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Educación para buscar la equidad en la sierra Tarahumara

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El objetivo es tomar en cuenta los usos y costumbres propios del lugar./foto:EFE

El ITESO, junto con la Universidad Iberoamericana Ciudad de México y la asociación Servicios Integrales Émuri, ajustó el programa de la Maestría en Educación y Gestión del Conocimiento, con el objetivo de fortalecer la labor de profesores rarámuris y promotores sociales.

 

Los indígenas de la sierra Tarahumara, en Chihuahua, no sólo padecen los estragos de la miseria y la hambruna, sino que viven una constante situación de desdén, indiferencia y opresión. Un ejemplo de esto es la oferta educativa en la región, que además de no responder a sus necesidades culturales —es una reproducción de la que se tiene en zonas urbanas—, en muchas ocasiones es desarrollada por instituciones de carácter religioso, lo que se convierte en una fuerte imposición cultural.

“Los programas educativos oficiales, además de tener baja calidad, también reproducen la nula pertinencia social”, explica Óscar Hernández, académico del ITESO y coordinador del Programa Interculturalidad Indígena del Centro de Investigación y Formación Social (CIFS) del ITESO. “Esto genera un resultado educativo de lo más bajo y nos ha hecho pensar que tendríamos que estar promoviendo proyectos educativos junto con las comunidades, para que así respondan más directamente a su manera de entender la educación. Para la cultura rarámuri, la escuela tradicional sigue representando algo totalmente externo, no apropiado desde ningún punto de vista. La toleran, pero no les interesa”.

Ante esta situación, el iteso ha trabajado por más de diez años en diversos proyectos en la sierra Tarahumara. El más reciente es el arranque de la Maestría en Educación y Gestión del Conocimiento, un programa que forma parte de la oferta educativa de la institución y que se imparte de forma virtual. Este curso es un esfuerzo conjunto del ITESO, la Universidad Iberoamericana Ciudad de México y jesuitas y académicos de la región vinculados con la asociación civil Servicios Integrales Émuri (Siné) para ajustar el programa de la maestría y trasladarla e impartirla a profesores rarámuris y promotores sociales que tengan proyectos en comunidades indígenas de la sierra.

“Es un programa de maestría, sí, pero es mucho más que eso: es un instrumento, un medio para hacer una intervención en una región de estas características. Tenemos una intención clara de fortalecer los procesos sociales específicos que se están dando en la región. No es un tiro al aire”, asegura Hernández. “Aunque parece que las universidades estamos ofreciendo un servicio, yo creo que vamos a aprender mucho más de cosas que no sabíamos, por lo menos desde esta dimensión de la educación intercultural”.

El programa, que arrancó el 18 de agosto de 2012, está divido en doce cursos y se ajustó para ser impartido en modalidad semipresencial. Los 19 participantes inscritos —cuatro indígenas y quince mestizos— tendrán dos sesiones presenciales en Creel, Chihuahua; el resto se realiza de forma virtual, por lo que uno de los requisitos para echar a andar el proyecto fue que los participantes tuvieran un acceso “razonable” a internet.

Para adaptarlo a las necesidades propias de la región, el plan de estudios tuvo algunas modificaciones en lo referente a las asignaturas complementarias, ya que están enfocadas a la comprensión de la interculturalidad y al desarrollo de procesos metodológicos que faciliten un diálogo entre visiones y prácticas culturales distintas, explica Antonio Ray, coordinador de la maestría en el iteso y quien también coordina el programa en la sierra Tarahumara. Además, se hizo un ajuste al ritmo del programa: en lugar de hacerlo en dos años, se ha estructurado para que sea posible completarlo en dos años y medio o incluso tres. “Esperamos que a través de este programa se pueda incidir y elevar la calidad y equidad educativa en la zona por el empoderamiento que supone no sólo para los estudiantes del programa, sino también de sus compañeros de trabajo y de las instituciones en las que laboran”, agrega Ray.

Para operar el programa, el iteso asume la coordinación y la parte administrativa, además de que aporta la plataforma Moodle, así como al profesor del área de Metodología y del curso de Inducción a la Educación en Línea. La Ibero Ciudad de México se hace cargo de los cursos del área de fundamentos y de un curso de inducción sobre competencias de lectura y escritura académicas; a Siné le corresponden los cursos del área complementaria, así como apoyo logístico para las sesiones presenciales, apoyo para la conectividad y de acompañamiento a los estudiantes que tienen poca experiencia en el uso de las tecnologías de la información. El costo de operación se reparte entre todas las instituciones involucradas, que contarán con apoyo de la Fundación Loyola.

Óscar Hernández explica que, de manera paralela a la impartición del programa, se busca formar un “consorcio interinstitucional” con el objetivo de impulsar este tipo de iniciativas en el largo plazo y darle a los indígenas de la zona la formalidad que requieren en todos los niveles educativos. “Pensamos en ir creando una figura de centro educativo y de investigación, que pudiera ser flexible, que no tuviera un único lugar físico”, concluye el académico. m


Étto quiere brincar las fronteras

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Demetrio Flores, fundador de Étto/foto:Luis Ponciano

Esta empresa, alojada en el Parque Tecnológico del ITESO, se dedica a diseñar soluciones para necesidades específicas echando mano de la tecnología. Su proyecto estrella, Xaltix, está enfocado en la educación y ya llamó la atención del gobierno de Paraguay.

 

La escena es conocida por todos: llega la hora de la escuela y allá parten los niños cargados con mochilas atiborradas de libros y cuadernos. Ya en el aula, un profesor imparte su clase. Si bien le va, tendrá un “pintarrón”; si no, expondrá su clase usando los tradicionales gises. En pleno siglo XXI, el esquema tradicional es cada vez más obsoleto: los alumnos nacieron en un ambiente completamente digital. Y por eso, en Étto decidieron poner manos a la obra: diseñaron la suiteXaltix, plataforma que busca sacarle el mayor jugo posible a las nuevas tecnologías para incorporarlas en la educación y que ya llamó la atención del gobierno de Paraguay.

Étto es una de las empresas que tienen su sede en el Parque Tecnológico del ITESO y estuvo en la Incubadora de Empresas Tecnológicas, adscrita al Programa para la Gestión de la Innovación y la Tecnología (Proginnt) del ITESO. Según su sitio web, se trata de “una empresa dedicada a proveer soluciones tecnológicas con alto valor agregado”. En ese marco es en el que aparece Xaltix, un proyecto que incluye el diseño de hardware y software para incorporar las nuevas tecnologías al trabajo del aula de clases a través de pizarras interactivas y computadoras portátiles y de escritorio, de bajo costo y que operan con programas y aplicaciones de código abierto. Pero no sólo eso: se trata de toda una solución que busca hacer llegar la enseñanza más allá del salón e involucrar por igual a profesores, alumnos y padres de familia.

José Antonio Aldrete, director de Desarrollo de Negocios de Étto, explica que actualmente han colocado los equipos y la plataforma Xaltix en 300 aulas de Jalisco. Y, gracias a su sociedad con Grupo De Lorenzo, lograron establecer contacto con el gobierno de Paraguay, cuyos representantes visitaron en febrero pasado la sede de esta empresa, para conocer el proyecto más a fondo.

Lilia Peña Galeano, directora general de Ciencias e Innovación Educativa del Ministerio de Educación y Cultura del país sudamericano, señala que todo el concepto es “impresionante, porque es una gran manera de incorporar las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) a la educación”. Uno de los aspectos que destaca la funcionaria paraguaya es el hecho de que Xaltix contempla no sólo el equipamiento sino también la capacitación para usar la plataforma.

Para Étto, la visita fue muy provechosa en todos los sentidos. José Antonio Aldrete explica que las negociaciones ahora corren por cuenta de Grupo De Lorenzo, a través de su representante para la zona de Sudamérica. “Hay un tema de presupuestos, licitaciones y trámites gubernamentales que se están revisando, pero estamos muy optimistas. [Los representantes del gobierno paraguayo] se fueron muy complacidos con lo que vieron”, concluye José Antonio Aldrete. m

Lady Gaga: la construcción de la fama

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Muchos factores convergieron para el ascenso de Gaga, no menos importantes que sus cualidades artísticas./foto:Reuters

Se dice que las descargas de música de internet están destruyendo a la industria. La carrera de Lady Gaga ofrece algunas pistas sobre las nuevas estrategias para gestionar la fama. Y es que, además del evidente éxito, la cantante está sentando escuela. En México hay artistas que ya están emulando sus pasos como, por ejemplo, Carla Morrison.

 

En un mundo fascinado por celebridades con el molde de Paris Hilton y Kim Kardashian, es más que desconcertante que la fama aún pueda adquirirse por un logro artístico. En este sentido, la evolución de la estrella pop Lady Gaga no es muy espectacular por su alcance e intensidad, sino debido a que surgió en el momento en que la cultura del entretenimiento equivale a la celebridad superficial. La llegada de internet y de los sitios web para compartir música ha cambiado drásticamente el panorama de la industria musical. Mientras que los discos de vinilo, el casete o el disco compacto fueron elementos esenciales de la industria musical en casi todo el siglo XX, en este momento se están ideando otras formas de asegurar la base económica necesaria para desarrollar una carrera profesional en la música. La fama global de Lady Gaga puede servir para analizar cómo todavía es posible alcanzar el éxito en el ámbito de la música popular.

Después de un comienzo en falso con la disquera Def Jam Recordings en 2006, Vincent Herbert, de Streamline Records (subsidiaria de Interscope), conoció a Lady Gaga y la presentó con el ejecutivo del hip-hop, Troy Carter, quien se convertiría en el nuevo manager de la cantante. Al trabajar como compositora para artistas de gran audiencia como Britney Spears y Pussycat Dolls, Lady Gaga conocería después al cantante Akon, quien la presentó con Jimmy Iovine de Interscope Records y la ayudaría a firmar un contrato con su sello, Kon Live. Al reconocer el potencial de esta joven compositora, los protagonistas clave de la industria estaban en posición de ayudarla, a tal punto que ésta alcanzó el estrellato (y el éxito financiero) a un grado que no se veía desde el apogeo del pop y el rock de los años setenta y ochenta. Muchos factores convergieron para su ascenso, no menos importantes que sus cualidades artísticas. La infraestructura del negocio debió trabajar para conseguir el desarrollo tan acelerado de su carrera; se necesitan distinguir, al menos, cinco componentes de la mercadotecnia de la fama de Lady Gaga.

Foto: EFE

Más que sólo música

De una forma u otra, todos los artistas necesitan un empaque para presentar su música, aunque algunos son a todas luces superiores. Cuando una persona habla de Lady Gaga (muchos de nosotros lo hacemos), no sólo viene a la mente una serie de sonidos musicales. Intrínsecamente ligados su música  también están la moda, la visión, un estilo y —de forma mucho más sorprendente, porque es “sólo” una estrella pop— la franqueza, el vestido de carnes, la monstruosidad. Involucrando estilo y sustancia, Lady Gaga puede conectar de muchas maneras con una audiencia global que no sólo se compone de admiradores, y despertar tanto repulsión como apoyo.

 

El “arte de la fama”

Además de enfrentarse a las trampas de la fama con las que se topa un artista emergente, Lady Gaga ha hecho maravillas para conectar con sus seguidores, a quienes llama afectuosamente “pequeños monstruos”. Desde el inicio de su carrera, llevó su música a internet, primero vía MySpace y PureVolume, donde subía parte de sus álbumes, y posteriormente, a través de su propio sitio web y de YouTube. Pero lo más importante, quizá, es que ha sabido conectar directamente con sus admiradores a través de las redes sociales, en particular Facebook y Twitter. A finales de febrero de 2013, Lady Gaga había acumulado 55.7 millones de “Me Gusta” en Facebook y más de 34 millones de seguidores en Twitter (la segunda cuenta con el mayor número de seguidores en el mundo, sólo detrás de Justin Bieber). Su influencia ha crecido al permitir y fomentar la creación de sitios y blogs de seguidores para difundir información. Esta relación simbiótica con sus pequeños monstruos —real o imaginaria— respalda además la idea de que Lady Gaga no necesita marketing.

Foto: Reuters

Lazos rentables con (otras) marcas y productos

Muchas de las “alianzas de marcas” (brand partner-ships, para utilizar las palabras de la empresa que representa a Lady Gaga) coinciden con sus iniciativas artísticas. Por ejemplo, Lady Gaga comercializa su propia marca de auriculares, los Monster HeartBeats, y es directora creativa de Polaroid, empresa con la que lanzó una nueva serie de cámaras. Otras alianzas con distintos medios de comunicación aseguran la distribución de su música y sus videos. Algunos de sus videos musicales, por ejemplo, pueden verse primero en ciertos canales de televisión (como el video de “Telephone” en el canal E!) o en ciertos programas muy populares (como “The Edge of Glory” en el concurso de baile So You Think You Can Dance). O un caso más sonado: la edición de lujo de su álbum Born This Way (con doble disco) sólo se vendía en las tiendas Target, hasta que la exclusividad terminó después de que se divulgara que la compañía había donado dinero a algunos políticos que se oponen a los derechos de los gays. Otras alianzas comerciales se identifican con causas filantrópicas apoyadas por Gaga. Las ventas de su línea de cosméticos con la marca mac, por ejemplo, financian la investigación sobre el VIH-sida.

 

Patrocinar a una estrella

Algunas empresas dan ingresos directos a Lady Gaga a cambio de promoción. El exitoso Monster Ball Tour, que recaudó más de 200 millones de dólares entre noviembre de 2009 y mayo de 2011, fue patrocinado por Virgin Mobile: la compañía de telecomunicaciones imprimía su logotipo en todos los rincones del lugar que albergara el show de Lady Gaga; instalaba un set fotográfico para que los fans se retrataran, y se seleccionaban las mejores tomas para publicarse en el sitio ladyvirginmobile.com; se hacía promoción adicional para el programa Virgin Mobile’s Re*Generation, que ayuda a jóvenes indigentes de la comunidad LGBT (Lésbico-Gay, Bisexual y Transgénero).

Es notable la forma en que Lady Gaga recibe patrocinios en la forma de product placement —o emplazamiento de producto— en muchos de sus videos. Esta forma de publicidad consiste en insertar una marca en la narrativa de un producto de entretenimiento (películas, programas de televisión, videojuegos, etcétera). De esta manera, Lady Gaga ha recibido dinero de fuentes tan diversas como el sitio de apuestas Bwin.com, relojes Casio, licor Campari y la bebida energizante Neurosonic. En el video de “Telephone”, supuestamente construido como una crítica al consumismo, aparece una docena de marcas: Hewlett-Packard, LG, el sitio web de relaciones amorosas PlentyofFish y el aderezo Miracle Whip, de Kraft.

Lady Gaga: la estrella pop de la era post-disco

Como sucede con todos los artistas pop de hoy, Lady Gaga obtiene más ingresos por sus giras y productos que por las ventas de discos. Divide todos los beneficios acumulados con la compañía musical Interscope, en lo que se conoce como un “acuerdo de 360 grados”. Aun cuando las ventas de los discos han disminuido y los archivos digitales se pueden compartir con facilidad, Lady Gaga se las arregla para vender millones de discos y descargas legales. Usa varias estrategias para garantizar la rentabilidad. El lanzamiento del álbum Born This Way, por ejemplo, fue anunciado con medio año de anticipación, con la intención de extender el tour Monster Ball y aumentar la expectativa previa a su venta. Los sencillos también se anuncian con varias semanas de anticipación y luego se liberan como descarga digital, luego como video, como un CD, y como parte de un remix o paquete de regalo, con el fin de garantizar que permanezca mucho tiempo en las listas de popularidad.

Los lanzamientos más descaradamente rentables han sido los álbumes editados de The Fame Monster y Born This Way, que silenciaban ciertas palabras que algunas personas consideran ofensivas. En un momento en el que las tiendas de discos están de-sapareciendo, esta estrategia de autocensura asegura que el álbum se venda en tiendas departamentales en todo Estados Unidos, como WalMart, en las que está prohibido vender discos que tengan canciones con palabras consideradas malsonantes.

Foto: Reuters

La cantante nunca ha declarado nada sobre esta atrevida estrategia, incluso cuando sus fans han tenido que escuchar perversiones artísticas, como Lady Gaga refiriéndose a sí misma en sus canciones como una “free bit” (cachito gratis) en lugar del original “free bitch” (puta gratis). Hasta la fecha, The Fame Monster es el único disco disponible en su versión no-censurada.

No hay duda de que la fama de Lady Gaga es, en alguna medida, resultado de una buena estrategia de negocios. Sin embargo, no se puede concluir, como han hecho algunos de sus críticos, que sea un genio de la mercadotecnia o una astuta empresaria. No es claro hasta qué punto es ella la responsable directa del marketing de su trabajo o si sus motivaciones son puramente económicas. Incluso la mejor música se tiene que promover y vender. Sin el soporte de un negocio, ningún arte podría llegar a su audiencia. Tan tonto sería argumentar que Lady Gaga no tiene una propuesta artística como negar que hay muchas técnicas de la mercadotecnia involucradas en su éxito. m

 

Para leer más

La sorprendente emergencia de Carla Morrison, otra historia de éxito en la era post-disco.

La sorprendente emergencia de Carla Morrison

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Carla Morrison, ganadora del Grammy Latino./foto:Reuters

En esta entrevista, Gil Gastélum, director de Cosmica Artists y promotor de Carla Morrison, habla sobre las estrategias de promoción y marketing de los músicos independientes. La historia y el ascenso de Morrison tiene semejanzas, toda proporción guardada, con la de otra estrella pop que ha sacado provecho de las nuevas tecnologías para obtener fama y fortuna: Lady Gaga.

 

Guardadas las proporciones, puede decirse que un fenómeno de popularidad similar al de Lady Gaga, acontecido en México, es el de Carla Morrison.

De un par de años a la fecha, Morrison se ha afianzado como un referente incuestionable de la nueva canción pop independiente, poseedora de una legión de seguidores que han hecho de sus conciertos en distinto foros —el festival Vive Latino, uno de ellos— un espectáculo de impresionante convocatoria. Pero poco se conoce acerca de la estrategia que se puso en marcha para que ella llegara a su público, y del responsable de ésta.

Gil Gastélum inició su compañía, Cosmica Records + Management, luego de graduarse de la Universidad de Arizona, en Tucson. El nombre de la empresa, recuerda Gastélum, proviene de las charlas que tuvo con su abuelo, quien se refería a “la raza cósmica” para aludir a la comunidad mexicana y chicana radicada en Estados Unidos. Cosmica se fundó en Austin, Texas, en 1999, y su primer artista fue el trovador David Garza. Paulatinamente se fue asociando a otros proyectos musicales, en su mayoría parte de la comunidad chicana. Así lo hizo con Tito & Tarántula y con Michael Ramos de Charanga Cakewalk. Su primera relación con la música mexicana fue por medio de Cecilia Bastida —quien fue parte del grupo Tijuana No—, hasta que llegó a Carla Morrison. Con ella, Cosmica aprendió a experimentar con la carrera de un artista, obteniendo resultados que nadie soñaba en la carrera de un músico independiente.

En la actualidad, Gastélum radica en Los Ángeles y sigue planeando el éxito futuro de otros nombres, entre ellos La Santa Cecilia, Piñata Protest, Pilar Díaz, Master Blaster Sound System y la mexicana Madame Recamier. En la siguiente charla, Gastélum reflexiona sobre el impacto que hoy tiene Carla Morrison, y revela algunos de los secretos que han propulsado su meteórico y fascinante éxito.

Foto: AFP

¿Cómo descubriste a Carla Morrison?

Escuché a dos personas hablar de ella, refiriéndose de forma muy entusiasta a su banda, Babaluca. Recuerdo haber escuchado su música y después ver a su banda en vivo. Me pareció que el grupo estaba bien, pero que la vocalista era increíble. Y pensé que si ella se hacía solista, seguro sería alguien importante. Unos dos meses después, Carla quiso conocerme porque había regresado a Tecate, luego de vivir en Phoenix, y quería lanzarse como solista. Estaba temerosa de mostrarme su música, lo que luego fue “aprendiendo a aprender”. Dijo: “Creo que es muy triste y muy lenta”. Le contesté que yo tenía un corazón melancólico y que era seguidor de Mazzy Star, y que por ello pensaba que lo suyo no era ni triste ni lento. Nos hicimos amigos de inmediato y también me convertí en su fan.

Cosmica comenzó a manejar la carrera musical de Carla de una manera muy novedosa. ¿Cuál fue la estrategia planteada?

Una de las cosas maravillosas de Carla es que tiene una forma increíble de decirte lo que tiene en mente y lo que le dicta su corazón. Justo cuando comenzamos a trabajar juntos me dijo: “La única forma en que puedo comenzar a hacer esto, es haciendo dinero lo más rápido posible”. En ese entonces yo trabajaba en el mercado musical como freelance con músicos como Smokey Robinson, Jackson Browne y algunos más. Había visto diferentes tipos de mercados y de modelos de negocio. Lo que aprendí de ello fue que incluso aquellos artistas que vendían de forma moderada perdían todo en las ventas al menudeo de sus CD. Así que desde entonces entendí para bien que había que hacer CD sólo para venderlos en los conciertos y que de esa manera se motivara a los fans a venir a verla en vivo. Y también que se podía tener los discos en iTunes, Amazon, etcétera, y no tener miedo de promoverlos ofreciéndolos gratis. También ayudó que artistas como Julieta Venegas y Natalia Lafourcade hablaran bien de ella. Así como lo hizo en Estados Unidos David Garza —el primer concierto de Carla en Estados Unidos fue abriéndole a él—. Luego pasó lo de Soy tu fan: usaron un track en una escena clave del show que conectó de golpe con los espectadores. Carla pudo capitalizar eso volando constantemente entre Tijuana  y el DF, sin tener miedo de no ganar nada, como cuando abrió para Hello Seahorse en el Conga Room de Los Ángeles, o para Julieta Venegas en el Rio Casino en La Vegas.

Foto: AP

¿De qué manera ayudaron las redes sociales al desarrollo de su carrera?

Fueron un componente importante para que ella se volviera popular. Hoy en día hay sed de enterarse de lo que pasa con un artista más allá de las noticias de su carrera; hay quien básicamente pasa su vida frente a Twitter y Facebook. La gente se rindió ante Carla por eso. El más grande obstáculo que encaramos fue lo complicado que era responder a todos los fans cuando se volvió muy grande y conocida. Afortunadamente, sus clubes de fans y sus seguidores de verdad entendieron la evolución.

¿Cuáles redes sociales fueron más efectivas para ello?

Creo que Twitter en verdad ayudó. Carla es súper efectiva en ir directo al grano en lo que quiere comunicar en pocas palabras. Creo que fue por ello que comenzó a trabajar con Joaquín Wakks Pavia —su manager en México—. Facebook fue también efectivo para los fans que querían saber más de ella, sus fotos y artículos se convirtieron en una gran plataforma.

¿Cómo explicas el tremendo éxito de Carla Morrison?

Creo que Carla apareció en el momento exacto. Tuvo que ver con esta combinación de tecnologías, Twitter y Facebook, además de que escribe letras con las que mucha gente puede identificarse. Habla sobre amar y perder el amor, ¿y quién no lo ha experimentado? Ella no se ve como tantas modelos manufacturadas como las que ves en la televisión en México y Estados Unidos. Ella es tan hermosa como sus seguidores, y juntos se han adoptado.

Foto: www.facebook.com/carlamorrisonoficialmx

Desde tu punto de vista, ¿cuáles son las diferencias entre una compañía independiente y una multinacional?

Desde mi perspectiva, me encanta no tener un jefe. Yo soy el jefe, excepto cuando se trata de alguno de los artistas de Cosmica. Ellos siempre marcan el camino en lo que respecta a su mercadotecnia y su estrategia. Creo que en un sello grande hay más opiniones y, por ende, se hace lento el proceso de crear y lanzar música. Me gusta no tener que perseguir a un músico que tiene la necesidad de ser más grande o mejor que alguien más. Firmo artistas porque creo que son importantes y porque creo que la gente debe escucharlos. Simple. Si venden muchos discos, Cosmica podrá existir por más tiempo, y si no es así, podré decir que saqué un disco que me encantaba y en el que creía.

¿Qué significa la palabra “éxito” para Cosmica?

Ciertamente no es sinónimo de dinero; aunque es importante que nos ayude a tener las puertas abiertas. Creo que si una persona se toma el tiempo para escuchar a uno o varios de nuestros artistas, compra su música e indaga en lo que están haciendo, eso ya es éxito para nosotros.

¿Crees que sigue siendo importante vender discos hoy en día?

Claro que sí. Debes buscar la remuneración por tu trabajo de distintas formas: desde YouTube, por la venta de tus discos, las marcas que patrocinan, los conciertos. Tienes que ser capaz de ver todo ello.

¿Es posible que un artista viva hoy en día exclusivamente de sus conciertos?

Claro que es posible, especialmente para quienes pueden ser programados en la radio y tocan en escenarios grandes. A un artista independiente le ayuda ser creativo para buscar dinero en otras áreas. He visto artistas que trabajan como maestros de música y que además pintan y venden sus cuadros. En estos tiempos debes desarrollarte en distintos campos para poder vivir.

Foto: AFP

¿Qué opinas de la descarga de música gratuita?

Pienso que cuando se hace estratégicamente, como una descarga a partir de Starbucks o Sanborns, realmente puede ayudar a un músico a conseguir nuevas audiencias. Nosotros lo hacemos muy a menudo. Lo que no me gusta es cuando un disco, por decir uno de Carla, sale al mercado y esa misma mañana hay gente que te lo ofrece completo de manera gratuita; porque es el arte por el cual Carla no ha recibido pago en términos de dinero y entonces su corazón y su alma y su pensamiento son pisoteados sin respeto alguno. Nunca ha sido tan difícil para un músico hacer dinero como hoy en día.

¿Qué supones que pueda venir para la industria musical en lo años próximos?

Creo que veremos a los sellos grandes incorporar un estilo independiente a la hora de hacer sus lanzamientos y cultivar artistas a un nivel más bajo. Los sellos independientes ya están figurando de forma importante en eventos como los Grammy y los Grammy latinos. Creo que la promoción que se hace de contenidos que ves en YouTube y en los videos que incluyen letras será mucho más efectiva. Los modelos de suscripción se volverán complemento de Apple y Amazon. Parece que la gente está consumiendo y comprando música más que nunca. Sería muy bueno ver que la industria musical haga las cosas más bien que mal y que adapte la tecnología que pueda servirle para bien y no para su detrimento. m

 

Para leer más

Lady Gaga: la construcción de la fama. Un vistazo a los secretos detrás de su contundente éxito.

¿Cuánto vale un atardecer?

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Esta carencia de cualidad del dinero promueve la ausencia de cualidades entre las personas que lo intercambian. En las transacciones financieras ninguna persona tiene valor, sólo el dinero lo tiene. Incluso las cualidades de los objetos se diluyen. Lo que cuenta no es su singularidad sino el precio que se paga por ellos.

El dinero es ese símbolo arbitrario que permite equiparar la solución al hambre en el mundo con los beneficios que generan las redes de trata de personas: ambos temas están tasados por organismos internacionales en 30 mil millones de dólares anuales —y el dinero además permite llamar “beneficios” a dicha cantidad—.

En la misma tónica, el dinero hace que podamos preguntarnos cuánto cuesta el tratamiento para una persona que vive con VIH, cuánto cuesta el urinario de Marcel Duchamp y cuánto el rescate del Centro de Guadalajara en forma de Ciudad Creativa Digital. El dinero es el dios de nuestro tiempo, escribió hace un siglo Georg Simmel en su ensayo sobre Psicología del dinero, porque “toda la diversidad del mundo se aviene a unidad en él”.

Si el dinero se convierte en denominador común de todos los valores de la vida —continúa Simmel—, si la pregunta ya no es por lo que valen sino cuánto cuestan, entonces el carácter singular de esos valores se diluye. Si no se le puede poner precio a un atardecer, éste carece por completo de interés en el imaginario colectivo. Se puede constatar, en el mismo orden de ideas, que para algunos individuos sólo tiene valor lo que no pueden llegar a poseer.

Según Simmel, una de las cualidades más significativas de la razón humana consiste en convertir los medios en fines, dándoles valor autónomo. “Me gustan el dinero, los autos y las fiestas”, declaraba una modelo en una revista de actualidad, sin que la lógica de su afirmación sea que el dinero sirva para comprar autos o pagar fiestas.

Así, el dinero es más un valor que un signo de valor, un punto de intersección entre las mercancías sin ser él mismo una mercancía, que oculta un conjunto de factores psicológicos cruciales. Uno de ellos es que se trata de un valor que no está anclado en la cualidad —tanto si está acuñado en oro (cuyo valor no dejaría de ser arbitrario) como en papel—sino en la cantidad.

Esta carencia de cualidad del dinero promueve la ausencia de cualidades entre las personas que lo intercambian. En las transacciones financieras ninguna persona tiene valor, sólo el dinero lo tiene. Incluso las cualidades de los objetos se diluyen. Lo que cuenta no es su singularidad sino el precio que se paga por ellos. En un polo, la gran cantidad de cachivaches que se pueden comprar en la temporada de rebajas; en el otro, los artefactos cuyo valor radica en que cuestan una gran cantidad de dinero. Siempre la cantidad.

Pero, sobre todo, el dinero es un código —tener dinero/no tener dinero— que trastoca la realidad, poniéndose a sí mismo en el lugar absoluto de nuestras necesidades y nuestros deseos. “Si la realidad ha enloquecido tenemos que inventar conceptos delirantes”, señala el manifiesto Dinero gratis, que se propone como intervención psicopolítica: si el dinero es un valor en sí mismo, quitemos de en medio los méritos del trabajo para conseguirlo. m.

 

Para leer.

::Cultura líquida y dinero, de Georg Simmel (Anthropos, 2010).

 

En la web.

::Dinero gratis.

Étto quiere brincar las fronteras

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Demetrio Flores, fundador de Étto/foto:Luis Ponciano

Esta empresa, alojada en el Parque Tecnológico del ITESO, se dedica a diseñar soluciones para necesidades específicas echando mano de la tecnología. Su proyecto estrella, Xaltix, está enfocado en la educación y ya llamó la atención del gobierno de Paraguay.

 

La escena es conocida por todos: llega la hora de la escuela y allá parten los niños cargados con mochilas atiborradas de libros y cuadernos. Ya en el aula, un profesor imparte su clase. Si bien le va, tendrá un “pintarrón”; si no, expondrá su clase usando los tradicionales gises. En pleno siglo XXI, el esquema tradicional es cada vez más obsoleto: los alumnos nacieron en un ambiente completamente digital. Y por eso, en Étto decidieron poner manos a la obra: diseñaron la suiteXaltix, plataforma que busca sacarle el mayor jugo posible a las nuevas tecnologías para incorporarlas en la educación y que ya llamó la atención del gobierno de Paraguay.

Étto es una de las empresas que tienen su sede en el Parque Tecnológico del ITESO y estuvo en la Incubadora de Empresas Tecnológicas, adscrita al Programa para la Gestión de la Innovación y la Tecnología (Proginnt) del ITESO. Según su sitio web, se trata de “una empresa dedicada a proveer soluciones tecnológicas con alto valor agregado”. En ese marco es en el que aparece Xaltix, un proyecto que incluye el diseño de hardware y software para incorporar las nuevas tecnologías al trabajo del aula de clases a través de pizarras interactivas y computadoras portátiles y de escritorio, de bajo costo y que operan con programas y aplicaciones de código abierto. Pero no sólo eso: se trata de toda una solución que busca hacer llegar la enseñanza más allá del salón e involucrar por igual a profesores, alumnos y padres de familia.

José Antonio Aldrete, director de Desarrollo de Negocios de Étto, explica que actualmente han colocado los equipos y la plataforma Xaltix en 300 aulas de Jalisco. Y, gracias a su sociedad con Grupo De Lorenzo, lograron establecer contacto con el gobierno de Paraguay, cuyos representantes visitaron en febrero pasado la sede de esta empresa, para conocer el proyecto más a fondo.

Lilia Peña Galeano, directora general de Ciencias e Innovación Educativa del Ministerio de Educación y Cultura del país sudamericano, señala que todo el concepto es “impresionante, porque es una gran manera de incorporar las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) a la educación”. Uno de los aspectos que destaca la funcionaria paraguaya es el hecho de que Xaltix contempla no sólo el equipamiento sino también la capacitación para usar la plataforma.

Para Étto, la visita fue muy provechosa en todos los sentidos. José Antonio Aldrete explica que las negociaciones ahora corren por cuenta de Grupo De Lorenzo, a través de su representante para la zona de Sudamérica. “Hay un tema de presupuestos, licitaciones y trámites gubernamentales que se están revisando, pero estamos muy optimistas. [Los representantes del gobierno paraguayo] se fueron muy complacidos con lo que vieron”, concluye José Antonio Aldrete. m

Felipe Covarrubias da vuelta a la página

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Covarrubias fungió como profesor durante 43 años./foto:Luis Ponciano

Fundador de la carrera de Diseño y creador de las Jornadas Internacionales de Diseño, este académico del ITESO dijo adiós a las aulas de la Universidad el pasado mes de enero.

 

Después de 43 años, cuatro meses y ocho días de haber debutado como profesor en el ITESO, el pasado 31 de enero un icono de la Universidad puso punto final a su carrera académica y cambió de página: Felipe Covarrubias.

¿Referencias, méritos? Abundan. Arquitecto y diseñador, rojinegro de corazón, criado en el barrio de Analco, fundó la carrera de Diseño; fue integrante de la primera generación de Arquitectura, creó las Jornadas Internacionales de Diseño y fundó la revista Magenta. Y rediseñó el escudo de su querido Atlas. 

Visiblemente emocionado, Covarrubias se despidió el 31 de enero de 2013 en el auditorio w, acompañado de las autoridades universitarias, amigos, colegas, familiares, alumnos y exalumnos. Aprovechó la ocasión para exponer los detalles de su más reciente aportación a la Universidad: un libro titulado Diseño XX, que reseña los 20 años de la carrera de Diseño en el ITESO, universidad a la que querrá estar unido durante mucho, mucho tiempo. “Cuando muera, me gustaría que parte de mis cenizas quedaran esparcidas en el campus, en la zona entre la rectoría y la biblioteca. Si no te dan permiso, no importa: lo haces en secreto”, le pidió Covarrubias a una de sus hijas.

Terminó un ciclo, ¿cuáles son sus proyectos inmediatos?

Hay mucho trabajo. Voy a rescatar materiales de Magenta, muchos de ellos no publicados. No han caducado porque hablan sobre principios, teoría y filosofía del diseño. Los publicaré en formato de cuadernos, pero no presentaré uno solo hasta que no esté vendido [risas]. También planeo ofrecer cursos para maestros dentro y fuera de México.

¿Qué pasará con la versión electrónica de Galería Azul?

Eso también está en la lista, la vamos a reforzar. Tengo ahora un talentoso asesor porque yo nunca he sido fan de la red, mi software siempre ha sido el lápiz. Juntos vamos a refrescar ese sitio. Pero no me interesa reabrir el espacio, eso ya lo viví.

¿Qué extrañará del ITESO?

El campus es lo que más extrañaré. Es mágico. Extrañaré charlar en algunas de las mesas ubicadas frente a la explanada de la biblioteca, los árboles, todo.

Uno de sus legados son las Jornadas Internacionales de Diseño, ¿qué sucederá con ellas?

Espero que la Universidad les brinde continuidad. Nos han visitado alrededor de 40 diseñadores extranjeros y 36 diseñadores mexicanos, pasaron lista 27 países. La suma de todo eso es un capital invaluable, enriquecía la información y la formación de los estudiantes.

Ahora tendrá más tiempo de ocio, ¿en qué lo invertirá?

Voy a releer a Shakespeare y a García Márquez, a disfrutar la obra de Beethoven. Hay un joven músico, director de orquesta, que disfruto mucho: Gustavo Dudamel. Le sigo la pista y disfruto mucho el rescate que está haciendo de la obra de Mahler. Desde luego que no dejaré de ir a ver futbol. A mí no me importa que mi equipo —el Atlas— juegue en segunda división; yo lo que disfruto es la pasión del juego. m

5 de mayo: la batalla; pero antes, la telenovela

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“Las armas nacionales se han cubierto de gloria”, reportó el general Ignacio Zaragoza después de la paliza que, el 5 de mayo de 1862, el ejército a su mando le propinó a los franceses (y eso que no estaba El Chicharito). Por el contrario, no hay gloria alguna en 5 de mayo: La batalla (2013) de Rafael Lara, en la que las artes cinematográficas nacionales se han descubierto: sus miserias han quedado al desnudo... otra vez. 

5 de mayo: La batalla es el cuarto largometraje de Rafael Lara, también responsable de La milagrosa (2008), Labios rojos (2011) y El quinto mandamiento (2012), y recoge los eventos previos así como la batalla que tuvo lugar en Puebla. Pero además sigue a Juan (Christian Vasquez), un soldado cobarde, y Citlali (Liz Gallardo), una joven de Orizaba que lo sigue cuando aquél deserta. Pero nadie escapa aquí del fragor de la historia, por lo que hasta Juan debe empuñar un fusil, un machete y hasta una piedra.

Lara transita de la telenovela al estilo del canal de las estrellas al género bélico al estilo Hollywood (es decir, es más estruendoso que imaginativo). Pero ni entrega un melodrama ni una cinta épica. También queda corta como cinta histórica. Así, personajes como Ignacio Zaragoza y Porfirio Díaz, aparecen brevemente, y de lo expuesto podemos deducir que el primero no era muy valiente (de su estrategia poco podremos decir, pues sólo lo vemos jugando con unas piezas de ajedrez) y el segundo era indómito. Irónicamente, se perfila mejor el líder del ejército enemigo, el malo Lorencez, que aparece más que los otros. Al final tampoco consigue erradicar la solemnidad que caracteriza al cine mexicano habitado por los héroes que nos dieron patria, ni podemos concluir que ganó el ejército mexicano, sino que perdió el francés, lo cual parece confirmar Zaragoza en el cierre de su lacónico reporte: “Las tropas francesas se portaron con valor en el combate y su jefe con torpeza”.

La emoción no aparece ni siguiendo a los dos mexicanos del pueblo ni a los militares, pues en ninguno de los dos casos hay material o una estrategia provechosa para la identificación. Y eso que Lara recicla el ABC del cine de acción con pretensiones realistas, con sus cortes frenéticos y una cámara en mano que padece la enfermedad de Parkinson y cuyos temblores se agudizan apenas se escucha una detonación. El resultado, así, va del fastidio por tanta temblorina a la indiferencia por todo lo demás.

Lara ofrece un apunte atendible cuando Juan aplasta con enjundia la cabeza de un enemigo (apenas aparece la posibilidad, hasta el cobarde exhibe su crueldad), pero sus personajes están pobremente perfilados. Uno podría rescatar el conocimiento de nexos históricos poco ventilados (o por lo menos el recordatorio de lo estudiado en primaria), el esbozo de un México dividido (tema que es vigente) o la derrota histórica de los desposeídos (por un lado pelean los indios y por otro guerreros de Argelia, entonces colonia francesa) sea cual sea el resultado de la guerra, pero estos asuntos son apenas esbozados. La cinta podría verse hasta como un promocional patriotero (eso sí, ofrece un larguísimo promocional de Jaramar), pero con todo y la arenga de Zaragoza al estilo de El patriota y la victoria final nomás no hay pretextos para que se inflame el pecho de fervor patrio. En conclusión: no se va más allá de la superficie, no se desarrolla ningún tema.

Cuatro largometrajes después (e igual número de paseos por los géneros), aún esperamos descubrir la voz de Rafael Lara, un discurso propio -un algo que decir-; cuatro largos después, aún esperamos su ópera prima.

Texto publicado en el suplemento Primera Fila del periódico Mural el 3 de mayo de 2013


Dinero

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Nos gusta suponer que hay cosas que no se pueden comprar. Tal vez así sea. Lo que no hay son cosas que no se puedan vender.

Lo sabe cualquiera que, al abrir la cartera, se haya encontrado con el vacío: el dinero existe de un modo más rotundo e innegable cuando falta. Y aunque las sociedades y los individuos parezcan impensables al margen de los flujos con que los circulantes impregnan prácticamente toda región de lo humano, hubo tiempos en los que la vida se hacía sin recurrir a esa suprema abstracción representativa. El dinero, originado como consecuencia de que se hayan vuelto inmanejables los excedentes de la producción, fue desde el principio un exceso de la imaginación al que ya nunca se pudo poner remedio. En buena medida vivimos para ese exceso.

Quizá para contrarrestar el hecho de que tener o no tener dinero es, si no el sentido de la existencia, sí una de sus condicionantes más ineludibles, nos gusta suponer que hay cosas que no se pueden comprar. Tal vez así sea. Lo que no hay son cosas que no se puedan vender.

Por algo el dinero es redondo: para que ruede.

 

¿Se puede vivir sin dinero?

¿Es más cara la ignorancia?

El apetito y el hambre

Nuevos circulantes: dinero que tienes, pero no ves

¿Cuánto vale un atardecer?

Nuevos circulantes: dinero que tienes, pero no ves

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Año tras año, Padre Emprendedor no sabía qué gadget regalarle a Hija Geek. Así que en la mayoría de sus cumpleaños le daba un sobre con billetes, y esto ponía fúrica a Madre Apretada, quien, con una mano en la cintura, aseveraba que la mejor inversión del mundo era la ropa. “Ve nomás esas garras”. Por el contrario, Padre Emprendedor recordaba cada prenda que le dieron en su niñez y la frustración que le generaba no tener juguetes. “Tú lo que necesitas es ropa, siempre la pierdes”. Y así empezó: con sus amiguitos intercambió sus chamarras por canicas de barro, luego por las de vidrio y, por último (y hasta la fecha), por las que se hacen a mano con incrustaciones de piedras preciosas. Dejó los juegos y todo se convirtió en negocios, pero le quedó el sentimiento de que pudo haber hecho más dinero si le hubieran regalado simplemente... dinero. “¡El combustible de los negocios es de color verde!”, apuntó su índice al horizonte, dibujando una gráfica financiera. Como cada año, Apretada le arrebató el sobre para intercambiar su contenido por un par de tarjetas de regalo de restaurantes de color rojo. A Hija Geek no le emocionaba la comida gringa, pero sabía que en internet viven los amantes de la #foodporn. Tecleó tres palabras en Google: “gift card marketplace” y pronto recuperó 92 por ciento de su cash en forma de bits.

 

Banca electrónica

Si todavía crees en el dinero de papel, enviar y recibir dinero por internet a través de un banco es muy sencillo: tan sólo necesitas proporcionar tus datos personales y los de la persona que recibirá el pago. Si esta persona vive en el mismo barrio y no es “mucho” el monto y su cuenta no está bloqueada y es día laboral y logras saltar la pared de fuegos alfanuméricos de dragones que “para tu protección” escupen códigos electrónicos, el dinero llegará al día siguiente. Bueno, no todo. Con gusto te cobrarán su arbitraria comisión. Y al carajo el cajero... Y el tipo de cambio...

 

Dinero para videojuegos

Los videojuegos de rol multijugador masivo en línea (mmorpg, por sus siglas en inglés) se caracterizan por permitir a miles de jugadores encontrarse en un universo alterno. Generalmente, el dinero virtual se gana cumpliendo misiones y sirve para comprar habilidades, armas especiales, ropa, propiedades, esposas... Vaya, como en la vida real, pero con dragones. Algunos de estos upgrades sólo se pueden adquirir con dinero real. Otros más se ganan exclusivamente con la experiencia que las misiones proporcionan. Es aquí donde surgen los negocios legales e ilegales de transacciones de cuentas de usuario. La mayoría de éstas tiene lugar en foros especializados. “¿No tienes tiempo de jugar? ¡Estamos aquí para asistirte! Servicio profesional para subir de nivel tu personaje. También vendemos oro virtual”. bestwowaccounts.com

 

Moneda sin banco central

Si todo lo haces por internet, ¿para qué quieres ver el dinero? Las bitcoins son monedas digitales que puedes enviar y recibir a través de internet. Son transferidas directamente de una persona a otra sin pasar por un banco u otro intermediario. Una de las ventajas que esto conlleva es que las comisiones son muy bajas. Tu cuenta no puede ser congelada y la puedes utilizar en cualquier país sin límites o prerrequisitos ni comisiones por recibir dinero. weusecoins.com

Magis donde quieras, cuando quieras

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En Magis estamos muy contentos. Después de muchos meses de trabajo, tenemos listo el nuevo diseño de nuestro sitio web. Si eres visitante frecuente, habrás notado los cambios. Si apenas nos conoces, llegaste en el mejor momento. Te proponemos una prueba: si nos lees desde una computadora de escritorio, reduce el ancho de la pantalla… O compara cómo se ve en un smartphone, en el iPad, en una laptop.

Desde hace tiempo nos preguntábamos cómo adaptar nuestro sitio a las nuevas necesidades de los lectores. Nos dimos cuenta que cerca del 10 por ciento de nuestras visitas ocurren desde un dispositivo móvil, ya sea un teléfono inteligente o una tablet, y que la tendencia va a la alza. Entonces vimos dos caminos: desarrollar aplicaciones para los dispositivos de los principales ecosistemas (Apple, Android, Nokia, Blackberry) o rediseñar nuestro sitio web para que tuviera la capacidad de adaptarse a cualquier dispositivo.

Después de revisar muchas opciones, apostamos por la segunda. El diseño responsivo nos permite llegar a todos los dispositivos de lectura, sistemas operativos y navegadores; garantiza una plataforma que pueda funcionar en los dispositivos que aún no salen al mercado y que compiten a un ritmo enloquecido. Nuestros desarrollos no están atados a las actualizaciones que imponen las compañías dominantes; y apostamos por las herramientas neutrales (como la World Wide Web) que han hecho de internet un espacio abierto de innovación que ha transformado el mundo.

Nuestro objetivo es simple y complejo a la vez: presentarte nuestros contenidos de la mejor manera sin importar dónde estés, si nos lees desde tu computadora de escritorio, una tablet o el móvil. No se trata de que te adaptes a nosotros, sino de que nosotros nos adaptemos a ti. Buscamos una plantilla que conservara la identidad gráfica de la revista, pero con una vista más fresca. Al ser diseño responsivo, la prioridad fue encontrar aplicaciones tipográficas que facilitaran la lectura y un marco que desplegara las imágenes de la mejor manera posible, con especial énfasis en las fotogalerías. La estructura del sitio aún conserva la organización por secciones, de acuerdo a nuestra edición impresa, pero hemos desarrollado un sistema de 30 etiquetas temáticas para que puedas navegar según tus intereses —economía, medio ambiente, diseño, entre otras—. Otra vez: no se trata de que te adaptes a nosotros, sino que nos adaptemos a tus intereses. (Esto no descarta la posibilidad de que, de pronto, puedas encontrar algo que no sabías que estabas buscando...)

Todo cambio trae consigo nuevos retos. El nuestro, por lo pronto, es ir afinando las funciones del nuevo sitio para que tengas una mejor experiencia. El sitio no es un producto terminado, sino un proceso de comunicación en constante construcción. Y por eso necesitamos tu ayuda: si durante tu visita encuentras algún fallo, escríbenos a magis@iteso.mx, déjanos un comentario en el sitio o usa nuestras redes sociales @magisrevista en Twitter, Revista Magis en Facebook. Lo resolveremos lo más pronto que podamos.

Esperemos que disfrutes esta nueva versión de Magis tanto como nosotros disfrutamos preparándola.

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Montluc: la prisión nazi que se convirtió en memorial

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“Mi madre salió del interrogatorio con lágrimas en los ojos y me susurró al oído: ‘Han matado a tu abuelo’. Nunca supimos lo que realmente pasó, no sabemos lo que hicieron de su cuerpo. Por la noche, a mi mamá y a mí nos trasladaron a la Prisión de Montluc, donde pasamos nuestra primera noche juntos en una celda, con otros siete u ocho presos. Al día siguiente fui trasladado a la cabaña de los judíos, situada en el patio de la cárcel”. Esta es parte de la historia de Claude Bloch, ex prisionero en la ciudad de Lyon, Francia. La policía alemana nazi lo arrestó el 29 de junio de 1944, cuando él tenía 16 años, y la misma suerte corrieron su madre y su abuelo materno, que tenía 70 años.

En pleno desarrollo de la II Guerra Mundial, cuando el ejército alemán se extendía por el sur del territorio francés con Adolfo Hitler al mando, los agentes de la Policía Secreta del Estado (conocida como Gestapo por la contracción en alemán de Geheime Staatspolizei), llegaron a  Lyon en noviembre de 1942. Desde entonces tenían en la mira tomar la Prisión de Montluc. En febrero de 1943 comenzaron a encarcelar a judíos, polacos y alemanes que habían huido de sus países y se habían refugiado en Francia, así como a franceses integrantes del movimiento La Resistencia, que se oponían a la ocupación nazi y al gobierno autoritario de Philippe Pétain, conocido como el régimen de Vichy. Lo llamaron así porque operaba desde la ciudad de Vichy, situada en el departamento de Allier, en el centro de Francia.

A las cinco de la mañana un soldado alemán despertaba a los internos de la cabaña para judíos. Desde la entrada gritaba los nombres de todos en orden alfabético para verificar su estado: vivo, muerto o enfermo. Cuando se escuchaban nombres seguidos de las palabras “sin equipaje”, significaba que esos individuos serían ejecutados, recuerda Claude. El 20 de julio, su nombre y apellido fueron pronunciados. Luego de escuchar “con equipaje”, supo que sería trasladado a otro sitio.

Aquél día, en el patio de la prisión, Claude Bloch vio a su madre. Junto con otros, fue transportado en auto cinco kilómetros hasta la estación de trenes de Perrache, donde un tren con vagones de tercera clase los esperaba. Dos días después llegaron al campo de Drancy. El 31 de julio partieron nuevamente a un destino desconocido. Durante tres días fueron transportados en vagones para ganado, sin comida y sin agua. En el convoy iban exclusivamente judíos (hombres, mujeres y niños) dice Bloch. “Llegamos al campo de concentración de Auschwitz. Al descender del vagón, fui golpeado brutalmente y separado de mi mamá. Jamás la volví a ver”. Luego de pasar un año privado de su libertad volvió a Lyon en julio de 1945.

Hasta el 24 de agosto de 1944 el reclusorio Montluc fue sobrepoblado con aproximadamente 10 mil personas, entre ellas 2,500 judíos. Se calcula que casi tres mil fueron deportadas a campos de concentración, de trabajo o de exterminio, según ha documentado el Centro de Historia de la Resistencia y la Deportación. Murieron siete mil presos, según una placa colocada en la entrada de la prisión.

El inmueble dejó de funcionar como prisión en 2009 por su estado decrépito. Los hombres y mujeres que hasta entonces cumplían alguna condena fueron trasladados a otros centros penitenciarios cercanos a Lyon, en las localidades de Roanne y Saint-Étienne.

 

La prisión por dentro

Las puertas de las celdas están abiertas, tal vez para que los recuerdos no se escapen de las mentes de los franceses y se dispersen en la memoria colectiva. Las víctimas que aún viven, y los familiares de los ya fallecidos, quieren que se conserve el inmueble para que no se olviden las violaciones que ocurrieron ahí adentro. Algunos temen que sus esfuerzos se derrumben: los terrenos que forman parte de los patios de la prisión están en venta, a pesar de que la construcción es considerada monumento histórico de Francia. Hasta ahora, después de cuatro años de que el inmueble dejó de funcionar como prisión, ningún empresario se ha atrevido remover los recuerdos de los sobrevivientes.

La gente acude con agrado y curiosidad para a revivir lo que leyeron en un libro, lo que alguna vez les platicaron sus padres o abuelos, lo que han visto en una película o un documental. Ponen imágenes a los recuerdos que escucharon sobre uno de los episodios más dolorosos para el pueblo francés, imborrable de sus mentes, calles, escuelas, bibliotecas y monumentos.

La fachada, de seis metros de altura, está llena cicatrices en la parte más alta. Se aprecian los impactos de bala de los rifles, que apuntaban a quienes intentaban escapar. Todavía es posible leer, arriba del portón principal por donde ingresaban o trasladaban a los presos, un letrero que reza “Prisión Militar” con letras mayúsculas. En las columnas de los costados descansan las banderas de la República Francesa y de la Unión Europea. A la izquierda, sobre la pared, se puede leer en una placa de mármol: “Aquí sufrieron bajo la ocupación alemana diez mil internos víctimas de los nazis y de sus cómplices. 7 mil sucumbidos. La insurrección popular liberó 950 sobrevivientes el 24 de agosto de 1944”.

A diferencia de otras cárceles, aquí no hay una larga fila, revisión de objetos ni escaneo corporal. Nadie lleva bolsas llenas de comida para compartir con sus familiares, ni cartas que esperan ser leídas en soledad. El primer espacio que los visitantes pisan dentro de la prisión es una recepción donde hay un libro en el que deben escribir su edad y el código postal del lugar donde habitan en Francia, o el país del que provienen. Después de que un guía da una breve introducción de la historia de la prisión, algunos hacen el recorrido de manera individual, otros optan por una visita guiada en grupo.

Carta de uno de los prisioneros de Montluc durante la II Guerra Mundial

“Yo he elegido las más bella muerte que un francés pueda escoger”, lee con atención un hombre, de unos 70 años, junto a su nieto adolescente en el patio principal. Se trata del título que han puesto a la carta escrita por el resistente Henri Thomas antes de su muerte. En ésta le dice a su madre que acaba de enterarse que será fusilado, que el Tribunal militar alemán lo condenó a la pena de muerte el 21 de enero de 1944.  “Soy valiente y fuerte, sueño morir por la patria. Ve a ver a mi pequeña Sylviane, estos son mis últimos deseos, dile que la quiero mucho, tanto que no puedo expresarlo. Muéstrale esta carta para hacerle ver que estuve pensando en ella hasta mi última hora. Su imagen me seguirá hasta la tumba. También dile a mi hermana, a mi cuñado y a mi suegro que les quiero mucho, y que delante del pelotón de fusilamiento, mi pensamiento entero será para todos ustedes”, escribió Henri el 4 de enero de 1944 desde su celda en Montluc.

“Mis últimas voluntades son que vivas tu dolor, tan fuerte como sea, tanto como el de mi pequeña Sylvaine. Ustedes son las únicas dos personas que he llorado en el fondo de mi celda. Las quiero tanto que lloro al escribir mi carta, pero he elegido la muerte más bella que un francés puede elegir. Coraje, mamá, este era mi destino. Me voy, mi querida mamá, dándote millones de besos, y recordándote. ¡Viva Francia!”. Henri Thomas nació en 1928 y murió fusilado en febrero de 1944.

Junto a ésta se exhiben otras ocho cartas. Los textos fueron escritos antes de que sus autores fueran fusilados o trasladados a los campos de concentración o exterminio en Polonia.

En el área de celdas, las ventanas permanecen con barrotes exteriores e interiores, algunos de ellos oxidados. En el patio trasero de Montluc, de la cabaña donde encerraban a los judíos detenidos sólo queda un rectángulo de cuatro por doce metros y relleno de piedras. Este espacio estuvieron hasta 2 mil 500 judíos internados en una sola noche, entre ellos un grupo de 42 niños. Eran de origen alemán, polaco, austriaco y belga que se habían refugiado en Francia  junto con sus padres.

Conocidos como los Infantes de Izieu, en junio de 1944 fueron traslados, por órdenes del general Klaus Barbie, a los campos de concentración de Drancy y Auschwitz (Polonia), donde murieron. Barbie, apodado “El carnicero de Lyon” y que estuvo a cargo de la represión contra La Resistencia y los judíos, regresó a la Prisión Montluc en 1983. El tribunal militar de Lyon lo había condenado a muerte dos veces, en 1952 y 1954, por cometer crímenes de guerra, pero la sentencia no se cumplió porque huyó de Francia. Había permanecido en Bolivia con un nombre falso hasta que lo identificaron, en 1971. Doce años después lo encarcelaron en las mismas celdas donde 40 años atrás habían sufrido sus víctimas. “Desde antenoche, la prensa occidental, antiguos deportados o resistentes y sus familiares, y franceses, mayores y chicos, de toda la región lyonesa, acuden a los alrededores de Montluc, la cárcel en la que Barbie torturó a millares de resistentes y en la que ya ha pasado dos noches”, relataba el periódico El País en su edición del 7 de febrero de 1983. Klaus se convirtió en el primer juzgado en Francia por cometer crímenes contra la humanidad. En julio de 1987 fue condenado a cadena perpetua por el Tribunal de Rhone tras hallarlo culpable del arresto, tortura y deportación de 59 víctimas, entre judíos y resistentes, y de comandar redadas, como la de los niños de la colonia de Izieu.

    En este sitio se encontraba el pabellon destinado a los judíos en la prisión de Montluc, en Francia.

Antes de llegar al área de celdas, los visitantes pasan por una sala que fue el comedor de la prisión. Ahí se exhiben tablones de gran formato en los que se presenta la historia de la prisión entre 1921 y 2009. La información se centra en los años de la represión alemana, entre noviembre de 1942 y agosto de 1944.

Durante la guerra el comedor se transformó en una gran celda. La prisión estaba saturada, sin espacio donde acostarse para dormir. Lo hacían por turnos. Bichos invadían todos los rincones. En verano el calor era sofocante, y en invierno el frío era intolerable. Las enfermedades debilitaban aún más a quienes habían sido torturados. 

26 casillas en la primera planta y 31 en el segundo nivel integran el área de celdas. Sólo 35 se pueden visitar. Al interior, sobre el muro izquierdo, reposa una fotografía y una breve biografía de los prisioneros: seis están colocadas en el lugar exacto donde el personaje fue recluido.  

Desde una de éstas, Alexandre Piquet escribió un mensaje a sus padres la mañana del 22 de abril de 1944, después de enterarse que lo habían condenado a ser ejecutado. “Querida mamá, sé el dolor que va a causarte mi muerte, pero ese mismo dolor te hará levantarte, porque todavía tienes a Lèontine, a mi pequeña hermana y a Gérard, que más tarde me remplazará un poco en tu corazón (…) En cuanto a ti, querido papá puedes continuar tu vida siendo feliz. Esto es especialmente para ustedes dos, porque les voy a causar un gran vacío en su pequeña casa (…) querido hermano, procura acompañar a mamá, eso la consolará un poquito. Lleva la vida mejor que yo, debes saber bien cómo llevarla para ser feliz”.

André Laroche estuvo en una de esas celdas durante tres semanas. Recuerda tranquilamente cómo la Gestapo lo detuvo en 1943, cuando tenía 19 años, mientras trabajaba una mañana. Tres hombres descendieron de un auto, entraron a su taller y preguntaron por el dueño. En el lugar estaban otros trabajadores y su hermano menor. Laroche vio a los hombres e intuyó que algo no estaba bien. Antes de que avanzaran más al fondo del taller, se adelantó para impedirles el paso. Se presentó con un nombre falso como el encargado del taller y no como el dueño. Cuando le preguntaron quién era el otro hombre que estaba ahí, André negó que fuera su hermano y así lo salvó de ser interrogado por la Gestapo. “Un hombre de apellido Gailloud me pidió enérgicamente que le explicara qué hacía en La Resistencia. Le respondí que yo tenía suficiente con mi trabajo, que no me ocupaba de otras cosas, que mi trabajo y mis estudios me mantenían ocupado”. Los hombres se fueron pero una hora después regresaron al taller de Laroche, lo tomaron por la fuerza y lo llevaron en un auto a la sede de la policía alemana en Lyon. “Los compañeros del taller me miraron partir con el miedo en el estómago”.

En la comisaría lo interrogaron pero se negó hablar. Larroche fue encerrado en un sótano abovedado, “de reputación siniestra”. Recuerda que adentro vio a una mujer llorando, a otra de rodillas en el suelo, con el rostro desfigurado, a un anciano con un vendaje en el rostro, ensangrentado. Un hombre de unos cuarenta años se sorprendió al verlo. Le preguntó que si siendo tan joven formaba parte de la Resistencia. Le previno que sería interrogado otra vez, que debía inventar una historia para negar su relación con el movimiento, o de lo contrario sería torturado y su vida estaría en peligro.

Después lo llevaron a la Prisión Montluc. Le tocó compartir con otros la celda 81, sin agua y sin luz. Era la que, anteriormente, ocupaban los condenados a muerte. Él, junto con otros cinco, se acostaba en una manta sucia sobre el suelo. Luchaban contra los numerosos insectos que los rodeaban. No tenían libros ni periódicos. Antes de dormir cada uno contaba una historia, verdadera o falsa. “Nos acostábamos apretados los unos contra los otros para no sentir tanto el frío. En la mañana esperábamos con impaciencia la sopa de la mañana”. Larroche fue resistente del Movimiento Combate. Siempre protegió  a su hermano, temía que lo involucraran y le hicieran daño. Asegura que en Montluc también estuvieron sin libertad personas que la Gestapo acusaba de participar en La Resistencia, sin que esto fuera verdad.

La lucha de La Resistencia francesa consistió en acciones de información, sabotaje y operaciones militares contra las tropas nazistas. Se declaraban un movimiento no violento y de resistencia civil. Se encargaron de crear publicaciones clandestinas para difundir información que los periódicos de la época no publicaban porque habían comprometido su línea editorial o por temor a represalias. También se dedicaron a difundir folletos, producir documentación falsa, y a organizar huelgas y manifestaciones, entre otras acciones.

André perdió su libertad y a su familia durante dos años. Luego de estar en Montluc fue montado en un tren con destino a Compiegne (Francia), un campo donde la escuadra Schutzstaffel (SS) reunía a los jóvenes que se oponían al régimen nazi. Algunos eran condenados a muerte y fusilados en ese centro. Más tarde lo trasladaron al campo de concentración de Buchenwald (Weimar, Alemania), destinado en su mayoría a los integrantes del Partido Comunista y a alemanes en contra de Hitler. Después lo llevaron al campo de concentración de Mittelbau-Dora (Alemania), donde en un túnel debajo de una colina fue obligado a fabricar los misiles V1 y V2, con los que Inglaterra fue bombardeada desde Francia y Bélgica, relata Laroche. Cuando los rusos se enteraron de este centro, los alemanes le ordenaron abandonar el sitio. “Fuimos evacuados de los campos. Caminamos la marcha de la muerte. Anduve unos 300 kilómetros durante diez días sin beber y sin comer, con mucho frío. Íbamos tomados del brazo. El 75 por ciento de los hombres murieron en la ruta”. André llegó a un campo de batalla nazi donde permaneció hasta que las tropas rusas lo liberaron junto a otros cientos. El hombre, de 1.75 metros y 21 años, pesaba 38 kilos cuando fue rescatado. “No nos daban de comer, no pensaba en lo que podría comer si estuviera en mi casa. Me mentalizaba y comía lo poco que nos daban”, recuerda con resignación.

Durante la II Guerra Mundial el gobierno francés de Vichy colaboraba con las tropas de Hitler. La vida en Lyon no era tranquila. Los Resistentes se reunían discretamente. “No se podía vivir de manera normal. Por las calles andaba la milicia. Vigilaban a la gente. Había toque de queda y racionamiento de los alimentos. Yo no tenía miedo, estaba consciente de la situación”, afirma con entereza Laroche. Dice que en los campos de concentración había que ser muy fuertes psicológicamente y mantenerse en grupo: el que se aislaba y era débil emocionalmente, sufría los abusos de los nazis.

En esa época la población en general no sabía lo que pasaba en Alemania o en Polonia, “algunos ni siquiera tenían idea de lo que sucedía en Francia”, dice André. Con el paso de los años, la gente fue descubriendo la información que se ocultaba sobre los campos de concentración y sobre el paradero de muchos resistentes que fueron desaparecidos.

La gente buscaba a sus familiares, que habían sido arrestados por los alemanes. El gobierno francés recibía las denuncias por familiares desaparecidos. La gente reportaba la demora en el regreso de sus seres queridos después de terminada la guerra. “El gobierno realmente no ayudó mucho a los Resistentes cuando llegaron de los campos nazis. Pocas personas estaban agradecidas con nosotros por haber defendido nuestro territorio. Éramos tantos los que volvíamos que yo creo que no podían ayudarnos a todos”.  Lamenta que hasta después de 55 años de la ocupación, este inmueble se destinara a mantener vivos los recuerdos de las víctimas presas del régimen de Hitler.

André Laroche es uno de los pocos personajes que estuvieron presos en Montluc que siguen con vida y habitan en Lyon. La mayoría está por encima de los 85 años de edad y se mudaron a otras ciudades de Francia, “fatigados, sin ganas y sin fuerzas para volver a contar su historia”, explica Bruno Parmezel, presidente de la Asociación de Sobrevivientes de Montluc (Association des Rescapés de Montluc, ARM), formada en octubre de 1944, un mes después de que los agentes de la Gestapo abandonaron la cárcel y cientos de personas recuperaran su libertad.

Para Parmezel, no basta con construir memoriales y visitarlos para recordar las historias de los presos, sino que además es necesario que se documenten por escrito, ya sea a través de reflexiones personales o investigaciones publicadas en libros, o por medio de la literatura. A Parmezel no le gusta hablar de la historia de su familia porque, dice, es muy difícil recordarla. Pero la revive cada vez que escucha la de otros. Es autor de una decena de libros sobre la Prisión Montluc durante el régimen nazi. Documentó y publicó en un libro —Résistants à Lyon, Villeurbanne et aux alentours: 2824 engagements— la semblanza de más de dos mil 800 resistentes.  Dice que escribirlas y platicarlas es como un lubricante que ayuda a la mente y al corazón a seguir funcionando, a sanar aquellos engranes que se resisten a dar vuelta para continuar registrando experiencias.

Prefiere hablar de gente con pequeñas historias, como la de quienes llevaban la mensajería, y no tanto de los que tenían grandes responsabilidades. Denise Domenach podría entrar en esta categoría. Se unió al grupo de estudiantes de La Resistencia de Lyon cuando tenía 16 años. Con el sobrenombre de Loreley, entregaba los mensajes y las publicaciones clandestinas, y hacía junto con otros documentos de identidad falsos para que judíos y estudiantes pudieran huir de las tropas alemanas. “Como yo había aprendido caligrafía, yo imitaba las firmas”, comentó Denise para “39-45 Témoignages”, una publicación especial del periódico local de la región Le Progrès, con la que conmemoró el 70 aniversario de haberse negado a colaborar para el régimen de la Alemania nazi en noviembre de 1942.

Parmezel afirma que este interés no está basado en rendir honor a sus propios familiares, sino a todos los que sufrieron durante la guerra. “Prefiero dejar mi ego a un lado y ser solamente un representante de los demás desde la ARM”. Añade que la guerra es una gran historia de historias individuales. Apunta que cuando hablamos de guerra no solamente debemos referirnos a las víctimas como un grupo desfigurado, sino como un colectivo de sujetos con rostro. “Cuando leemos y vemos la cara de un hombre, de una mujer o de un niño triste nos emocionamos. La historia está llena de experiencias muy duras que nos producen un efecto, que nos emocionan. Sin rostro nos parece más ajeno a nuestras vidas lo que leemos”. Desde hace 68 años la ARM no ha parado de trabajar para preservar la memoria de las víctimas. Para marzo de 1950 ya había publicado 50 boletines donde se daban a conocer las experiencias de quienes pasaron noches incomunicados.

 

Necesaria la voluntad de los gobernantes

Para lograr que se creara un memorial destinado a la preservación de los hechos ocurridos en la prisión, los sobrevivientes de Montluc se organizaron y escribieron al ministro de Justicia, al alcalde de Lyon y al prefecto de la región Rhône-Alpes. Además se formó una comisión integrada por víctimas, arquitectos, autoridades y “personalidades conocidas y estimadas por la población” para imaginar cómo el memorial debería de presentarse al público, expresa Colette Grivaud, hija de un francés que a los 17 años se unió a La Resistencia en 1941, fue internado en Montluc en 1943 y después deportado al campo de concentración de Sachsenhausen (Alemania).

“Fue muy difícil convencer al Ministerio de la Defensa para que la Prisión no fuera demolida. Tuvimos que persuadir a las autoridades municipales para que exigieran a muchas instancias del gobierno nacional que la prisión se transformara en un memorial. Fue necesaria la voluntad de los gobernantes para que la prisión se convirtiera en un lugar para nunca olvidar las violaciones humanas ocurridas ahí y para que se reconociera ese daño que jamás se borrará de nuestras mentes”, señala Colette.

Subraya que los medios de comunicación hayan dado cobertura al tema, pues considera que sin las publicaciones en radio, televisión y prensa hubiera sido más complicado colocar la discusión en la opinión pública. “Fueron un bloque de presión importante. Explicaron por qué era necesario conservar el lugar a pesar de los intereses privados que estaban de por medio, con miras para construir una zona habitacional”.

Desde las Jornadas Europeas del Patrimonio en 2010, la Prisión de Montluc forma parte de la red de memoriales dedicados a los resistentes, compuesta por el Centro de historia de la resistencia y de la deportación de Lyon (inmueble donde antiguamente la Gestapo interrogaba a los resistentes detenidos, actualmente un museo renovado); la casa, ahora museo, de Jean Moulin, jefe del consejo nacional de La Resistencia, internado en Montluc y torturado por los nazis; el Museo de arte e historia del judaísmo; el Museo de la resistencia nacional; la Casa de Izieu, memorial en nombre de niños judíos exterminados en Francia, entre otros.

El gobierno de Francia, la Dirección de Relaciones Culturales de la Región Rhône-Alpes, la Oficina Nacional de Ancianos Combatientes y Víctimas de la Guerra (Onacvg) y los gobiernos del Departamento de Rhône y de la ciudad de Lyon, fueron las instancias que apoyaron el impulso y la insistencia de la Asociación de Sobrevivientes de Montluc para que se creara este memorial, considerado Patrimonio de la Nación. Actualmente el Ministerio de la Defensa de la República Francesa y  la Onacvg se encargan del mantenimiento y la valorización del inmueble.

66 años después de haber sido ocupada por la policía alemana nazi, la Prisión de Montluc es un memorial para preservar el recuerdo de las víctimas y dignificarlas. Desde septiembre de 2010 mantiene abiertas sus celdas para ser visitadas. Actualmente funciona como un museo con recorridos guiados para el público en general durante las tardes. Por las mañanas brinda actividades educativas a niños y jóvenes para profundizar el conocimiento sobre el contexto de la II Guerra Mundial, y la represión a los combatientes franceses, y así mantener viva le memoria de los reprimidos en el conflicto bélico.

 

Con la colaboración de Pierre Melk en la traducción

 

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Tejer nuevas redes para la educación

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En los tiempos que corren, una de las cosas de las que más se hablan es sobre la democratización y de los esquemas horizontales. Sin embargo, la educación no se está sumando a esta dinámica. Según la visión de Diego Leal, especialista en el tema de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), estamos en un mundo de redes en el que convergen tres tipos diferentes: centralizadas, descentralizadas y distribuidas. Y la educación se está quedando en las centralizadas. Para ello basta ver los modelos de enseñanza en la escuela básica, con un profesor al frente que expone los temas, o en las universidades a mayor escala.

“Desde el punto de vista educativo, lo que yo observo es que estas redes centralizadas son muy visibles y nos hemos acostumbrado a ellas […] Pienso que las redes centralizadas parten desde una lógica de escasez”, explicó Diego Leal, quien fue el encargado de la conferencia inaugural de Ágora ITESO, un espacio creado para que los académicos de la Universidad dialoguen y reflexionen en torno al aprendizaje en red.

Leal añadió que la centralización se debe a la poca disponibilidad de recursos: pocos profesores para educar a toda una nación, espacio físico limitado, altos costos de los materiales  –por ejemplo de los libros– y alta estructuración (jerarquía). Pero hay un extremo diferente: la abundancia. A decir del ponente, ésta llega con el uso de las “redes distribuidas”, donde  no hay un único nodo protagonista, los límites son difusos y es resistente a fallos.

Es en esta noción de las redes distribuidas que surge Internet y todos sus protocolos de comunicación, explicó: “Internet nos confronta de manera directa con otra forma de organización […] y nos genera una noción diferente del espacio”.

De la escasez a la abundancia de información

Así como ha surgido el debate en torno a los límites para compartir y reproducir de forma gratuita los libros online, la música o las películas, en la educación, a decir de Leal,  se trata de llevar lo que vemos en el “mundo real”, lo que hemos conocido durante mucho tiempo, al entorno virtual. 

“Lo que hacemos es que el entorno que es abundante le ponemos por encima una capa de escasez y a veces se refleja en el uso que hacemos de ciertas plataformas tecnológicas, como Blackboard, Moodle, Sakai. Están diseñados alrededor de la lógica del salón de clases […] El punto es que nos estamos llevando los límites de un lado al otro”.

El especialista consideró que el gran desafío es reconocer la condiciones de cada uno de estos extremos y aprovecharlo: “No se trata definitivamente de decir que tenemos que acabar con cualquier actividad centralizada, que nunca más nadie más va a hablarle a un auditorio. No es eso, en realidad es ver cuándo tiene sentido que alguien le hable a un auditorio, ver un video o leer un libro, para aprovechar esa clase de información que ahora tenemos”.

Los experimentos que intentan esta transición hacia el entorno de “redes distribuidas”, al de la abundancia, en la educación ya existen. En algunos se ofrecen cursos, materias, materiales e incluso carreras abiertas y gratuitas, con lo que se buscar contrarrestar los “límites” como la falta de profesores o el poco espacio físico. Ahí está Open Course, del MIT, la Open Learning Iniciative, de Carnegie Mellon University, la Universidad de las Personas,  la Peer 2 Peer University o los famosos MOOC (Masive Online Open Courses) de iniciativas como Udacity, Coursea o Edx. 

“El asunto es que en cualquier caso muchas de estas iniciativas todavía se parecen a una red centralizada. ¿En qué sentido? Si usted no va a la plataforma de Coursera, no puede tomar el curso; los video de Khan Academy están disponibles en una sola plataforma; si la plataforma de P2PU desaparece, la información también. Digamos que son sistemas que todavía son vulnerables”.

Por ello, considera que se debe de hacer uso de las herramientas que son parte de ecosistema actual de información, como Facebook, Twitter, Google, Diigo, YouTube, Blogger, Posterous, entre otras. En este sentido también han habido experimentos, como lo que hicieron los canadienses George Siemens y Stephen Downs en 2008, quienes crearon el curso Conectivismo y Conocimiento Colectivo, donde no había “maestros”, sino la posibilidad de construir redes y aprender de ellas. El mismo Leal lo ha hecho con el proyecto TRAL.

Leal indicó que en una red distribuida, los “nodos” tienen un papel igualmente importante: “Eso implica, por ejemplo, que pensemos en el contenido que generan nuestros estudiantes son igualmente importante al que nosotros como docentes generamos […] Así, en términos de información y de construcción de conocimiento, cobra más sentido el moverse a una red distribuida”.

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De la maquila a la investigación en ingeniería

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 Ernesto Rayas, coordinador del Doctorado en Ciencias de la Ingeniería 

 

Durante las décadas de los años 70 y 80, cuando las grandes empresas como Hewlett Packard o IBM se instalaron en Jalisco  –atrayendo a muchas otras–, la industria electrónica del estado se dedicaba más bien a la manufactura, a realizar actividades de ensamblaje simple o al trabajo de planeación de producción, lo que exigía baja capacitación laboral. Hoy, las corporaciones realizan procesos con mayor complejidad tecnológica, así como actividades de diseño e investigación que exigen mayor calificación profesional, además de que de ellas se han desprendido otras más, las llamadas spin off, lo que diversifica y dinamiza el escenario.

Siguiendo esta evolución, el ITESO se adentra en la formación de ingenieros investigadores que desarrollen proyectos con la industria y que no sólo contribuyan a incrementar la capacidad científica-tecnológica, sino que favorezcan la generación de riqueza y de oportunidades, así como de la sostenibilidad de la región. Con este objetivo es que en agosto próximo arranca el nuevo Doctorado en Ciencias de la Ingeniería, que tendrá una fuerte vinculación la con industria y estará enfocado a formar investigadores “sensibles” a las necesidades de la región convirtiéndose en una oferta única, considera su coordinador Ernesto Rayas, quien es doctor en Ingeniería Eléctrica por la Universidad McMaster, en Canadá, y miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI).

“Creo que el mayor impacto será en la medida en que nos vinculemos con la industria, en la que nuestros egresados trabajen para ella y que se fomente más la investigación. Esto ayuda a generar más empleos, a hacer un trabajo de ingeniería con mayor valor agregado y que las empresas puedan competir por la calidad de sus productos desde el punto de vista la vanguardia tecnológica, más que por el bajo costo de la mano de obra o la producción”, expresa Rayas.

La línea de investigación con la que arranca el Doctorado, añade, se centra en el diseño de dispositivos, circuitos y sistemas electrónicos, con cuatro campos de concentración: CAD para alta frecuencia, telecomunicaciones, circuitos integrados y sistemas digitales y embebidos. La intención es abrir en alrededor de dos años una segunda línea de investigación, en software de alto desempeño.

En opinión de Rayas, uno de los principales diferenciadores del doctorado con otros programas similares es el enfoque: “Nuestra investigación va a ser mucho más sensible a las necesidades que hay en la región, de las compañías, y no tanto al enfoque académico”. Y añade: “La mayoría de los doctorados en ingeniería que hay en la región tienen un enfoque muy academicista […] y además están bajo esquemas de trabajo con mucho más subsidio. Nosotros no. Sí vamos a tener apoyo del gobierno pero como ha sido hasta ahora: nos vamos a sostener de lo que logremos captar de los servicios que damos no sólo en materia de formación,  sino en la colaboración con las mismas compañías”.

Desde hace diez años, el ITESO ya colabora en proyectos con empresas como Intel, HP, Nokia, Freescale y Continental, lo que, a decir de Rayas, abonará al posgrado y estos a su vez podrán crecer. Por si fuera poco, a lo anterior se agregan las instancias de apoyo con las que cuenta el ITESO, como el Programa para la Gestión de la Innovación y la Tecnología (Proginnt) con el que, dijo, estará vinculado para aprovechar los servicios que ofrece en materia de propiedad intelectual y en la creación de empresas de base tecnológica.

En otros países del mundo, como Estados Unidos o Alemania, las tesis doctorales se convierte luego en empresas existosas, como sucedió con Sonnet, fundado por James Rautio, egresado de doctorado en la Universidad de Syracuse, Nueva York, o la empresa CST GmbH, fundada por Peter Thoma, cuyo trabajo de tesis doctoral dio lugar al núcleo del principal simulador que comercializa CST.  Eso es justo lo que se pretende también de este doctorado. “La idea es que el estudiante que tenga alguna inclinación por darle valor económico a su investigación, aunque no tenga formación en administración de empresas o muy desarrollado el brazo emprendedor, encuentre un medio que lo proteja y ayude”, indicó.

Rayas considera que otro punto a destacar es que los estudiantes del doctorado podrán sumarse a la vida del campus y desarrollar otros aspectos de su formación, lo que no sucede en otros centros de estudio. Actualmente el ITESO tiene 22 profesores con doctorado activos en investigación en ingeniería, de los cuales once están enfocados al diseño electrónico. Además de ellos, el posgrado tendrá como profesores a doctores de diversas compañías de la región.

Para saber más del Doctorado en Ciencias de la Ingeniería, da clic en este enlace.

La nueva biblioteca de Alejandría

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El pasado 18 de abril se lanzó la versión de prueba de la biblioteca más ambiciosa y prometedora en los últimos tiempos: The Digital Public Library of America (DPLA), el equivalente digital de la impresionante Biblioteca del Congreso en Estados Unidos, el más importante acervo de libros impresos en el mundo.

Con motivo de este lanzamiento, Robert Darnton, profesor y bibliotecario en la Universidad de Harvard y uno de los principales promotores de la DPLA, escribió un texto para The New York Review of Books que fue publicado en la edición impresa del 25 de abril. Los imaginarios lectores de El cierzo pueden consultar el texto completo en el sitio web  de la revista.

Aunque la idea de una biblioteca digital viene desde los años noventa, el proyecto de la DPLA empezó en Harvard hace poco menos de tres años (el 1 de octubre de 2010). Después de una conferencia sobre el futuro de las bibliotecas, un pequeño grupo de 40 promotores fueron convocados por el propio Darnton con una idea central: “Hacer disponible para todos los ciudadanos, en forma gratuita, todo el volumen existente de literatura mundial en bibliotecas, archivos y fundaciones en todo Estados Unidos”. En un principio los 40 voluntarios se organizaron en seis grupos temáticos para planear la biblioteca: gobierno, finanzas, infraestructura tecnológica, derechos de copyright, colecciones y públicos. Conforme fueron avanzando se formalizó más el proyecto, consiguieron fondos y contrataron personal especializado.  

La DPLA se anuncia en su página web: “Somos mucho más que los empleados, directivos y participantes en los comités. Somos una comunidad abierta y colaborativa en búsqueda permanente de insumos y contactos de cualquier interesado en nuestro trabajo”.  Su misión está formulada como “una red abierta y accesible de los recursos en línea que conforman la herencia cultural viva de esta nación proveniente de bibliotecas, universidades, archivos, museos y fundaciones con la intención de educar, formar y empoderar a cualquiera en ésta y las siguientes generaciones”.

Esa misión, ¿no suena similar a lo que está haciendo Google Books?, se pregunta el mismo Darmton y responde: es plausible, el esfuerzo que está haciendo Google para digitalizar todos libros del mundo —y que a la fecha suman 30 millones—, pero esta iniciativa ha tenido muchos obstáculos con las editoriales dueñas de los derechos de autor, al grado que se modificó su intención original y las editoriales se hicieron socias del proyecto, con lo que se convirtió en una especie de librería gigante. Para decirlo más claro, Darnton afirma: “Para muchos de nosotros, Google Books Search se parece más a un nuevo monopolio para el acceso al conocimiento”. Está claro que los promotores de la DPLA buscan distanciarse de cualquier intención lucrativa en el presente y futuro. Por ahora se están financiando con donaciones de grandes fundaciones y tienen la charola puesta (funding) para recibir apoyos económicos.

El sitio de la Biblioteca aún está en fase de prueba, pero ya se puede consultar en la dirección http://dp.la/  Las búsquedas pueden ser de manera convencional  por palabras, pero también puede ser por fechas (tienen una línea del tiempo), lugares (un mapa interactivo) y exhibiciones temporales. Una de las novedades de este proyecto es una sección de Apps para dispositivos digitales como computadoras, tabletas y teléfonos mediante The Application Programming Interface (API), un programa de acceso libre para que pueda ser usado y compartido —también gratuitamente— por desarrolladores de software, educadores e investigadores. De esta forma, tienen previsto estar al día en cuanto a los avances tecnológicos.

La principal objeción que le pongo al proyecto era predecible y, en cierta forma, inevitable: está muy centrado en los intereses y aficiones de los estadunidenses ilustrados y nos puede quedar un tanto lejos a los demás. No obstante, la DPLA es un proyecto que hay que conocer y usar. En estos días tienen una interesante exhibición de fotos y textos sobre la época prohibición del alcohol en Estados Unidos (1920-1933) con motivo de que el próximo diciembre se cumplen 80 años de que terminó la prohibición. Ojalá esto haga reflexionar a los estadunidenses para que terminen con otras prohibiciones actuales igual de absurdas. 

 

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Bienvenida la Generación 2013 a la comunidad de egresados del ITESO

Apuntes sobre los alcances de la mirada y los límites del oído

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Vi Batman: el caballero de la noche (The Dark Knight, 2008) de Christopher Nolan por primera vez en la première que se ofreció a los medios de comunicación locales. La función fue en una sala Imax —la única a la fecha en Guadalajara— y la copia que se presentó estaba doblada al español. Recuerdo haber gozado la cinta como enano: celebré el prodigioso trabajo de cámara, los pasajes de acción, los giros que presenta el argumento, los lúcidos aforismos que aparecen en boca de los personajes. No fue extraño que, después de la proyección, me encontrara en un estado de exaltación similar al que se experimenta cuando se presencia o se es parte de una proeza deportiva insospechada. Como en estos casos, el entusiasmo fue compartido por una buena parte de los espectadores, y a la salida no era extraño encontrarlos agrupados comentando tal o cual detalle. Cuando me acerqué a uno de estos grupos caí en la cuenta de que no todos vivimos una experiencia similar. En particular me llamó la atención una chica que, al ser consultada, mostró una actitud entre pedante e indiferente; su “argumento” filtraba un desencanto que provenía de lo que, para ella, era una carencia —los diálogos doblados— y, haciéndose la interesante, concluyó que tenía que esperar a ver la película en inglés.

(En más de una de estas premières me ha tocado ser testigo de respuestas que me resultan desproporcionadas —por decir lo menos. No han faltado los asistentes —que en su mayoría publican sus opiniones en los medios locales— que apenas escuchan los primeros parlamentos en la lengua de Cervantes se levantan como impulsados por indignado resorte y de forma sonora abandonan la sala. Prurito purista, si los hay. Si bien es cierto que se puede iniciar un alegato sobre el hecho de que al ser doblada la cinta es mutilada —o por lo menos transformada— el cambio de lengua no debiera ser un impedimento para atender todo lo demás.)

Meses después asistí a la premiere de La isla siniestra (Shutter Island, 2010) de Martin Scorsese. Como en cada una de las entregas del cineasta neoyorquino, su propuesta —de cámara, puesta en escena, montaje y sonido— me dejó deslumbrado. A la salida y sin buscarlo alguien se acercó a mí para compartir su decepción. Al hacerle ver los prodigios que, a mi juicio, habitan la cinta, su respuesta fue escueta y, de acuerdo a sus parámetros, contundente: había detectado deficiencias en el maquillaje.

Me queda claro que el espectador ocasional —o incluso habitual— no está obligado a ser un especialista en asuntos cinematográficos: el cine sigue siendo visto por mucha gente como un espectáculo, como un pasatiempo, un pretexto para distraerse, entretenerse o divertirse. Los estudios estadunidenses, que proveen la mayor parte de la oferta que llega a nuestras salas, cuentan con ello. También me queda claro que el acercamiento al cine hace la diferencia entre el cinero y el cinéfilo. No es lo mismo ir al cine y meterse a ver la película que está por comenzar —cualquiera—, que procurar una película en particular porque se han visto las obras previas del cineasta que la dirige. Del cinéfilo se esperaría —y a menudo manifiesta— una actitud más abierta, una postura más crítica y mejor informada.

No obstante que los casos arriba citados hacen referencia a espectadores que cabría ubicar como cinéfilos, sus respuestas me han permitido constatar lo que bien puede ser calificado como una perogrullada: por más que vayamos a las mismas funciones no todos vemos ni oímos lo mismo; no todos apreciamos la misma película. Es cierto que no todos tienen la apertura, el interés o el conocimiento para acercarse al cine como cine, pero también lo es que los prejuicios son un obstáculo para hacerlo. Así, hay espectadores asiduos que “no ven películas dobladas al español” o que no ven películas de (sic) tal o cual actor (o, al revés, no se pierden ninguna de tal o cual otro).

Por otra parte, es razonable esperar —casi de rigor— una mirada con mayores alcances de la gente que se dedica a comentar películas o que lo hace ocasionalmente. Pero esto rara vez ocurre. De cine, como de futbol, cualquiera opina; pero si cualquier opinión puede ser respetable (por un principio de convivencia, no porque lo sea necesariamente) escuchar evaluaciones fundamentadas en argumentos no es lo habitual. Pululan, además, los textos o las opiniones radiofónicas que no van más allá de lo más superficial, es decir, de los actores. (En lo que a mí respecta, cuando me encuentro un comentario que tiene al elenco como su parte medular dejo de leerlo o escucharlo: los actores son importantes pero son sólo un elemento más.) Porque estos comentarios emprenden la calificación de su desempeño como si estuviera desligado del resto de la forma cinematográfica, lo cual hace evidente el alcance pobre de la mirada... y la ignorancia. Es lo que se manifiesta, a mi juicio, en aquellos a los que se les nubla la vista cuando escuchan voces diferentes a las originales y por ello dejan de observar (suponiendo que puedan observarlas) las posibles maravillas que reserva el resto de la banda sonora y toda la imagen.

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Simetría y sencillez en la ciencia

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Cuando los científicos hablan de belleza en la ciencia se refieren a la simetría o la sencillez de las formulaciones o experimentos, escribió Robert P. Crease, historiador de la ciencia. 

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La belleza pareciera estar muy lejana a la ciencia; sin embargo, la palabra se usa con cierta frecuencia para referirse a un experimento o a una demostración de un principio científico. No sabemos cuándo fue la primera vez que se asoció el término de belleza para referirse a la ciencia, pero ya desde 1860, Michael Faraday, pionero de la física moderna, en la introducción a su célebre conferencia La historia química de una vela, escribió: “Espero que se hayan fijado en que la perfección del proceso, es decir, su utilidad, es el aspecto que le confiere mayor belleza”. Robert Andrews Millikan, ganador del Premio Nobel de Física en 1923, escribió en sus apuntes cuando reconoció el electrón en un experimento: “¡Bello, publicar esto, hermoso!”. Casi medio siglo después, James Watson calificó como una hermosa hélice las fotografías de Rosalind Franklin de la molécula del ADN.

Cuando los científicos hablan de belleza en la ciencia se refieren a la simetría o la sencillez de las formulaciones o experimentos, escribió Robert P. Crease, historiador de la ciencia. Hace diez años hizo una encuesta entre los lectores de la revisa Physics World sobre los experimentos más bellos en la historia de la ciencia. Recibió más de 300 respuestas y, con esos datos, escribió un libro titulado El prisma y el péndulo: los diez experimentos más bellos de la ciencia.

En orden cronológico, el primero de los experimentos es quizás el más bello por la simplicidad con que se realizó y por los resultados obtenidos. En el siglo III a.C., Eratóstenes calculó el tamaño de la circunferencia de la Tierra a partir de la observación de la sombra de dos varas en el mediodía de un 21 de junio en dos lugares distintos en Egipto. En Siena, los rayos del sol caían en forma perpendicular sin proyectar sombra, mientras que en Alejandría caían inclinados y sí producían sombra. Con una vara de un metro midió 12 centímetros de sombra y obtuvo un ángulo de siete grados. Luego mandó medir la distancia entre las dos ciudades (800 kilómetros) y con esa cifra calculó que el tamaño de nuestro planeta era de poco más de 41 mil kilómetros. Actualmente, con la tecnología satelital sabemos que el tamaño exacto de la Tierra es un poco menor (menos del medio por ciento) de lo que calculó Eratóstenes.

Otros experimentos destacados por su belleza son la demostración de la caída libre de los cuerpos que hizo Galileo (según la leyenda en la Torre de Pisa) en contra de los postulados de Aristóteles; o el realizado por Newton en 1671 para mostrar el principio de la descomposición de la luz usando un prisma en un cuarto oscuro.

La simetría es uno de los principales atributos de los experimentos considerados como bellos. Según Diane Rogers y V. S. Ramachandran, investigadores de la neurología de la estética, los seres humanos buscamos la simetría en la naturaleza y también en la apreciación estética de las obras humanas. El mejor ejemplo es el Taj Mahal en la India. m

 

Bellas  demostraciones

:: Carl Sagan cuenta en Cosmos el experimento de Eratóstenes.

::La simetría del universo, video de Eduard Punset.

La dictadura de los guapos

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Gimnasios, dietas, comida light; bronceado de salón, implantes de silicona, asesores de imagen; gel de ducha, teleprompter, champú rizos frescos. Todos vivimos según los mandamientos de la “excelente presentación”. 

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Igual que el liberalismo económico desenfrenado, y por motivos análogos, el liberalismo sexual produce fenómenos de empobrecimiento absoluto. Algunos hacen el amor todos los días; otros cinco o seis veces en su vida, o nunca. Algunos hacen el amor con docenas de mujeres; otros con ninguna. Es lo que se llama “la ley del mercado”.

 

Michel Houellebecq, Ampliación del campo de batalla

 

El narrador de Ampliación del campo de batalla podría ser la encarnación del sueño neoliberal: es joven y es informático —como Bill Gates y Steve Jobs lo fueron, como los fundadores de Google, como Mark Zuckerberg, el creador de Facebook—. Nuestro personaje, sin embargo, está deprimido. Y su mirada ofrece una dura (y triste) contemplación de la sociedades post-industriales, en las que el sexo y la belleza se han convertido en un nuevo territorio de lucha social —el campo de batalla—: pobres contra ricos, asalariados contra patrones, feos contra guapos.

El sexo constituye un complejo sistema de jerarquización social que funciona de manera independiente del dinero, dice Houellebecq. No sólo se basa en ciertos parámetros físicos y raciales —delgado(a), blanco(a), rubio(a), etc.—, sino en otras disposiciones sociales: saber vestir, peinar, calzar; saber cuándo y cómo hablar, con quién.

Dinero y belleza. Una minoría domina en ambos campos (ricos y guapos); otros, sólo en uno (ricos pero feos); la mayoría, en ninguno.

Gimnasios, dietas, comida light; bronceado de salón, implantes de silicona, asesores de imagen; gel de ducha, teleprompter, champú rizos frescos. Todos vivimos según los mandamientos de la “excelente presentación”. (No es extraño que algunas formas de contracultura transgredan estos estándares en el propio cuerpo: tatuajes, perforaciones, mohicanos verdes o rojos.)

Aunque esta categorización pueda simplificar demasiado el problema (y de paso darle en la madre a una novela que es, además, muy divertida), ayuda a explicarnos por qué ya no sólo se ofrecen créditos para comprar casa o coche, sino para implantarse silicona en el busto, por qué hay hombres que pasan ocho horas al día en un gimnasio hinchando sus bíceps frente al espejo, cómo es que niñas de 15 años suspiran por una hamburguesa pero comen lechuguitas, y miles de jóvenes se meten al narco para tener una trocota, botas de cocodrilo y hebillas del tamaño de su cara.

Reflexionar el papel que tienen los estereotipos estéticos en nuestra sociedad —eso que algunos llaman “coeficiente erótico”— podría decirnos mucho sobre la indigencia afectiva de los viejos, sobre la violencia contra los “ñoños” en las escuelas (eso que llaman bullying), sobre el acoso a las mujeres en cada esquina y sobre las razones por las que nos gobierna un presidente que es mucho más guapo que listo. m

 

La belleza

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Si incluso se han desatado guerras por su causa, como es bien sabido que ocurrió en Troya, no parece posible que haya zonas de la experiencia humana inaccesibles a la búsqueda de la belleza.

Belleza

Toda cultura dispone de parámetros más o menos inamovibles para decidir qué es bello y qué no, principalmente en razón de ciertos ideales de perfección formal —armonía, equilibrio, sencillez—, pero también según el deleite de los sentidos y el regocijo del espíritu en la contemplación. Sin embargo, dada la subjetividad que impregna todas sus manifestaciones, la belleza también es reacia a sujetarse a normas y consensos. “En toda belleza extrema hay cierta anomalía en la proporción”, observó Francis Bacon: de ahí que acaso también cuente como factor imprescindible cierto grado de extrañeza o de enigma cuando nos hallamos frente a ella.

Si incluso se han desatado guerras por su causa, como es bien sabido que ocurrió en Troya, no parece posible que haya zonas de la experiencia humana inaccesibles a la búsqueda de la belleza. En la ocurrencia de lo cotidiano, así como en las hazañas de la imaginación y la inteligencia, vamos incesantemente en pos de ella: es indispensable en nuestras vidas —aunque, como también es bien sabido, cantó alguien: “Hasta la belleza cansa”. m

 

La belleza y el dolor, Joaquín Peón Íñiguez.

Belleza y funcionalidad en la arquitectura, Víctor Ortiz Partida.

Las películas bellas son difíciles, Hugo Hernández Valdivia.

Simetría y sencillez en la ciencia, Carlos Enrique Orozco.

Maestros bicentenarios, Sergio Padilla.

La dictadura de los guapos, José Miguel Tomasena.

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