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Una universidad casi como cualquier otra

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Monsters University nos lleva a los antecedentes de la relación de Mike Wazowski y Sullivan, quienes protagonizaron Monsters, Inc. (2001), una de las mejores entregas de Pixar. El responsable de la nueva cinta monstruosa es Dan Scanlon.

 Foto: IMDB.com

A la luz de las películas que ha concebido desde sus inicios, no parece exagerado considerar que la irrupción de Pixar representó un verdadero parteaguas en la historia del cine de animación. Títulos como Buscando a Nemo (2003), la trilogía de Toy Story y Ratatouille (2007), entre otros, contribuyeron a dar solidez a un proyecto que supo conjugar las virtudes de la tecnología con los riesgos creativos, los prodigios del software y las maravillas de la imaginación. En la década pasada, cada nueva entrega se convertía en una grata sorpresa que, contra todo lo que cabía suponer, superaba a la del año anterior. No obstante, el ascenso se detuvo con el franco derrapón que fue Cars 2 (2011), una cinta que sin ser lamentable se alejó de los parámetros argumentales y la agudeza temática que hasta entonces manejaba el estudio. Con Valiente (2012) recuperó algo del terreno perdido: si bien la cinta se llevó el Óscar de la especialidad, tampoco está a la altura de los títulos que dieron prestigio a Pixar. Con Monsters University (2013), justo es anticipar, recupera un poco más.

Para no variar, la cinta es precedida por un cortometraje (lo que constituye una feliz tradición, un sello de Pixar): The Blue Umbrella (2013), de Saschka Unseld. Éste sigue las contrariedades de dos paraguas que se encuentran bajo la lluvia y se afanan por permanecer juntos. El cineasta prescinde del diálogo y apuesta por combinar acción real con animación. El resultado es afortunado, y tiene la virtud de preparar el ánimo para lo que sigue. (Al finalizar The Blue Umbrella, por cierto, me quedó la impresión de que el cortometraje seguirá siendo el terreno propicio para la experimentación de Pixar, que, desde que es propiedad de Disney, no ha sido particularmente osado.)

Monsters University nos lleva a los antecedentes de la relación de Mike Wazowski y Sullivan, quienes protagonizaron Monsters, Inc. (2001), una de las mejores entregas de Pixar. El responsable de la nueva cinta monstruosa es Dan Scanlon, quien codirigió el corto Mate y la luz fantasma (2006), producido por el estudio. Monsters University es su segundo largometraje como realizador, y el primero de animación. Como el título sugiere, la historia se ubica en los años universitarios de los personajes principales: en la escuela epónima se conocen y posteriormente se convierten en colaboradores y amigos. Mike está empeñado en ser asustador, para lo que estudia incansablemente, pero su problema es que no asusta a nadie; Sully proviene de una famosa familia de asustadores, pero es presuntuoso y perezoso. La antipatía surge pronto, pero luego de que peligra la estancia de ambos en la escuela, se ven en la necesidad de colaborar en un concurso.

Scanlon propone una historia que se inscribe con fortuna en la tradición de Pixar. Los acontecimientos que se presentan no son del todo originales, sin embargo, se ofrece un tratamiento que permite que el asunto abordado gane en gracia y fuerza. El argumento recoge las rivalidades, las burlas y las competencias que habitan tantas cintas de crecimiento que tienen lugar en la universidad. Sin hacer mayor hincapié, pero tampoco sin despacharlo de forma inconsecuente, la cinta muestra, entre otras cosas, pasajes que surgen del hostigamiento (bullying) y de los prejuicios. Pero Pixar se ha caracterizado por sacarle la vuelta al lugar común, por ir más allá de la superficie de las cosas, por lo que la historia presenta giros atendibles y educativos e ilustra la forma de superar las consecuencias del maltrato, eludiendo, además, la ruta de la venganza (ese gran tema estadunidense por excelencia). El mensaje tampoco es del todo original, pero la forma de llegar a él resulta emotiva: reconocer y respetar las características del otro es un primer paso para poder relacionarse con él; la amistad ofrece la posibilidad de complementarse y multiplica sus beneficios cuando los amigos tienen la humildad de valorar el aporte del otro; juntos, en conclusión, son mejores individuos.

Como también es habitual en las entregas de Pixar, la calidad y calidez de la imagen y la banda sonora son plausibles. El diseño y el colorido —dentro de la paleta de Monsters, Inc.— son vistosos y reservan placeres constantes a la vista. En la banda sonora merece mención aparte el aporte de Randy Newman, quien vuelve a imprimir aires jazzísticos a sus músicas. No está de más subrayar, también, la labor de Víctor Trujillo y Andrés Bustamante en las voces en español (renglón en el cual, para no variar, Pixar se luce).

Con Monsters University, en conclusión, Pixar no crece, pero tampoco pierde talla.

 

Para tomar en cuenta

Si bien el desfile de los créditos finales se lleva varios minutos, vale la pena esperar al final-final, pues ahí se concluye un chiste que se inicia en otro momento de la cinta. La paciencia es, así, bien recompensada.


Periodismo y violencia: el daño reiterado a la libertad de expresión

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El Centro Nacional de Comunicación Social (Cencos) presentó su informe "¿Por qué tanto silencio? Daño reiterado a la libertad de expresión en México", donde se da cuenta del escenario en el que los periodistas del país intentan realizar su labor.

El Centro Nacional de Comunicación Social (Cencos) hizo público su informe ¿Por qué tanto silencio? Daño reiterado a la libertad de expresión en México, que recopila datos y reflexiones sobre las condiciones en las que los comunicadores del país están realizando su trabajo: amenazados por el crimen organizado, coercionados por el Estado, abandonados por sus medios.

Aquí pueden consultar el informe completo.

 

 

Y en este enlace puedes conslutar los textos que publicamos, a manera de adelanto, en nuestro sitio.

Nos mudamos

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Aviso editorial:

Por razones editoriales y de mantenimiento del sitio web de Magis, se ha decidido concentrar las colaboraciones de todos los autores de blog en un solo espacio: el Blog de la Redacción.

Como agradecimiento al autor y a los lectores, todos los contenidos de este blog seguirán en línea, disponibles para todos aquellos que quieran seguir leyendo, comentando, compartiéndolos…

Para leer las colaboraciones más recientes de Hugo Hernández, consulta este sitio. 

Titanes del Pacífico: el tamaño importa

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Titanes del Pacífico (Pacific Rim) es el primer largometraje dirigido por Guillermo del Toro después de Hellboy 2, el ejército dorado. Sigue las contrariedades de la humanidad en el futuro, cuando unos monstruos gigantes (los kaijus), irrumpen desde el océano Pacífico y comienzan a destruir la civilización, que es defendida por robots (los jaegers).

En Titanes del Pacífico (2013) es posible apreciar lo mejor del repertorio técnico y narrativo del tapatío Guillermo del Toro: su labor con la cámara es por momentos virtuosa, con emplazamientos sugerentes y una movilidad que imprime agilidad al relato; esto permite que el montaje sea tan vistoso como provechoso, pues los cortes generan un ritmo visual apasionante, en particular en los enfrentamientos entre humanos y los que se dan entre robots y monstruos. Del Toro filma la acción con claridad, solvencia y elegancia, virtudes que escasean hoy día en este renglón. El estilo tiene un afortunado complemento en las luces del cinefotógrafo mexicano Guillermo Navarro y las partituras del alemán Ramin Djawadi. El 3D, por su parte, es desigual, pues mientras el cineasta saca buen provecho de la profundidad que esta herramienta hace posible y el contraste entre las tallas es asombroso (el tamaño importa), por momentos, paradójicamente, la acción es confusa. Formalmente la cinta es impecable —por momentos deslumbrante—, y su hechura no sólo no desmerece con relación a lo que se espera de una cinta veraniega de gran presupuesto, sino que es bastante lucidora. Pero... vayamos por partes.

Titanes del Pacífico es el primer largometraje dirigido por Del Toro después de Hellboy 2, el ejército dorado (2008). Sigue las contrariedades de la humanidad en el futuro, cuando unos monstruos gigantes, a los que se conoce como kaijus, irrumpen desde el océano Pacífico y comienzan a destruir la civilización. Los humanos responden construyendo unos robots no menos grandes, conocidos como jaegers. La guerra se extiende por años, hasta que los políticos deciden dejar de construir los robots y apuestan por un muro. Pero como éste resulta inútil, la última esperanza está en los jaegers, en particular el que comandan Raleigh Becket (Charlie Hunnam) y Mako Mori (Rinko Kikuchi).

Del Toro hace algunos guiños a sus cintas anteriores (la evolución del depredador de Mimic; los chistes con Ron Perlman de Cronos, con Santiago Segura de Blade II; los espadazos de éstay Hellboy), emula hasta cierto punto blockbusters de otros directores con ambiciones diversas (Armageddon, Transformers, Aliens) e imprime dosis de humor valiosas pero escasas. El tema, así tratado, ilustra un lugar común rubricado en un dicho: la unión hace la fuerza. Los jaegers, que tienden un puente con los “monstruos” de David Cronenberg (quien ha explorado cómo el hombre se “maquiniza”), son comandados por dos personas que se complementan: cada uno ocupa un hemisferio —en franca alusión a la distribución y funcionamiento cerebrales—, llegan a tener una conexión fuerte y pueden penetrar en la mente del otro (no obstante, terminan comunicándose como la mayor parte de los mortales: hablando). De ahí que las parejas sean conformadas por hermanos, padre e hijo o macho y hembra, que tienen grandes posibilidades de apareamiento (ésta, justo es reconocer, es una inferencia que hace el que teclea estas líneas, pues la cinta es aséptica, lo mismo en los terrenos biológicos que en los amatorios). De pasadita, el tapatío lanza una crítica, chiquita ella, a los políticos: esos seres “de saco, corbata y risa falsa” a los que “no necesitamos”, como sugiere algún personaje. El tema, así, no es precisamente original y tampoco llega a revelaciones profundas y atendibles. Pero hay más.

Titanes del Pacífico se extiende a lo largo de dos horas y media que resultan larguísimas. Presenta una serie de personajes unidimensionales que alimentan una verborrea interminable, que son una suma de clichés y que, además, son interpretados sin punch: el desempeño actoral no es particularmente notable. Retoma el elogio que tantas y tantas cintas han hecho de los rituales, las jerarquías y la parafernalia militares (tú no, Guillermo, tú no); y, por supuesto, la testosterona rifa, incluso sobre la neurona (los científicos —de los que se ofrece un retrato contrastante— aquí son algo así como unos payasos que llegan a tocar la flauta).

En su filmografía previa, Guillermo del Toro ha sabido conciliar la fantasía y la aventura con la sustancia, pero aquí entrega su cinta más insustancial, más impersonal. Es cierto que brilla su habilidad artesanal y cumple al entregar lo que se espera de una cinta veraniega: acción, efectos especiales y estruendo en cantidades industriales (el presupuesto también importa). Pero sabe a poco.

 

Texto publicado el 12 de julio de 2013 en el suplemento Primera Fila del periódico Mural 

Magis se viste de gala para presentar a Alejandra Xanic

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Como es costumbre, nuestro director, Humberto Orozco, nos hace una presentación general de los contenidos de la edición 435, que pronto entrará en circulación.

Julio está terminando y agosto ya está a la vuelta de la esquina. Por eso, aprovechamos para presentarles la carta de nuestro Director, que nos cuenta de manera general los contenidos de la edición que estará disponible en un par de días.

Alejandra Xanic, la mexicana que ganó el Pulitzer

Estimado lector: 

A la redacción de Magis llegan constantemente noticias de los logros profesionales de los egresados del iteso: ganan premios nacionales e internacionales, reciben reconocimientos, los invitan a puestos importantes. Por supuesto que nos alegran dichos logros, pero como la universidad tiene poco más de 30 mil egresados, nos hemos preguntado desde hace tiempo cuál es el sentido de los premios y su difusión.

Para Magis , de acuerdo con la educación que promueve la Compañía de Jesús, los galardones no son un fin en sí mismo, sino la consecuencia de una trayectoria profesional que promueve la justicia, la equidad y el respeto de todos los seres humanos. El éxito no está en las conquistas individuales, sino en el bien que promueve para los demás.

Esta introducción sirve para explicar nuestra reacción cuando supimos que la periodista Alejandra Xanic, egresada de Ciencias de la Comunicación del ITESO, había ganado el premio Pulitzer de periodismo de investigación por un trabajo publicado en el New York Times—no hay honor mayor dentro de la tradición de la prensa liberal occidental—. El premio nos dio gusto, pero es estimulante saber por qué fue premiada. Como detective de novela, Xanic investigó durante meses una compleja trama de sobornos con los que Walmart México consiguió abrir decenas de tiendas en todo el país (la más famosa, dentro del área patrimonial de Teotihuacan).

El perfil que escribió el periodista Gerardo Lammers —compañero de clases de Alejandra— retrata los valores éticos y la disciplina profesional de Xanic; reconstruye sus primeros años en el diario Siglo 21, cuando ganó el Premio Nacional de Periodismo por su cobertura de las explosiones del 22 de abril de 1992; relata su visión del periodismo de investigación en un momento en el que los medios del mundo están en crisis. Sé que Alejandra siempre ha querido hacer bien su trabajo, no estar en los reflectores, es parte del talante de las personas grandes.

En esta edición también presentamos un reportaje sobre la forma en que otras ciudades latinoamericanas consiguieron reorganizar el transporte público; un recuento de una generación de emprendedores que está desarrollando alta tecnología; una entrevista con Eduardo Rabasa, editor de Sexto Piso, una empresa editorial mexicana e independiente que ha destacado en medio del difícil contexto editorial.

También encontrarás textos sobre Yuri Herrera, sobre los usos del grafeno (el elemento químico), sobre proyectos de intervención social en La Mezquitera, sobre el arte de El Anatsui, y pequeños textos que exploran la idea de las fronteras desde distintas dimensiones.

Esperamos tus reacciones en nuestras redes sociales y en nuestra página web (magis.iteso.mx), recién optimizada para que puedas leer cómodamente desde tu teléfono móvil o tu tableta.

 

Que disfrutes la lectura.

 

Humberto Orozco Barba

Director de Magis 


"Hace falta despertar la voluntad": Natalia Armienta

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Egresada de Ciencias de la Comunicación por el ITESO, Armienta se ha abierto camino en el cine documental, una industria donde la mayoría de los directores son hombres. Su último proyecto es Antes de que se tire la sal

Natalia Armienta, directora del documental
Natalia Armienta, directora del documental "Antes de que se tire la sal"

Natalia Armienta hace cine documental, escribe libros infantiles y elabora guiones. Ha probado su talento en las artes audiovisuales como directora de arte, editora, fotógrafa, productora, asistente de cámara, entre otras tareas. Antes, egresó de la licenciatura en Ciencias de la Comunicación del ITESO, en 1995. Después estudió una maestría en Producción y Dirección de Cine en la Universidad Abat Oliva, en Barcelona, España, y tomó un taller de cine experimental en la ciudad de Nueva York.

Sus documentales versan sobre problemáticas relacionadas con los derechos humanos y han sido premiados en diferentes festivales del mundo. En Culpables de inocencia (2010) capturó historias de mujeres mexicana presas que, a pesar de ser inocentes, se declararon culpables de diferentes delitos para salvar a sus parejas sentimentales. Aunque participó en más de 18 festivales internacionales, en México no tuvo la proyección que ella esperaba “porque se trata de la vida de mujeres” en un terreno dominado por los hombres. En ese sentido, considera que ser mujer le ha hecho más difícil desarrollarse profesionalmente en la industria del cine. “A las mujeres que no tenemos ningún pariente, apellido o palanca, no nos es fácil. Cuando vas al cine y ves las películas, te preguntas quién es el director, y no quién dirige. Se da por hecho que es un hombre”, afirma.

Antes de que se tire la sal (2013) es su más reciente producción. Fue filmada en la salina de Uyuni, el desierto de sal más grande del mundo, ubicado en el suroeste de Bolivia. En la cinta da cuenta de la explotación de esta reserva de litio, la mayor en el mundo: 80 por ciento del que existe en la Tierra. Este elemento es utilizado para la fabricación de nuevos aparatos con tecnología de última generación, como pilas de larga duración, celdas solares, autos eléctricos, teléfonos móviles y tabletas. “Los pobladores de Bolivia defienden este recurso natural; lo defienden y creen en la Pachamama [Madre Tierra]. Yo me pregunto cómo el gobierno va a defender que se permita explotar el salar sin afectar las creencias de su pueblo”. La historia está en el proceso de posproducción, en el que colaboran Venencio Almanza (postproductor de sonido) y Cheshvan Santana (editor), también egresados del iteso. Aunque los documentales son su pasión, no rechaza participar en otros proyectos. En febrero de este año estuvo en cartelera la comedia Siete años de matrimonio, cuyo guión fue escrito por Armienta.

La filosofía de Natalia es no rendirse y ser perseverante, sin importar que no confíen en sus proyectos. “Lo más importante en la vida es estar atento a todo lo que sucede alrededor. No nos hace falta el despertar de la conciencia, sino de la voluntad, porque en el fondo cada uno de nosotros sabe lo que tenemos que hacer. Cuando no queremos hacer las cosas inventamos pretextos o echamos culpas”. m

 

Natalia Armienta fue nuestro personaje de portada en 2006 por su documental Compás de arena, en el que da cuenta de las condiciones en las que vive el pueblo saharaui. Puedes leer sobre ese documental en este enlace.

Alejandra Xanic, la Pulitzer mexicana

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A lo largo de su carrera, esta periodista, egresada de la carrera de Ciencias de la Comunicación del ITESO y ganadora del Pulitzer, se ha distinguido por su fino y trabajado olfato, que le ha permitido dar con grandes historias en sitios improbables. He aquí el retrato de una reportera que, ante el agobio que le provocaba escribir la nota diaria, decidió dedicarse al género periodístico menos practicado, el más lento y el que se lleva peor con la corrupción política y empresarial

Alejandra fue galardonada con el Pulitzer junto con David Barstow. Foto: Federico Gama
Alejandra fue galardonada con el Pulitzer junto con David Barstow. Foto: Federico Gama

Cuando a Trino Leroy, maestro de ceremonias del Casino Veracruz —el tradicional salón de baile de Guadalajara—, le hicieron saber que entre la concurrencia de aquella noche, sábado 20 de abril de 2013, estaba alguien que había sido merecedor de un importante premio, aprovechó una de las pausas de la orquesta y tomó el micrófono:

—Esta noche, el Casino Veracruz se viste de gala pues contamos con la presencia de la periodista Alejandra Xanic, ganadora del premio Pulitzer —dijo Leroy, según recuerda el periodista Juan Carlos Núñez, que estaba ahí con su esposa y un grupo de periodistas tapatíos, la mayoría de ellos excompañeros de Xanic en el desaparecido diario local Siglo 21.

La cronista Vanesa Robles, quien también celebraba entre cervezas el primer Pulitzer para un periodista de nacionalidad mexicana en la categoría de Periodismo de investigación, recuerda que Xanic pasó “chiveadísima” a la pista de baile, hizo una reverencia y dijo: “Gracias”. El antro vibró con los aplausos y, cuando la música tropical sonó de nuevo, varios de los bailarines asiduos del casino se acercaron para pedirle autógrafos en servilletas de papel.

*     *     * 

Han pasado 20 años entre el Premio Nacional de Periodismo que Alejandra Xanic von Bertrab Wilhelm (ciudad de México, 1967) obtuviera por la nota que alertaba sobre el olor a gasolina en la calle de Gante —publicada en Siglo 21 el 22 de abril de 1992, el mismo día de las trágicas explosiones en el sector Reforma de la capital jalisciense— y el premio Pulitzer por un reportaje de largo aliento, en mancuerna con el experimentado periodista estadounidense del New York Times, David Barstow, sobre la política de sobornos con la que la trasnacional Walmart abrió decenas de tiendas en México entre 2003 y 2005. A final de cuentas, dos historias de corrupción en México que salieron a la luz gracias a la tenacidad de una reportera que ha encontrado en el periodismo de investigación una manera de combatir el agobio que le provoca la nota diaria.

El reportaje galardonado con el Pulitzer trata de una trama de corrupción —que supuso un desembolso total de 24 millones de dólares para sobornos— para abrir tiendas en todo el territorio nacional, durante la gestión de Eduardo Castro-Wright como director general de Walmart México, y que solaparon las oficinas centrales en Bentonville, Estados Unidos. Se trata de un texto sobrio, sin licencias literarias, con pocas descripciones y anécdotas. “Muy factual”, define Xanic.

Dos son los protagonistas de este relato: Sergio Cicero Zapata, un abogado que fue empleado de Walmart México, quien, además de ser el responsable de la contratación y la operación de un grupo de gestores externos que sobornaron a distintos funcionarios, fue quien terminó “soltando la sopa”; y la zona de Teotihuacán, Estado de México, donde, en noviembre de 2004, fue abierta al público una Bodega Aurrerá en medio de encendidas protestas que se oponían a que un almacén de estas características operara en el corazón del México prehispánico, a una distancia de kilómetro y medio de las pirámides, dentro de una zona protegida (fuera del área arqueológica turística) por el Instituto Nacional de Antropología e Historia.

Para esta historia, publicada en dos entregas en el Times neoyorquino (“Wal-Mart Hushed Up a Vast Mexican Bribery Case”, el 21 de abril de 2012; y “How Wal-Mart Used Payoffs to Get Its Way in Mexico”, el 17 de diciembre del mismo año), Xanic hizo una de las cosas que más disfruta en la vida: reportear, es decir, husmear, hurgar, fisgonear, expurgar, detectar, descubrir. Es decir, investigar. Quizá la otra cosa que más disfruta esta austera mujer de ojos verdes y cabello rubio-canoso, con predilección por la mezclilla y los huaraches, es hacer artesanías, regalitos para sus amistades, objetos creados con sus propias manos (lo último fue una lámpara con tubo de cobre y cordón).

Durante 19 meses ininterrumpidos, de mayo de 2011 a diciembre de 2012, la periodista tapatía se aisló de sus amigos, colegas y conocidos para concentrarse en una discreta, minuciosa, delicada y compleja investigación que le exigió, por una parte, dedicar jornadas laborales de ocho horas en dependencias municipales, revisando archivos, cajas de papeles, pero también discos duros y respaldos de información en formato digital. La búsqueda tenía como objetivo reconstruir la historia documental de cómo —en un lapso de tres años— fueron abiertas tiendas Walmart, Sam’s Club y Bodega Aurrerá en df, Estado de México, Coahuila, Jalisco, Morelos, Tabasco o Tamaulipas, para así corroborar, o no, lo que Cicero Zapata había denunciado: que los distintos trámites necesarios para abrir estos mega-almacenes eran “agilizados” mediante “pagos facilitadores”, en un momento en que la multinacional —fundada por Sam Walton en 1962— había fijado a sus ejecutivos internacionales el objetivo de expandirse con la mayor rapidez posible.

Hoy en día, una de cada cinco tiendas Walmart está en México. Y esta cadena de almacenes es la empresa privada que más empleos da a los mexicanos (más de 200 mil), según los informes anuales de la propia compañía.

Alejandra Xanic durante una de sus visitas a Guadalajara Juan Carlos Núñez y Francisco Vázquez (atrás) conversan con Alejandra Xanic en el Salón Veracruz. Foto: Cortesía Rubén Alonso 

*     *     * 

Visito a Margaret Wilhelm, madre de Xanic, en su casita de ladrillos rojos de la colonia Providencia, en Guadalajara. En una visita anterior me había encontrado con un letrero en la puerta de la entrada, de madera, que decía: “atención. Si a usted le viene bien, le regalamos 1 kilo de arroz o frijol y usted pone la cebolla… y una sonrisa”.

—Lo mandó quitar el Ayuntamiento, o eso nos dijeron —cuenta Margaret, sentada en la cocina, frente a una mesa artesanal de madera, mientras busca el encendedor para prender un cigarro—. Un día llegaron unos tipos y me dijeron: “Señora, en México no hay pobres”. También había puesto otro letrero que decía: “Si usted tiene sed, le regalamos agua buena en una botella como ésta” —Margaret me muestra un envase reciclable de plástico—. La pura maldad que lo hayan quitado, ¡pero no me dejo!

En la sala está Guillermo von Bertrab, su esposo, tocando unas canciones alemanas en el piano. “Freut auch des Lebens” (“Aléjense de la vida”). Ítem, un precioso setter irlandés, lo acompaña.

Cuando le pregunto por el premio obtenido por su hija, ella me dice:

—Estoy contenta, sí, porque algo hice bien con cada uno de mis hijos. Pero, ¿sabes de qué estoy realmente orgullosa? —me dice con una sonrisa un tanto maliciosa esta mujer de pequeña estatura, pelo absolutamente blanco y 80 años cumplidos, mientras me muestra una copia a color donde aparece Xanic, con una sonrisa de oreja a oreja, a punto de subir una escalera de la redacción del New York Times, mientrasDavid Barstow le cede el paso—. De su pelo.

Y enseguida, agrega:

—Xanic es tan hermética. No creas que porque soy su madre a mí me cuenta lo que hace. Pero aprecio su hermetismo porque sólo así se puede cumplir con un deber.

Margaret y Guillermo se conocieron hace 50 años, en plena época de la posguerra, en la Escuela Técnica de Stuttgart. Ella estudiaba Física y Matemáticas; él, un posgrado en Ingeniería. Luego de casarse en Múnich, se subieron a un barco de carga que los llevó al puerto de Tampico, donde Guillermo tenía familiares. Cuando desempacaron las cinco cajas de madera en las que habían guardado sus pertenencias, se dieron cuenta de que en cuatro de ellas había sólo piedras.

—¡Ésa fue mi primera impresión de México! —dice Margaret, quien en 1955 estuvo a punto de entrar a la redacción del diario Berliner Zeitung, pero un problema de la vista se lo impidió.

Apenas entré a la casa, acompañé a Margaret al librero que está junto a su mesa de trabajo. Me mostró una cajita de madera con la leyenda “Wie ich wurde was ich bin” (“Cómo me hice la que soy”), de la que sacó una tarjeta con un texto en alemán, escrito a mano. Se trata de una exhortación a la nación alemana, en la que el filósofo de finales del siglo XVII Johann Gottlieb Fichte, exigía la renovación espiritual por medio de la educación. Le pedí a Margaret que, por favor, lo tradujera.

—“Debes creer en el futuro de tu país, en el resurgir de tu pueblo. No te dejes robar esta fe a pesar de todo, de todo lo sucedido. Y procede como si de tu actuar dependiera el destino de tu patria y la responsabilidad fuese sólo tuya”.

Me despido de Margaret y Guillermo con la promesa de volver a visitarlos muy pronto.

Por la noche recibo una llamada telefónica. Es Margaret.

—¿Gerardo? Algo que olvidé mencionarte de Xanic es su gran creatividad. La creatividad fue escrita en casa con mayúsculas. En esta casa no compramos regalos… ni para Navidad… Nomás no, de veras. Todos los regalos los hacemos a mano. Otra cosa que quería decirte es que una cosa es el impacto cuando llegas y otra cosa es la gente a la que comienzas a amar. Yo amo a México y me siento quizá más mexicana que muchos.

 Alejandra Xanic en el Archivo General de la Nación Alejandra Xanic en el ARchivo General de la Nación. Foto: Federico Gama

*     *     *

“La corrupción no deja recibos”, reflexiona Xanic desde su departamento-oficina en el DF, en entrevista vía Skype, días antes de la ceremonia de premiación. “Lo que paga la corrupción son excepciones. Paga para que se salten la regla”.

Con estas afirmaciones, la periodista alude al tipo de trabajo que realizó para ir obteniendo, una por una, todas las evidencias que le dieron respaldo a una investigación que, por sus características, supone un enfrentamiento con una de las empresas más poderosas del planeta y, claro, con su equipo de abogados. Cada afirmación, cada frase, cada párrafo, cuenta Xanic, tuvo que sustentarse con pruebas.

La carta de postulación del reportaje al premiorefiere que Xanic, “una veterana reportera mexicana de negocios” —durante cuatro años fue editora de la sección Ideas de la revista Expansión—, encontró la pieza crucial de evidencia (un mapa alterado de la zona de Teotihuacán donde se construyó el almacén) en un disco de computadora que estaba dentro de una caja de zapatos en una oficina de gobierno.

Ella es una de esas periodistas con inclinación por las investigaciones de fondo y los viajes largos. En 1995 recorrió el país de punta a punta a bordo de los trenes de pasajeros (que aún funcionaban) y de carga para un reportaje que apareció publicado en Siglo 21. “Descubrió que el aire acondicionado de los ferrocarriles del Pacífico no funcionaba por la sencilla razón de que los ductos iban llenos de paquetes de droga”, escribió Diego Petersen en El Informador. Por aquella época, Xanic también hizo un viaje de cinco semanas a las Islas Revillagigedo, sin que hasta el momento haya publicado nada al respecto.

Sin embargo, también le gusta embarcarse en aventuras menos románticas. Para el caso Walmart, buena parte de su trabajo consistió en solicitar información desde su departamento-oficina en la ciudad de México. Básicamente le sacó jugo a las relativamente nuevas leyes de transparencia, tanto las estatales como la federal. Partiendo del principio de que los documentos que generan los funcionarios de gobierno son públicos, ella fue recabando información y haciendo cruces de datos, algo que ha caracterizado su labor desde sus inicios en el periodismo, a principios de los noventa, en Guadalajara, cuando aún era estudiante de la carrera de Ciencias de la Comunicación en el iteso y evitaba los baches de las calles a bordo de una moto Vespa viejita.

“Algo que aprendí con este reportaje”, dice Xanic, “es que hay que saber pedir la información; hay que entender cómo funciona la burocracia en México”.

Confiesa que su gusto por las novelas policiacas no sólo le ayuda a hacer mejores preguntas, sino que, durante la extenuante investigación del caso Walmart, le permitió relajarse y descansar. “Llevo años metida en asuntos de detectives”, cuenta quien reconoce en el sueco Henning Mankell, autor de El hombre inquieto, a uno de sus autores favoritos. “Me gusta mucho su manera deliberativa, lenta y progresiva de ir desentrañando misterios”. Además, el detective Wallander —el más célebre de los personajes de Mankell— y ella coinciden en algo: el gusto por el café. “Cuando estoy leyendo y él le da un trago, yo le doy otro”. 

*     *     *

“Se suele ver al periodista de investigación como arriesgado”, dice Juan Carlos Núñez, quien fuera compañero de Xanic en los diarios tapatíos Siglo 21 y Público. “Pero Xanic demostró que este tipo de periodismo exige también muchas ‘horas-nalga’. Su trabajo cambia el estereotipo del periodista intrépido, de aventuras, por uno más analítico, que sabe hilar fino”.

Luis Miguel González —actual director editorial de El Economista— asegura que Xanic “tiene una especie de fobia por los reportajes que requieren menos de un día para investigarse y publicarse. Es una maratonista del trabajo periodístico, capaz de trabajar seis meses en el seguimiento de una pista”.

Otro excompañero suyo es Sergio René de Dios Corona, actual editor del diario El Informador. “Con ella hice la investigación más larga que he hecho en mi vida profesional”, cuenta De Dios refiriéndose al diagnóstico que, como parte del equipo de reportajes e investigaciones especiales de Público (conformado también por Luis Miguel González, Esperanza Romero Díaz e Isaac Guzmán), hicieron en 1998 sobre el narcotráfico en Jalisco. Se trató de una investigación de seis meses a partir de expedientes de personas detenidas y sentenciadas por delitos contra la salud. “Me acuerdo de que fuimos 33 días seguidos al penal de Puente Grande a revisar expedientes”, dice. Al final leyeron más de 400, y con ese material hicieron una matriz con más de 40 variables: perfil de los sentenciados, municipio en el que fueron detenidos, corporación que los detuvo, forma en que se les detuvo, drogas que les encontraron, etcétera. Como resultado publicaron 14 reportajes que revelaron, entre otros asuntos, que después de la Zona Metropolitana de Guadalajara, los sitios donde había más detenidos eran Tomatlán y Tequila; que los retenes no servían para nada; que las investigaciones de la policía eran en realidad “pitazos”; que los campesinos eran los más afectados.

“En la PGR, los funcionarios coleccionaban estos reportajes porque estábamos haciendo el trabajo que ellos no hacían”, relata De Dios. 

*     *     *

La distinción obtenida por Xanic no se puede entender sin la invitación de David Barstow para ser coautora de un reportaje de alto impacto, publicado en un periódico como TheNew York Times—fundado en 1851 y considerado como el diario por excelencia de Estados Unidos—, cuyas condiciones de trabajo para sus periodistas son excepcionales, comparadas con las de la mayoría de los periódicos en el mundo.

Barstow, de 50 años, originario de Maine, y que trabaja en el influyente diario estadounidense desde hace una década, ya tenía tres o cuatro meses realizando la investigación sobre Walmart cuando cayó en la cuenta de que necesitaba un colaborador que se moviera con soltura en la jungla burocrática mexicana. Fue él quien, luego de entrevistarse con varios reporteros, apostó por Xanic.

Miembro de la unidad de investigación del diario neoyorquino y ganador del Pulitzer en otras dos ocasiones, Barstow no se involucra en más de una o dos investigaciones al año. Para el caso Walmart viajó a México varias veces y se encargó de la investigación en Estados Unidos. Fue también el responsable de escribir las versiones finales de las dos entregas.

“Barstow es uno de esos periodistas que se zambulle en un tema y no se vuelve a saber de él hasta que termina”, dice Xanic. “Es un tipo extraordinario, estudia muchísimo, posee grandes capacidades de pensamiento y análisis. Es un gran estratega. No había visto eso antes en un periodista”.

Alejandra Xanic y David Barstrow, ganadores del Pulitzer 2013 David Barstow y Alejandra Xanic antes de recibir el premio Pulitzer 2013. Foto: Reuters

—¿Una investigación de largo aliento como ésta sólo la hubiera podido realizar el New York Times?

—Aunque reconozco que la experiencia que viví fue única, como de cuento o de ciencia ficción, creo que la nota diaria tiene tantos desafíos… ¡Tenemos tanto qué hacer que para qué “tristeamos” con el tema del largo aliento! Primero hagamos notas redondas, inteligentes, explorativas, informativas, explicativas. ¿Cuántas veces leemos algo y nos quedamos con la sensación de que ya entendimos? Muy pocas, creo. Y eso ocurre porque los reporteros no estamos haciendo bien nuestro trabajo. Seguimos haciendo un periodismo muy poco leal al lector. ¡Hay tantas capacidades que tenemos que desarrollar! El periodismo de investigación en nuestra realidad lo vamos a lograr haciendo buenas coberturas diarias, sacrificando tiempo personal, investigando más, metiendo más el diente. Para saber hacer investigación grande tenemos que saber hacer primero la chiquita. Como reporteros debería emocionarnos el desafío que tenemos: poco espacio, pocos recursos. Conozco muchos periodistas que están publicando libros por la libre, robándole tiempo al tiempo.

—Pero, ¿qué hace el New York Times que no estamos haciendo los periodistas en México? —le pregunto.

Su respuesta es de largo aliento.

Corroborar. “Los medios en México se hubieran ido con lo dicho por Cicero Zapata sin cuestionarlo. Tendemos a ser reproductores de las declaraciones de otros”.

Editar. “El editor es ese otro que te cuestiona, te reta, no es el que hace que la nota quepa; el editor acompaña al reportero en el proceso, formulando y afinando las preguntas”.

Discriminar. “Muchas veces los periodistas queremos contar todo, presumir todo lo que hacemos, lo cual nos hace renuentes a discriminar, a dejar fuera lo que no es tan importante. El desafío del reportaje sobre Walmart fue discriminar. Por eso, habiendo hecho una investigación extensa, al final nos quedamos sólo con la historia de Teotihuacán”.

Actuar con estrategia. “Pensar muy bien cuándo hacer qué cosa. Pensar mucho cada entrevista, cada búsqueda, cada solicitud de información”.

Trabajar en equipo. “En este caso, Barstow y yo nos potenciamos mutuamente. Yo tenía el know how de reportear en México; él tenía la frescura de ver las cosas desde afuera”.

Actuar con sigilo y con ética. “Cuando estás haciendo una investigación no quieres que se enciendan las alarmas, así que necesitas sigilo y discreción. Cuando estás explorando un tema, debes cuidar la reputación de las personas y las instituciones. Cuidamos de no embarrar a nadie que fuera ajeno a este tema”.

Escribir con claridad. “Muchas veces queremos que el lector pase por el mismo suplicio que pasamos los periodistas al investigar, le pedimos un grandísimo esfuerzo, cuando de lo que se trata es de llevar al lector de la mano por un camino suave”. 

*     *     *

Los Pulitzer se otorgan en 14 categorías periodísticas, así como en las áreas de ficción, drama, historia, biografía o autobiografía, poesía, no-ficción y música; existe también una categoría especial que premió, por ejemplo, a Bob Dylan en 2008 y que en esta ocasión fue declarada desierta.

En su veredicto, el jurado de la categoría de Periodismo de Investigación —conformado por dos académicos, dos editores, dos directores de periódicos y un reportero— decidió otorgarle el premio al trabajo de Barstow y Von Bertrab “por sus investigaciones sobre cómo Walmart usó el soborno para dominar el mercado en México, provocando cambios en las prácticas de la compañía”, según consta en el sitio web del premio.

La premiación se llevó a cabo el jueves 31 de mayo en la biblioteca de la Universidad de Columbia, en Nueva York. La elegante ceremonia —en la que también fueron premiados los fotógrafos mexicanos Javier Manzano y Narciso Contreras— no fue obstáculo para que, durante el brindis, Xanic levantara una copa de agua mineral. Más tarde se sentaría a la mesa con Arthur Sulzberger (hijo), editor y presidente del Consejo del New York Times; Matthew Purdy, editor de investigaciones del diario, y David Barstow.

La 97ª entrega de estos premios se inscribe en la aguda crisis económica que azota a las empresas periodísticas de todo el mundo. Así lo hizo saber el periodista del Tampa Bay Times, Paul Tash, director ejecutivo y presidente de la junta directiva de la organización que otorga el premio: “La presentación de los premios Pulitzer es ocasión no sólo para la celebración, sino también para la inspiración. El trabajo puede ser difícil. Los retos pueden ser grandes. ¿Y qué? Cada día presenta una oportunidad para la excelencia y la posibilidad de hacer un trabajo que haga una gran diferencia”.

Después de la foto oficial, en las escalinatas de la universidad neoyorquina, Xanic y su esposo salieron a caminar por las calles de Manhattan. Los acompañaba una pareja de amigos que hicieron el viaje desde Guadalajara para celebrar en vivo y en directo con la reportera.

No se gana un Pulitzer todos los días. m

Las nuevas startups mexicanas: revolución de tecnología, creatividad y riesgo

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Son jóvenes. Su materia prima son las tecnologías de la información y su creatividad. Pertenecen a organizaciones que experimentan con modelos de negocio y desarrollos tecnológicos a una velocidad de vértigo: ensayo y error, ensayo y error. Estos emprendedores del startup creen que la tecnología puede convertirse en la palanca del cambio y del desarrollo del país

Los jóvenes apuestan cada vez más por el modelo de startup para iniciar sus empresas. Foto: Plewiki/Flickr
Los jóvenes apuestan cada vez más por el modelo de startup para iniciar sus empresas. Foto: Plewiki/Flickr

José Rodríguez nunca sintió un dolor tan intenso como el del año pasado, cuando vio desvanecerse un contrato de 10 millones de dólares con el gobierno federal. Por presentar cotizaciones erróneas, la empresa Modebo, que Jorge dirige y fundó con Marisol Contreras y Antonio Bojorges, quedó fuera del programa Luz Sustentable.

Modebo desarrolla un sistema de monitoreo y control remoto del gasto energético en inmuebles a través de internet y dispositivos móviles como smartphones y tabletas. De haber logrado el contrato, los participantes en el programa de sustitución de focos habrían recibido sensores de consumo de energía eléctrica que prometen ahorros de al menos 30 por ciento. “Fue por falta de idea, falta de estrategia y por no saber de números”, se lamenta el empresario de 29 años. “Era un proyecto a diez años, con un par de meses de salida. Hubiéramos hecho lo que nadie en México: llevar tecnología para el uso eficiente de energía a millones de inmuebles en México”.

El equipo de Modebo forma parte de un movimiento de emprendedores que emerge con fuerza en el país. Son jóvenes creadores de proyectos que pudieran convertirse en negocio. Su materia prima son las tecnologías de la información y el talento creativo; su pan de cada día, el aprendizaje basado en el método de ensayo y error, donde no hay cabida para el miedo al fracaso.

Startup es una organización pequeña diseñada para aprender cómo aprovechar una oportunidad del mercado. En el proceso no saben a quién le venden, no saben qué venden y ni cómo venderlo. Tampoco saben cómo construirlo, pero la organización está optimizada para aprenderlo”, explica César Salazar, socio de 500 Mexico City, subsidiaria local del fondo de capital de riesgo estadounidense 500 Startups.

NuFlick: el cine independiente se vive en línea

NuFlickEn 2009, un equipo de producción de cine independiente comandado por Celeste North realizó el largometraje Sincronía, que narra el drama de una pareja que intenta encontrar la armonía entre el amor y la vida profesional. Lo más difícil no fue hacer la película, sino encontrar las vías de distribución. “Se necesitan espacios más democráticos para la distribución de cine independiente”, asegura Celeste North, quien fundó NuFlick en 2011 como respuesta a la dificultad que tienen los pequeños productores para distribuir masivamente su contenido. NuFlick es una plataforma en internet donde los cibernautas pueden ver producciones cinematográficas que no tienen el respaldo de las grandes casas productoras. Su modelo es similar a Netflix, con una suscripción de 99 pesos al mes, aunque también tiene la opción de ver una sola película por 25 pesos e incluso algunas —como Sincronía— de forma gratuita. La plataforma surgió en 2011, durante el primer Startup Weekend de la ciudad de México, donde resultó ganadora de la contienda. Ese año recibió su primera ronda de financiamiento de 25 mil dólares del entonces fondo de capital semilla Mexican VC, adquirido en 2012 por 500 Startups. El camino de NuFlick ha estado marcado por los cambios, desde el modelo de negocios —en un principio la plantearon como una plataforma de distribución colaborativa y libre— hasta la salida del que era director de tecnología, José Luis Espinoza. Su lugar fue ocupado por Eduardo Vaugler. A finales de 2012, NuFlick transmitió el estreno, en exclusiva, de la película Chalán, del director y productor Édgar San Juan, con el apoyo de Canal 22 y del Fondo para la Producción Cinematográfica de Calidad (Foprocine). También cuenta con un acuerdo con la Cineteca Nacional para distribuir en línea su acervo de películas. La plataforma tiene un catálogo de 80 películas, 15 a 20 estrenos mensuales, 16 mil usuarios registrados y 800 suscriptores. Su objetivo, de acuerdo con Celeste North, es terminar el año con más de 200 películas publicadas y al menos dos mil suscriptores.
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Modebo lo vivió en carne propia. Con 10 millones de dólares que perdió con el contrato, la empresa habría llevado su tecnología a ciudades como Nueva York o San Francisco, y después al resto del mundo, según calcula su director general. El sueño no quedó en el olvido, aunque “ahora alcanzar este sueño nos llevará más tiempo”, dice José, quien fue reconocido por el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) como uno de los diez jóvenes mexicanos más innovadores en 2013.

Ya existen empresas mexicanas de tecnologías de la información, creadas hace varias décadas como emprendimientos, que incluso ya tienen presencia internacional; es el caso de Softek, en el ramo de servicios de tecnología para la industria. Nació en Monterrey en 1982 como una pequeña industria y ahora tiene más de 8 mil empleados en todo el mundo. Grupo Naranya (2002), también de Monterrey, y Ooyala, de Guadalajara (2007), son otros ejemplos.

Pero la creación de startups tecnológicas apenas cobra fuerza en México ahora, impulsada en gran medida por una generación de “emprendedores seriales” —aquellos que fundan una empresa para venderla a una más grande, para después volver a empezar—, el aumento en la penetración de tecnologías de la información y conectividad a internet.

En todo el país ha crecido exponencialmente la celebración de eventos en formato “hackatón”, como HappyDevHouse o Startup Weekend, donde es necesario crear en pocas horas un desarrollo digital que resuelva alguna problemática de la industria, gobierno o sociedad. Iniciativas de fondeo y aceleración de empresas tecnológicas en etapa temprana —como 500 Mexico City, Wayra, de Telefónica México, o BizSpark de Microsoft— han acompañado la conformación del ecosistema de startups, observa Iván Zavala, coordinador de Tecnologías de la Información de la Fundación México-Estados Unidos para la Ciencia (Fumec).

MyCoffeeBox: emprendiendo por el amor al café

MyCoffeeBoxBerenice Ruiz Becerra y Luis Miguel Coutiño Solís se conocieron en una cafetería de Tuxtla Gutiérrez, en una cita a ciegas. En 2012 se casaron y en febrero de 2013, usando sus ahorros para festejar el primer aniversario de bodas, fundaron MyCoffeeBox, una empresa que se convertiría en su proyecto de vida y en una oportunidad para mejorar la calidad de vida de los productores de café de Chiapas. MyCoffeeBox es un club en línea para los amantes del café. Con una suscripción de 149 pesos al mes, los usuarios reciben en su domicilio 500 gramos de café orgánico —tostado y molido o en grano— producido por alguno de los cafetaleros del estado. Cada mes, los suscriptores reciben una clase distinta de café certificado como Producto Orgánico y de Comercio Justo, una postal de la comunidad productora y una artesanía local. “Queremos hacer una ruta del café de Chiapas y que los suscriptores puedan conocer el estado a través del café y un poco más sobre la cultura de las comunidades”, explica el fundador y director general de MyCoffeeBox, Luis Miguel Coutiño Solís. “El café va etiquetado con el nombre de la marca del productor local, contrario a lo que hace un comprador extranjero, que lo etiqueta con una marca de otro país y sólo incluye la leyenda ‘Café orgánico de Chiapas’”, explica Berenice, encargada de las relaciones con los clientes. La empresa compra el café directamente a los productores, por lo que el dinero no pasa por intermediarios. La idea surgió —y ganó— durante el primer Startup Weekend de Tuxtla Gutiérrez, celebrado del 22 al 24 de febrero de 2013 y forma parte de la segunda ronda de inversión de 500 Mexico City, con la que recibieron 30 mil dólares. La firma trabaja con seis colectivos y productores de café; tiene más de 30 suscripciones y ha realizado más de 100 envíos de café a todo el país, y a Estados Unidos, Francia y Argentina. La expectativa es que a finales de octubre tengan 500 suscriptores, crecer la cantidad de productores que proveen el café y, posteriormente, aumentar su oferta con producciones de otras zonas cafetaleras del país, como Veracruz o Oaxaca.
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“En 2012 pasamos de tener 13 eventos a cerrar el año con 36 encuentros”, afirma Gustavo Álvarez, director de Operaciones de Startup Weekend México, organización que promueve encuentros para desarrollar un prototipo en 54 horas, de los que el ITESO ha sido sede en dos ocasiones. “Tuvimos eventos desde Cancún hasta Tijuana. En este momento hemos tenido 28 y esperamos cerrar con 50, con miras incluso a cerrar el año con 60 eventos para emprendedores”.

Los expertos identifican un mayor desarrollo de startups enfocadas a soluciones móviles, sistemas de cómputo en la nube y análisis de datos para sectores como el financiero, el educativo, el de cuidado de la salud, el de administración de negocios y el de entretenimiento. Estos emprendimientos son considerados de alto impacto por su potencial transformador.

“No están inventando la tecnología, pero están llevándola a un mercado donde las condiciones para traer esas tecnologías no son obvias, a fin de transformar esos mercados”, comenta César Salazar, quien fundó en 2011 Mexican VC, el primer fondo de capital semilla fondeado con recursos de Silicon Valley para proyectos mexicanos, y que fue comprado por 500 Startups en 2012. Hasta el momento se carece de registros oficiales sobre el número de startups mexicanas o el efecto en su ecosistema, como la generación de riqueza o de empleos; sin embargo, las proyecciones son alentadoras. El Instituto Nacional del Emprendedor (Inadem), organismo de la Secretaría de Economía encargado del fomento al emprendimiento en México, proyecta que si 60 startups innovadoras y de alto impacto se convierten en grandes empresas en los próximos seis años, el PIB podrá crecer un punto porcentual. “Es un ecosistema muy nuevo con oportunidades bárbaras en México. Los estudiantes ya están buscando emprender en este sector, en lugar de buscar empleo en grandes compañías”, explica Marcus Dantus, director de Wayra México, la academia para startups de Telefónica.

La realidad es que el universo de los emprendedores de alto impacto es muy pequeño. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, en México existen alrededor de 4.5 millones de pequeñas y medianas empresas que generan 52 por ciento de los 9.2 billones de pesos del PIB, y 72 por ciento del empleo en el país. El Inadem puntualiza que, de estos emprendimientos, sólo 4 por ciento es de alto impacto.

Enova: del rediseño web al combate a la brecha digital

EnovaLo que empezó en 2007 como un negocio de consultoría y rediseño de sitios web para gobiernos estatales, hoy es una de las iniciativas del desarrollo educativo y combate a la brecha digital más reconocidas por entidades nacionales e internacionales —como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) o el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés). Enova, empresa fundada por Jorge Camil, Raúl Maldonado y Moís Cherem, diseña, construye y opera centros educativos habilitados con computadoras e internet de banda ancha en zonas de bajos ingresos económicos en el Estado de México. Estos centros conforman, a su vez, la Red de Innovación y Aprendizaje (RIA), donde niños y adultos pueden tomar cursos de computación e inglés tutelados por un facilitador. En 2009, con una inversión de 50 millones de pesos provenientes de recursos federales a través del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), fondos estatales y municipales, así como apoyos de Fundación Proacceso, y tecnológicos como Google, Microsoft y Dell, lograron abrir los primeros centros educativos en los municipios de Ecatepec, Nezahualcóyotl, Toluca y Chimalhuacán. Cuatro años después, en 2013, Enova tiene presencia en 34 municipios, donde funcionan 75 centros educativos, 25 bibliotecas digitales con más de 360 mil usuarios y 115 mil graduados, asegura Jorge Camil. Enova también busca conocer más a fondo a los estudiantes e identificar los problemas que los aquejan. Mediante Mako, un algoritmo de análisis de datos, pueden identificar el grado de asistencia, de deserción y las áreas de mayor aprovechamiento. La idea es que algún día se pueda personalizar el aprendizaje, dependiendo de las características individuales de las personas. “La tecnología te permite personalizar el aprendizaje. Cada quien aprende de distinta forma y con la tecnología podremos desarrollar esas maneras de lograrlo”, asegura el emprendedor. El siguiente paso para Enova será refinar su modelo para expandirlo a otros estados del país y, en cinco años, llevarlo al resto de Latinoamérica.
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Sitio web: enova.mx
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Correo: contacto@enova.mx

En busca de la innovación

En los últimos tres años, los avances han sido significativos en la consolidación del sistema con más inversionistas de riesgo, aceleradoras y encuentros de emprendimiento, considera Manolo Díaz, fundador en 2010 de Yogome, empresa que desarrolla juegos móviles educativos, y quien prefirió buscar en Estados Unidos las oportunidades de financiamiento y mentoría que no encontró en México.

Pero para llegar al escenario “ideal” para las start-ups todavía es necesario pavimentar buena parte del camino, y uno de los “baches” es la falta de impulso a desarrollos con mayor grado de innovación. Jorge Madrigal, creador de los “hackatones” de aplicaciones móviles Apptualízate y Ciudad Móvil, señala dos acciones urgentes para fomentar la innovación: democratizar las tecnologías y llevar las acciones de emprendimiento, hasta ahora focalizadas en las universidades privadas —como el Programa para la Gestión de la Innovación y la Tecnología del ITESO—, a las instituciones públicas de educación.

“No es una razón tecnológica, aunque lo que promuevo es el emprendimiento de tecnología, sino social. Esto tiene que permitir la movilidad social. México es un país de 120 millones de personas y tenemos que traer emprendedores de la parte socioeconómica de abajo”, comenta Madrigal, quien también es fundador y director de Aventura Capital. “Ya vi 400 veces la misma idea: los archivos médicos, expediente médico electrónico, e-commerce, marketing móvil, salud... todas son iguales. Me gustaría ver más gente tratando de emprender tecnología sin importar el fondeo, y yo me concentraría más en las universidades públicas”, sentencia.

Para Rogelio Martínez, cofundador del fondo de inversión de Grupo Naranya —especializado en desarrollos móviles—, la repetición de ideas exitosas provenientes de Estados Unidos y su adaptación al mercado mexicano también forma parte de la evolución del movimiento, que cambiará tan pronto los emprendedores se enfoquen en resolver “los problemas que le duelen a la sociedad mexicana”.

OPI: del activismo a la información de valor

OPIComo activista en la asociación civil Yo Propongo, Alejandro Maza Ayala encontró un aliado en las tecnologías digitales para impulsar la participación ciudadana en la conformación de políticas públicas. De levantar encuestas con lápiz y papel, el equipo liderado por Alejandro Maza desarrolló un sistema que permite recabar datos en diversos formatos digitales (video, mensajes escritos, redes sociales, sitios web, voz), codificarlos y analizarlos a través de un software para generar información de valor a gobiernos o empresas. Y para llevar este sistema al mercado fundó OPI Inteligencia Participativa.“Todo lo estamos haciendo, no desde el punto de vista de una consultoría, sino como una empresa de tecnología basando todo cada vez más en procesos sistematizados, estandarizados y productos conjuntos para nuestros distintos clientes”, asegura Maza Ayala. OPI creó sus algoritmos y motores de análisis semánticos basados en software de código abierto. Sus programas configuran bases de datos que son almacenadas en internet y analizan en tiempo real la información. La promesa es que, en un plazo no mayor a 72 horas, el cliente estará listo para tomar decisiones.“Hay analistas humanos, pero si hace tres años tres analistas podían analizar cien propuestas diarias, ahora pueden analizar cinco mil”, explica. La Secretaría de Gobernación (Segob), la Secretaría de Salud; gobiernos locales, como el Ayuntamiento de Ciudad Juárez y el Gobierno del Distrito Federal, han sido sus clientes. Como resultado, se ha logrado que 65 por ciento de las propuestas recabadas con el sistema de OPI terminará en una modificación de reglamento, una campaña, una iniciativa de ley o un programa de la iniciativa privada. El caso más reciente es la creación del Programa Integral de Cultura Ciudadana para el Distrito Federal 2013-2018, que busca fomentar valores como el respeto al medio ambiente y a los espacios públicos, la prevención del delito y la tolerancia. También participan en la recolección de datos para el diseño del Programa Nacional de Prevención de la Violencia, a cargo de la Segob. OPI ha logrado ventas de aproximadamente 5 millones de pesos en menos de un año y entre sus clientes también están instituciones privadas como Telmex o Kimberly Clark.
Contacto:
Sitio web: yopropongo.org
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Correo: contacto@yopropongo.org

Aumentar las inversiones de alto riesgo

Todos coinciden: en México hay inversionistas y hay dinero. Tan sólo en la Asociación Mexicana de Capital Privado (Amexcap) existen 43 fondos de capital privado y emprendedor que administran más de 8 mil millones de dólares… Pero menos de 15 realizan inversiones de riesgo, asegura César Salazar, de 500 Mexico City.

La razón es una actitud de aversión al riesgo que prevalece en los inversionistas, explica Marcus Dantus, de Wayra México. Asegura que tener una actitud distinta ya ha dado resultados visibles en Estados Unidos: “La Asociación Nacional de Venture Capital de Estados Unidos calcula que en 30 años se ha invertido 0.5 por ciento del PIB en estas compañías, que ya generan 21 por ciento del PIB”.

César Salazar reconoce que el riesgo no es menor. Sus propios cálculos señalan que de una inversión a diez años en un portafolio de diez startups, sólo la mitad generará utilidades a los cinco años y sólo una de ellas dará retornos superiores a los montos de inversión, ya sea por la adquisición de otra empresa, por la recompra de acciones o por el mercado bursátil. “Cuando uno va a levantar capital de los inversionistas, no sólo trata de convencerlos de invertir en un proyecto, sino de invertir en toda la industria”, agrega Salazar.

Según cálculos de la Asociación Latinoamericana de Venture Capital (LAVCA), en México se registraron 21 inversiones de riesgo durante 2012, que alcanzaron los 684 millones de dólares, 49 por ciento más que los 459 millones de dólares del año pasado. Pero sólo 2 por ciento de estos recursos se invirtió en el sector de tecnologías de la información.

 

¿Dónde está el gobierno?

En el ecosistema de startups, el motor de crecimiento está en el sector privado, y el gobierno entra como un impulsor mediante la creación de las condiciones básicas que permitan su desarrollo, pero no es protagonista.

Enrique Jacob Rocha, presidente del Instituto Nacional del Emprendedor (Inadem), afirma que desde el gobierno se buscará impulsar el desarrollo de empresas de alto impacto mediante la transformación del sistema de incubadoras que reciben apoyo federal, para que prevalezcan las de alta tecnología.

Actualmente en el Sistema Nacional de Incubación de Empresas se tienen registradas 463 incubadoras. De ellas, 197 desarrollan negocios tradicionales, 246 de tecnología intermedia y sólo 20 se enfocan en la alta tecnología. Con el nuevo esquema, sólo se contemplarán las “Básicas” y las de “Alto Impacto”.

En la convocatoria del Fondo Pyme para 2013 se tiene una bolsa de 355.5 millones de pesos para el fortalecimiento de estas incubadoras; ahí, las de alto impacto podrán acceder a recursos de hasta 8 millones de pesos para repartirlos entre los proyectos que alberguen y las básicas contarán con apoyos de hasta 2 millones de pesos.

Yogome: talento mexicano que floreció en Silicon Valley

YogomeSin boleto de regreso en mano, Manolo Díaz y Alberto Colín emprendieron la aventura a Silicon Valley, en California, y conocida como la región de desarrollo tecnológico más importante de Estados Unidos. Los emprendedores de San Luis Potosí llevaban bajo el brazo a Yogome, un proyecto de desarrollo de videojuegos educativos móviles para niños de entre cinco y diez años que recibió un fondeo de capital semilla de Mexican VC en 2011. Sin embargo, sentían que les hacía falta mayor acceso a financiamiento, los contactos y la mentoría de expertos internacionales para sacar adelante su proyecto. “No teníamos muchas descargas en las tiendas de aplicaciones pero empezamos a conocer gente de la competencia, del círculo de gente que estaba haciendo juegos de calidad, y sólo era cuestión de conectar con alguien importante para acceder a más dinero, a incubadoras y a inversionistas”, recuerda Manolo Díaz, cofundador y director general de la empresa. Y lo lograron. A la semana de llegar a Silicon Valley fueron integrados al portafolio de 500 Startups cuando el fondo de capital semilla de Estados Unidos aún no tenía presencia formal en México. También accedieron a redes de inversionistas que alguna vez trabajaron en grandes empresas como Google o Microsoft. Desde entonces han levantado inversiones por 90 mil dólares y esperan obtener en este año otros 750 mil dólares. Las claves de su crecimiento han sido los contactos y el financiamiento para abrirse puertas entre los inversionistas que están dispuestos a apostar más a este tipo de desarrollos tecnológicos con capitales y acompañamiento en el diseño de estrategias de mercadotecnia, publicidad y diseño del negocio, considera Manolo Díaz. Los resultados son la prueba. Las descargas de sus juegos con temáticas globales, desde Matemáticas hasta ecología y cuidado al medio ambiente, ya han superado las 400 mil, provenientes de más de cien países. La expectativa es que en octubre rompan la barrera del millón de descargas y cierren 2013 con 1.4 millones de juegos descargados en plataformas como Android y iOS, los sistemas operativos móviles más populares en el mundo. Yogome tiene diez empleados, con desarrolladores en Estados Unidos y en el Distrito Federal. Díaz prevé que el próximo año superen las 20 personas, cuando abran sus oficinas en San Luis Potosí, su estado natal.
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Sitio web: yogome.com
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Correo: hi@yogome.com

También se destinarán 590 millones de pesos del Fondo para la creación y el fortalecimiento de los fondos de inversión de riesgo, conforme esquemas de inversión conjunta. “Agregamos a la mesa subsidios con los que no distorsionamos el mercado, pues se trata de una industria liderada por los privados y por el movimiento del mercado”, agrega Adriana Tortajada, directora general de Programas de Emprendedores y Financiamiento del Inadem.

César Salazar, de 500 Mexico City, considera que estas iniciativas “son el camino correcto”, mas no la panacea, pues el principal empuje llegará cuando se genere una cultura de mayor riesgo por parte de los inversionistas y se les acompañe con asesorías, conexiones y oportunidades en el extranjero para fortalecer la red de colaboración entre las empresas nacientes y los grandes expertos en negocios y tecnología.

“La gente quiere encontrar el Facebook mexicano, pero nadie está dispuesto a invertir en el tipo que está en su dormitorio, creando una red social, sin tener idea de cómo va a generar dinero, que es cuando realmente se crea la historia de éxito”, asegura. “Cuando el Mesías está ahí, nadie cree que es el Mesías. Nadie lo sabe. Probablemente nosotros ya invertimos en esa persona. Yo tengo que creer que es probable que en una de las 30 inversiones que ya hicimos, lo hayamos encontrado; pero nadie lo sabe… Ni siquiera esa persona lo sabe”. m


De la transgresión de los géneros a lo inclasificable

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Algunos cineastas aceptan los límites que plantean los géneros y entre ellos han sabido moverse con éxito; otros los toman como punto de partida para luego ir en otra dirección; para algunos pocos, tales nociones son una camisa de fuerza: reconocen las fronteras, pero para traspasarlas. Estos últimos son inclasificables.

Fotograma de la película Los Idiotas, de Lars von Trier.
Fotograma de la película Los Idiotas, de Lars von Trier.
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En el libro Los géneros cinematográficos, Rick Altman anota que los géneros son transhistóricos, que tienen identidades y fronteras precisas y estables y que siguen una evolución predecible; apunta, además, que cada película pertenece, íntegra y permanentemente, a un solo género. La rigidez que supone este acercamiento ofrece ventajas para el realizador y para el espectador. El primero cuenta con rutas y prerrogativas cuyos resultados son hasta cierto punto predecibles; al otro le generan expectativas más o menos seguras.

Algunos cineastas aceptan los límites y entre ellos han sabido moverse con éxito (como Billy Wilder); otros los toman como punto de partida para luego ir en otra dirección; para algunos pocos, tales nociones son una camisa de fuerza: reconocen las fronteras, pero para traspasarlas. Estos últimos son inclasificables o terminan estableciendo un género por sí solos, y aparecen lo mismo en esquemas industriales que en tradiciones independientes —aunque es más frecuente encontrarlos en el segundo caso—. Por ejemplo, Alfred Hitchcock, mago del suspense, concebía subterfugios para ir del thriller al drama romántico en la misma cinta; Jean-Luc Godard conoce bien las tradiciones genéricas, pero su cine no se suscribe a ninguna.

Al traspasar las fronteras del género, el espectador puede quedar contrariado y hasta indignado: al distanciarlo de lo esperable se pone en juego su seguridad, pero se le abren nuevas posibilidades. Las obras que así se construyen a menudo ofrecen una riqueza que se abre plenamente... al aventurero de la sala oscura. m

 

Glauber Rocha

(Brasil, 1939-1981)

Para él, el cine es más que una ocupación burguesa, y la autoría más que una vanidad. Alguna vez escribió que “la política de un autor moderno es una política revolucionaria”. Este afán impulsa al cinema novo, a cuya paternidad contribuyó y cuyas obras parten de una conciencia social e histórica clara y crítica. Rocha rompe con los esquemas dominantes heredados, con la ortodoxia estética y con el relato en tres actos. A falta de otra clasificación, su cine es ubicado dentro del drama, género generoso —si los hay— en donde cabrían... hasta las películas de Rocha.

 

Tierra en trance (1963, Premio de la Crítica en Cannes)

Dios y el diablo en la tierra del sol (1964)

Antonio das Mortes (1969, Mejor Director en Cannes)

 

Aleksandr Sokúrov

(Rusia, 1951)

Fue discípulo de Andrei Tarkovski. Pero a diferencia de éste, que filmó poco, Sokurov ha alimentado una filmografía vasta y diversa. Con cierta regularidad realiza documentales y cortometrajes, pero en la ficción es donde se ubican sus obras más logradas y donde ha dejado ver riesgos formales y narrativos valiosos. El arca rusa, por ejemplo, es un fresco histórico sin cortes; a la emoción que alberga Madre e hijo contribuyen los efectos que produce a través de filtros ópticos. Sabe ir de la fantasía al drama íntimo en la misma cinta, por lo que a menudo surge la extrañeza. Y es fascinante.

 

Moloch (1999, Mejor Guión en Cannes)

Padre e hijo (2003, Premio de la Crítica en Cannes)

Fausto (2011, León de Oro en Venecia)

 

Jean-Luc Godard

(Francia, 1930)

Sus primeras películas se instalan de forma deliberada en un género (Sin aliento es un polar o thriller a la francesa; Alphaville cabe en la ciencia ficción). Pero sólo hasta cierto punto. Después, los límites se hacen difusos y hasta confusos. Godard multiplica los pretextos para pensar el cine en el cine, o la historia desde el cine, y siempre se puede detectar la voz que empuja el relato o a un personaje (a veces él mismo) que proporciona frases e imágenes —sonoras, visuales— para la reflexión. En la diversidad formal que profesa hay una constante: la permanente presencia de... Godard.

 

Sin aliento (1960)

Yo te saludo, María (1985)

Historia(s) del cine (1988-1998)

 

Robert Altman

(Estados Unidos, 1925-2006)

Concibió propuestas que transitan por más de un género, pero su osadía no se agota ahí: ahí donde el individuo es el que manda y el héroe solitario es la norma, él concedió el protagonismo a la colectividad y fragmentó el asunto entre sujetos más o menos ordinarios. Así hizo de la institución el blanco de su crítica, como sucede con el ejército en M.A.S.H.; y si los géneros son un pilar de la industria hollywoodense, el cineasta la exhibió al eludirlos. Esta voluntad de Altman alarmó a más de uno, pero son muchos más los que ríen o reflexionan con sus películas.

 

M.A.S.H. (1970)

Nashville (1975)

Vidas cruzadas (1993)

 

Dogma 95

El punto 8 del “Voto de castidad” que orienta las películas del Dogma 95 reza: “No se aceptan películas de género”. El movimiento nace como una reacción a la artificialidad del cine, y en ese apartado reconoce la contribución del género a este paisaje. Las cintas dogmáticas imprimieron autenticidad por medio de cierta crudeza estilística (cámara en mano, iluminación naturalista), y efectivamente renuncian a prácticas habituales del cine de género. No obstante, el analista puede percibir elementos de más de un género, en particular del melodrama.

 

Festen: La celebración, de Thomas Vinterberg (1998, Premio del Jurado en Cannes)

Los idiotas, de Lars von Trier (1998)

Mifune, de Søren Kragh-Jacobsen (1999, Premio Especial del Jurado en Berlín)

Fronteras reales o ilusorias: carabelas e internet

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La tecnología, en gran medida, aparece para liberarnos de limitaciones y darnos poderes extraordinarios para realizar tareas en apariencia imposibles, para crear extensiones y prótesis que nos permiten comunicarnos a distancia, volar, respirar en el agua y transformar el medio a nuestra voluntad. 

La tecnología ha contribuido a que el hombre rompa fronteras. Foto: Reuters
La tecnología ha contribuido a que el hombre rompa fronteras. Foto: Reuters
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La frontera implica un límite, un obstáculo o un desafío.

La frontera puede ser una demarcación geográfica, una división natural —ya sea un océano o una cordillera montañosa—, o bien artificial, como una manifestación de poder y control; es un cisma en el territorio, entre el nosotros y el ellos, entre lo propio y lo ajeno. Es una línea que exige reconocimiento y a la vez invita a la transgresión. La frontera es paranoia, temor y egoísmo materializados en una raya pintada en el suelo, en un muro, en un puesto de control, vigilados por hombres con armas y miradas ansiosas. Por extensión también aplicamos el término a la imposibilidad de alcanzar un ideal, de resolver un misterio o derrotar a la muerte: las fronteras de lo posible, las fronteras del conocimiento, las fronteras de la biología. Fronteras que suelen ser inmateriales y, no obstante, son tan contundentes como paredes de piedra.

La tecnología, en gran medida, aparece para liberarnos de limitaciones y darnos poderes extraordinarios para realizar tareas en apariencia imposibles, para crear extensiones y prótesis que nos permiten comunicarnos a distancia, volar, respirar en el agua y transformar el medio a nuestra voluntad. La tecnología tiene como función extender nuestros horizontes, precisamente al pisotear o empujar fronteras, ya sean de velocidad, de altura, de resistencia o de producción. Si bien la tecnología crea la ilusión de liberarnos, de igual forma puede contribuir a imponer y fortalecer fronteras: consideremos que la tecnología también sirve para vigilar, resguardar y defender fronteras físicas con armas, patrullas, binoculares, dispositivos de visión nocturna, cámaras y, por supuesto, drones.

La tecnología permitió la globalización con aportaciones como la carabela, el compás, el astrolabio, el catalejo, así como los cañones y arcabuces tan necesarios para cambiar el destino de los pueblos. Hoy la globalización va a cuestas de la digitalización de la cultura, la economía y la política. Elviejo orden de un mundo de átomos y moléculas se estrella contra las paradojas que impone un ciberespacio de bits y bytes. Con su vigorosa y cuestionable lógica, ciberempresas como YouTube, Google, Amazon, Facebook, Twitter y BitTorrent se han convertido en implacables trituradores de fronteras nacionales, mercantiles, tecnológicas e ideológicas. De esta forma colapsan instituciones, mercados, oficios y actitudes del mundo de cal y canto, y, sin embargo, las fronteras —aun las inmateriales— no son ilusiones (como los precios sobreinflados de las acciones de algunas de estas corporaciones), además de que tienen la extraña capacidad de reaparecer en el horizonte para sabotear nuestros delirios de poder, cuando menos lo esperamos. m

Grafeno: el material del ahora

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Algunos de los inminentes usos del grafeno van desde procesadores para computadoras y baterías de larga duración hasta pintura para casas que convierte la energía solar en eléctrica

 

El aerogel de grafeno es considerado el material más ligero del mundo.
El aerogel de grafeno es considerado el material más ligero del mundo.
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En 2010, Andréy Gueim y Konstantín Novosiólov fueron galardonados con el premio Nobel de Física. ¿Su mérito? Lograron aislar a temperatura ambiente el grafeno, una sustancia de carbono puro similar al grafito pero mucho más delgada: apenas tiene un átomo de espesor. Si bien ya había sido descubierto en la primera mitad del siglo XX, las investigaciones de Gueim y Novosiólov facilitaron su creación, ello derivó en una serie de descubrimientos sobre las posibles aplicaciones que pudiera tener, lo que le ganó el sobrenombre de “el material del futuro”.

El sitio de noticias tecnológicas Fayer-Wayer presentó una lista con algunos de los inminentes usos del grafeno, que van desde procesadores para computadoras y baterías de larga duración hasta pintura para casas que convierte la energía solar en eléctrica, o un “aerogel” que puede ser utilizado para absorber un derrame de petróleo en el mar. Y una búsqueda simple en Google confirma que no es equivocado afirmar que el grafeno es ya “el material del ahora”. 

 

Pantallas táctiles… y flexibles

Una de las principales virtudes del grafeno es que es un excelente conductor de la electricidad. Otra, es que es transparente. Una más: es muy flexible. La suma de estas tres cualidades arroja una de las aplicaciones más inminentes: la fabricación de pantallas táctiles y la creación de dispositivos flexibles, como tabletas y teléfonos. De hecho, durante la edición 2013 del International Consumer Electronics Show, en Las Vegas, Samsung sorprendió a los asistentes al presentar sus primeros prototipos de aparatos flexibles.

 

De la fachada al electrodoméstico

 

Todo mundo sabe de las ventajas medioambientales que conlleva el uso de la energía solar, pero pocos están dispuestos a colocar los paneles solares en el techo de la casa para aprovechar la luz del Sol. A ellos, el grafeno también les tiene sorpresas: investigadores de la Universidad de Manchester crearon un material capaz de absorber la energía solar y que puede ser aplicado como pintura en la fachada de la casa, lo que simplifica su instalación en lugares donde no se puede tender una red de paneles solares.

 

¿Y el cargador?

A todos nos ha pasado: luego de unas cuantas horas de uso intensivo de los dispositivos móviles (celulares, tabletas, laptops) es necesario ponerlos a cargar. Para todos aquellos que han sido traicionados por sus pilas, aquí una buena noticia: ya se está trabajando en el diseño de baterías con base en grafeno, material que almacena diez veces más energía que el litio y requiere mucho menos tiempo de espera para la recarga.

 

A limpiar el mar

Un equipo de investigadores de la Universidad de Zhejiang en China creó el que, presumen, es el material más ligero del mundo: el aerogel de grafeno. Se trata de un material que puede absorber 900 veces su propio peso en aceite. Dicho de otro modo, puede recoger 68.8 gramos de materia orgánica por segundo. Así, por ejemplo, este aerogel podría utilizarse para limpiar un derrame de petróleo. Y, gracias a sus propiedades, ambos podrían ser reutilizados. m

Cine de animación: el arte de la paciencia

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Karla Castañeda y Érik de Luna, egresados del ITESO, lo tienen muy claro: su pasión es y seguirá siendo hacer cine de animación. Ambos acumulan premios, experiencias y, sobre todo, ideas por filmar

Érik de Luna y Karla Castañeda han ganado reconocimientos por su trabajo en el cine  de animación
Érik de Luna y Karla Castañeda han ganado reconocimientos por su trabajo en el cine de animación

Se conocieron en 2009, cuando Érik se acercó a Karla para pedirle algunos consejos sobre cómo recibir apoyos del Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine) para financiar su cortometraje de animación en cine. Él llevaba casi una década intentando estrenar su corto Electrodoméstico; ella ya había recibido aplausos, halagos y varios premios —entre ellos el Ariel— por Jacinta, su opera prima, un intimista relato animado en stop motion.

La vida continuó para estos dos cineastas —ella, egresada de Ciencias de la Comunicación y él, de Arquitectura, ambos por el ITESO— con buenos resultados: Electrodoméstico ganó en marzo de 2013 el Premio Rigo Mora a Mejor Cortometraje de Animación en el Festival Internacional de Cine en Guadalajara, y Castañeda obtuvo en mayo su segundo Ariel por La noria, otro relato sobre la vejez, la soledad y la muerte, con música de Gil Cervantes.

Estos dos treintañeros se sentaron a platicar en los jardines de la Casa ITESO-Clavigero. Charlaron sobre sus directores favoritos, apoyos económicos, stop motion (esa agotadora técnica que consiste en grabar cuadro por cuadro todos los movimientos de los personajes) y esa admirable paciencia y gran tenacidad que los mantiene ideando nuevas historias, buscando financiamiento e imaginando nuevos personajes para animar ante una cámara de cine.

 

¿Qué dirían del trabajo del otro?

Érik: El trabajo de Karla me encanta. Se me hace riquísimo visualmente. Si algo me gusta de estos proyectos es la dirección de arte, los escenarios y personajes, soy un fan. También las historias me gustan mucho.

Karla: He visto sólo una vez el corto de Érik y me encantaría verlo dos, tres, cuatro, cinco veces. Se me hace un trabajo súper limpio, desde las maquetas, los personajes impecables. Y las historias. Se tenía muy pensado que en Guadalajara se hacían sólo historias muy oscuras y está padre que sea otro tipo de género. ¿Cómo lo llamarías?

E: Es como comedia negra.

Aspecto del cortometraje Electrodoméstico, de Érik de Luna Escena de Electrodoméstico, cortometraje de Érik de Luna

Para lo que hacen se requiere mucha paciencia, ¿de dónde la sacan?

E: Es tenacidad, más que paciencia. Es tener muy claro y estar convencido de lo que estás buscando. Luego viene encontrar nuevos retos que cumplir, como la fabricación de los muñecos o elegir la música correcta. En Electrodoméstico, Sherele —de música judía— aportó cadencia al corto y cerramos con una canción del brasileño Arnaldo Antunes.

K: La parte en la que debes ser más paciente es durante la filmación. Cuando entras al foro, sabes que te vas a encerrar en un cuarto oscuro las 24 horas del día, y sabes que quizá no te va a salir el movimiento que querías. Igual un caminado te queda horrible y dices: “Bueno, así lo dejo, estoy cansada”, pero al día siguiente te levantas y dices: “No, no me voy a quedar con la cruda de verlo mal en el cine”.

E: Hay planos que ya sabes: “Lo voy a tener que hacer dos veces, está complejo”.

K: O tres o cuatro. A veces ya vas a la mitad del plano o ya vas terminando y de pronto el personaje se te rompe y tienes que empezar otra vez. Ahora bien, a mí me interesa más la historia; igual puedes contar algo con tres pedazos de piedra.

Aspecto del cortometraje La noria, de Karla Castañeda Escena de La noria, cortometraje de Karla Castañeda

Saben que los apoyos económicos en México no fluyen, ¿cómo mantienen el fervor por hacer cine?

K: Yo siempre estoy desesperada por lo mismo. Del Imcine son dos apoyos al año y es muchísima gente la que quiere hacer animación. Y los de aquí [Jalisco] en realidad no te alcanzan ni para la renta de la bodega. Es muy desgastante.

E: Nosotros terminamos Electrodoméstico exprimidos. Yo tengo otro trabajo, estoy haciendo arquitectura y hago casas, pero no hay dinero que alcance: es un barril sin fondo.

K: Terminas pagando a la gente lo que no es. Con el señor Ignacio López Tarso [participó en La noria, junto a Ana Ofelia Murguía] terminamos poniendo de nuestra bolsa.

Al legendario actor mexicano Karla lo buscó durante meses, pero se aferró porque le encantan sus películas, en especial Macario. Ahora López Tarso los invita a ella y a Téllez a sus obras de teatro. “Es imponente, súper lúcido y sencillo”, dice Castañeda.

 

¿Qué proyectos vienen?

K: Yo ya no quiero hacer cortometrajes. El Imcine te limita: tienes ocho minutos. Y yo digo: “¿Y si quiero extender a mi personaje, que el proyecto sea diferente y tenga más personajes y que se cuente algo más?”. No me alcanzan ocho minutos. Ya tengo los personajes creados y estoy investigando.

E: Un largometraje tiene la ventaja de que se puede vender, se puede exhibir, a pesar de los problemas de distribución que hay en México.

 

¿Están contentos con sus premios?

K: Sí, está bien padre. Con Jacinta fue diferente porque no esperaba nada, no sé si te pase lo mismo…

E: Sí, casi no esperamos (risas), pero estamos muy contentos con el resultado. Pero, en realidad, a mí lo que más motivado me tiene es el nuevo proyecto: tener enfrente una hoja en blanco. 

Emoción hay, aunque con la pregunta “¿Dónde conseguiré el dinero?” siempre planeando sobre sus cabezas. Imcine apoya poco, pero apoya. Eso sí, con sus reglas: prohíbe tener músicos extranjeros en cortos mexicanos. Para La noria, Karla tenía casi amarrados a Beirut y a Tindersticks —estadunidenses y británicos—, pero no pudo ser.

Érik se tardó doce años y no tenía asegurados los recursos del Imcine que sí tuvo Karla. Por eso pudo cerrar Electrodoméstico con el tema de Antunes. “No pienso trabajar de otra forma, no pienso trabajar sin tener esas libertades”, sentencia.

La charla termina, y se les pregunta: ¿A quiénes admiran? Tim Burton aparece de inmediato. Luego salen las “favoritas”. Karla no lo duda: Mary and Max (dice que la ha visto como diez veces), película australiana de 2009. Érik elige El extraño mundo de Jack como suBiblia. Otros nombres que surgen son los de Hayao Miyazaki, Jean-Pierre Jeunet, Juan Rulfo o Juan José Arreola, así como la animación francesa, particularmente la cinta Las trillizas de Belleville. m

::Aquí, una entrevista con Karla.

:: Y por acá, con Érik.


Materiales para sonreírle al planeta

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Además de las campañas que buscan crear conciencia sobre el cuidado del planeta, hay iniciativas que van más allá: desarrollan materiales que, de manera concreta, impacten en el cuidado del medio ambiente

El papel de piedra es más ecológico que el tradicional y su uso se ha ido extendiendo. Fotos: Terraskin.com
El papel de piedra es más ecológico que el tradicional y su uso se ha ido extendiendo. Fotos: Terraskin.com

Mucha tinta ha corrido por todas partes para alertar a la gente y crear conciencia sobre los daños que diariamente hacemos al planeta. Campañas para reciclar la basura, para optimizar la recolección de desechos y un sinfín de iniciativas buscan reducir el impacto dañino que está ocasionando el hombre en su paso por la Tierra.

Sin embargo, hay proyectos que están yendo más allá: buscan soluciones para problemas concretos —como pueden ser la elaboración de papel, que consume muchos recursos naturales, o la construcción de casas—. En esta ocasión incluimos aquí dos iniciativas que buscan transformar la concepción que se tiene de ciertos materiales, para darle la vuelta a los problemas ambientales. 

 

Escribir sobre piedra

Es de sobra conocido que la elaboración de papel es uno de los procesos que más perjudican al medio ambiente. Tala de árboles, consumo de agua, generación de energía eléctrica, utilización de químicos diversos. Ésos son algunos de los procesos necesarios para convertir la madera en, digamos, un cuaderno o un libro. O eran necesarios. Entre los especialistas en trabajar con el papel está cobrando fuerza el llamado “papel piedra”, material que, como su nombre lo indica, está elaborado a partir de minerales (caliza, yeso y mármol con resina), y para el que no se necesitan árboles ni agua ni los demás ácidos empleados en la elaboración del papel tradicional.

Otras de las bondades del papel piedra es que es 100 por ciento reciclable, no es necesario blanquearlo con cloro, sus procesos de elaboración requieren 50 por ciento menos energía eléctrica y es un material muy resistente al agua, a la grasa y al aceite, lo que lo hace ideal para bolsas, etiquetas o cuadernos. Y una cosa más: ya está a la venta en México.

 

Arma tu casa

Uno de los materiales con más mala fama en cuestiones ambientales es el PVC. Sin embargo, una nueva aplicación le está cambiando la cara. Y es que resulta que el policloruro de vinilo (su nombre real) puede convertirse en toda una alternativa para solucionar los problemas de vivienda en las grandes ciudades y, de paso, reducir el daño al ambiente. La construcción de casas de PVC combina los paneles de este material con concreto encapsulado, lo que las hace muy resistentes a las condiciones del entorno. Y lo más atractivo es el costo: una vivienda con agua y electricidad puede hacerse con 80 mil pesos y se construye, días más o menos, en una semana.

Además de los costos, las casas de pvc tienen las ventajas de que el material es inmune a la acción de hongos, bacterias, insectos, roedores y a la mayoría de los reactivos químicos; es buen aislante térmico y, en caso de contingencias, no propaga el fuego. m

Yuri Herrera: lo que ha de saberse

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La de Yuri Herrera es una prosa orientada por la detección de voces (sus sonidos, las evocaciones que promueven, las imágenes imborrables que acuñan) que den forma a un sostenido encantamiento, refrendable sin cesar en la lectura.

Yuri Herrera, autor de La transmigración de los cuerpos. Foto: Cortesía FIL Guadalajara/Natalia Fregoso
Yuri Herrera, autor de La transmigración de los cuerpos. Foto: Cortesía FIL Guadalajara/Natalia Fregoso

Acaso presentir no sea mejor que saber, pero es preferible: en la incertidumbre cabe, venturosamente, la posibilidad de equivocarse. Puede que la principal materia de las conjeturas hechas desde el presentimiento sea el miedo, pero en tanto la realidad no venga a verificarlas hay aún modo de permanecer a salvo: hasta los peores sueños terminan, y vivir según las inferencias propiciadas por nuestro conocimiento parcial de las cosas es parecido a esperar el final de la pesadilla, cuando al despertar encontramos que nada fue cierto. Además, nunca llegaremos a entenderlo todo: sólo contamos con nuestras suposiciones y nuestro temor, y algún afortunado también tendrá a la mano la confianza en su propia astucia y quizás, incluso, una increíble provisión de esperanzas. Aunque haya sueños, sueños pésimos, de los que no se sale —pues son la vida—, al pasar por ellos más vale no querer saber más de la cuenta y bastarse con la precaria comprensión que sirva para saber qué decir, de dónde quitarse, a dónde y con quién dirigirse, con quién no meterse, qué dejar de esperar: como si todo fuera a pasar y a acabarse, aunque sepamos que no será así.

Por ejemplo Lobo, autor de las palabras a las que pone música, entiende que debe buscar al hombre poderoso que ha intercedido por él y permanecer en sus inmediaciones, para servirlo y cantar en adelante sus hazañas. Pero entiende también que ha sido enterado de un secreto de ese hombre (aunque no sepa aún qué secreto es), y que debe guardarlo. De manera que va a su lado, a insertarse en las intrigas palaciegas de un reino terrible y magnífico sobre el que va descubriendo sólo razones para largarse, no obstante lo cual se queda: presiente que jugarse la posibilidad del amor ahí será el peor error que cometerá, y sin embargo se la juega. O por ejemplo Makina, una muchacha cuya madre le encomienda ir a buscar al hermano que se fue: su ciudad se la está tragando la tierra, en el último derrumbe que presenció tuvo claro que ya estaba muerta, así que va a recabar el amparo de tres hombres que vean porque viaje y vuelva con bien, deja atrás su soledad y su indefensión —o se las deja a su hermanita, lo que más le pesa— y se lanza a encontrarse con otras, distintas pero equivalentes, en la tierra extraña detrás de un río en el que casi se ahoga y donde, luego de extraviarse para hallar siempre de nuevo el camino, no la mata ni una bala que la atraviesa (de qué sirve saber por qué: basta ver que las cosas son como son). O por ejemplo el Alfaqueque, un hombre deseante (mal asunto) y asediado por la culpa de que el mundo sea el asco que es (peor todavía, pues no es su culpa, pero quizás eso se busca quien se obstina en preservar un rescoldo de conciencia): su oficio consiste en poner palabras al servicio de quienes están al margen de ellas, y así se ve orillado a mediar entre los dolores cruzados de dos padres sobre los cadáveres de sus hijos, en una confusión tan absurda como irrespirable es la atmósfera de recelo de la ciudad anegada en la peste y su pavor.

Yuri Herrera (Actopan, 1970), autor de las tres novelas que cuentan estas vidas, lo es también de un libro para niños, Los ojos de Lía, del que quizás pueda desprenderse nítidamente el principio activo de su imaginación literaria: al parejo del presente delirante que atravesamos, del horror que atesta la actualidad noticiosa y para el que hace ya tiempo es insuficiente toda noción de criminalidad, violencia, barbarie o locura, hay destinos particulares que siguen transcurriendo: historias menos o más épicas de individuos para los que, como para todos nosotros, son ya inalcanzables las explicaciones, aunque aún necesitemos saber qué hacer. Lía es una niña que un mal día ve algo atroz. Algo: no importa qué. Sus padres la notan triste, la acompañan en el discernimiento de lo que presenció. Y aunque nada pueda remediarse, la inteligencia del mundo de Lía queda restaurada por el reconocimiento de que sí, ese mundo puede ser cruel, pero también diferente. En cierto sentido, eso ocurre con la lectura de las tres novelas, y en concreto por el poder salvífico de las palabras: la de Herrera es una prosa orientada por la detección de voces (sus sonidos, las evocaciones que promueven, las imágenes imborrables que acuñan) que den forma a un sostenido encantamiento, refrendable sin cesar en la lectura. Así, lo que ocurre en estos libros puede ser tremendo, pero también profundamente conmovedor e insospechablemente iluminador. El presente desquiciado en el que han sido escritos podrá terminar reventando, pero de él quedarán sin duda estas palabras que tan deslumbrantemente lo cuentan. m

 

Libros de Yuri Herrera

:: Trabajos del reino (Periférica, 2010)

:: Señales que precederán al fin del mundo (Periférica, 2010)

:: Los ojos de Lía (con ilustraciones de Patricio Betteo) (Sexto Piso, 2012)

:: La transmigración de los cuerpos (Periférica, 2013)

Tejer el África: El Anatsui

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Surgido de los movimientos inspirados en la emancipación del África negra en los años cincuenta, El Anatsui estudió arte y las técnicas artesanales y coloridas de su cultura en Kumasi, Ghana Central. 

“Mapa del Nuevo Mundo”, de El Anatsui. Fue subastado en la venta Modern and Contemporary African Art
“Mapa del Nuevo Mundo”, de El Anatsui. Fue subastado en la venta Modern and Contemporary African Art

Kente es el nombre del tejido exclusivo para los reyes africanos. Corcholata, madera y metal es el material que teje para el mundo el ghanés El Anatsui.

Un tejido delicado, frágil, perfecto y festivo, hecho con láminas oxidadas, corcholatas de refresco, botes de plástico aplastado y tablones de madera africana. Una nueva forma de coser y tejer a partir de procesos contemporáneos para intentar retratar imagen, diseño, letra, lengua escrita, símbolos, signos, señales, dioses, personas, fronteras, situación e imaginación del África Occidental, como si El Anatsui (Anyaco, Ghana, 1944) siguiera la tradición del bordado y el tejido de su tierra con el fin de mostrarnos la contemporaneidad de su identidad y su arte. Un ghanés, uno de los artistas contemporáneos más reconocidos del planeta, que no renegó de sus raíces, sino que supo aprovecharlas.

Surgido de los movimientos inspirados en la emancipación del África negra en los años cincuenta, cuando los artistas intentaban regresar y crear desde su tradición una nueva identidad, El Anatsui estudió arte, las técnicas artesanales y coloridas de su cultura en Kumasi, Ghana Central. Fue desde allí, y gracias a sus viajes por Europa, donde conoció la experimentación postduchampiana y creó una nueva forma de “tejer” materiales pertenecientes a su tradición (maderas africanas y tinturas naturales) en telares de aspecto ligero, pero esculpidos con motosierra y ahumados después con antorcha de acetileno. Lo de El Anatsui fue, primero, grandes formatos fabricados con tablones pintados y unidos con alambre, colgados como un gobelino, tapete o textil, para recrear los antiquísimos diseños del tejido africano que rememoraba la vieja tradición del tejido kente (de lino, algodón y seda con figuras geométricas, que se tejían primero en tiras largas y que después se cosían entre sí: verdaderas obras maestras exclusivas para las vestiduras y adornos de los reyes); imitando con madera durísima las texturas de una tela: sus arrugas, dobleces y la ligereza de su peso y soltura, una maravilla por la que obtuvo, desde entonces, el reconocimiento que lo ha llevado a los principales museos, galerías, festivales, bienales y ferias de arte alrededor del planeta. En 2010, el Royal Ontario Museum de Toronto, Canadá, preparó When I Last Wrote To You About Africa, la retrospectiva que terminó su deambular por Norteamérica en 2012.

Con el tiempo, El Anatusui descubrió la bondad de la materia prima de la vida cotidiana, y así empezó a tejer no sólo madera, sino también trozos de plástico de botellas, corcholatas, lámina y latas, formando un discurso cada vez más inmerso en la problemática de la identidad africana: comenzó a investigar lenguas escritas ya extintas y códigos de comunicación entre etnias y minorías, e incluso entre presos, para volverlos enormes y duros paneles que todavía parecen de tela: resplandecientes, brillosos y, en ocasiones, ya los últimos registros de formas —desaparecidas o en vías de extinción— de pensar, mirar y comunicarse. Después llegó su interés por el fenómeno de la migración africana a Europa, y su obra se volvió reflexiva a través de sus “visas” monumentales o sus instalaciones, donde troncos de madera se transforman en habitantes cruzando fronteras, banderas sin territorio, mapas sin habitantes, puentes derrumbados o murales repletos de notas de periódico con cifras sin nombres de africanos muertos que intentaron cruzar. En 2009, El Anatsui obtuvo el Premio Príncipe Claus, y en la Bienal de Venecia de 2007 tapizó la fachada del Palazzo Fortony, con lo que evidenció el porqué del interés de la crítica internacional en el arte de su continente.

El trabajo de El Anatsui es un intento urgente de registro de aquello que parece querer exterminar la globalización. Una emergencia creativa para preservar en lo actual el delicado oficio textil de una comunidad cada vez más igual a las demás. Una incansable búsqueda de pertenencia e identidad, utilizando los procesos más contemporáneos de las artes visuales y aprovechando su etapa más libre, pero también esa maestría técnica que muchos añoran en las artes visuales: la función de la materia prima del arte, su destrucción, su transformación, su regeneración y hasta su reciclaje. m

 

Para leer

:: El Anatsui: Art and Life, de Susan M. Vogel (Prestel, Estados Unidos, 2012)

:: El Anatsui: When I Last Wrote to You about Africa, de Lisa M. Binder (Museum for African Art, Estados Unidos, 2011).

 

En la web

::Galería Jack Shainman.

::Biografía y links de interés.

:: Video: “El Anatsui: Studio Process”


Vecinos del Cerro del Cuatro luchan por su comunidad

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Los habitantes de las colonias La Mezquitera, Nueva Santa María y Francisco I. Madero, en el Cerro del Cuatro de Guadalajara, gestionan la creación de centros comunitarios y buscan integrarse en red para mejorar su calidad de vida

Los trabajos en el Cerro del Cuatro buscan cambiar la dinámica social del lugar
Los trabajos en el Cerro del Cuatro buscan cambiar la dinámica social del lugar

Hace 30 años, Carmen Castañeda llegó a la colonia Nueva Santa María, en el Cerro del Cuatro. En ese entonces, los problemas eran la falta de agua potable, de drenaje, de alumbrado público y electricidad. A lo largo de tres décadas, la situación ha cambiado y ahora, además de luchar por los servicios públicos, lucha por el progreso de sus vecinos. Y es que la realidad en la zona es otra, los problemas son diferentes, las carencias han desencadenado violencia y un ambiente inseguro, pero Carmen sigue viviendo ahí, donde el grado de marginación es “alto y muy alto” en la mayoría de las colonias circundantes, según publicó el Consejo Estatal de Población (Coepo) en 2010.

Por las noches, las calles del Cerro del Cuatro se ven solas. La violencia y el crimen organizado han cambiado la manera de convivir y de apropiarse de los espacios públicos. Narcomenudeo, enfrentamientos entre pandillas, disputas verbales y físicas para controlar la venta de drogas, prostitución, violencia intrafamiliar, embarazo de adolescentes, son algunos de los problemas que padecen los vecinos.

Ante la falta de centros educativos, en 2001 los vecinos montaron un preescolar en el centro comunitario La Mezquitera, en el que mamás voluntarias se desempeñaron como maestras. Sin embargo, en 2005 tuvo que cerrar, pues no cumplía con los requisitos que la Secretaría de Educación Pública (SEP) comenzó a exigir cuando se hizo obligatorio cursar el tercer grado de educación preescolar. Ese mismo año, por petición de los propios miembros de la cooperativa, el ITESO, por medio del programa de voluntariado Manos Solidarias del Centro Universitario Ignaciano (CUI), apoyó a los vecinos para poner en marcha la ludoteca El Caracol, con el propósito de promover el desarrollo integral de niños y niñas de entre cuatro y doce años.

Actualmente, el cui capacita a los vecinos voluntarios para que aprendan cómo funciona una ludoteca y así puedan operarla ellos mismos. “Queremos que se conviertan en gestores de su comunidad”, expresa Cristina Barragán, coordinadora del voluntariado, en el que participan doce alumnos de diferentes carreras.

Para Lucía Gascón, estudiante de Ingeniería Ambiental y voluntaria de Manos Solidarias, la ludoteca es “un granito de esperanza en medio de una colonia con tantos problemas. Las actividades que hacemos con ellos siembran valores. Creo que este centro comunitario cambia, aunque sea por unas horas, la realidad de muchos vecinos, sobre todo de los niños”.

Trabajo con niños en las colonias del Cerro del Cuatro, en Guadalajara

Desde hace siete años, Esther Torres, de 60 años de edad y vecina de La Mezquitera, trabaja con niños de diferentes colonias del Cerro del Cuatro. Ella sabe bien lo que los niños padecen en casa: maltrato y abandono, violencia psicológica y física. Tiene la esperanza de ver, en cinco o diez años, la vida de los niños que acudieron a la ludoteca. Confía en que vivirán una realidad distinta. “Durante el tiempo que los niños pasan en la ludoteca se dan cuenta de que hay otras formas de convivir. Un niño que va a una ludoteca aumenta su autoestima, es más independiente, se desarrolla más socialmente, es más listo y no es tan fácil de manipular”, asegura.

La ludoteca es un proyecto, pero el ITESO ha puesto en marcha otros programas, como el Proyecto de Aplicación Profesional (PAP) Haciendo Barrio. Desde hace siete años, los alumnos involucrados han trabajado en diferentes zonas de la ciudad, y desde hace un año lo hacen en las colonias Nueva Santa María y Francisco I. Madero, en el Cerro del Cuatro. El objetivo es crear condiciones para la convivencia y la cohesión social por medio de proyectos de rescate de espacios públicos, diseño y desarrollo de infraestructura, y que los habitantes sean capaces de modificar su hábitat. “Les brindamos conocimientos para que se transformen en sujetos que propicien un cambio dentro de su comunidad, y así disminuir la fragmentación social”, informa Gerardo Cano, líder del pap y profesor del Departamento de Hábitat y Desarrollo Urbano del ITESO.

Otro proyecto, llamado Transformando la realidad a través de la cultura, es un pap en el que se trabaja con los habitantes de La Mezquitera. Con él se busca contribuir al desarrollo social de comunidades en situación de vulnerabilidad con actividades educativas, culturales, deportivas y de organización socio-comunitaria, encaminadas a generar tejido social y a aumentar las capacidades autogestoras de los habitantes, explica la profesora Verónica Isoard, líder del proyecto y profesora del Departamento de Educación y Valores del ITESO.

A pesar de todo, la continuidad del Centro Comunitario La Mezquitera se ha visto en riesgo desde enero de 2011, cuando un particular reclamó el predio donde está asentado e interpuso una querella por despojo en contra de Esther Torres, coordinadora del centro y secretaria de la cooperativa, de Antonio Manríquez López, exrepresentante de la cooperativa, y del Ayuntamiento de Tlaquepaque. A pesar de esto, los líderes vecinales de algunas colonias del Cerro del Cuatro, la Asociación Civil Faprode y el ITESO siguen trabajando de manera coordinada en un proyecto que incluye el rescate de espacios públicos que se transformarán en dos centros comunitarios y que se sumarán a los dos ya existentes, para integrar una red que contribuya a paliar con diferentes programas las necesidades de los colonos. m

Moti: soluciones impresas y sin límites

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La empresa Moti le valió a Alberto García de Quevedo, egresado de Ingeniería en Electrónica del ITESO, el Premio Adolf Horn, que reconoce el éxito de un empresario joven cada año

 

Alberto García de Quevedo y el equipo de Moti, ganadores del premio Adolf Horn
Alberto García de Quevedo y el equipo de Moti, ganadores del premio Adolf Horn

Están ahí sin que nadie se dé cuenta. En la calle, ya sea caminando o en el auto, es imposible no poner los ojos en alguna de las soluciones impresas que ofrece la empresa Moti: están en las paredes de los centros comerciales, en los escaparates, en las fachadas de edificios, en un anuncio espectacular. “El valor de Moti no radica sólo en la impresión, sino en la conjunción de elementos para crear piezas de comunicación visual”, expresa Alberto García de Quevedo, propietario y director comercial de Moti, empresa que tiene en su cartera de clientes a Starbucks, Nike, Domino’s Pizza, Guess, Converse, Nextel, Levi’s y Tutto Pelle, entre otras.

Con nueve años en el mercado y consolidada en el ámbito nacional como una de las mejores empresas en impresiones de gran formato, Moti le granjeó a este egresado de Ingeniería en Electrónica del ITESO el Premio Adolf Horn, que reconoce al Empresario Joven del Año y es otorgado por el Consejo Coordinador de Empresarios Jóvenes de Jalisco. Según su fundador, Moti recibió esta distinción por ser un proyecto de emprendimiento que genera 150 empleos formales, por su gama de servicios de impresión, la innovación y el uso de equipo de tecnología avanzada. La clave de su éxito, explica García de Quevedo, “está en aprender a ver lo que nadie más ve. Cuando ves los escaparates no te preguntas quién los hizo, lo que ves es la ropa que quisieras comprarte. Ahí está Moti”.

Sus primeros clientes fueron fotógrafos profesionales que buscaban que sus imágenes se imprimieran sin distorsión de colores, nitidez y tamaño. “Así como ves tus fotografías en la computadora, así se verán impresas”, les decía Alberto. La calidad de sus impresiones provocó que llegaran empresas publicitarias y de otros giros comerciales. Al ver el potencial que podría tener la empresa, adquirió, gracias a financiamientos de Sofom (Sociedades Financieras de Objeto Múltiple), maquinaria para ofrecer impresiones en una variedad más amplia de superficies y materiales.

Moti es una empresa socialmente responsable que también apuesta por el bienestar de sus trabajadores. Ha instrumentado el Sistema Eficaz de la Actitud, un programa que se enfoca en la vida integral de todos los empleados, sin importar el puesto que desempeñen.

García de Quevedo considera que, si desde la universidad los estudiantes adquieren interés por realizar proyectos y llevarlos a cabo, eso les ayudará a solucionar en alguna medida su futuro laboral, pero también cree que es importante ganar experiencia durante un par de años en empresas ya establecidas para después independizarse. Sin embargo, piensa que no hay recetas secretas y únicas para el éxito. m

 

Más sobre Moti en: motidigital.com

Merienda de poeta

El cine mexicano desde la lente del Ariel

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El cine mexicano enfrenta nuevos retos, mientras comienza a afianzarse en términos cuantitativos y cualitativos. Antonio Arellano presenta un vistazo al estado actual de la industria nacional tomando como punto de partida la más reciente entrega de los premios Ariel

Un premio significa un homenaje, un reconocimiento. Pero cuando recibirlo se convierte en una amenaza, y no en la recompensa que tendría que ser, te enfrentas con una historia paradójica, como la de Paula Markovitch en la cinta El Premio, ganadora de la edición 55 del Ariel (2013).

Ahora que si a lo que te enfrentas es a un viejo, en un parque, en la noche, en invierno, decidido a no apartarse de la banca en la que su hija le dejó hace horas con la instrucción de no moverse porque ella no se tardaría, te encaras a un mundo invertido, donde seguir las instrucciones de alguien —de  de quien se depende y en quien se confía— también se vuelve una amenaza, un contrasentido. Como la propuesta de Rodrigo Plá en su película La Demora, otra de las ganadoras en la ceremonia del pasado 28 de mayo.

Los argumentos de las cintas nominadas este año hablan de temas como la niñez, la adolescencia, la vejez, la ecología; abordan paradojas, conceptos; enmarcan sus historias en thrillers, en época, en ciencia ficción; y, si se les compara con los filmes nominados en 2006, donde ocho de las diez películas nominadas trataban sobre miseria y desconsuelo, podemos hablar de un cine mexicano más diverso.

Everardo González, ganador de la reciente edición del Ariel por su documental Cuates de Australia, refiere que la razón de esta nueva circunstancia del cine mexicano es que hay más volumen de producción, lo que provoca mayor diversidad.

Imagen de la cinta El Premio, ganadora del Ariel 2013 Imagen de la cinta El Premio, ganadora del Ariel 2013. Foto: cinemaniaec.wordpress.com/

Bárbara Enríquez, nominada a mejor diseño de arte por Zurdo, El Cobrador, Rudo y Cursi y, en esta edición, por El Premio, coincide con Everardo: “La realidad es que entre más cine se filme, más posibilidades tienes de hacer películas de todo tipo: películas caras, películas de comedia, películas interesantes, indies. Porque, no puedes esperar a que se filmen cinco películas al año y que las cinco sean brillantes. Pero si filmas 80 películas al año, es mucho más probable que cinco o seis o diez sean muy buenas”, explicó.

La Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas la conforman todos los ganadores del Ariel y todo cineasta con un mínimo de dos nominaciones. Desde 1946, año en que se fundó este galardón, cualquier película que haya sido exhibida comercialmente puede ser inscrita a competir por un Ariel.

Bárbara Enríquez ha sido parte de los comités de nominaciones desde la edición del 2005, tras ganar la estatuilla por Zurdo, y observa que, desde entonces a la fecha, sí ha existido una evolución en el cine mexicano, sobre todo en cuanto a guiones, facturas y en cuanto a la cantidad de cintas interesantes. Los números le dan la razón: hace catorce años eran ocho las cintas que competían en las distintas categorías del Ariel. Este año fueron 19: el doble.

 

El factor Eficine (226)

El Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine) reconoce, en su informe sexenal, que la creación —en 2005— del estímulo fiscal Eficine (226) ha sido un factor indiscutible en el repunte del cine nacional.

Gracias a la posibilidad de que las empresas destinen el 10 por ciento del pago del Impuesto Sobre la Renta (ISR) a la financiación de películas mexicanas —detalla el texto del Imcine— se ha logrado “revertir la tendencia a la baja que mostraba la industria fílmica en el país” y se ha conseguido, mediante este estímulo, producir un total de 285 cintas de 2007 a 2012.

Jaime Romandía, productor de algunas de las cintas mexicanas de mayor reconocimiento internacional en los últimos años, refiere que este estímulo fiscal ha ayudado a crecer la cinematografía nacional “muchísimo”. El productor de Heli y Post Tenebras Lux—ambas ganadoras de la Palma de Oro en Cannes por mejor dirección— refiere que dicho dinero también ha propiciado que se produzcan películas muy malas pero, al hacer un balance, reconoce que una producción más nutrida sí mejora el nivel de las películas, tanto técnicamente como en contenido.

Cartel promocional de la cinta Post Tenebras Lux Cartel promocional de la cinta Post Tenebras Lux

En los últimos cuatro años, de las doce cintas que han competido por el Ariel a Mejor Película, nueve han contado con financiamiento mediante el estímulo fiscal Eficine (226). Y, entre las cuatro triunfadoras, solamente una, El Premio, no ha contado con este mecanismo de financiación.

Para Bárbara Enríquez, este repunte de la producción fílmica en el país crea mayor competencia y mayor voluntad por hacer las cosas mejor. “Yo no puedo, porque me es físicamente imposible, hacer más de tres películas en un año. Aunque quisiera. Entonces, [el incremento en la producción] lo que permite es que aparezca más gente que haga las mismas cosas que tú y que haya más competencia;  entonces así hay más voluntad por hacer las cosas mejor. Porque tienes mucha más gente al lado que sigue creciendo y eso hace que te vayas esforzando cada vez más.”

De este modo, si bien parece haber consenso en lo decisivo que ha sido para el cine mexicano el estímulo fiscal Eficine (226), existe inquietud sobre su modo de aplicación.

Everardo González refiere que no necesariamente está premiando las trayectorias ni a los contenidos sino a los vínculos con la empresa. Por su parte, Jaime Romandía señala que algunas compañías contribuyentes quieren películas que no hablen mal de México y que, como si de un comercial se tratara, sirvan para promocionar al país. Esta tendencia, a decir del productor, restringe el discurso cinematográfico a una sola visión de las cosas, cuando existen más voces con el interés por comunicar otro tipo de perspectivas.

Bárbara Enríquez señala que hay películas que se arriesgan a decir cosas cada vez más interesantes y que, difícilmente, GNP, o Bimbo, o Banamex, se interesarían por meter dinero en ellas, ya que su imagen está de por medio. Pero entonces, reflexiona la diseñadora de arte, “¿uno debe hacer cine cuidando la imagen de Banamex?  Está un poco cabrón”, refiere.

Everardo González considera que una solución es que el estímulo fiscal funcione como una bolsa o un certificado y que sea un cuerpo colegiado el que decida que proyectos se financian, y no los empresarios.

El cine mexicano enfrenta nuevos retos, mientras comienza a afianzarse en términos cuantitativos y cualitativos. Y, aunque recientemente ha sido criticada la pobre asistencia conseguida hacia las producciones nacionales, Nosotros los Nobles —cinta mexicana, que también fue financiada mediante el Eficine (226)— parece estar mostrando las virtudes comerciales de este estímulo, al haberse convertido en la película mexicana con la mayor asistencia de la historia.

Parece ser que, gracias al estímulo fiscal Eficine (226), comienza a dibujarse una cinematografía nacional nueva, diversa, competitiva, que comienza a representar las diferentes caras del país y a dar cuenta de la identidad del mexicano, esa identidad que desde hace muchos años ha sido nebulosa en las pantallas cinematográficas nacionales.  

La Unesco y el ITESO: quince años reflexionando juntos

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La segunda parte del VI Seminario Internacional de la Cátedra UNESCO-ITESO, que se realizará del 29 al 30 de agosto, abordará los retos actuales de la gestión social del hábitat y el desarrollo socialmente sustentable de la ciudad.

La ciudad será un tema a tratar en la Cátedra Unesco-ITESO

Los retos presentes de la gestión social del hábitat y el desarrollo socialmente sustentable de la ciudad. Esos serán los principales asuntos que abordará el VI Seminario Internacional de la Cátedra UNESCO-ITESO. La actividad se llevará a cabo en el marco del XV aniversario de la firma del convenio entre este organismo internacional y la Universidad Jesuita de Guadalajara.

“Este año el seminario pone al centro de la reflexión a la ética de los profesionales de la ciudad, la gobernanza urbana, es decir, la manera en que interactúan o deberían interactuar gobierno y sociedad, y la interdisciplina en proyectos de producción social del hábitat, esto es, el diálogo de saberes para la búsqueda de un objetivo común”, señala Raúl Díaz, coordinador de la Cátedra.

La sesión, que se realizará los días 29 y 30 de agosto, contará con la presencia de Mark Tewdwr Jones, profesor de Planeación Urbana y miembro del Global Urban Research Unit at Newcastle University, especialista en temas de política urbana y planeación colaborativa, así como de Julio Dávila, profesor de Políticas Urbanas y Desarrollo Internacional de la University College London. Ambos impartirán conferencias magistrales que serán seguidas por mesas redondas y un panel de discusión.

El seminario está abierto todo aquel que esté interesado en proyectos de producción social del entorno urbano. “Queremos tener la participación de asociaciones civiles, estudiantes, académicos, servidores públicos. Es una convocatoria abierta a toda la sociedad que de alguna forma está involucrada o preocupada por el bienestar y la calidad de vida de los ciudadanos”, agrega Díaz.

El coordinador de la Cátedra puntualiza que, en el marco de la celebración, serán entregados reconocimientos a líderes sociales que se han formado como sujetos capaces de llevar a cabo procesos de gestión social en acompañamiento de los proyectos de la Cátedra […] También vamos a hacer un especial reconocimiento a Enrique Ortiz Flores, ex presidente de la Coalición Internacional para el Hábitat, por sus aportaciones a la Cátedra”, concluye. (Aquí puedes leer una entrevista con Enrique Ortiz.)

El sexto seminario de la Cátedra UNESCO-ITESO no tiene costo y se puede obtener más información en este enlace.

 

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