opositores a este gobierno se verán corriendo graves riesgos. Trump ha dicho que usará los métodos de hipervigilancia y espionaje existentes y que autorizará su expansión. El hombre que se ha burlado de los minusválidos, que alardea de agarrar a las mujeres del sexo y que desprecia a grupos como Black Lives Matter, está obsesionado con poder saber lo que todo mundo piensa y quiere. En el mundo feliz que viene a ofrecer Trump pueden ser exitosos todos los que tengan la actitud de reverencia y admiración necesaria hacia su autoridad y su poder. En su imaginación todo saldrá bien si la nación entera se comporta como los empleados esmerados y serviles de sus hoteles.

Donald Trump Foto: fivethirtyeight.com 

¿Qué hacer?

Ahora más que nunca es indispensable tratar de reconquistar la realidad. Por supuesto que ésta no es una tarea sencilla. Vivimos tiempos ficticios, como dijo Michael Moore cuando recibió el Oscar por su documental Bowling for Columbine, en 2012. Y aun entonces la situación no era ni remotamente tan grave como lo que tenemos hoy, en la era postfáctica y el tiempo de las “noticias falsas”. En un ambiente altamente polarizado, hasta las aberraciones más demenciales se vuelven súbitamente verosímiles. Nada es más fundamental en estos momentos que el escepticismo, que desconfiar de las noticias alarmistas, demasiado malas o demasiado buenas. No basta con que Facebook prometa una actitud censora y vigilante para eliminar la propaganda, la información denigrante, las expresiones racistas, misóginas y otros fraudes. De hecho, confiar en los criterios de la empresa de Mark Zuckerberg para determinar lo que podemos ver, no resulta una propuesta muy alentadora. A final de cuentas, Trump y sus comisarios con seguridad se aprovecharán de cualquier mecanismo disponible para censurar expresiones críticas y que consideren indecentes, subversivas o antipatrióticas. Lo menos que se necesita es darle más recursos para reprimir.

Trump no ha ocultado su deseo de desregular todo lo posible. Como otros empresarios, este hombre cree que las reglas de protección ambiental son obstáculos para la producción y el comercio. La actitud de Trump hacia el calentamiento global ha sido esquizofrénica. Por un lado ha dicho que es una conspiración china y por el otro repite hasta el cansancio: “No soy científico, pero en realidad nadie sabe nada”. Con lo que niega la validez de los numerosos estudios científicos que han hecho evidente esta amenaza. El país dará marcha atrás a las pocas iniciativas de protección ambiental existentes. Anticipándose a esto, el gobierno de Obama declaró una prohibición indefinida de perforar por petróleo en partes del Atlántico y el Ártico. Trump aún no había asumido su cargo, pero ya los ejecutivos de la industria petrolera y sus abogados trataban de encontrar maneras de evadir esa restricción. Una de las iniciativas que fueron puestas en evidencia al poco tiempo de su elección fue la de sus subordinados de crear “listas de enemigos”, como aquellas que Nixon hizo célebres, en las cuales se incluya, por ejemplo, a todos los empleados gubernamentales que han expresado la necesidad de actuar de manera responsable con el medio ambiente.

Donald Trump Foto: anewplacevt.org

Entre muchas otras cosas, Trump quiere erradicar la regulación de bancos, instituciones financieras y mercados, a los cuales desea liberar para que operen sin restricciones artificiales ni compromisos onerosos como el respeto elemental a los consumidores. También se debe intuir que habrá purgas en las universidades públicas. Que se impondrán académicos vinculados con intereses corporativos en puestos directivos y administrativos determinantes en las instituciones de educación superior. Se multiplicarán los think-tanks conservadores, así como las campañas públicas de satanización de los intelectuales y de la “corrección política”. Se cortarán fondos a la educación pública y la cultura. Por tanto, escuelas y universidades deberán volverse trincheras.

Es momento de regresar a la prensa escrita, de volver a reivindicar el periodismo de investigación, de restablecer mecanismos para defender la democracia y denunciar las estrategias con que Trump y su gabinete transformarán el gobierno para beneficiar al poder corporativo, a las grandes fortunas, a las iglesias y a las organizaciones supremacistas blancas. Unos medios comprometidos y valientes son la principal herramienta ciudadana contra la represión policiaca militarizada, un sistema judicial en el bolsillo del Ejecutivo, la persecución fanática de los disidentes y opositores, así como contra la destrucción sistemática de las libertades civiles, como apunta Chris Hedges.

En medio de esta catástrofe multifrontal, lo que queda es la reestructuración del Partido Demócrata o su desaparición, para dar lugar a una institución comprometida con los intereses de los trabajadores, con la defensa de las minorías, con la creación de santuarios para inmigrantes indocumentados, con la protección del medio ambiente, con hacer que la sociedad del consumo compulsivo vuelva a ser una sociedad civil. Esto puede suceder con la influencia del senador de Vermont y precandidato a la presidencia Bernie Sanders, la senadora Elizabeth Warren y el representante Keith Ellison. Es fundamental una ruptura con el Partido Demócrata de Clinton y su afinidad voraz por obtener el apoyo monetario y político de las elites, así como es necesario que éste vuelva a ser un partido como tal y no un mero logotipo para mendigar a los ricos y famosos progresistas. Si algo es claro es que, si el Partido Demócrata no vuelve a pelear por reconquistar a los trabajadores y los campesinos que ha traicionado, es mejor que desaparezca, porque su función como un Partido Republicano light es totalmente redundante. m.

Marcha de Mujeres contra Donald Trump

Pedro Opeka: levantar una ciudad para reconstruir la humanidad

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La labor del sacerdote Pedro Opeka al lado del pueblo malgache ha devuelto la dignidad a miles de personas que, de modo solidario, van aprendiendo cómo luchar contra el hambre y la injusticia y por la defensa de la naturaleza

Opeka en el basurero de Antananarivo. Fotos: Madagascar Foundation
Opeka en el basurero de Antananarivo. Fotos: Madagascar Foundation

Cuando el padre Pedro Opeka conoció el basurero de Antananarivo, sintió que estaba en pleno infierno: cientos de niños descalzos hurgaban en los desechos y peleaban por alimentos putrefactos contra cerdos igual de hambrientos que ellos. La escena podría ser la de cualquier vertedero mexicano, con la diferencia de que en Madagascar, el sacerdote argentino logró convocar al pueblo malgache para enfrentar la miseria.

Aquel día que visitó el tiradero, en 1989, Pedro Pablo Opeka se quedó mudo y pensó: “Aquí no tengo derecho a hablar, aquí hay que actuar”.1 Esa noche no durmió por pensar que esos niños dormían con hambre, frío y en casas de cartón sobre la basura. Le rogó a su Dios que lo ayudara a pensar en una solución, y al día siguiente se presentó en el vertedero y celebró la primera reunión: “No tengo dinero, pero si quieren trabajar, vamos hacia delante”, les dijo Pedro Opeka a los hombres y mujeres negros que aún lo veían con desconfianza, porque el sacerdote era blanco, como los colonizadores que esclavizaron a su gente y que robaron las riquezas de Madagascar, la isla más grande de África, paradisiaca y aún asediada por trasnacionales.2

Lo que sucedió a partir de ese momento parece un milagro que nada tiene que ver con lo divino, sino con la organización, el trabajo colectivo y la solidaridad que volvieron a tejer los malgaches, de la mano del sacerdote Pedro y de la asociación Akamasoa (buenos amigos, en lengua malgache) que éste fundó el 13 de enero de 1990 con jóvenes voluntarios. Primero ofrecieron un espacio para quienes vivían en los alrededores del basurero: entre todos construyeron viviendas en un terreno de dos hectáreas, colindante con el vertedero; los asentamientos se fueron multiplicando; se crearon fuentes de empleo en la extracción de granito o en talleres de oficios; se edificaron escuelas (donde ahora estudian y se alimentan alrededor de 10 mil niños), centros de salud, canchas deportivas, calles; cultivaron huertos y hasta organizaron una guardia comunitaria conformada por voluntarios que se hacen cargo de la seguridad. En 27 años se construyeron 17 barrios, tres de ellos ubicados cerca del basurero municipal y dos en el área rural, donde viven unas 25 mil personas.

Pedro Opeka

Las acciones de Pedro Opeka han causado revuelo internacional y su figura aparece en infinidad de entrevistas, perseguido por niños que se lo encuentran en la calle, pateando balones como si aún tuviera 30 años, recorriendo el basurero que no han logrado clausurar. Ha sido postulado en dos ocasiones para el Premio Nobel de la Paz y algunos de sus sobrenombres mediáticos son El Albañil de Dios, El Apóstol de la Basura, La Madre Teresa de Calcuta con pantalones. Pero no es sólo él: sin el pueblo malgache, ninguna idea habría germinado ni se habría sostenido por tantos años.

En Akamasoa no se regala nada, asegura Pedro Opeka, todo se consigue con dolor, disciplina, sufrimiento y sudor. “Si yo regalo, ¿quién me va a ayudar? Yo no quiero eso, porque regalando cosas los estás mimando, sacando el coraje, la dignidad del ser humano. Yo lo quiero demasiado a este pueblo de Madagascar, como para asistirlo”. Desde el primer diálogo que tuvo con la gente, las reglas fueron trabajar, mandar a los niños a la escuela y acatar las reglas internas de la comunidad.

Pedro Opeka 

Fe, trabajo y dignidad

Desde joven, Pedro Pablo Opeka Marolt quería ser como Jesucristo porque tenía el valor de defender a los humildes, explica en la entrevista que contestó vía correo electrónico (“no sé cómo encontré el tiempo para hacerlo, un milagro”, añade en el mensaje).

Él y sus siete hermanos crecieron en Argentina, donde sus padres, Luis Opeka y María Marolt, se habían refugiado luego de huir de lo que hoy es Eslovenia. Los seguidores del Partido Comunista, del Mariscal Tito, habían arrestado en 1954 a Luis y lo habían condenado a muerte por sus convicciones cristianas. Fue el único sobreviviente de una masacre de miles de personas. Huyó de la antigua Yugoslavia hacia la frontera con Italia, y en un campamento de la Cruz Roja Internacional conoció a María Marolt, quien también huía del comunismo. En 1947, Argentina los recibió, y ahí nació Pedro Pablo el 29 de junio de 1948, en San Martín, una provincia de Buenos Aires.

Su infancia la pasó corriendo por el campo y jugando futbol; aprendió en casa el oficio de albañil, el “amor a Dios” y el idioma esloveno. Pedro Opeka cuenta orgulloso que sus padres hacían lo que decían y que sus enseñanzas fueron la solidaridad, la fraternidad, la fe y la alegría de vivir unidos.

Pedro Opeka Pedro Opeka charla con los vecinos e integrantes de la comunidad para planear la habilitación del vecindario y la construcción de nuevas viviendas.

En su adolescencia dudó entre dedicarse al futbol de manera profesional o meterse al seminario, pues estaba empeñado en seguir los pasos de Jesús para servir a los más pobres. Eligió el sacerdocio. Con 17 años entró a la Congregación de la Misión de San Vicente de Paúl, cerca de Buenos Aires. Cuando se hallaba en el noviciado estaba concluyendo el Concilio Vaticano II, convocado el 11 de octubre de 1962 por el Papa Juan XXIII, que planteaba abrir las ventanas de la Iglesia para que entrara el viento renovador del Espíritu, lo que en Latinoamérica se interpretó con la consigna de la opción por los pobres. Esta corriente de pensamiento influyó a Opeka en lo consecuente.

En 1968 se fue a Europa. En Eslovenia estudió filosofía y en Francia teología. En aquel entonces, Madagascar seguía siendo colonia francesa, y de la Congregación de San Vicente de Paúl mandaron a Pedro Opeka como misionero a esta isla (la cuarta en tamaño en el mundo), donde permaneció dos años. En 1975 se ordenó y al siguiente año estaba de vuelta en Madagascar. Los primeros años estuvo en la selva, en Vangaindrano, a 800 kilómetros al sur de la capital (Antananarivo). Se metió a las canchas de futbol a jugar con el pueblo malgache, lo que les resultaba extraño, ya que normalmente hay una frontera con los blancos, “los colonizadores”. El sacerdote argentino invitó a otros dos curas a trabajar en los arrozales, a meterse al agua aunque se llenaran de lodo. La idea era mostrar que cualquier trabajo es digno. Así se fueron ganando la confianza de la gente.

Pedro Opeka Habitantes de la comunidad trabajan juntos en la construcción de nuevas viviendas.

En la selva pervivían los lazos comunitarios y eso le fascinaba, pero las enfermedades por el agua contaminada lo debilitaron y después de 15 años pidió regresar a Argentina. En la Congregación le ofrecieron que se mudara a Antananarivo para ser director de la escuela Escolástica de San Vicente de Paúl y aceptó. La capital de Madagascar fue un reto para el padre Opeka. En el sur había visto demasiadas pobreza y muerte, pero consideraba que la gente resguardaba su dignidad, su fiereza, su belleza espiritual, su fuerza interior. En cambio, en la ciudad vivían miles de personas que salieron de sus pueblos en busca de un trabajo que nunca encontraron; se quedaron viviendo en calles, mercados y vertederos. La pobreza los llevó a que se impusiera la ley del más fuerte.

El padre Opeka tardó cinco años en aprender la lengua malgache. Logró decir la homilía sin leer: “Qué bien me sentí mirando a la gente a los ojos. La lengua malagasy (malgache) es también muy rica en expresiones, tiene que ver con la realidad, la gente quiere escuchar sobre cosas reales y urgentes. Ellos me han enseñado a ir al problema directamente cuando se trata de solucionar el hambre, el trabajo”.

Pedro Opeka Personas trabajando en la extracción de cantera para obtener materiales para la construcción.

La tierra, nuestra casa

En México es probable que muy pocos tengan referentes de Madagascar más allá de lo que aparece en las películas. Está a unos 17 mil kilómetros de Jalisco y es un destino turístico fuera del alcance de muchos. A la distancia, sabemos de aquella isla rodeada por el océano Índico (frente a Mozambique), que su atractivo son sus paisajes naturales. La organización internacional Worl Wildlife Fund la describe como “La Isla del Tesoro: nueva biodiversidad en Madagascar”; pero esta riqueza natural está amenazada por la acelerada deforestación (en notas periodísticas se menciona que se ha perdido 90 por ciento de su cobertura original).

Para Pedro Pablo Opeka, la Tierra es “nuestra madre, nuestra energía, nuestra cuna, nuestra casa común, como dice el papa Francisco. No respetar a la Tierra es como serruchar la rama en la que estamos sentados. Nos hacemos daño a nosotros mismos. Pero no nos damos cuenta porque la locura y la ligereza de la vida actual nos invitan a consumir y a disfrutar de todo, incluso de lo que es antinatural y prohibido. El respeto a la naturaleza no es facultativo, es una exigencia natural y moral si queremos vivir en armonía con la Tierra y el universo. Explotar la Tierra es falta grave. ¿Por qué, con tanto progreso científico y tecnológico, no sabemos respetarla? Quizá nos falte el discernimiento. El hombre podría transformarse en el predador más peligroso del universo”.

Por ello, en Akamasoa plantan 20 mil árboles al año en zonas deforestadas y en las escuelas se enseña el amor a la Tierra, que se aprende con gestos simples como recoger un papel en la calle, respetar las flores y los árboles de un parque, reciclando la basura, aunque “la toma de conciencia no es unánime en la gente, tenemos que luchar mucho tiempo más para comprender que la naturaleza nos hace felices”, reflexiona el sacerdote que, en vez de sentirse argentino o malgache, dice que él es “terreno, mi casa es el planeta Tierra”.

Pedro Opeka Alumnas de una de las tres escuelas secundarias fundadas por el padre Opeka.

Para el padre Opeka, lo que han hecho los malgaches no es sólo construir su propia ciudad, donde ya viven 25 mil personas, sino que han reconstruido su humanidad: “La dignidad estaba oprimida por tantas injusticias, por eso tuvimos que reconstruirla al mismo tiempo que levantamos la ciudad. En el basurero habían perdido todo y sobrevivían a la violencia […] había que poner de pie a estos hermanos y despertarles la chispa divina de que se puede vivir de manera respetuosa, fraternal, digna, haciendo desaparecer el odio y la envidia. Estas cualidades del ser humano se pierden muy rápidamente, pero para revivirlas se necesitan años o décadas”.

En Akamasoa se escucha a menudo el término “dignidad”, porque se considera lo más sagrado de una persona, porque da voluntad para luchar en la vida. Opeka dice que “es la esencia del ser humano, sin ella se vive como en una cárcel, no hay responsabilidad, ni libertad ni igualdad. Se puede recuperar, pero no es fácil, porque hay una ruptura en el interior y se tienen que sanar las heridas más profundas, que vienen del Espíritu. La dignidad se alimenta con la verdad, el amor, la compasión […] por eso hay que luchar para que no se le robe a ninguna persona su dignidad, sin ésta no hay futuro para la Humanidad”.

Pedro Opeka

Durante los primeros años del proyecto sufrió traiciones, robos, amenazas, pero siempre estuvo consciente de que entre los malgaches había algunos que tenían mucho que perdonar, que no era sencillo cambiar de la noche a la mañana y superar tanto dolor acumulado. Poco a poco se notaron los cambios: las familias ya no llegaban a pedir arroz, sino a buscar trabajo para así conseguir alimentos. De hecho, el primer punto al que llega la gente son los albergues, donde permanece un tiempo hasta que con el trabajo de años logra obtener una vivienda.

Los poblados se han levantado al margen del gobierno (“la pobreza no ha caído del cielo, los dirigentes políticos han sacrificado a su pueblo para enriquecerse solos”, piensa el sacerdote), con esfuerzo de la misma gente y donativos internacionales de asociaciones como Manos Unidas, que se usan para adquirir material de construcción y alimentos para 10 mil alumnos.

 

La vida cotidiana

El despertador suena a las cinco de la mañana para la eucaristía. A las seis, Opeka desayuna y responde correos. A las siete se reúne con los responsables de los pueblos, las escuelas, las construcciones, la cantera y los talleres. Más tarde atiende a visitantes, almuerza y a las dos de la tarde son los entierros. Por la tarde acude a los centros de trabajo, los pueblos, ve a las familias que tienen problemas, hace oración, cena, saluda a los guardias, lee un poco y a las 23:00 se duerme.

Pedro Opeka

En los pueblos de Akamasoa, la vida es trabajar, estudiar, jugar, rezar, “pero quizás aquí hay más alegría y simplicidad”. Existen actualmente 20 leyes (conocidas como dinas) que la misma gente creó y votó.4 Las reglas son no robar, no insultar al prójimo, trabajar, enviar a los niños a la escuela, no consumir alcohol ni drogas. Se han celebrado decenas de reuniones, pero “no se cambia el corazón de un hombre con una ley, por más buena y santa que sea. Hay que tener mucha perseverancia para que se apliquen”, explica el argentino. Por ello, se crearon comités en cada pueblo y responsables que informen con prontitud si la convivencia se complica en algún lugar. En los centros de trabajo también hay encargados del orden, para que ningún obrero se aproveche del bien común, gracias a lo cual se pueden pagar sueldos para vivir con dignidad (se pagan tres mil salarios en total).

“La base de nuestra organización es la honestidad, vivir de la verdad, servir y no servirse del hermano. Luego hay que refrescar la memoria seguido para que estas bases de vida comunitaria no se olviden. Tenemos reuniones periódicas con todos los comités de los pueblos y de los talleres para discutir los problemas graves y buscar soluciones”.

Pedro Opeka Vista panorámica de algunas de las tres mil viviendas construidas en la zona del basurero.

Los trabajadores de la cantera y de la construcción son quienes integran de forma voluntaria los equipos de seguridad (hay guardia de día y de noche). Salen con silbatos a dar rondines, a disuadir el comercio de droga y alcohol, a hablar con los jóvenes para que cambien de mentalidad y se enfoquen en la música o el deporte. Esta lucha es incluso una batalla contra el gobierno de Madagascar, ya que “a veces están involucrados en los mercados clandestinos y también en los robos”. Pedro Opeka insiste en esta pelea, porque se trata del futuro de los jóvenes de Akamasoa.

En las decenas de entrevistas que hay acerca de este sacerdote que ha hecho mucho más que gobiernos enteros, es raro encontrar información que ayude a entender la historia del pueblo malgache y su lucha. Aparece como información aislada que Madagascar fue refugio de rebeldes de otros países que colindan con el océano Índico, que resistieron la invasión de países europeos hasta que Francia logró apoderarse de la isla en 1895 y que hasta 1960 lograron independizarse; que hay una resistencia viva de campesinos que luchan contra el despojo de sus tierras por parte de las trasnacionales (en el informe “Accaparement des Terres à Madagascar” se vincula la colonización con la crisis alimentaria, pues a los pobladores se les roban sus tierras y ya no tienen dónde sembrar); o que “son una cultura profundamente subversiva, una cultura rebelde híbrida, creada por una población de esclavos que lograron escapar”, como opina el antropólogo anarquista David R. Graeber, uno de los ideólogos del movimiento Occupy Wall Street, quien realizó trabajo de campo en Madagascar cuando tenía 28 años. Mucho de lo que se ha logrado sin duda estará relacionado con lazos comunitarios que siguen vivos entre los malgaches. Lo interesante es, como asegura el padre Pedro Opeka, que este proyecto autogestivo se puede repetir en cualquier parte del mundo. m.

Pedro Opeka

1. Esto lo relata en prácticamente todas las entrevistas disponibles en YouTube.

2. “Las grandes mineras y agrícolas han desplazado a pequeños campesinos y ganaderos poniendo en riesgo incluso la subsistencia de un buen número de familias”, escribe Carlos Bajo Erro en el texto “David contra Goliat en Madagascar”, publicado en El País el 21 de enero de 2015.

Tancítaro y Cherán, esperanza de cambio

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Durante el Día de la Comunidad Solidaria del ITESO, tuvo lugar una charla donde se compartieron las experiencias de gobiernos alternativos con los que en Michoacán se ha hecho frente a la violencia

Gobierno comunitario en Cherán y Tancítaro

“A veces caemos en la desesperanza de que este país va a ser difícil cambiarlo, pero experiencias como Tancítaro y Cherán nos ayudan a alimentar la esperanza de que sí es posible revertir esa situación”. Eso afirmó Gabriel Mendoza, SJ, en el foro “De-construyendo el poder. Experiencias de gobiernos alternativos, casos Cherán y Tancítaro”, que se realizó en el ITESO como parte de las actividades del Día de la Comunidad Solidaria y donde Yunuen Torres Ascencio, del Consejo de Jóvenes del gobierno Comunal de Cherán, y Arturo Olivera Gutiérrez, presidente municipal de Tancítaro, compartieron la respuesta que sus ciudadanos a la situación de violencia en la que vivían.

En el foro, que tuvo lugar en el auditorio D2 el pasado 7 de marzo, también participó Jorge Atilano González, SJ, quien trabajó junto con Gabriel Mendoza en un modelo para la reconstrucción del tejido social que ya se está implementando en tanto en la comunidad de Cherán y como en el municipio de Tancítaro, en Michoacán.

En ambos lugares sufrieron desapariciones, cobro de piso, levantones por parte del crimen organizado hasta que los habitantes decidieron enfrentar la situación, relataron Yunuen Torres y Arturo Olivera en la mesa, que fue moderada por Jorge Rocha, académico del Departamento de Estudios Sociopolíticos y Jurídicos.

En Cherán “el movimiento empieza encabezado por mujeres, es acompañado por jóvenes y, a partir de 2011, comienza a replantearse nuestra forma de vida, a analizar el contexto que teníamos, a retomar las formas tradicionales que teníamos de organización adaptadas a nuestro contexto actual”, dijo Yunuen Torres.

La integrante del Consejo de Jóvenes del gobierno Comunal señaló que, a seis años de haberse iniciado el movimiento, poco a poco han ido logrando sus propósitos de seguridad, justicia y reconstrucción del territorio.   “Ahí vemos cómo lo que acá se le llama participación ciudadana está muy visible, porque los comuneros y comuneras que nos asumimos como tal estamos al pendiente de la toma de decisiones desde los espacios que se abren para que podamos ser todos partícipes de ello”. Torres Ascencio destacó que en la actualidad los delitos disminuyeron al punto que hoy sólo hablan de riñas callejeras. “La respuesta de la comunidad a esto ha sido eso, hacer comunidad, que te preocupe quién te gobierna, quién decide las políticas, eso es lo que Cherán está intentando hacer”, añadió.

Mendoza señaló que la situación que vivieron Tancítaro y Cherán es un ejemplo del problema que enfrenta el país. “A esa situación no llegamos de la noche a la mañana, sino que hay un proceso social de fractura del tejido social que nos ha llevado a esa situación, pero donde nosotros somos responsables, y por eso, también, tenemos el desafío de reconstruirlo, no volviendo al pasado sino mirando hacia el futuro que queremos”, señaló.

El jesuita apuntó que la democracia partidista fue una solución que se encontró ante gobiernos totalitarios, sin embargo, consideró que ese modelo llegó a su límite puesto que la violencia también está relacionada con la corrupción y el acaparamiento del poder.

La reconstrucción del tejido social fue el eje de las actividades que el Centro Universitario Ignaciano organizó para el Día de la Comunidad Solidaria del 2017.

Hace algunos años, en Magis publicamos un fotorreportaje de Carlos Álvarez Montero sobre la forma en que comenzaba a organizarse Cherán. Te invitamos a verlo de nuevo dando clic en este enlace.

Películas sobre la infancia, ¿para niños?

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¿Las mejores películas sobre la infancia no son para niños? Una película como Intensamente (2015), de Pixar, ¿es mejor asimilada por los niños o por sus papás? La claridad se adquiere con la distancia, y las más ricas son las que, desde la perspectiva infantil, dan cuenta del mundo en que los niños habitan.

Imagen de la película E. T., de Steven Spilberg
Imagen de la película E. T., de Steven Spilberg

Los niños son fuertes, son resistentes, están diseñados para sobrevivir. Cuando los dejas caer, suelen rebotar.

Terry Gilliam

 

Sin ser abundantes, las visitas a la infancia en el cine tampoco son escasas. A menudo se trata de cintas destinadas a los niños (y las animaciones son copiosas) y no faltan las que escapan de la realidad y resultan pueriles. También hay las que son protagonizadas por niños, pero apenas abordan la infancia. No es raro que algunas la idealicen o la falseen, a veces por medio de una elección fallida de actores, de niños que más bien son adultitos locuaces (como La Tucita mexicana). En pocas cinematografías, los niños son auténticos, como en la iraní o la italiana.

¿Las mejores películas sobre la infancia no son para niños? Una película como Intensamente (2015), de Pixar, ¿es mejor asimilada por los niños o por sus papás? La claridad, me queda claro, se adquiere con la distancia, y las más ricas son las que desde la perspectiva infantil dan cuenta del mundo en que los niños habitan. Como la portentosa Fanny y Alexander (1982), de Ingmar Bergman. El sueco adopta la mirada de Alexander para construir un drama que tiende puentes con Shakespeare y Strindberg, y que va de la alegría y la fantasía a los sinsabores del crecimiento. Algo similar sucede con Pather Panchali (1955), del indio Satyajit Ray, que muestra las carencias de la familia de un sacerdote que busca el sustento lejos de casa. Ray sigue todo esto desde la visión del pequeño Apu, quien crece entre la riqueza espiritual y la precariedad material.

Algunos cineastas regresan a esta perspectiva más de una vez. Y ver sus cintas supone un retorno, ¿pero también una invitación a la reinvención?

 

Luc y Jean-Pierre Dardenne (Bélgica, 1951, 1954)

En El niño de la bicicleta (2011) acompañan a un chamaco abandonado por su padre. En Rosetta (1999), Rosetta tiene un pasado similar y alcanza la mayoría de edad. Pero no se estancan en su tristeza; son personajes que no dejan de buscar, de moverse. Y así aparece su fuerza, su capacidad de resistir. En su ensayo Sobre el asunto humano, Luc subraya la necesidad imperiosa de experimentar un gran amor en la infancia temprana —que se traduce en aceptación— para poder transitar por la vida, para encarar la angustia por la muerte. Y cuando no lo hubo, hay que moverse.

 

Steven Spielberg (Estados Unidos, 1946)

En pocas filmografías los niños aparecen tanto como en la de Spielberg. No en vano Stanley Kubrick pensó en él para realizar Inteligencia artificial (2001). Sin falta, se involucran en aventuras para resolver algún problema. Acaso la más célebre sea E.T. (1982), en la que hace del extraterrestre justamente un niño. Parque Jurásico (1993) materializa todo el esplendor de su imaginación. Yo me quedo con Atrápame si puedes (2002), que no es protagonizada por un chamaco, pero exhibe las consecuencias de los vacíos de la niñez… que se convierten en los anhelos de la adultez.

 

Majid Majidi (Irán, 1959)

En Los niños del cielo (1997), Ali pierde los zapatos de su hermana menor. La pobreza en la que viven lo lleva a intentar soluciones insólitas: el cariño por su hermanita es tan grande como su empeño y su imaginación. En El color del paraíso (1999) acompañamos a un niño ciego con su malhadado padre a la casa de la abuela, quien vive en el campo. El hijo frena las ambiciones del padre y éste busca alejarlo; pero el chamaco tiene otros planes. Majidi da voz y protagonismo a la niñez, y, de cara al futuro gris que les espera, presenta un paisaje triste pero esperanzador.

 

Louis Malle (Francia, 1932-1995)

A sus 10 años, Zazie es un torbellino inquieto, incómodo; en su visita a París pone a su tío Gabriel en más de un problema. Con Malle, Zazie en el metro (1960), la maravillosa novela homónima de Raymond Queneau, vive una transición gozosa. Adiós a los niños (1987), escrita por el realizador, se ubica en la Segunda Guerra Mundial y sigue a dos compañeros y rivales de una escuela rural; vemos cómo los niños pueden superar su egoísmo y ser solidarios. Del egocentrismo simpático e irreverente a la toma de conciencia, Malle acompaña una niñez lúcida y crítica.

 

Guillermo del Toro (México, 1964)

Al inicio de Tideland (2005), Terry Gilliam hace una apología de la niñez y confiesa que la realización de la cinta le hizo descubrir al niño que lleva dentro, y resultó ser una niñita. Entre esta cinta y El laberinto del fauno (2006) hay muchas similitudes. Una de ellas es la perspectiva. En ésta y en El espinazo del diablo (2001), pero también en Hellboy (2004), predomina el punto de vista de un niño que se ve rebasado por una realidad en la que lo sobrenatural ofrece una vía para lidiar con lo natural, y que descubre que los monstruos están de este lado.

 

Para saber más

:: Terry Gilliam. Introducción a Tideland.

:: Las mejores 20 películas “de arte” sobre la niñez (en inglés).

::Entrevista con Guillermo del Toro; entre otras cosas, habla de la niñez.

::Entrevista con los hermanos Dardenne sobre El niño de la bicicleta.

La nueva figura social: el "kidult"

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El kidult podría ser considerado el pico evolutivo de los cambios posmodernos vinculados a la infantilización socio-mediática, a la debilidad en el modelo de valores de la madurez como consecuencia histórico-generacional y al replanteamiento social y psicológico de un ethos juvenil e infantilista

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El "kidult" toma decisiones día a día, según sus necesidades. Foto: yourbosssboots.com.au

El proceso de cambio social relacionado con fenómenos como el individualismo, el presentismo, la globalización, el multiculturalismo y la expansión de las dimensiones de incertidumbre y velocidad ha producido la aparición de una nueva figura social sin precedentes, que algunos llaman kidult. Esta figura representa un prototipo de inmadurez, caracterizado por detención, inseguridad, instinto, exploración y la imposibilidad de querer y trabajar. Es el adulto-adolescente que evita las obligaciones sociales vinculadas con la familia y el trabajo, sin sentirse inadecuado en un entorno colectivo, pero consciente de que han fracasado los indicadores de madurez que caracterizaban a las generaciones previas.

El kidult no diseña su existencia desde el pasado hacia el futuro, sino que, más bien, toma decisiones día a día con base en sus necesidades y deseos relacionados con la situación y el contexto. Vive una juventud artificial como potencialidad infinita, en un universo donde la ausencia de distinción entre jóvenes y adultos se ha convertido en el elemento clave.

El kidult podría ser considerado como el pico evolutivo de los cambios posmodernos vinculados a la infantilización socio-mediática, a la debilidad en el modelo de valores de la madurez como consecuencia histórico-generacional y al replanteamiento social y psicológico de un ethos juvenil e infantilista. Sin embargo, no es fácil hacerle un perfil. Algunas de sus características clave son:

Impulso vs. reflexión: perseguir el deseo, guiado principalmente por fuerzas ciegas más que por reflexión, al igual que los niños; sus acciones serán a menudo influenciadas por el ímpetu más que por la razón; la búsqueda del placer inmediato vs. la felicidad a largo plazo; inseguridad vs. autoestima: la proliferación de la cultura de la inmediatez y la flexibilidad nos ha llevado a un clima de incertidumbre constante, y la falta de autoestima es consecuencia directa de esta carencia; individualismo vs. comunidad: la orientación infantilista lleva a una visión puramente individualista de la vida. Los seres humanos son vistos antes que nada como individuos y no como familiares, compañeros, amantes, ciudadanos o miembros de la comunidad; conformismo vs. diversidad: persigue las tendencias y los deseos estandarizados de los jóvenes, reprime la variedad, la singularidad y la distinción de su propia persona a favor de una cultura juvenil extraordinariamente universal; impermanencia vs. estabilidad: rechaza la estabilidad tradicional del papel familiar y la vivienda y opta por soluciones temporales afectivas y de hospedaje.

El kidult exhibe características estrechamente relacionadas con fenómenos de la posmodernidad. Es una figura que parece destinada a ocupar un lugar fundamental en la redefinición del paradigma de la edad adulta y el curso de la vida. ¿Eres un kidult? m.

 

Para saber más

:: La generación del boomerang: expresión que se refiere a la generación de adultos, en las sociedades occidentales, que con frecuencia optan por soluciones afectivas y de hospedaje temporales y rechazan la estabilidad tradicional de la familia. A menudo deciden irse a vivir solos, con pareja o amigos, y después regresan al nido familiar; prefieren cohabitar temporalmente de maneras diversas, antes que la inalterabilidad del matrimonio.

:: B. A. Mitchell, The Boomerang Age. Transitions to Adulthood in Families, Transaction Publisher, Brunswick, 2006.

::Hombre unidimensional: es el producto simbólico de una industria en búsqueda de un monopolio en el que toda la cultura de masas es idéntica.

:: H. Marcuse, One Dimensional-Man: Studies in the Ideology of Advanced Industrial Society, Beacon Press, Boston, 1964.

::Kidults: Epstein los llama individuos encerrados en una escuela secundaria de la mente, mientras para Tierney son adulescentes y, para Cross, boy-men.

:: J. Epstein, “The Perpetual Adolescent”, en Weekly Standard, 15 de marzo de 2003.

:: J. Tierney, “In a Word; Adultescent”, en The New York Times, 26 de diciembre de 2004.

:: G. Cross, Men to Boys. The Making of Modern Immaturity, Columbia University Press, Nueva York, 2008.

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